¿DONDE ANDA LA POLITICA?
Luis Mattini
Enero, 2007

Asimismo el capitalismo ha alcanzado la hegemonía mundial, con la cruel paradoja que las propias luchas anticapitalistas, a la larga ayudaron a la consolidación del capitalismo. Habíamos luchado contra los capitalistas, no contra el capitalismo.

Si convenimos que el Estado Moderno es inherente al capitalismo, su instrumento de dominación, toda política estatal o multiestatal no puede dejar de ser capitalista, toda lucha en ese ámbito será por lograr una mejor tajada en la torta, pero no por la torta misma. Y toda oposición dentro de su lógica, a la larga ayuda a consolidarlo. Pretender que las Empresas estatales fueron y son formas de socialismo ha sido una de las mayores estafas al intelecto por más que, como servicios a los trabajadores sean preferibles a las privadas. Si es cierto que el sistema productivo capitalista se caracteriza por la socialización de la producción y la apropiación privada del producto, ello vale también para el Estado. Podemos agregar el otro componente: capitalismo es trabajo asalariado. Por consiguiente, un Estado que tiene millones de asalariados es, por definición, un Estado capitalista. Y no existe Estado Moderno sin asalariados.

Por el lado internacional, los continuos reordenamientos mundiales, desaparición y resurgimiento de regiones de influencias, (Unión Europea, reagrupamiento asiático, ALCA, Oposición del mundo musulmán, Mercosur, “No alineados”, etc.) no son más que las diversas formas constituidas del capitalismo como sistema mundial, sin perjuicio de que eventuales contradicciones favorezcan a la lucha emancipatoria. ¿Cómo se explica sino que Sadam en Iraq, otrora armado y apoyado por los EUA para exterminar comunistas y enfrentar a Irán, hoy sea el Hitler de Oriente medio? ¿O la memoria es tan frágil que se olvida cuando Europa dio aires a Hitler? ¿O acaso alguien piensa que Irán, por citar el ejemplo de un país enfrentado a EUA, es un “estado socialista”., siquiera minimamente “progresista”? ¿O vamos a seguir con el maniqueísmo “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”?

La “cultura” (comillas necesarias para distinguirla de la “otra” cultura, que vaya a saber uno por dónde anda) tampoco se puede profesionalizar sin el costo de castrarla o al menos hacer el ridículo. Por eso es que la cultura, manipulada, banalizada, burocratizada, por las secretarias nacionales, provinciales y comunales, corre paralela y sin romperse los cuernos con la mercantilización privada. Dos caras de una misma moneda. Sólo que, bien mirado el asunto, la privada es más sincera, se llama así misma negocios del espectáculo o por el estilo. Pero todo llega, ahora desde el Estado se propicia la “industria cultural”. Semejante monstruosidad conceptual, como la idea de “industrializar” la cultura, –similar a reemplazar las plantas ornamentales naturales por las de plástico–, sólo es posible partiendo de una visión mercantil. Con el control casi absoluto del sistema educativo y los medios de comunicación, por medio de la comunión con las corporaciones, el Estado puede coptar, seducir, sobornar y por último reprimir, para asegurar la continuidad.

Para completar estas afirmaciones digamos que las clases ilustradas son las sostenedoras principales del sistema, aun cuando en términos conscientes, racionales, compartan las críticas y sobre todo el malestar. La Universidad es el “nicho” (palabreja que me viene al pelo por su re-significado “anglo” de moda en el mundo académico) donde se produce ese “malestar” que la misma Universidad critica, precisamente por la “profesionalidad”, la reproducción de la banalidad, la mediocridad y la pobreza intelectual. ¿Demencia senil la mía? ¿La Universidad que ha sido tradicionalmente el lugar de donde salieron la revolucionarios? ¿El lugar donde están todos los iconos Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Stalin, El Che, Mao, Evita, Rosa, Walsh, Santucho, Sendic, Fidel, …. Pues se actúa en sus nombres, a sus nombres y a pesar de sus nombres. ¿No se les ocurre pensar que la inmensa mayoría de los políticos salen de la Universidad y los que no son universitarios se rodean de asesores producidos por las “Altas casas de estudios”? ¿Creen que el disparate llamado “industria cultural” es un invento de algún político trasnochado de la bohemia de la calle Corrientes?. No señor eso salió de algún licenciado por la Universidad, lo más probable “de izquierda” o al menos “progre”.

La gran enseñanza es clara: la vía estatal de emancipación es una vía agotada, por más que renovemos la locomotora y los coches, si no tomamos otra vía vamos hacia la muerte. La muerte, si, literalmente hablando, porque la libre circulación de la mercancía, aceitada por todos los Estados sin excepción, alentada por el insensato optimismo de los tecnócratas está destruyendo el planeta. Hoy los científicos discuten si es mayor el riesgo ecológico que la hipótesis de guerra nuclear. En todo caso el campesino de Santiago del Estero sabe que la topadora en tan destructiva como un tanque de guerra. Por eso la preocupación ecologista no es un entretenimiento de pequeños burgueses europeos eructantes, es cuestión de vida o muerte. Y los primeros en morir siempre son los ayunantes.

Pero, como la vida sigue por debajo de la superficie que solemos observar, es posible apostar a que “La política está en otra parte”

¿Dónde está la política?

Quizás sea así, quizás no, en todo caso para ver esos nuevos caminos, para saber dónde está la política, es imprescindible moverse de lugar, salir de la Academia, del Comité y del aparato del Estado y paraestatal.

Salir del comité, antesala de la gestión estatal, porque, por el contrario, en la administración, la gestión estatal o paraestatal, encontraremos otra vez sólo esa piel, la superficie de la política que salió a ensayar otras prácticas.

En efecto, mientras la representación de las “mayorías” con discurso e intenciones a veces anticapitalistas, enfrentaban a los capitalistas con su propia lógica y sus propias armas y quedaron aprisionadas por el capitalismo, algunas “minorías” se rebelaban tanto contra el capitalismo como contra las propias políticas de las “mayorías” y lucharon a pesar de todo, y es así como en el mundo de hoy han logrado hacerse oír y abrirse espacios emancipatorios al menos más sólidos que los del mundo del trabajo (movimientos feministas, de defensa de la diversidad sexual, minorías étnicas, minorías de “diferentes”, minusválidos, ecologistas, etc.) ¿Que exagero? Hoy un minusválido tiene derecho a viajar gratis en servicios públicos,(recientemente lograron incluso no pagar peaje) mientras que un pobre o un desocupado tiene que hacer dedo. Además han obligado al Estado a cumplir con una cuota de empleo genuino a las personas discapacitadas, mientras el resto de los trabajadores desocupados reciben, en el mejor de los casos, subsidios. Una pequeña ciudad del interior condiciona parte de la política exterior del gobierno nacional y pone en jaque al Mercosur, mientras que el mundo del trabajo organizado no logra modificar las relaciones laborales. Una cooperativa de trabajadores recupera y pone en funcionamiento un hotel de categoria internacional, mientras los Estados socialistas los privatizan. No se trata de pretender que esas minorías sean el “sujeto de la revolución”, menos aún adjudicarles el carácter de “vanguardia”, no se trata tampoco de olvidar que el conflicto esencial es capital-trabajo; se trata de investigar en la práctica de esas minorías, su capacidad para lograr salir de la trampa de la lógica capitalista, aun teniendo en cuenta que en el sentido consciente, muchos de sus protagonistas no se definirían “anticapitalistas” y aún cuando pequeños “triunfos” no representen riesgos para el capitalismo.

Por eso nuestra propuesta consiste en impulsar en el orden nacional un debate activo con estos enfoques, de modo tal de avanzar en el tejido de una red que articule y despliegue toda la potencia emancipadora que habita en estas acciones sociales “espontáneas”, caracterizadas por la diversidad de las motivaciones concretas y con harta frecuencia por la heterogeneidad de clase, de ideas, de prácticas y hasta de motivaciones.

Porque si aquel fortísimo pensamiento que constituyó al capitalismo hoy es senil, debemos advertir también que el formidable pensamiento emancipatorio desarrollado desde lo Macabeos, Espartaco, el cristianismo primitivo, el socialismo útopico, hasta Marx y sus sucesores, al no haberse podido desprender del todo de la influencia del pensamiento dominante, hoy, como teoría, es todavía demasiado joven o está demasiado retrasada con respecto a la riqueza de las prácticas sociales que impulsa la fuerza de la vida.

El Estado es una máquina de dominación por lo tanto el Estado es el lugar de la impotencia emancipatoria. Pero el Estado impregna nuestras vidas, tanto por su aspecto coercitivo como por la tradición cultural estatista. El gran debate es cómo ejercer la política, es decir, cómo avanzar en logros de libertad, como reemplazar al Estado y sus instituciones paraestatales, en particular el sistema educativo, de su papel de mayor instrumento de organización social, en una práctica que contenga en su despliegue los embriones para su de disolución.