El ataque se inició a medianoche pero dos horas antes
habían despegado "los aviones que salían de las bases
más lejanas". El relato del entonces ministro de Defensa,
Juan Manuel Santos (1), nos facilita sin querer el acceso
a lo que se oculta: primero dice que el bombardeo lo
realizaron los Super Tucano de la base colombiana de
Tres Esquinas y después reconoce que la agresión venía
de más lejos. La Comisión de la Verdad (2), que investigó
la incursión del 1 de marzo del 2008 contra el campamento
de las FARC en territorio ecuatoriano, asegura que las bombas
eran del tipo GBU-12 que no pueden ser manejadas por los
Super Tucano colombianos. Son las bombas con las que se
cargan los drones ,los aviones no tripulados que la CIA utiliza
para sus asesinatos selectivos en la guerra de Afganistán.
Simón Romero, en el New York Times, y Bill Weinberg, del
World War 4 Report, fueron los primeros en señalar que el
ataque contra Raúl Reyes, comandante de las FARC, se
parece mucho al bombardeo con el que la CIA asesinó
en Pakistán sólo un mes antes a Abu Laith al-Libi, dirigente de
AlQaeda. Lo eliminaron con un Predator, avión teledirigido desde
el Centro de Operaciones Globales en la base aérea de Creech,
en Nevada, que puede lanzar bombas y misiles.
En los dos casos
la localización se consiguió mediante infiltrados de la CIA que
colocaron chivatos electrónicos cerca de las víctimas y el ataque
se realizó violando la soberanía nacional del país donde estaba
el objetivo.Según el investigador Micah Zenko, del Council on
Foreign Relations, tres meses después de esas operaciones
en Ecuador y Pakistán, "la Administración Bush decidió
transformar a la CIA en una fuerza aérea contrainsurgente" (3).
Pero ha sido la Administración Obama la que ha duplicado sus
criminales incursiones: asegura Nick Turse, del Center for the
United States and the Cold War, en la Universidad de Nueva
York, que "lo que con Bush eran asesinatos selectivos no
reconocidos y poco frecuentes, Obama los ha convertido en algo
habitual y cada vez más justificado". Con los drones, Estados
Unidos desarrolla una guerra permanente a distancia mediante
ejecuciones extrajudiciales que se pueden considerar
terrorismo de Estado. Contestando a una demanda de la
American Civil Liberties Union, la Administración Obama ha
esgrimido el mismo argumento que el ministro Santos (ahora
candidato presidencial) en Colombia: asesinar a un terrorista
en otro país es actuar en legítima defensa. La autodefensa,
denominación utilizada por los paramilitares colombianos.
Stephen C. Webster denuncia en The Raw Story que el acuerdo
de colaboración militar entre los gobiernos de Washington y
de Bogotá incluye el despliegue de drones estadounidenses en
las bases aéreas colombianas. Se unirán, en misiones de caza,
a los aviones no tripulados de observación que se manejan desde
Tres Esquinas "para perseguir al Secretariado de las FARC",
según reveló hace un año El Tiempo , el periódico más importante
del país. Marcelo Ballvé ha explicado en el World War 4 Report
que el Comando Sur de Estados Unidos, que dirige las operaciones
del Pentágono para América Latina, ha probado los drones en su
base de Miami y también en la salvadoreña de Comalapa.
El bombardeo contra las FARC en Ecuador, con los aviones que
venían de más lejos, coincide, en el tiempo y en las características
de la operación, con el despliegue de la nueva capacidad
contrainsurgente de la CIA y pudo ser un ensayo de los aviones no
tripulados estadounidenses para la guerra en Afganistán.
________________
(1) JAQUE AL TERROR
Juan Manuel Santos
Editorial Planeta / Bogotá (2009)
(2) Comisión independiente formada por
un general retirado y representantes
de la Conferencia Episcopal, el Consejo
Nacional de Universidades, los medios
de comunicación y los movimientos
sociales.
La Fuerza Aérea de Ecuador elaboró
para la Comisión de la Verdad un
informe sobre los restos de las bombas
encontrados en el lugar del ataque.
(3) DRONES, LA MUERTE QUE VIENE DEL CIELO
Laurent Checola y Édouard Pflimlin
Le Monde Diplomatique en español
Enero del 2010