[México] De la revuelta callejera a la "teoría de la conspiración" Imprimeix
divendres, 21 de desembre de 2012 18:42

Para salvarse de cualquier acoso del Estado, la dirigencia de estudiantes adinerados del #ys132 se dio el gusto de señalar a los “violentos”, “anarquistas”, “conspiradores”...

“Los poderosos persisten en hacernos pensar que entre una lucha y otra no hay horizonte común, que entre un país y otro no hay explotadores en común y que sólo la vía pacífica es la forma de expresar el descontento "democráticamente" (disociando de esta forma violencia y no-violencia, partes integrales de toda lucha). La estrategia del poder es la de hacernos asumir este discurso y llevarlo a la práctica en nuestras propias movilizaciones, separándonos nosotros mismos de la lucha de nuestros hermanos de clase. La estrategia del poder radica en negar lo máximo de su realidad total, social y mundial y por ende su negación histórica: La vieja «lucha de clases».”(1)

Los hechos que se han producido en México estas últimas semanas, no distan de los que se están viviendo en otras partes del mundo. Ya no es una novedad que las luchas proletarias se vienen dando de más en más alrededor del globo, y cada una en cada país, casi con los mismos ingredientes: la protesta popular desbordada por el ataque policiaco-militar, el enfrentamiento del conjunto de proletarios contra las fuerzas del Estado, la clásica y recurrente falsificación mediática, asesinatos, matanzas y encarcelamientos de manifestantes, el deslindamiento y acusaciones por parte de organizaciones socialdemócratas y ciudadanistas, y la consecuente satanización del elemento subversivo del proletariado, asimilándolo a la figura de “provocador”, “infiltrado”, “vándalo”, etc.

Para muchos, lo que se vivió el 1ro de diciembre pasado, resulto hasta cierto punto inusitado, “algo que no se veía venir”, principalmente tomando en cuenta que el movimiento de protesta ha sido adjudicado mediáticamente a la organización juvenil y estudiantil #yosoy132, una organización que abunda en reformas, peticiones ciudadanistas y pacifismo, una organización afín al capitalismo, al Estado y la defensa de la democracia burguesa. Nada nuevo, #ys132 es equiparable a un sinfín de plataformas ciudadanistas en todo el mundo en las cuales se integra la pequeña burguesía y la burguesía disidente en la defensa de sus intereses, tratando con ello absorber a amplios sectores de la clase trabajadora, especialmente los jóvenes hartos de la porquería que se vive en sus países; no obstante, jóvenes confundidos ideológicamente por los mass media y por las campañas ideológicas de los órganos de la socialdemocracia. En México, en España, en Chile, en Grecia, en los países árabes, en cualquier lugar donde la protesta se hace presente, estas organizaciones tratan de absorber y desviar las demandas por la subsistencia y contra el capitalismo, contra el gobierno, contra la rapacidad de la burguesía en simples reformas a las leyes, en la exigencia de “más democracia”…

Por esto, la confrontación con las fuerzas del Estado parecía alejada, pero como siempre la realidad, una vez más, nos supera. Y es que el encono popular de los últimos meses en este país y en el mundo entero se ha acrecentado y no se reduce sólo a las cuestiones de la política, de una mala administración o del retorno de una dictadura unipartidista al poder.

La raíz de todo tiene que ver con el funcionamiento de la sociedad de clases y con las condicionantes en las que subsisten millones de desposeídos que no teniendo nada más que su propia miseria se ven obligados a rentarse a los señores del dinero, teniendo como consecuencia de esto la consolidación el sistema económico y estatal, la mercantilización de la vida entera, las tribulaciones de la pobreza, la desigualdad, la represión y la contención propias del sistema capitalista de explotación y de su careta política más refinada: La Democracia, o sea, la dictadura generalizada de las mercancías.

Contra todo esto se levantan los explotados de todo el mundo consciente o inconscientemente, por las condiciones de subsistencia, por el hartazgo que ocasiona el vivir esta vida llena de precariedad, mentiras y constantes transgresiones a las necesidades más elementales. Estas efectos suelen personificarse en la figuras de algún déspota, de alguna administración de gobierno, de algún grupo empresarial; y es ahí donde se desborda el coraje de los explotados y oprimidos por este sistema criminal.

¿Pero qué sucede cuando todo se sale de control, del renglón escrito en esta puesta en escena de las manifestaciones espectaculares que organizan las izquierdas del Capital, cuando la euforia del proletariado se desborda o cuando ya simplemente se cansan de las procesiones borreguiles que son las marchas, de las represiones y detenciones dirigidas por los cuerpos de seguridad del Estado? ¿Qué sucede cuando el proletariado levanta las piedras contra las armas de fuego o arroja bombas caseras contra los guardianes del orden que se preparan para dispersar con lujo de violencia una toma, un piquete, una huelga o una manifestación callejera?

¡Es ahí donde salen los verdaderos intereses a relucir!

“Son millones los proletarios que con decisión y sin permiso alguno salen a las calles a enfrentar el mundo que los domina. Aunque las razones varíen de forma y color, los estallidos se multiplican por el ancho y largo del mundo, la revuelta toma forma y se dirige directamente a destruir todo aquello que represente nuestra subyugación a este mundo de mercancías.

Los charlatanes de siempre -la prensa oficial y "alternativa"- tratan ilusamente de disfrazar el carácter antagónico y general de la revuelta. Nos dicen que en Medio Oriente las luchas son religiosas o contra ciertos dictadores y tiranos; que en Grecia, Inglaterra y el resto de Europa se trata de jóvenes inmigrantes y marginados afectados por el desempleo y la crisis; aquí mismo hablándonos de delincuentes e infiltrados -"inútiles subversivos"- que desvirtúan y empañan la causa estudiantil.”

De deslindamientos y otras hipocresías

Para salvar su reputación, para salvaguardar su integridad de cualquier acoso represivo del Estado, la dirigencia de estudiantes adinerados del #ys132 apuró en deslindarse en los mass media. Nada nuevo y todo lógico. Jamás nadie pensó en la dirigencia de #ys132 para ser representante de la rabia proletaria, todo lo contrario, se dieron el gusto de señalar a los “violentos”, “anarquistas”, “conspiradores”, “porros”, y toda la entente criminal callejera que “actúa a la sombra de la organización popular”.

El gobierno local hizo su trabajo, ineptamente, de la forma que siempre lo ha sabido hacer, montó un teatro que enseguida se vino abajo; acusando a colectivos anarquistas de haber sido los únicos y principales instigadores de la violencia y la “barbarie” del 1ro de diciembre. Las detenciones arbitrarias y su estúpido montaje de «la conspiración anarquista para atacar “toda la ciudad”» salieron al descubierto y quedó en evidencia que las autoridades, para cumplir su cometido de reprimir y silenciar, son capaces de las más sucias y absurdas acciones.

El proletariado revolucionario no es un “ciudadano”, no lucha por las reformas que hacen y deshacen los agentes de la burguesía en los parlamentos, no quiere quitar del poder a un gobernante para dárselo a otro. Los proletarios que han despojado su cabeza de la ideología burguesa y socialdemócrata están conscientes que esto no es una lucha política, ni una celebración de la democracia, es una lucha de clases, una guerra sin cuartel entre desposeídos y la clase de los ricos y todo lo que ello conlleva.

La lucha de clases no son sólo libros y periódicos semiclandestinos repartidos en las manifestaciones, no sólo son discusiones y polémicas, no son sólo intentos organizativos; la lucha de clases también es ese otro elemento, que quiérase o no siempre estará presente: la violencia de los proletarios en respuesta a la violencia generalizada del Estado. Huelga salvaje, toma de fábricas, piquetes, sabotajes y autodefensa son acciones de la lucha de clases en sus periodos de mayor tensión, y por tanto se expresarán en mayor o menor medida dependiendo de la intensidad de la represión estatal y la respuesta de las masas explotadas.

México ya no escapa a esto, aunque los políticos y los líderes de la izquierda del Capital no lo quieran así, estalla de vez en vez la rabia popular; llámese APPO, llámese Atenco, llámese EZLN, llámese estudiantes de las normales rurales, llámese revuelta callejera del 1ro de diciembre… ya nadie escapa a esta realidad que a pesar de los matices e interpretaciones sociológicas oficialistas parten de un mismo hecho ¡Una guerra de aquellos que se hacen dignos y luchan a muerte contra este sistema de exterminio!

¡Una guerra de clases!

“De lo que se trata ahora es de combatir la represión y no de lamentarse; no hemos venido para hacer retórica de la represión, sino para terminar con ella. El primer objetivo represivo ha sido siempre el poner el movimiento revolucionario a la defensiva. La retórica sobre la represión, al colocar el movimiento a la defensiva, hace el juego a la represión. En cambio, nuestra lucha contra ella ha de ser ofensiva, así como lo es la que llevamos contra todos los poderes de la sociedad de clases. Al combatir la represión, hemos de enseñar a todos quién la práctica, y de qué diferentes modos lo hace. Reconocer y nombrar a todos nuestros enemigos es la condición previa para poderlos combatir victoriosamente y para aumentar las tropas de los obreros aliados.”

Bienvenidos a la ciudad más libre del mundo. Gianfranco Sanguinetti

Que las “buenas consciencias”, la socialdemocracia, el #ys132 y en general la izquierda del Capital no les convenga verlo así, porque sus intereses se verían seriamente fracturados, piensen lo que les de la gana pensar, no es un problema que ataña a los proletarios insurrectos. Tratando de reactivar otras inventivas y “teorías de conspiración”(2) semejantes a las que formula el gobierno: la conspiración de los “infiltrados” con pasamontañas y cascos, que arrojan bombas caseras a la policía, los “provocadores” ajenos a la protesta pacífica que destruyen los escaparates de los comercios de las avenidas opulentas… no son expresiones exclusivas de este país ni de estos últimos días, es la política y la propaganda que expanden las socialdemocracias, los ciudadanistas, izquierdas y derechas de todo el mundo en sus respectivos medios de comunicación, desde siempre. Las pruebas de los medios de comunicación, si es que al menos las tienen, consisten en imágenes y vídeos junto a su propia interpretación de los hechos, entrevistas inventadas, supuestas organizaciones fantasmas y vastas contradicciones…

Los verdaderos montajes son los que está realizando 'La Jornada, Proceso, Reforma, El Universal' y un sinfín de empresas de “comunicación”. Si al menos hicieran un mínimo esfuerzo de investigación estas gentes (periodistas y falsificadores de la realidad en general), notarían que la infiltración policiaca tiene su propio trabajo, que consiste en vigilancia, recopilación de foto y video de los manifestantes, y por supuesto, aprehensión previamente planificada de manifestantes en momentos de confusión y distracción- puesto que esa policía viste de civil para mezclarse con los demás, no obstante son fácilmente identificables por su actitud sospechosa propia de los vigilantes, sus lentes oscuros, sus radios y su vestimenta atípica comparada con lo que generalmente se usa para ir a una manifestación-. Estos infiltrados abundan en las manifestaciones y sin embargo nadie los señala ni les impide hacer su “trabajo” de vigilancia y toma de foto y video, las personas en su ignorancia suelen posar para ellos y arroparlos creyendo ingenuamente que se trata de “periodistas”.

El uso de provocadores parapoliciacos y hooligans para quebrar una manifestación es típica de la táctica contrainsurgente, pero lo que es patético pensar es que el gobierno le pague a los cientos de enrages que combatieron a la policía, apoyaron a los heridos, hicieron pintas y grafitis contra el gobierno, el Capital y otras reivindicaciones, haciéndole pasar un muy mal rato a la autoridad local evidenciándose inútil tratando de contener la furia de los rabiosos que combatieron y espontáneamente practicaron el sabotaje a los símbolos del imperio de la mercancía espectacular.

¿Cuál es la importancia de que algunos agentes del Estado simularon ser manifestantes lanzando piedras a sus compas los polis? Ninguna, no demuestra nada. Eso mismo ocurre en Grecia, en España, en Chile, en todo el mundo donde la clase proletaria desata su ira e ignora a los apagafuegos de la socialdemocracia y los políticos de la izquierda del Capital. Es un intento mafioso para justificar las “teorías” absurdas de los pacifistas y apaciguadores de protestas, que sustentan todo partiendo que la “razón de la violencia” desatada por el Estado, está en los “provocadores” y no en el mismo Estado, que es el único generador de la violencia; y en el Capitalismo, que es el ente hegemónico el cual el Estado tiene el deber de salvaguardar, usando toda la violencia necesaria.

La táctica proletaria, en su estadio de desesperación ante el embate de la fuerza del Estado, y principalmente de las condiciones de vida execrables generadas por el actual sistema de dominación capitalista, tiende a aparecer en sus formas más espontáneas y desorganizadas, resultado de las campañas de la burguesía para mantener a la clase trabajadora dividida, ignorante, temerosa y negada como clase revolucionaria… es lógico que en jornadas como las del 1ro de diciembre se mostrará este “espontaneísmo”; llevamos décadas soportándolo todo, recibiendo día con día sus asquerosas justificaciones y mentiras, y los pastores de la movilización social ya nos hartaron con sus llamados al apaciguamiento y a la supuesta democracia, mientras nos asesinan por cientos…

La táctica proletaria debe pasar a su siguiente fase, si es que no quiere caer al pantano de la simple política conciliadora, los acuerdos, de la democracia, de la paz entre clases antagónicas. Esta fase se traduce en la organización masiva del proletariado, de forma autónoma y revolucionaria, de la intransigencia de los núcleos de proletarios revolucionarios, de una acción constante de propaganda y crítica, difundiendo la conciencia y la teoría y práctica crítica contra todo el pensamiento velado de las variadas ideologías de la clase dominante que permean en la sociedad actual; de esta forma lo siguiente que presenciaremos en este país, y muchos otros, será una huelga salvaje generalizada, tomas de fábricas, asambleas masivas, comités de acción por todas partes… y no sólo una autodefensa espontánea y algunos daños a la propiedad espectacular… Sólo esperamos que una lucha más intensa esté comenzando…

“Nuestra lucha es una lucha histórica y mundial, por ella han pasado generaciones asesinadas y encarceladas, pero que nos acompañan hoy en todo enfrentamiento con el orden. Aprendamos de ellas y de las que hoy luchan por todo el planeta, reconozcámonos como parte de una misma clase y avancemos así hacia un real cambio social. Rompamos con la mentira de los medios de comunicación, de los partidos y sus representantes; su mentira es la única forma de mantenernos cautivos, divididos e incapaces de tomar protagonismo en la historia.”

 

Notas

(1) Esta cita y las siguientes son retomadas de un texto escrito por compañeros de Chile, difundido en las jornadas de protesta de Valparaíso dentro del marco de las manifestaciones estudiantiles del año en curso, mostrando que a pesar de las distancias, las demandas, y las supuestas “diferencias” culturales, de nacionalidad y de lengua, el programa y las perspectivas de los revolucionarios son idénticas en cada parte del mundo y no se limitan a una lucha específica o limitada, sino todo lo contrario, por ser proletarias y revolucionarias, son internacionales y sociales.

(2) Y los impulsores de esta campaña mediática del llamado “brutal montaje” son nada más y nada menos que los medios burgueses izquierdistas como 'La Jornada, Proceso', la redes sociales ciudadanistas y líderes de opinión como Carmen Aristegui, (quien trabaja para la compañía de noticias del magnate Carlos Slim y CNN noticias). Esta campaña no se diferencia de la de los medios de derecha ('El Universal, La Prensa, Milenio, El Grafico, Metro, Reforma', etc.), que a su vez, exponen a los manifestantes como viles delincuentes y vándalos a los que se debe encarcelar y reprimir con toda la “mano dura” del gobierno. Por su parte, según lo que aluden los medios de la izquierda del Capital, es que el gobierno mando a un grupo de choque para romper la manifestación pacífica, el gran problema es que nunca antes se había visto un grupo de choque tan masivo y variado. Realmente en sus “investigaciones” sólo logran identificar a ¡tres personas con paliacate rojo!, o guante negro, lo que sea. ¿Y los cientos restantes que se enfrentaron a la policía?, ¿qué carajos eran?, ¿hooligans pagados también?