XXI MARCHA CONTRA LAS CÁRCELES
Nos volvemos a encontrar otro año más el 31 de Diciembre alrededor de diferentes centros de encierro para solidarizarnos con todas las personas que sufren el encarcelamiento de sus cuerpos.
La cárcel es la forma más explícita que el poder tiene para reprimirnos: supone un ataque frontal contra la integridad y la autonomía de las personas. El estado utiliza los centros de encierro para castigar a las personas que no siguen las pautas y normas impuestas, disfrazando ese castigo con palabras como reinserción o reeducación. Se encierra a las personas por el simple hecho de ser pobres, rebeldes o por enfrentarse a este sistema de miseria.
El poder utiliza otros centros de encierro más allá de las cárceles propiamente dichas. Hoy queremos llamar también por su nombre a las cárceles para migrantes y a las cárceles para menores.
Todas las prisiones son una parte esencial de la sociedad en la que vivimos; la sociedad actual y la cárcel se necesitan mutuamente para existir. Afuera encontramos también, aunque con distinta forma, sus mecanismos de control, cámaras, carceleros y chantajes de diversos tipos. Así pues, la destrucción de la cárcel no pasa solamente por la destrucción de sus muros físicos sino también por la destrucción de unos roles y relaciones sociales que la legitiman y alimentan, convirtiéndonos en presos y presas a todas.
De esta misma manera, el entramado carcelario está formado también por personas, empresas y asociaciones de distinto tipo. Éste no se limita a dentro de los muros y ese hecho abre un amplio abanico de posibilidades de lucha, perfectamente visibles en ciudades construidas cómo cárceles, como Barcelona.
Nuestro mensaje es claro: queremos la destrucción de todos los tipos de cárceles. Hoy hemos querido visibilizar tres tipos de centros de encierro: para menores, para mujeres y para migrantes y así demostrar que si nosotras estamos aquí, ellas no están solas.
Familias frente a la crueldad carcelaria
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/517218
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