Muchitos, chinos, cipotes, patojos y pingüinos: lecciones para mayores
Por el CIPOvancouver.

En cada país y hasta regiones tenemos modismos peculiares para nombrar a los y las niños-as que tienen entre 10 y 15 años. Así encontramos que en El Salvador les llaman cipotes, en México chamacos, en Colombia Chinos, en Guatemala Patojos y ahora en la revuelta chilena les dicen pingüinos. A ellos con regularidad, por su edad, los consideran sin capacidad de pensar y menos de tomar decisiones e iniciativas o participar en política, y cuando lo hacen, regularme los consideran manipulados.

En el caso de México los niños están presenten en las luchas indígenas tanto de Chiapas como de Oaxaca, e incluso muchos de los niños del EZLN ahora son actores fundamentales de la lucha, así como en el CIPO, en Oaxaca, los chamacos, niños entre 10 y 15 años, han protagonizado luchas pacíficas importantes de marzo a noviembre de 2002 y de septiembre a octubre de 2003, sobre todo relacionadas a temas de educativos. Memorables son las acciones que hicieron en esa jornada, cuyo testimonio fotográfico se exhibirá en la exposición de indígenas que en el marco del Foro Mundial de Jóvenes se inaugurará el 13 de junio en el centro de arte indígena de Vancouver.

En el Salvador, es muy conocido que muchos de los cipotes fueron parte activa de la guerrilla y depositarios de muchas injusticias en esa cruenta guerra. Uno de los más duros testimonios los da la película “voces inocentes”. En Colombia, las estadísticas son altas en cuanto al número de chinos incorporados a los distintos grupos armados que operan en ese país.

Pero sin duda, la actuación mas destacada de estos nuevos actores es lo que sucede actualmente en Chile, donde estos niños, llamados cariñosamente “pingüinos”, con lucha callejera pacífica están exigiendo la restitución de uno de los derechos elementales mas vulnerados no solo en Chile, sino en el mundo: la educación. Esto ha puesto en jaque al gobierno de Bachelet y da un ejemplo a los patojos, cipotes, chinos, chamacos o como se llamen en cada país del mundo, pues su mensaje dice sin duda, el derecho a la educación debemos conquistarlo y defenderlo los estudiantes principalmente, no solo los profesores o papás.

Estos casi niños, 13 a 15 años que pacíficamente están luchando para exigir que el modelo educativo los trate como personas y no como cosas, han sorprendido al mundo por su capacidad de interlocución y negociación, que pese a sus escasa edad han evidenciado al gobierno chileno por su incapacidad para dar respuesta a las demandas estudiantiles como: gratuidad en el transporte colectivo, gratuidad en el derecho a exámenes de ingreso, la devolución del sistema educativo al ámbito nacional, debido a que en el municipal ha demostrado su ineficacia, recursos para la infraestructura educativa, en fin, todos planteamientos justos.

A la capacidad de organización y protesta, se suma la enorme simpatía que han despertado en todos los sectores del país, que se traduce en una capacidad de convocatoria que hasta hoy ninguna fuerza de izquierda había tenido en los últimos 30 años. Claro que los niños chilenos han padecido ya los efectos de la represión de un gobierno que se dice socialista, sin embargo ello solo ha aumentado su capacidad de organización y el repudio a un gobierno que mal empieza en su trato con las protestas sociales.

Estos acontecimientos sin duda nos indican que en cada país van surgiendo nuevos actores ante las condiciones concretas que vive la población. Pero también exhibe el poco respeto que los gobiernos, sean del corte que sean, tienen por los derechos de las personas, sin importar que sean niños, mujeres o ancianos. Pues los pingüinos fueron duramente reprimidos por los carabineros.

Sin embargo, los gobiernos enfrentan problemas de legitimidad cuando usa la represión contra este tipo de sectores, pues si bien antes podía calificar de subversivos, y hasta de terroristas a los que protestaban, para justificar el uso de la violencia de estado, ahora ¿como justifica la violencia contra cipotes, chinos, muchitos, patojos y pingüinos que luchan pacificante por causas tan nobles como la educación? Sin duda que puede usar la violencia y represión, pues siempre les queda el argumento que los menores son manipulados, pero eso no impide que en todo caso el costo sea mucho mayor,

Lo mismo pasa en México, cuando las autoridades intentan justificar la agresión contra los habitantes de San Salvador Atenco que dejó a un niño asesinado, a muchas mujeres golpeadas, 30 violadas y a minusválidos gravemente lesionados, todos ellos acusados de secuestro equiparado, entre otros delitos. Es decir, así como en Chile se usa la violencia contra niños, también en México los depositarios de la furia gubernamental de Vicente Fox, del PAN y de Peña Nieto, del PRI, son niños, mujeres, ancianos y minusválidos, como único camino no atender justas demandas de pobladores que tienen como símbolo de lucha su herramienta de trabajo, el machete.
¿Pero porque están respondiendo estos sectores? Por la sencilla razón que son de los mas afectados con las políticas neoliberales al generalizar la explotación infantil y negarles la educación, o a los viejitos quitarles sus pensiones y a las mujeres negarles sus derechos.

Pero las aventuras de la mancuerna PAN-PRI no terminan con esta agresión, sino que ahora se dan el lujo de anticipar la violencia contra los maestros de Oaxaca, quienes plantean exactamente lo mismo que los niños chilenos, pero básicamente para la población indígena, que en Oaxaca es de mas del 50 % del total del estado, claro, además de reivindicaciones de tipo económico para los agremiados de la combativa sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE.

Ahora que el gobierno de Fox y el del gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz, sobre quien pesan hasta denuncias penales por asesinato e intentos de asesinatos a opositores y representantes sociales; el congreso del estado, en voz de los diputados priistas; la cámara de comercio, los presidentes municipales de extracción priista y, hasta una fantasmal asociación nacional de padres de familia, ligada al Partido Acción Nacional, PAN, han solicitado el uso de la fuerza publica contra los maestros, nos dejan en claro que ha diseñado una agresión de grandes dimensiones e incalculables consecuencias en Oaxaca.

El gobierno federal ha movilizado a más de mil efectivos de la Policía Federal Preventiva a la ciudad de Oaxaca para usarlos en cualquier momento contra los trabajadores de la educación, donde por lo menos 30 mil de los 60 mil trabajadores que tiene en total el magisterio oaxaqueño son de origen indígena.

Y mientras el gobierno entona cantos de guerra, los profesores comienzan a tener en las calles algunos miles de muchitos, patojos, chinos, pingüinos, cipotes o como se llamen, protestando y expresando su apoyo a los trabajadores de la educación. Ahora falta que los niños pasen de la solidaridad a la exigencia, enarbolando sus propias demandas, que salvo los aspectos laborales, son las mismas de los profesores.

Si actuaran estudiantes y maestros sería mucho mas fuerte y legitima la lucha magisterial oaxaqueña, pero para eso, los maestros en las protestas no debieran esconder a sus hijos, sino estimular su participación crítica en el movimiento, de tal modo que el tirano Oaxaqueño Ulises Ruíz, tenga mucho mas que pensar antes de intentar cualquier golpe represivo.

Pero en tanto estos nuevos actores, chinos, cipotes, chamacos, patojos o pingüinos irrumpen con su accionar en Oaxaca, llamamos a todos a estar atentos de lo que pase allá en estos días, pues conociendo en carne propia el actuar represor de Ulises Ruiz, la situación de los profesores es de emergencia, pues en Oaxaca hoy en día no existen garantías constitucionales y se vive un estado de facto bajo este gobierno PAN-PRIista, y no vemos que vaya a variar, sino hasta que se logre la destitución y castigo a todos los integrantes de ese gobierno ilegítimo, por todos los crímenes cometidos contra muchos oaxaqueños de todas las estratos sociales y principalmente con los cipotes, patojos, chinos, chamacos, pingüinos, a quienes el mal gobierno les niega el derecho a la educación.
Vancouver, Canadá, junio 4 de 2006

 

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