LA DECLARACION UNIVERSAL DE PUEBLOS INDIOS

 20 años después de haber tenido el primer borrador de proyecto de declaración de los pueblos indígenas y 11 de haberse establecido el Grupo de Trabajo para poblaciones indígenas, finalmente el mes de junio se aprobó el proyecto de declaración de los pueblos indígenas al seno de la Organización de las Naciones Unidas, donde fue muy notoria la posición en contra a esta resolución de los gobiernos de Canadá y China.

No deja de ser curioso que países como Canadá, que pregonan el respeto y la tolerancia, nieguen la existencia de los pueblos originarios de este lugar, al que los primeros pobladores conocen también como Isla de la Tortuga. Pero lo peor es que los mismos indígenas no dicen nada al respecto y acepten en silencio la forma en que el gobierno que les tiene invadidos sus territorios los niega. Largo trabajo se tiene que hacer con los indígenas en Canadá para que rompan el silencio.

Sin duda que la aprobación de la declaración ha desatado polémica, pues hay quienes la ven con profundo optimismo y quienes tienen sus severas dudas. Al respecto nosotros pensamos que, en efecto, hay que alegrarse, pero sin descuidar que si para poner en papel nuestros derechos como pueblos costo mas de 500 de años, y no solo los 20 que se tienen discutiendo un texto. Entonces ¿como vamos a creer que con la sola declaración, que luego los mismos países no respetan, los problemas de los pueblos indios están resueltos?

Es decir, no nos alegremos anticipadamente, porque ahora viene la parte más difícil que es hacer que los asuntos planteados en el papel se cumplan una mínima parte en temas torales como tierra, recursos y territorio; el compromiso del estado de respetarles e incluso devolverles o indemnizarle lo que les ha robado a los pueblos indígenas, y eso entre otras cosas, no se ve que vaya a ser fácil que los poderes que controlan los gobiernos, transnacionales y corporaciones,  vayan  respetarlo, en ese sentido no tenemos mucho que alegrarlos.

Ahora, también hace falta una lectura minuciosa de la declaración, porque suele suceder que eso que quieren que festejemos no es otra cosa más que la soga con que habrán de colgarnos, en lugar de ser donde miremos reflejados nuestros pensamientos. Pues recordemos que finalmente es una resolución de los gobiernos, esos mismos que de por todos lados y de muy variadas formas han buscado desaparecernos, por muy progresistas que luego se presenten.

Es entonces es nuestra tarea revisar con lupa la declaración, valorar su aplicación a casos y situaciones concretas y después lograr que de alguna manera se vea que sirve, en tanto no tengamos esto como mínimo, no podemos decir que vamos a festejar lo que ni siquiera sabemos si sirve, porque de entrada nos da mala espina el énfasis que se pone a distintos párrafo cuando de consulta se trata, siempre se habla de los órganos representativos, de los representantes, en fin, poco de ir a preguntarle a todo un pueblo.
También deja prácticamente asentado que los gobiernos siempre pueden disponer de los recursos, tierras y territorio y todo lo que es de los indígenas, previo a una “consulta informada”, con los representantes de los pueblos, cuando bien se pudieron haber usado verbos más contundentes.

 

Sin duda el esfuerzo de muchos de los que participaron en las sesiones del grupo de trabajo, en el cabildeo y demás, pueden sentir que han cumplido y deban festejar,  pero ahora queda el que esos resolutivos bajen a las comunidades, pues en la mayoría de los casos, los que asistían a donde se debatían las cuestiones indígenas no tenían un sustento de base y los resolutivos que impulsaban en la mayoría de los casos reflejaban sus posicionamientos personales o a lo sumo el de su organización, pero difícilmente recogían lo que los pueblos como tal demandaban, al menos eso es lo que sucedía en el caso de México, aunque estoy seguro que algo similar pasaba con los demás países.

Por el momento una lectura inmediata de la resolución nos ha dejando pensando solo lo que quieren decir algunos artículos que lo menos que podemos decir es que son contradictorios, tales como el art. 26 bis, que a la letra dice:

Artículo 26 bis

            Los Estados establecerán y aplicarán, conjuntamente con los pueblos indígenas interesados, un proceso equitativo, independiente, imparcial, abierto y transparente, en el que se reconozcan debidamente las leyes, tradiciones, costumbres y sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, para reconocer y adjudicar los derechos de los pueblos indígenas en relación con sus tierras, territorios y recursos, comprendidos aquellos que tradicionalmente han poseído u ocupado o utilizado de otra forma.  Los pueblos indígenas tendrán derecho a participar en este proceso
Es decir, al principio dice que establece que se hará conjuntamente y al final lo dice como si fuera un favor que nos hacen, con eso de que tendremos derecho a participar, cuando pudiera decirse, donde los pueblos indígenas estarán sin excusa alguna participando.

Y así como este articulo hay otros que dejan mucho espacio para que en la interpretación se manipule a gusto, pero sobre todo, insisten demasiado en hacer todas las consultas con los representantes, cuando una de las condiciones que tenemos como indígenas es justamente la participación de todos y no solo de los representantes. Así que debe ponerse mucho ojo a artículos como el 19, que entre otras cosa dice: . . . por conducto de representantes elegidos por ellos de conformidad con sus propios procedimientos, así como a mantener y desarrollar sus propias instituciones de adopción de decisiones. O el 20) . . . interesados  por medio de sus instituciones representativas para obtener su  consentimiento…O el 28 bis) Los Estados celebrarán consultas eficaces con los pueblos indígenas interesados, por los procedimientos apropiados y en particular por medio de sus instituciones representativas. . .

Esta insistencia en querer reducir las consultas a los representantes es lo que nos genera la preocupación respecto a que la declaración finalmente no sirva a los pueblos sino a quienes actualmente son los verdaderos detentadores del poder en los estados, las corporaciones y transnacionales.

Pero si existieron países como Canadá y China que se opusieron al texto, sin duda algo bueno debe tener la declaración, pues al menos en este país es de todos sabido que la política seguida por el gobierno es lograr el exterminio de los pueblos indígenas de estas tierras, ya sea mediante las drogas,  la engañifia del Status, las reservas o el welter. Entonces si tiene la oposición de ellos, algún obstáculo debe representarles, por lo tanto algo bueno tendrá.

En fin, solo la aplicación concreta de esta resolución y los resultados que deriven despejarán las dudas, y permitirá saber si esta nueva herramienta sirve realmente a los pueblos en alguna medida o no. De no servir, no solo nos habrán tomado el pelo, sino que se habrán tirado a la basura por lo menos 20 años de análisis y reflexiones y nos condenaran a los pueblos indios a varias cientos de años mas de olvido. Así que todos los indígenas estamos obligados a iniciar un estudio atento y minucioso de este documento.
Vancouver, Canadá, julio de 2006


 

>REGRESAR<