Bismillah
ir Rajmàn ir Rajim
Assalam aleykum Hermanos y Hermanas. Esta narración (un poco tardía) es una crónica de mi viaje a Oaxaca al Encuentro de Autonomías como delegada sufi de la Red Juvenil Interreligiosa-Promotores de Paz. Aprovecho la ocasión para agradecerles su apoyo, ¡Ia Shakur!, sin el cual no me hubiera sido dado llegar hasta la sierra. Pero antes de contarles esta aventura, he aquí los antecedentes de la misma: desde hace unos tres meses, varios derviches y yo formamos parte de la Red Juvenil Interreligiosa, que es un intento del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad para acercar entre si a personas de diversos credos y vincularlas con la realidad de las comunidades indígenas en México. El trabajo de la Red a penas comienza y afortunadamente recibimos la invitación del Consejo Indígena de Oaxaca (CIPO) para participar en este Encuentro. Emocionados por nuestra primera misión, un pequeño grupo de la Red viajó al Encuentro de Autonomías en Plan de Zaragoza, municipio autónomo de Nuyoo. Fernando, nuestro pastor presbiteriano y organizador de la Red, David, practicante de Budismo Theravada, Liliana y Gabriela, practicantes de Budismo Zen y yo llegamos, tras 10 horas de camino, a un lugar donde las nubes hacen albercas entre las montañas con la misión de dar inicio formal al Encuentro a través de la oración. Poco sabíamos sobre lo que nos aguardaba en tierras mixtecas…
Frente a este panorama espectacular, con una neblina que desde las 12 de día se va derramando entre los montes, hicimos una oración interreligiosa: Fernando le dio voz a la Biblia y Liliana y David ofrecieron su dedicación para el bienestar de todos los seres. Yo recite un Ayat al Qursi para, con el favor de Dios, brindar un ambiente de protección y refugio a los ahí presentes. En este Encuentro participaron diversas comunidades autónomas del estado de Oaxaca y de otras regiones del país, comunidades sobre las cuales se ejerce represión y violencia porque buscan ser fieles a sus tradiciones y costumbres, a su ser más íntimo. En el Encuentro también participaron grupos anarquistas de España, Italia y Alemania, mostrando su solidaridad con las causas autonómicas en México. Fue interesante ver como estábamos reunidos, en un clima de escucha y coexistencia, los más diversos entre los diversos: anarco punks del DF, organizaciones sindicales españolas, budistas y católicos e indígenas de distintas etnias.
Mi participación, además de la oración, fue en una de las mesas del Encuentro: Espiritualidad y Autonomía. Básicamente, en la Mesa se hablo de cómo diferenciar la espiritualidad indígena de las prácticas religiosas particulares, que muchas veces causan conflictos entre los grupos y culminan en la desintegración de las comunidades. En este municipio específicamente protestantes y católicos han tenido problemas por sus diferencias, dejando a un lado la comunión que los une: la relación sagrada entre la tierra y quienes la cultivan, la viven y la veneran. Las ancianas mixtecas de Plan de Zaragoza, hablando en su lengua, exponían como el indígena percibe su relación con la tierra como sagrada y que en ello, en la reivindicación de sus prácticas ancestrales, radica la autonomía. La Espiritualidad, decían estas mujeres, es fuente de fuerza, paciencia y vigor para llevar a cabo los procesos autonómicos.
Una de las cosas que más me llegó en este viaje y de la que más enseñanza recibí fue la entrevista que nos hicieron los miembros de la Radio Comunitaria. La Radio es otro proyecto más de trabajo autonómico que busca acercar a las comunidades que, en una geografía tan agreste, se encuentran difícilmente comunicadas. En la pequeña cabina de transmisiones lo que parecía una breve plática se convirtió en un apasionado debate: ¿cómo es posible, nos decían, que convivan en la Red católicos y evangélicos, musulmanes y budistas? ¿Qué puede aportar la Red a las comunidades indígenas? Creo que no teníamos entonces respuestas contundentes (o por lo menos convincentes) ante estas preguntas. Pero con el Favor y la Gracia Divina, las iremos construyendo. En realidad, nuestro viaje a la sierra fue un enriquecimiento para la Red, para nosotros: la gente de Plan de Zaragoza nos dio, alhamdulillah, más de lo que nosotros podíamos ofrecer.
En el Encuentro, además de escuchar las distintas experiencias de vida de las comunidades ahí representadas en su búsqueda y ejercicio de la autonomía, también pudimos sentir la hospitalidad de Plan de Zaragoza -a través de su trato cordial y sus deliciosas tlayudas y atole- y su agradecimiento por prestarle oídos y corazón a sus problemas, a sus expectativas y sueños. La experiencia de convivencia, no solo con las comunidades y sus delegados, sino también con los hermanos de la Red, fue para mi un ejercicio de escucha y de empatìa. Y también resulta para mi una muestra de que lo que nos une es más grande y fuerte que nuestras diferencias, las cuales realmente nos enriquecen en lugar de separarnos.
Pedimos, amado Allah por tu Misericordia y Generosidad, por el respeto a las diferencias de cualquier tipo, por el fin de la violencia y la represión y por la justicia para las comunidades autónomas en México y el mundo.