MUCHAS MANOS Y UN SOLO CORAZÓN PARA LUCHAR

Sta. Lucía del Camino, Oaxaca, México. Julio 14 de 2004

La solidaridad con los demás
Es la protección de nosotros mismos
Praxedis, G. Rivera, Puntos Rojos, 1907.

HERMANAS/OS DE VIGO ESPAÑA

Si están leyendo este carta será porque el mar no tubo la fuerza para detener la solidaridad rebelde de los pueblos: la victoria es nuestra.
Por cierto, no sabemos donde queda su casa, lo buscamos en el mapa pero no encontramos. Quienes hacen mapas quisieron hacer trampa y fallaron, porque si bien no sabemos donde enterraron su ombligo, si estamos seguros donde vive su corazón. Para llegar ahí no necesitamos mapas ni brújula y no sabemos como pero no nos extraviamos nunca y siempre encontramos compañía: ahí uno nunca esta solo. Por eso mejor dejamos el mapa en la basura y enfilamos a su corazón. Esperamos no se enojan porque tiramos el mapa en el olvido.
Nosotras/os aquí nos preguntamos ¿Como esas/os de Vigo se atrevieron a creer en nosotros/as? Y saltaron muchas respuestas: a lo mejor no saben leer y no han visto el periódico del gobiernos de José Murat que habla tan mal de nosotras/os, o son tan pobres como nosotras/os que no tienen radio ni televisión y por eso no escucharon tanta mentira que dicen de nuestro comunidades. Ninguna de las respuestas nos hizo convencidas/os y tuvimos que inventar una respuesta.
Si, ya sabemos, ya esta, lo que pasa es que por barco, de tanto emigración que hay llegó una enfermedad, un virus contra el que no hay medicina todavía: es el virus de la esperanza, es el virus magonista de la subversión y la rebeldía. Comienza por invadir la mente y luego los huesos y así hasta que llega al corazón en su etapa terminal. Entonces ni vacunas, ni operaciones, ni rayos láser, ni embrujos, ni rituales, nada, nada los puede salvar. Están condenadas/os a padecer la felicidad de luchar por otras/os y por ustedes también.
Para nosotras/os no hay otra razón que se atrevieron de apoyarnos a nosotras/os indias/os sin rostro, a estas mujeres y niños que no conocen pero que ustedes saben luchan por un mundo donde todas/os tengamos un lugar siendo lo que somos, donde no tengamos que cambiar de piel para encontrar trabajo pagado justamente, lugar donde, sin importar la lengua que hablemos, la educación sea un derecho no un privilegio, la salud de lo mejor y no limosna, o sea, donde tengamos todo lo que hoy nos hace falta o nos van robando.
Pero ese mundo no será posible solo por la justeza y lindura de nuestros sueños, sino que debemos poner todo nuestro esfuerzo y dedicación para que triunfemos y hagamos posible que ya no mueran niñas/os por enfermedades curables sino de abuelitas/os, que no mueran las/os ancianas/os y nosotras/os las/os indígenas de olvido.
No nos van a regalar ese mundo donde los policía solamente sean adorno para los turistas o piezas de museo para saber cuales fueron las profesiones más feas de la humanidad, o simplemente sean la forma del baño donde uno va a dejar los desechos del cuerpo.
El ideal de ese mundo es lo que hoy nos convoca a ustedes y nosotros en las dos orillas del mar. Por eso les decimos gracias con el corazón y salud hermanos, porque se han atrevido a darnos rostro mas allá del mar, han logrado que nuestra lucha no descanse cuando se pone el sol y que la defensa de la tierra y el bosque no tenga sueño, porque cuando ustedes descansen nosotros estaremos despiertos y viceversa.
No sabemos que se dice a quienes se han atrevido a juntar su tiempo, ese que podían destinar a la novia, a los amigos, al bar, al cine, a hacer el amor hasta el cansancio o hacer nada simplemente. No sabemos que decirles a todas/os los que están ahora, ahí protestando, no sabemos, pero algo tenemos seguro: si están aquí es porque tienen sueños que compartimos, locuras colectivas, contaminación del virus de la digna rebeldía, porque son ustedes mismos el virus de la esperanza, su esperanza, nuestra esperanza.
Bienvenidas/os a esta parte de la historia a mostrar y mostrarnos que siempre habrá locos que jamás pierden la cabeza ni la esperanza, bueno. . . . la cabeza de vez en cuando pero la esperanza nunca.
Ojalá podamos hacer de este colectivo que hoy se presenta: un lugar donde la gente se asocie libremente, circulen las ideas, propuestas, entusiasmos, acciones y actividades sin pedirle permiso a nadie. Deseamos y rogamos que sea un espacio de encuentro de rebeldías y resistencias donde lo único prohibido sea prohibir, donde las lágrimas encuentren cause para hacer del dolor coraje, solo así la protesta y la propuesta caminaran de la mano.
Es decir, no hay caminos, se hacen, no hay futuro, lo construimos donde los sueños son la brújula y la esperanza el barco.
Los convocamos a tomar el cielo y a ponerle letreros donde de manera realista pidamos y hagamos lo imposible. Para eso se requiere que los magonistas de este y aquel lado del mar hagan de la organización una casa donde quepan todos los colores dispuestos a luchar por la paz con justicia y dignidad, por comida, vivienda, empleo, escuelas, derechos de las mujeres, tierra y libertad, en fin, tantas cosas como se quieran. Pero también se requiere estar atentos para enfrentar y vencer dificultades que llegarán algún día por alguna razón: divisiones, intrigas, enojos, estilos distintos de trabajo, etcétera, todos esos detalles que salen y crecen como mala hierba. Debemos estar atentos para que no nos agarren abriendo la boca y los enfrentemos sin odios y rencores, sino con la convicción que nuestros muertos, reprimidos, golpeados, presos, amenazados, en fin los pobres de aquí y de allá, no merecen olvidarse por diferencias que siempre serán menos importantes que los sueños.
Saludamos con el corazón rojinegro a todas/os las/os rebeldes y atrevidas/os que hoy se dieron cita para acompañar las protestas que nosotras/os estamos haciendo en estos momentos en el estado de Oaxaca, México y que el día de hoy se ha llamado reencuentro de rebeldías, para exigir principalmente:
1.- Respeto a la autonomía de hecho que ejercemos en las comunidades del CIPO-RFM.
2.- Castigo a los paramilitares del CROCUT (Cesar Toimil y Jacobo Chávez) que el 16/octubre/03 en Sta. Ma. Yaviche mataron a Bartolomé Salas y lastimaron de bala a 9 hombres y mujeres, a Antorcha Campesina que el 11/agosto/02 asesinó a 2 niños e hirió a 34 mujeres en el paraje Iyusion San Isidro Aloapan y a los de Sta. Lucía Monteverde que el 13/ marzo y 12/julio/04 asesinaron a 2 compañeros de Lagunilla y Yucunicuca Yosonotu.
3.- Desmantelamiento de grupos paramilitares en Oaxaca y todo México, así como castigo a los funcionarios que los protegen como Candido Coheto, Mauro Francisco Mendez, Romualdo Pacheco, entre otros.
4.- Cese a la represión que de manera sistemática se realiza contra las comunidades e integrantes del CIPO-RFM y cumplimiento de las recomendaciones de las Comisiones, nacional y estatal, de derechos humanos: CNDH/26/99, CEDH/15/2002 y CEDH/ 13/2004 donde se ha demostrado la violación a nuestros derechos humanos:
5.- Solución a conflictos agrarios de San Isidro Aloapam, Sta. Catarina Yosonotu, Guadalupe Chindua y Cacalotepec.
6.- Garantías para la vida de Raúl Gatica y demás compañeros amenazados de muerte.
7.- Asamblea General, elecciones democráticas y respeto a derechos laborales y prestaciones socioeconómicas retenidas hace 2 años a trabajadores democráticos del STSPEIDCEO
8.- Participaciones municipales a San Isidro Aloapam, Guadalupe Chindua y Plan de Zaragoza, asi como: agua, luz, escuelas, médicos, atención y empleo a jóvenes, mujeres y ancianos.
9.- Vivienda y derecho a vender los productos comunitarios en las playas de Huatulco
10.- Respeto a nuestra radio comunitaria “Guetza” que funciona en la ciudad de Oaxaca y concesión al transporte comunitario tipo suburban en Tlaxiaco.
Bienvenidas/os a este camino que apenas empieza.

Muy fraternalmente
Por la reconstitución y libre asociación de los pueblos
La junta organizadora del CIPO-RFM

Rosario Gómez Hernández, Reynaldo Feria, Juan Tomás López, Reynaldo Hernández
Leonor Heredia Marín, Gumaro López, Gabriela Gómez, Crisóstomo Cruz Pérez
Alfonso Bautista, Asunción Díaz, Bonifacia López Ángel, Elizabeth Pérez Cruz, Leonor López Alavez, Dolores Villalobos Cuamatzin, Fernando Torija, Carmen Pérez Chávez