Organizando la Revolución Ecológica
John Bellamy Foster
Mi tema –organizar
la revolución ecológica– tiene como su premisa inicial que estamos en medio de
una crisis ambiental global de tal enormidad que la red de la vida en todo el
planeta se ve amenazada, y con ello, el futuro de la civilización.
Esta ya no es una
proposición que esté en discusión. Para estar bien seguros, digamos que hay
diferentes percepciones acerca de la extensión del desafío que esto entraña. En
un extremo están los que creen que ya que estos son problemas humanos que
provienen de causas humanas, pueden tener una fácil solución. Lo único que
necesitamos es algo de ingenio y voluntad para actuar. En el otro extremo están
los que creen que la ecología del mundo se ha deteriorado a tal escala y con
una rapidez tan grande, que ya está fuera de control, lo que da lugar a los
presentimientos más sombríos.
Aunque a menudo se
las ha visto como oposiciones polares, estos puntos de vista comparten algunas
bases comunes. Como observó Paul Sweezy, cada una refleja "la creencia de
que si las tendencias presentes continúan operando, será sólo cosa de tiempo
que la especie humana torne completamente asqueroso su propio nido"
(Monthly Review, June 1989)
Cuanto más
aprendemos sobre las tendencias actuales del ambiente, más sobresale la no
sustentabilidad del curso presente. Entre los signos de advertencia:
* Hoy existe la
certeza de que el umbral crítico del aumento medio de la temperatura mundial de
2 grados C (3,6 grados F), por encima de la media del período preindustrial,
está por cruzarse, debido a la acumulación de gases de efecto invernadero en la
atmósfera. Los científicos piensan que el cambio de clima a este nivel tendrá
portentosas implicaciones para los ecosistemas del mundo. La pregunta ya no es
cuándo ocurrirán los cambios, sino cuán grandes van a ser.
( (International
Climate Change Task Force, Meeting the Climate Challenge, January 2005)
http://www.americanprogress.org).
* Existe una
creciente inquietud en la comunidad científica de que las estimaciones en la
tasa del calentamiento global, provistas por el Panel Intergubernamental sobre
Calentamiento Global de Naciones Unidas (IPCC), que para un escenario
extremadamente pesimista proyectaba para el 2100 aumentos de temperatura global
media de sobre los 5,8 grados C (10,4 grados F), pudieran resultar bajos. Por
ejemplo, los resultados del mayor experimento de modelación de climas realizado
en la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña, indicaron que el calentamiento
global podría llegar a ser casi el doble en el mismo período de la estimación
del IPCC (London Times, January 27, 2005).
* Experimentos
realizados en el Instituto Internacional del Arroz y en otros lugares, han
llevado a los científicos a concluir que por cada 1 grado C( 1,8 grados F) de
aumento en la temperatura, las cosechas de arroz, trigo y maíz pueden caer
hasta en un 10% (Proceedings of the National Academy of Sciences, July 6, 2004;
Lester Brown, Outgrowing the Earth).
* Actualmente está
claro que el mundo llegará en unos pocos años al pico en cuanto a producción de
petróleo (lo que se conoce como el pico de Hubert). Por eso, la economía
mundial está enfrentando la disminución y mayores dificultades en la obtención
de provisiones de petróleo, a pesar de que existe una demanda en rápido
crecimiento (Ken Deffeyes, Hubbert’s Peak; David Goodstein, Out of Gas). Todo
esto lleva hacia una creciente crisis mundial de energía y a una creciente
competencia guerrera por los recursos.
* El planeta se está
enfrentando a la escasez del agua debido al agotamiento de acuíferos
irremplazables que constituyen el grueso de la provisión de agua dulce en el
mundo. Esto plantea una amenaza a la agricultura global que ha llegado a ser
una economía burbuja basada en la explotación insostenible del agua
subterránea. Hoy día, una de cuatro personas no tiene acceso a agua limpia
(Bill McKibben, New York Review of Books, September 25, 2003).
* Dos terceras
partes de las reservas de peces en el mundo ya han sido explotadas por encima
de su capacidad. A lo largo del último medio siglo, el 90% de los grandes peces
predadores en los océanos del mundo han sido eliminados. (Worldwatch, Vital
Signs 2005).
* La tasa de
extinción de peces es la más alta en 65 millones de años, con la perspectiva de
extinciones en cascada a medida que se remuevan los remanentes de ecositemas
intactos. Ya la tasa de extinción se aproxima a ser 1000 veces superior al
"benchmark" o tasa natural (Scientific American, September 2005). Los
científicos han indicado 25 puntos de alarma en tierra que responden por el 44%
de todas las especies de plantas vasculares y a 35% de todas las especies en 4
grupos vertebrados, en tanto se considera solamente el 1,4% de la superficie
terrestre del mundo. Todos estos puntos de alarma se encuentran actualmente
amenazados por la rápida aniquilación debida a causas humanas. (Nature,
February 24, 2000).
* De acuerdo a un
estudio publicado por la National Academy of Sciences en 2002, la economía
mundial ha excedido la capacidad regenerativa de la tierra ya en 1980 y para
1999 la superó en 20%. Esto significa, de acuerdo a los autores del estudio que
"se requerirían 1.2 Tierras, o una Tierra para cada 1.2 años para
regenerar lo que la humanidad usó en 1999". (Matthis Wackernagel, et. al, "Tracking
the Ecological Overshoot of the Human Economy," Proceedings of the
National Academy of Sciences, July 9, 2002). La cuestión del colapso ecológico
de civilizaciones pasadas desde la Isla de Pascua a los Mayas se ve hoy
crecientemente como extendiéndose hacia el actual sistema capitalista mundial.
Esta visión, largamente sostenida por los ambientalistas, ha sido popularizada
recientemente por Jared Diamond en su libro Collapse.
Ésta y otras
campanas de alarma indican que en el presente ya no son sostenibles las relaciones
humanas con el ambiente. Los países capitalistas más desarrollados tienen las
más grandes responsabilidades ecológicas per cápita, demostrando así que el
curso completo del desarrollo capitalista mundial en la actualidad, llega a un
final sin salida.
La principal
respuesta de la clase gobernante capitalista cuando se enfrente con el
creciente reto ambiental es "tocar el arpa mientras arde Roma". Hasta
el extremo de que tiene una estrategia que es la de basarse en la constante
revolución de las fuerzas productivas , por ejemplo, cambiando de tecnología
mientras el sistema de relaciones sociales permanece intacto. Fue Karl Marx
quien primero señaló en El Manifiesto Comunista la constante
revolucionarización de la producción como la característica distintiva de la
sociedad capitalista. Hoy en día, grandes intereses intervienen en la
construcción del proceso de cambio tecnológico revolucionario, que emparejan
con la magia tradicional del mercado para resolver los problemas ambientales
dónde y cuándo fuere necesario.
En duro contraste,
muchos ambientalistas creen ahora que la sola revolución tecnológica será
insuficiente para resolver el problema y que se precisa una revolución de mayor
alcance social para transformar el actual modo de producción.
Históricamente,
dirigir la atención a esta cuestión de la transformación de la sociedad
significa que nosotros necesitamos averiguar: (1) hacia dónde se dirige el
sistema capitalista mundial en el presente, (2) el grado en el cual puede
alterar su curso por medios tecnológicos u otros medios, en respuesta a la
crisis social y ecológica convergentes hoy en día, (3) las alternativas
históricas al sistema existente. Hasta ahora, el intento más ambicioso para
resolver tareas tan amplias, ha sido llevado a cabo por el grupo Global
Scenario (http://www.gsg.org), un proyecto lanzado en 1995 por el Stockholm
Environmental Institute para examinar la transición hacia una sustentabilidad
global. El Global Scenario Group ha producido tres informes—Branch Points
(1997), Bending the Curve (1998), y culminando con el estudio, Great Transition
(2002). En lo que sigue, nos enfocaremos en el último de los tres informes:
Great Transition. [1]
Como su nombre los
sugiere, el grupo Global Scenario emplea escenarios alternativos para explorar
los pasos posibles de una sociedad asaltada por una crisis de sustentabilidad.
El informe culminante presenta tres clases de escenarios: Mundos
Convencionales, Barbarización y Grandes Transiciones. Cada una de éstas
presenta dos variantes. En los Mundos Convencionales son las fuerzas del
mercado y las políticas de reforma. La Barbarización se manifiesta en las
formas de la Quiebra y el Mundo Fortaleza. Las Grandes Transiciones se quiebran
en Ecocomunalismo y el nuevo Paradigma de Sustentabilidad. Cada escenario se
asocia con diferentes pensadores: La Fuerza del Mercado con Adam Smith, las
Políticas de Reforma con John Maynard Keynes y los autores de la Comisión
Brundtland de 1987; la Fortaleza del Mundo con Thomas Hobbes; el
Eco–comunalismo con William Morris, Mahatma Gandhi, and E. F. Schumacher; y el
Nuevo Paradigma de Sustentabilidad con John Stuart Mill.
Dentro de los
escenarios de los Mundos Convencionales, la Fuerza del Mercado se pone de lado
del capitalismo desnudo o neoliberalismo. Viene a representar en las palabras
del informe Great Transition, "la tormenta de la expansión
capitalista". Las Fuerzas del Mercado es un orden capitalista desembozado
que sólo pretende la acumulación de capital y el rápido crecimiento económico,
sin importar ningún costo social o ecológico. El problema principal que surge
de este escenario es su relación rapaz con la humanidad y la tierra. El impulso
por amasar capital que es central en el régimen de Fuerzas de Mercado fue mejor
registrado por Marx en la fórmula general del capital, (aunque no es citado en
la Gran Transición). En una sociedad de producción mercantil simple (una
concepción abstracta que se refiere a formaciones económicas precapitalista,
donde el dinero y el mercado juegan un papel subsidiario), el circuito de
mercadería y dinero existe en una forma de M—D—M, en el que diferentes
mercancías o valores de uso constituyen el objetivo del proceso económico. Una
mercancía M, que encarna un valor de uso definido se vende por dinero D, que se
usa para comprar diferentes mercancías M. Cada uno de estos circuitos se
completa en el consumo de un valor de uso.
Sin embargo, en el
caso del capitalismo, o de la producción generalizada de mercancías, el
circuito del dinero y de las mercancías comienza y termina con el dinero, o
D—M—D. Todavía más, ya que el dinero es solamente una relación cuantitativa,
tal intercambio no tendría significado si al final del proceso se adquiriera la
misma cantidad de dinero que se intercambió al principio, por lo que la fórmula
del capital en realidad toma la forma de D—M—D’, donde D’ es igual a M+ m o
plusvalía. [2] Lo que queda en pie, cuando se la compara con la producción
simple de mercancías, es que no existe un final real para este proceso, ya que
el objeto no es de uso final sino la acumulación de plusvalía o capital. En un
año D––M—D resulta por eso en la )m que es reinvertida, lo que lleva al D—M—D’’
del año siguiente y al D—M—D’’’ del año que sigue, y así al infinito. En otras
palabras, el capital por su propia naturaleza es un valor en expansión.
La fuerza motriz que
está detrás de este impulso hacia la acumulación, es la competencia. La lucha
competitiva asegura que cada capital o firma debe crecer y que en seguida deba
invertir sus "ingresos" a fin de sobrevivir.
Tal sistema tiende
hacia el crecimiento exponencial puntuado por crisis o interrupciones
temporales en el proceso de acumulación. Las presiones que se dejan caer sobre
el ambiente natural son inmensas y sólo podrían aflojarse con el debilitamiento
o cese en funciones del mismo capitalismo. Durante el último medio siglo la
economía mundial ha crecido más de siete veces mientras la capacidad de la
biosfera para soportar tal expansión ha disminuído debido a las depredaciones
ecológicas humanas (Lester Brown, Outgrowing the Earth).
El principal
supuesto de quienes abogan por una solución de Fuerzas del Mercado a la
cuestión ambiental, es que esta solución conduciría hacia una creciente
eficiencia en el consumo de las entregas ambientales por medio de kla
revolución tecnológica y los continuos ajustes del mercado. El uso de la
energía, del agua, y de otros recursos naturales decrecerían por unidad de
output económico. A esto se refieren como "desmaterialización". Sin
embargo, la implicación central de este argumento es falsa. La
desmaterialización, hasta la extensión en que pudiera decirse que existe, ha
demostrado ser una tendencia mucho más débil que la D—M—D’. Como lo indica la
Global Transition, "el efecto de crecimiento" sobrepasa el
"efecto de eficiencia".
Esto puede
entenderse concretamente en términos de lo que se ha llamado la Paradoja de
Jevons, nombre que se toma de William Stanley Jevons que publicó su The Coal
Question en 1865. Jevons, uno de los fundadores de la economía neoclásica,
explicaba que el mejoramiento de las máquinas de vapor que rebajaban el consumo
de carbón por unidad de output, también servían para aumentar la escala de la
producción a medida que se construían más y mayores fábricas. Y entonces, la
creciente eficiencia en el uso del carbón tenía el efecto paradójico de
expandir el consumo agregado de carbón.
Los peligros del
modelo de Fuerzas de Mercado son claramente visibles en las depredaciones
ambientales durante los dos siglos desde el advenimiento del capitalismo
industrial, y muy especialmente en los últimos cincuenta años. "En vez de
abatirse" bajo el régimen de Fuerzas de Mercado –señala el informe Great
Transition—"el insostenible proceso de degradación ambiental, lo que
observamos es su intensificación. Podría aumentar el peligro de cruzar umbrales
críticos en los sistemas globales y que se gatillen sucesos que transformen
radicalmente los ecosistemas y el clima del planeta ". Aunque Fuerzas del
Mercado es "la ideología tácita" de la mayoría de las instituciones
internacionales, arrastra inexorablemente hacia el desastre ecológico y social
y aún al colapso. La continuación del "negocio como se ha estado
haciendo" es una fantasía utópica.
Una más racional
base para esperanzas—señala el informe—se encuentra en el escenario de la Reforma
Política. " La esencia del escenario es la emergencia de una voluntad
política para torcer gradualmente la curva del desarrollo hacia un conjunto
comprehensivo de objetivos sustentables", que incluyen la paz, los
derechos humanos, el desarrollo económico y la calidad ambiental. Esta es
esencialmente la estrategia global keynesiana sostenida por el informe de la
Comisión Brundtland en su informe de fines de los 1980s.—que propone una
expansión del estado de bienestar, que viene a concebirse ahora como de bienestar
ambiental para todo el mundo. Representa la promesa de lo que los sociólogos
ambientalistas llaman "la modernización ecológica".
La aproximación a la
Reforma Política se prefiguró en varios acuerdos internacionales, tales como el
Protocolo de Kyoto sobre calentamiento global y las medidas de reforma
ambiental avanzadas en las cumbres de la Tierra de Río en 1992 y de
Johannesburgo en 2002. La Reforma Política buscaría el decrecimiento de la
desigualdad y de la pobreza mundial a través de programas de ayuda extranjera
que emanara de los países ricos y de las instituciones internacionales. Esta
promovería las mejores prácticas ambientales a través de incentivos de mercado
inducidos por el estado. Sin embargo, a pesar del potencial para modernizaciones
ecológicas limitadas, las realidades del capitalismo—señala el informe Great
Transition—entrarían a chocar con la Política de Reforma. Y esto porque
Política de Reforma continúa siendo un escenario de Mundo Convencional—uno en
donde perduran los valores subyacentes, los estilos de vida y las estructuras
del sistema capitalista. "La lógica de la sustentabilidad y la lógica del
mercado global están en tensión. La correlación entre la acumulación de riqueza
y la concentración del poder, erosiona la base política para una
transición". Bajo estas circunstancias,"la tentación del dios de
Mammon y del Sacrosanto dólar" prevalecerá.
El fracaso de ambos
escenarios de Mundos Convencionales para aliviar el problema de la declinación
ecológica, significa que nos amenaza la Barbarie: o sea el derrumbe de la
Fortaleza del Mundo. El derrumbe habla por si mismo y ha de ser evitado a toda
costa. La Fortaleza del Mundo emerge cuando "poderosos actores regionales
e internacionales comprenden las peligrosas fuerzas que llevan al
Derrumbe" y son capaces de resguardar sus intereses lo suficiente como
para crear "enclaves protegidos". La Fortaleza del Mundo es un
sistema apartheid planetario, regulado y mantenido por la fuerza, en la que se
ensancha permanentemente el abismo entre el rico global y el pobre global, y en
donde el acceso diferencial a los recursos y facilidades del ambiente también
aumenta de un modo agudo. Consiste en "burbujas de privilegio en océanos
de miseria.. . Las elites han detenido la barbarie a sus puertas y forzado una
especie de administración ambiental y una estabilidad insegura." El estado
general del ambiente planetario, continuará sin embargo deteriorándose en este
escenario que conduce sea a un completo Derrumbe ecológico, o al surgimiento a
través de la lucha revolucionaria de una sociedad más igualitaria, la del
Eco–comunalismo.
Esta descripción de
la Fortaleza del Mundo es señaladamente similar al escenario alzado en el
informe del Pentágono del 2003, Abrupt Climate Change and its Implications for
United States National Security (see "The Pentagon and Climate
Change," Monthly Review, May 2004). El informe del pentágono visualiza un
posible paro debido al calentamiento global de la circulación termohalina que
calienta al Atlántico Norte, con lo que se arrojaría a Europa y a Norteamérica
a condiciones siberianas. Ante tan diferentes aún cuando plausibles
circunstancias, poblaciones en situaciones relativamente confortables,
incluyendo las de Estados Unidos, se las pinta construyendo en torno suyo "fortalezas
defensivas" para mantener fuera a masas de posibles inmigrantes. Los
enfrentamientos militares en torno a recursos escasos, se intensifican.
El capitalismo
desnudo y las guerras por los recursos se puede decir que están empujado al
mundo en esa dirección, aunque faltara una causa tan inmediatamente
estremecedora como el cambio climático. Con la llegada de la Guerra del Terror,
desencadenada por EEUU contra uno y otro país desde septiembre 11 del 2001, un
"Empire of Barbarism" hace sentir su presencia (Monthly Review,
December 2004).
Aún así, desde el
punto de vista del grupo Global Scenario, los escenarios de la Barbarización
están ahí sólo para advertirnos de los peores peligros posibles de la
declinación ecológica y social. Sostienen que se precisa de una Gran
Transición, como una necesidad para evitar la Barbarización.
Teóricamente hay dos
escenarios de Grandes Transiciones que son examinados por el grupo Global
Scenario: el Eco–Comunalismo y el Paradigma de Nueva Sustentabilidad. Sin
embargo, el Eco–comunalismo nunca lo discutieron en detalle, ya que para este
tipo de transformación, para que ocurra, sería necesario que la sociedad
mundial pase primero por la Barbarización. La revolución social del
Eco–Comunalismo es vista por los autores de Global Scenario como estando al
otro lado del Talón de Hierro de Jack London. Entonces, la discusión de la Gran
Transición queda confinada al Paradigma de Nueva Sustentabilidad.
La esencia del
Paradigma de Nueva Sustentabilidad es la de una transformación ecológica
radical que va en contra de la "hegemonía capitalista" desbocada,
pero que se detiene poco antes de una plena revolución social. Ha de ser
llevada adelante primordialmente a través de cambios en los valores y estilos
de vida más que a través de la transformación de las estructuras sociales. Aquí
los avances en la tecnología y en la política ambiental que comenzaran en el
escenario de la Reforma Política, pero que fueron incapaces de empujar
suficientes cambios ambientales debido a la dominación de las normas
adquisitivas, se suplementan aquí con una "tajada de estilos de
vida".
En el escenario
explícitamente utópico del Paradigma de Nueva Sustentabilidad las Naciones
Unidas se ven transformadas en una "Unión Mundial",en una
"verdadera federación global".La Globalización ha llegado a
"civilizarse". El mercado mundial es plenamente integrado y equipado
para la igualdad y la sustentabilidad, ya nos sólo como generador de riqueza.
La Guerra del Terrorismo ha concluído con la derrota de los terroristas. La
sociedad civil, representada por las organizaciones no gubernamentales (ONGS),
juega un papel dirigente en la sociedad a niveles tanto locales como globales.
Las votaciones son electrónicas. La pobreza es erradicada. La desigualdad
típica ha decrecido a una diferencia de 2–3:1 entre el veinte por ciento de la
cumbre y el 20% del fondo de la sociedad. La desmaterialización es real, como
lo es también el principio de que el que contamina paga. La propaganda está
ahora donde puede ser vista. Ha habido una transición a una economía solar. Los
extensos transportes desde el lugar donde la gente vivía al lugar de trabajo,
es ahora cosa del pasado; en vez de eso ahora hay "colonias
integradas"que colocan en cercana proximidad los hogares, el trabajo, las
almacenes al detalle, los lugares de recreo. Las corporaciones gigantes han
llegado a ser organizaciones sociales que deseadas con ansiedad, y no simples
entidades privadas. Ellas ya no están preocupadas exclusivamente con la
economía de base, sino que han revisado esto "para incluír la igualdad
social y la sustentabilidad ambiental, ya no como medios de ganancia, sino como
fines".
Cuatro agentes de
cambio se dice que se han combinado para hacer todo esto posible: (1)
gigantescas corporaciones trasnacionales, (2) organizaciones
intergubernamentales tales como las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, 3) la sociedad
civil actuando a través de las ONGS, y 4) la población mundial, globalmente
despierta, ambientalmente consciente y democráticamente organizada.
Apuntalando esto
económicamente está la noción de un estado estacionario, como fue descrito por
Mill en su Principles of Political Economy (1848), y y desarrollada en nuestros
días por el economista ecológico Herman Daly. La mayoría de los economistas
clásicos –incluyendo Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y Kart
Marx—vieron el espectro de un estado estacionario como presagiando la defunción
de la economía política burguesa. Mill, a quien Marx (en el Postfacio de la
segunda edición del Capital) acusó de "sincretismo superficial", vio
el estado estacionario como compatible en cierto grado con las relaciones
productivas existentes, en donde se requerían sólo pequeños cambios en distribución.
En el escenario del Paradigma de Nueva Sustentabilidad, que adopta el punto de
vista de Mill como inspiración, las instituciones básicas del capitalismo
permanecen intactas, como también las relaciones fundamentales de poder, pero
un giro en el estilo de vida y en la orientación del consumidor significan que
la economía ya no es conducida por el crecimiento económico y la ampliación de
las ganancias, sino por la eficiencia, la equidad y el mejoramiento cualitativo
de la vida. Una sociedad capitalista formalmente dirigida hacia la reproducción
ampliada a través de la inversión de plusvalía ha sido reemplazada con un
sistema de reproducción simple (el estado estacionario de Mill), en donde el
excedente es consumido en vez de ser invertido. La visión es la de una
revolución cultural que suplementa la revolución tecnológica, cambiando
radicalmente el paisaje social y ecológico de la sociedad capitalista, sin
alterar fundamentalmente las relaciones productivas, de propiedad y de poder
que definen al sistema.
A mi entender, hay
problemas lógicos e históricos en esta proyección. Ella combina los elementos
más débiles del pensamiento utópico (tejiendo un futuro sobre puras esperanzas
y deseos—véase Bertell Ollman, "The Utopian Vision of the Future,"
Monthly Review, July–August 2005) que se enredan con un deseo
"práctico" por evitar un corte decisivo con el sistema existente. El
fracaso del Global Scenario Group para levantar su propio escenario en torno al
Eco–comunalismo es parte y parcela de esta perspectiva, que trata de eludir la
cuestión de una seria transformación social que una Gran Transición requeriría.
El resultado es una
visión del futuro que es en extremo contradictoria. Las corporaciones privadas
son instituciones con un único y sólo propósito: la prosecución de ganancias.
La idea de convertirlas en algo enteramente diferente y opuesto a sus fines
sociales es reminiscente a las nociones abandonadas hace mucho acerca de la
"corporación sentimental" que emergió por un corto tiempo en los
1950s y que luego se desvaneció en la dura luz de la realidad. Muchos cambios
asociados con el Paradigma de Nueva Sustentabilidad, para realizarse,
precisarían de una revolución de clase. Pero esto se excluye del escenario. En
vez de eso, los autores del Global Scenario Group se traban en una suerte de
pensamiento mágico – negando que cambios fundamentales en las relaciones de
producción puedan acompañar (y a veces preceder) a cambios en los valores. No
es menos cierto que en el caso del escenario de la Política de Reforma –como se
señala en el mismo informe acerca de la Gran Transición—"el Dios
Mammon" inevitablemente aplastará a una Gran Transición basada en valores
que tratan de escapar al reto de una transformación revolucionaria de toda la
sociedad.
Dicho muy
escuetamente, mi argumento es que una revolución ecológica digna de ese nombre
solamente puede ocurrir como parte de una más amplia revolución social, e
insistiré, una revolución socialista. Tal revolución, si ha de generar las
condiciones de igualdad, sustentabilidad y libertad humana dignas de una
genuina Gran Transición, necesariamente extraerá su mayor ímpetu de las luchas
de las poblaciones trabajadoras y de las comunidades en el fondo de la
jerarquía global capitalista. Y demandaría, como insistió Marx, que los productores
asociados regulen racionalmente la relación metabólica humana con la
naturaleza. Y se vería la riqueza y el desarrollo humano en términos
radicalmente diferentes que en la sociedad capitalista.
Al concebir tal
revolución ecológica y social, podemos derivar inspiración, como lo hizo Marx,
del antiguo concepto epicúreo de "riqueza natural". [3] Como
observaba Epicuro en sus Doctrinas principales, "la riqueza natural es a
la vez limitada y fácilmente obtenible; las riquezas de los caprichos ociosos se
desvanecen para siempre". Y el problema es el carácter no natural e
ilimitado de tales riquezas alienadas. Igualmente, en lo que se han venido en
llamar los Dichos Vaticanos, Epicuro señalaba: "Cuando se la mide por el
propósito natural de la vida, la pobreza es gran riqueza; y la riqueza sin
límites, una gran pobreza." El libre desarrollo humano. Que se alza en un
clima de limitaciones naturales y de sustentabilidad es la base verdadera de la
riqueza de una existencia multifacética y rica; la persecución desbocada de
riqueza es la fuente primaria del empobrecimiento y del sufrimiento humano. No
necesita uno decirlo, pero tal preocupación por el bienestar natural, como
opuesto a las necesidades y estimulantes artificiales, es la antítesis de la
sociedad capitalista y la precondición de una comunidad humana sostenible.
Por eso una Gran
Transición debe tener las características implicadas en el escenario olvidado
por el Scenario Group: el Eco–comunalismo. Debe tomar su inspiración de William
Morris, uno de los más originales seguidores ecológicos de Kart Marx, de
Gandhi, y de otras figuras radicales, revolucionarias y materialistas,
incluyendo al propio Marx, y extendiéndose tan lejos atrás como a Epicuro. La
finalidad debe ser la creación de comunidades sustentables, orientadas por el
desarrollo de poderes y necesidades humanas, ajenas a la ansia devoradora de
acumulación de riquezas (capital).
Como escribió Marx,
el nuevo sistema " comienza con el autogobierno de las comunidades"
Marx and Engels, Collected Works, vol. 24, p. 519; Paul Burkett, "Marx’s
Vision of Sustainable Human Development" en este numero de septiembre de
Monthly Review). La creación de una civilización ecológica requiere de una
revolución social; una que, como explica Roy Morrison, necesite organizarse
democráticamente desde abajo: "comunidad por comunidad…región por
región" (Ecological Democracy). Deberá proveer por las necesidades
humanas—aire limpio, agua no contaminada, comida sana, adecuado sistema
sanitario, transporte social, salud y educación universal, todo lo cual
requiere de una relación sustentable con la Tierra—por encima de toda otra
necesidad o querer. Tal vuelco revolucionario en los asuntos humanos pareciera
ser improbable. Pero la continuación del presente sistema capitalista por
cualquier longitud de tiempo se probará imposible—si han de sostenerse la
civilización humana y las redes de la vida como las conocemos.
[1]. Los autores del
informe
[2].- Gran parte del
análisis de Marx en El capital se concentra en el problema de dónde proviene la
plusvalía. Para responder a esta pregunta, él sostiene, es necesario mirar
debajo del proceso de intercambio y explorar los rincones ocultos de la
producción capitalista—donde se revela que la fuente de la plusvalía ha de
encontrarse en el proceso de explotación de clase.
[3].- Sobre la
relación de Marx con Epicuro, véase John Bellamy Foster Marx’s Ecology (New
York: Monthly Review Press, 2000).
Sobre el autor:
John Bellamy Foster es coeditor de la prestigiosa publicación Monthly Review, presidente de
Fuentes:
http://www.socialismo-o
barbarie.org/teoria_de_la_revolucion/051023_organizandolarevolucionecologica.htm
Monthly Review, Vol.
57, N° 5, october 2005
Reproducido en
Globalización, septiembre 2005
Traducción de
Federico García M.