Mariana
Lira
Es poco sabido que León Trotsky en 1925 fue
designado director de la Junta para el Desarrollo Electrotécnico y del Comité
de Industria y Tecnología. Podría resultar extraño que el teórico
revolucionario ruso, dirigente del partido bolchevique y de la primera
revolución proletaria triunfante en la historia de la humanidad, años después
fuera el director de todas las instituciones científicas soviéticas. Esa
extrañeza está justificada porque poco se han recuperado sus aportaciones en el
terreno filosófico y político para pensar los problemas de la ciencia y la
tecnología.
Sin embargo, no debería resultar insólita
la noticia de que Trotsky ocupó una porción de su tiempo a hacer aportaciones
teóricas no solo en la teoría política y económica, sino también en diversas
regiones de la experiencia humana, como el arte, la vida cotidiana y la ciencia(1).
Sería ingenuo pensar que Trotsky,
revolucionario marxista que entendía científicamente al mundo social en el que la
fuerza impulsora del proceso histórico es el desarrollo de las fuerzas
productivas(2)(3) –pero
éstas están ligadas al desarrollo de la técnica y al dominio y comprensión de
la materia y la naturaleza-, no reconociera la importancia de la ciencia en la
sociedad de clases.
Sus planteamientos están expuestos en
diversos textos como “El ABC del materialismo dialéctico” y en discursos
pronunciados en 1925 (en el centenario del nacimiento del químico ruso
Mendeleiv) y 1926 (en el primer Congreso de Amigos de la Radio).(4)
Materialismo Histórico y Dialéctica
Trotsky se diferencia de corrientes
filosóficas idealistas, positivistas y posmodernas porque sus planteamientos
son resultado de entender la realidad con el método y la base filosófica del
marxismo: el materialismo dialéctico que va de la existencia a la conciencia
y analiza como evoluciona la naturaleza y la sociedad, y la misma evolución
como la lucha constante de las fuerzas antagónicas.(5)
Trotsky retoma y revitaliza toda la
herencia teórica del marxismo: recupera el materialismo histórico de
Engels y Marx para entender que la formación del conocimiento científico es un proceso social que
se ha constituido a través de la historia como herencia cultural y
científica(6) de las sociedades de clases. No hay hechos puros, el a priori
histórico está ahí.
Por ejemplo, la sociedad medieval incorporó
elementos de la filosofía antigua vía el cristianismo y mantuvo a la ciencia
como “criada de la teología”(7), pero la sociedad burguesa adoptó al
cristianismo filtrado por la Reforma, lo que permitió el paso a la investigación
científica, dentro de aquellos límites necesarios para el desarrollo de las
fuerzas productivas(8). Así, se vio un auge en la innovaciones
tecnológicas, -navegación, minería, electricidad, máquina de vapor, industria,
carreteras…- que sirvieron para acrecentar exponencialmente la riqueza de la
nueva clase poseedora de los medios de producción: la burguesía.
Por otra parte, Trotsky reafirma las tesis del
materialismo de Marx y Lenin que refutan al empirismo e empiriocriticismo
respectivamente (por preocuparse en sistematizar sólo lo que es directamente
observable y dejar en segundo plano la fuente de lo observado), y al idealismo
(que plantea que el mundo está constituido por la conciencia). Retomándolo,
Trotsky dota a su dialéctica del materialismo pues sus raíces no están en el
cielo ni en las profundidades del libre “albedrío”, sino en la realidad
objetiva, en la naturaleza. Incluso reconoce que el mismo pensamiento
dialéctico es solo una forma de expresión de la materia cambiante.
Ahora bien, cuando él habla del pensamiento dialéctico,
está retomando la herencia hegeliana y marxista. Dice Trotsky: la dialéctica
busca llegar a la comprensión de procesos amplios y complicados(9). Y más adelante añade: el pensamiento
dialéctico da a los conceptos -por medio de aproximaciones
sucesivas- correcciones, concreciones, riqueza de contenido y
flexibilidad(10). La razón de utilizar la
dialéctica es porque ésta tiene un enfoque dinámico, una estructura lógica para
encontrar resultados que abarca la totalidad y no solo la división analítica
por partes.
De Hegel, Trotsky toma las leyes de la dialéctica:
cambio de cantidad en calidad, desarrollo a través de las contradicciones,
conflictos entre el contenido y la forma, interrupción de la continuidad,
cambio de posibilidad en inevitabilidad, etc.(11)
pero a través de una crítica del conocimiento y de la realidad, con el
fin de transformarla -refiriéndose a la praxis política-. ¿Por qué retomar el método marxista para la ciencia?
Desarrollando un poco el quehacer científico, es fácil mostrar razones.
La dialéctica materialista en la ciencia
La ciencia explora las interacciones y el
movimiento de la materia, los cambios graduales y abruptos en la naturaleza,
las transiciones y la evolución en los fenómenos, la no inmutabilidad de los
procesos físicos y sociales. Es decir, es fundamental para la ciencia
considerar el movimiento y las transformaciones. En ese sentido, la dialéctica
es una herramienta eficaz y poderosa para estudiar lo que atañe a la ciencia y
alcanzar resultados y teorías correctas en tanto que correspondan con una
realidad.
Basten dos ejemplos para mostrarlo: la
transformación de las especies y la de los elementos. Por un lado, las
contribuciones de Darwin a la biología partieron de reconocer que las
transformaciones cuantitativas generan cambios cualitativos (ley hegeliana) para
la evolución de las especie. Trotsky catalogaría esta teoría como el más
alto triunfo de la dialéctica en todo el campo de la materia orgánica(12). Mientras,
en la materia inorgánica, el planteamiento dialéctico de la unidad de la
materia y su mutabilidad se vio reafirmado con el descubrimiento en el
siglo XX de que los elementos químicos tienen características clasificables y
que éstos se pueden transformar unos en otros generando radiación.
En otro nivel -pero tan entrelazado-, las
ciencias reconocen y parten de la base ontológica de que existe una realidad
material cuyo comportamiento está regido por leyes cognosibles. Las teorías
físicas reconocen que la materia está intrínsicamente relacionada con el
espacio y el tiempo, y éstos dos últimos conceptos no son categorías de
nuestras mentes. Es esa materia, en el espacio-tiempo, la que podemos
comprender y transformar. De está forma, el materialismo se comprueba en la
ciencia y la ciencia en el materialismo.
Que los científicos partan del materialismo
y no del empirismo -defendido por personalidades como John Locke y el físico
Ernst Mach- les ha permitido llegar a teorías inimaginables, como a la mecánica
cuántica o el modelo estándar de las partículas elementales. Y en los años de
Trotsky permitió desarrrollar una acertada teoría atómica. A propósito, dice
él: si en nuestros pensamientos sobre la realidad solamente nos guiáramos por los descubrimientos cotidianos de nuestros
organos sensoriales nos resultaría difícil imaginar cómo el átomo es un sistema
complejo (…) y [que de él] surge el fenómeno de la radioactividad(13).
En cada momento, Trotsky defendió la
dialéctica materialista en la ciencia como valiosísima herramienta para
trascender en la comprensión de la realidad y salir del plano meramente
descriptivo y contemplativo de los fenómenos. Pero no se quedó en reinvindicaciones
del método sin tocar las discusiones de la época respecto a la ciencia. Al
contrario, entró al centro de los debates en temáticas como la teoría
darwiniana de la evolución, el descubrimiento del orden de los elementos en la
tabla periódica, el surgimiento de la energía nuclear, la radioactividad, el
uso de la tecnología inalámbrica en las comunicaciones, el psicoanálisis y los
problemas de la conciencia, el relativismo, la tecnología y su uso, el flogisto
y el alma.
Sus planteamientos se dan bajo el
entendimiento de que para resolver los problemas científicos no basta con
manejar los principios del método del marxismo, pues cada campo particular de
la ciencia no es sustituible por la teoría marxista. A propósito de ello,
escribía:
La dialéctica y el materialismo son los
elementos básicos del conocimiento marxista del mundo. Pero esto no significa
que puedan ser aplicados a cualquier campo del conocimiento como si se tratara
de una llave maestra. La dialéctica no puede ser impuesta a los hechos, sino
que tiene que ser reducida de ellos, de su naturaleza y desarrollo. (…) El
materialismo dialéctico únicamente puede ser aplicado a nuevas esferas del
conocimiento si nos situamos dentro de ellas. Para superar la ciencia burguesa
es preciso conocerla a fondo; y no llegaréis a ninguna parte con críticas
superficiales mediante órdenes vacías. El aprender y el aplicar van codo a codo
con el análisis crítico. Tenemos el método, pero el trabajo a realizar es
suficiente para varias generaciones(14).
De tal forma, el método sostenido por
Trotsky es adecuado para el quehacer científico pero pensar en la ciencia
también implica entender su función, su carácter dinámico y transformador. Como
decía Lukács: la dialéctica materialista es una dialéctica revolucionaria.
Las reflexiones teóricas deben hacerse bajo la perspectiva de mostrar a las
clases subalternas la realidad desde un ángulo distinto a la ideología
burguesa. Cabe entonces ahora, hablar de la crítica marxista a la ciencia
evidenciando las contradicciones del capitalismo en todas las esferas y
llamando a la transformación de la sociedad.
Para Trotsky, ¿qué es la ciencia? Crítica marxista a la ciencia
La ciencia es una enorme reserva de
conocimientos y técnicas acumuladas por la Humanidad a través de su larga existencia.(15)
Reconocemos que sus descubrimientos significan de los mayores triunfos al
pensamiento humano, analítico y sintético. Reconocemos también que el motor de
los científicos, es un deseo genuino y una búsqueda sincera por comprender la
naturaleza, el universo y la materia. Quizás uno de los científicos que más
claramente expuso este hecho fue Henri Poincaré:
“El científico no estudia la naturaleza por
la utilidad que le pueda reportar; la estudia por el gozo que le proporciona, y
este gozo se debe a la belleza que hay en ella. Si la naturaleza no fuera
hermosa, no valdría la pena su estudio, y si no valiera la pena conocerla, la
vida no merecería ser vivida. (…) Me refiero a aquella profunda belleza que
surge de la armonía del orden en sus partes y que una pura inteligencia puede
captar”(16).
Y eso bien lo sabía Trotsky: un hombre
de ciencia puede no estar preocupado en absoluto con la aplicación práctica de
su investigación. Mientras mayor es su alcance, mientras más audaz es su vuelo,
mientras mayor es la libertad de las necesidades prácticas diarias en sus
operaciones mentales, tanto mejor. Pero enseguida, y con ello da un salto en la crítica a la ciencia,
añade: pero la ciencia no es una función de los hombres de ciencias
individuales; es una función social(17).
Es cierto que las ciencias naturales(18), debido
a su cercanía con la materia misma y su forma de formular teorías, son menos
susceptibles de ser distorsionadas o falsificadas y tienden a la objetividad.
Pero la misma función de la ciencia
evidencia una correspondencia de ésta con la sociedad, sus relaciones y su
desarrollo histórico. Así pues, dialécticamente podemos afirmar que el
desarrollo científico mantiene menor influencia de clase en lo que atañe a su
contenido pero a la vez está mediado por una injerencia de clase a nivel
estructural, por ejemplo, con la promoción de la investigación en áreas
específicas del conocimiento(19). Además, si la ciencia natural se viera muy
limitada, se impediría el proceso tecnológico requerido por el capitalismo.
Renunciando a materialismos mecanicistas y
marxismos ortodoxos, Trotsky precisa:
la ciencia es una acumulación
de conocimientos, basada en una experiencia relacionada con la materia y sus
propiedades de generalizaciones para entender cómo sujetar esa materia a los
intereses y necesidades del hombre(20). La
necesidad de conocer la naturaleza está impuesta a los hombres por su necesidad
de subordinar la naturaleza a sí mismos(21).
Quien niega que la ciencia es impulsada por
las necesidades e intereses, y que más bien es un acto abstracto y ajeno a la
sociedad, está negando la realidad y omitiendo una crítica al sistema
capitalista. Nada más acertado es el reconocimiento de que la
ciencia es una herramienta en beneficio del ser humano. Lo fue para que
nuestros antepasados dominaran y utilizaran el fuego y desarrollaran la
agricultura. Lo es ahora con la industria, la automatización en la producción y
el uso de energías alternativas.
La cuestión de fondo es que la producción del
conocimiento y su aplicación está mediada por la estructura de clase de la
sociedad. Trotsky planteaba: la estructura de clases de la sociedad ha
determinado en alto grado el contenido y la forma de la historia humana, es
decir, las relaciones materiales y sus reflejos ideológicos. Esto
significa que la cultura histórica ha poseído un carácter de clase(22). Lo mismo pasa con la ciencias que sirven para
reafirmar discursos burgueses. Pensemos como ejemplo en las teorías
reduccionistas biológicas que utilizan las neurociencias para adjudicar el
comportamiento humano -egoísta e individualista-(23) a
la herencia genética, omitiendo a conciencia que las condiciones materiales en
la estructura social restringen la conducta humana y planteando la
imposibilidad de transformar el supuesto orden establecido por la naturaleza(24).
La
ciencia actual. Vigencias
Que la ciencia sea social es una cuestión que se ha
hecho más evidente desde el periodo de posguerra. Ahora la ciencia se maneja en
grandes centros de investigación y aplicación(25). La
big science es una moderna forma de desarrollar proyectos en
superciudades científicas ubicadas en los países imperialistas con científicos
de variadas nacionalidades(26). Asi que es cierto, la
ciencia es social y debe serlo por el gran cúmulo del conocimiento y la
dinámica propia de la producción de conocimiento y tecnología, pero a día de
hoy, este modelo permite la dependencia tecnológica de los países
semicoloniales y con ello su subordinación económica y política.
El siglo XXI está marcado por noticias a
diario sobre nuevos inventos y descubrimientos incluso al grado que ha
disminuido la capacidad colectiva de asombro. Como dicen los marxistas, la
ciencia efectivamente subordina la naturaleza al humano para su beneficio, pero
en el capitalismo no es para el beneficio del conjunto de la sociedad sino de
la clase dirigente:
La técnica y la ciencia tienen
su propia lógica, la lógica del conocimiento de la Naturaleza y de su
sometimiento a los intereses del hombre. Pero la técnica y la ciencia no se
desarrollan en el vacío, lo hacen en una sociedad humana dividida en clases. La
clase dirigente, la clase poseedora, domina la técnica y a través de ella
domina la Naturaleza. La técnica en sí misma no puede ser calificada de
militarista o de pacifista. En una sociedad en que la clase dirigentes es
militarista, la técnica está al servicio del militarismo.
De acuerdo con esto, Trotsky estaba bien consciente de
la potencialidad de la ciencia aplicada pero su uso estaría condicionado por el
tipo de sociedad en el que se desarrollara.
A
manera de conclusión
La ciencia debe entenderse ligada a su
aplicación, al desarrollo de la técnica. El desarrollo de las fuerzas
productivas, conjugada con un recambio estructural, libera al hombre de la
dominación de la naturaleza. Pero la comprensión y dominio de la naturaleza
implica entender sus procesos y ciclos. Así pues, por ejemplo, el uso de los
recursos naturales y la transformación del ambiente debe planificarse de
acuerdo a ello para eliminar la devastación ambiental y la catástrofe
ecológica, mera culpa de los modos de producción capitalista.
Sobre ello Trotsky, partidario y luchador
por el comunismo, tenía la convicción de que esto solo se podría lograr
destruyendo al capitalismo e instaurando el comunismo:
En los siglos que están a punto
de venir el pensamiento científico y técnico, en manos de una sociedad
organizada según un modelo socialista, progresará sin zigzags, rupturas ni
caídas. Ha madurado con tal amplitud, se ha vuelto suficientemente independiente
y se sostiene tan sólidamente sobre sus bases que irá adelante por una vía
planificada y segura, paralela al crecimiento de las fuerzas productivas con
las que está vinculada de la forma más estrecha. En un sistema
socialista, el conjunto de la Técnica y de la ciencia estará indudablemente
dirigido contra los prejuicios religiosos, contra la superstición que traduce
la debilidad del hombre frente al hombre o la Naturaleza(27).
Que esto suceda, implica una lucha disruptiva,
revoluciones anticapitalistas en todo el mundo encabezadas por el proletariado
como sujeto revolucionario. Es esa misma clase social la que debe apropiarse
del saber científico. El proletariado necesita
conocer la totalidad de los conocimientos y técnicas creadas por la Humanidad
en el curso de su historia, para elevarse y reconstruir la vida sobre los
principios de la solidaridad(28). Así que
por supuesto que la transformación de la naturaleza debe estar en manos de los
trabajadores, los campesinos, los científicos y pueblo pobre sobre la base de
una relación dialéctica con la naturaleza y la materia.
Trotsky fue un humano íntegro con una fé
inquebrantable en el futuro comunista(29), luchó por la emancipación de la
humanidad ligada a la destrucción del capitalismo. Así pues, alguien que valora
y lucha por la vida libre, es natural que sienta interés por el arte y la
ciencia. Que sus contribuciones en ese y otros ámbitos sirvan para que los
científicos reflexionen su rol en la sociedad de clases en la perspectiva de
transformar la realidad y que la clase obrera lucha por disputarle a los
capitalistas el dominio de la ciencia para alcanzar una armoniosa relación con
su entorno y la emancipación.
(1) *La ciencia no es única,
en ese sentido es más correcto escribir “ciencias” en plural pero por
simplicidad las utilizo indiscriminadamente.
(2) Cultura y Socialismo,
Trotsky.
(3) Parafraseando las palabras
de Trotsky en “Materialismo dialéctico y la ciencia”, las relaciones entre la
sociedad humana y la naturaleza circundante quedan determinadas en cada etapa
histórica por la tecnología del hombre, por sus capacidades y métdos de lucha
con la naturaleza, así pues, las fuerzas productivas condicionan las relaciones
dentro de la sociedad.
(4) Textos disponibles en ESCRITOS FILOSOFICOS (Compilación) – León
Trotsky – 2004, CEIP y en marxists.org
(5) El marxismo y nuestra época, L. Trotsky
(6) El materialismo dialéctico
y la ciencia. Trotsky
(7) Ídem
(8) Ídem.
(9) El ABC de la dialética materialist, Trotsky
(10) Ídem
(11) Ídem
(12) El ABC de la dialéctica
materialista, Trotsky
(13) Radioactividad y
materialismo, parte de su discrurso de 1926 en el Congreso de llos Amigos de l
Radio
(14) Cultura y Socialismo
(15) Ídem
(16) El trabajo científico,
Henri Poincaré (científico teórico y filosofo de la ciencia nacido en 1854, a
veces denominado como el último “universalista”.
(17) El materialismo dialéctico
y la ciencia
(18) Trotsky distingue entre
ciencias naturales y sociales,, por el hecho de que
la ciencia social oficial tiene una herencia apologética a la sociedad burguesa
y por eso sus resultados son de escaso valor.
(19) Contradicción del
capitalismo. Creo que esto sigue quedando raro, alguien que tenga una mejor
opción…
(20) Cultura y socialismo
(21) El materialismo dialéctico
y la ciencia.,
(22) Cultura y socialismo,
Trotsky
(23) Teoría planteada por
Richard Dawkins que sostiene que los genes determinan la supervivencia y la
adaptabilidad de las especies y yendo más allá, determinan también las
relaciones sociales y el racismo.
(24) El biólogo y filósofo
Richard Lewontin hace una acertada crítica a estas posiciones en su libro “No
está en los genes”.
(25) El Proyecto Manhattan,
Proyecto Genóma Humano, Gran Colisionador de Hadrones por el CERN o el proyecto
BRAIN son ejemplos de Big Science
(26) Aquellos que sobresalen en
un área superespecializada del conocimiento (fragmentación de la ciencia) y
emigran para vender su fuerza de trabajo intelectual, aumentando los
porcentajes de “fuga de cerebros” .
(27) Radio, ciencia, técnica y sociedad.
Discurso pronunciado por León Trotsky en el primer Congreso de Amigos de
la Radio (1 de marzo de 1926)
(28) Cultura y socialismo,
Trotsky
(29) Así se define Trotsky en
su testamento
Fuente: armasdelacriticamex.wordpress.com