R.C. Lewontin, S. Rose y L.J.Kamin

No está en los genes: Racismo, genética e ideología





El premio Nobel de Medicina François Jacob dijo que este libro «analiza minuciosamente el papel de la ideología en las ciencias». En efecto, en él se encuentran la crítica más demoledora que se haya hecho al determinismo biológico y a la sociobiología y la refutación más convincente de las teorías sobre la determinación genética de la inteligencia. En unos tiempos en que la inmigración en nuestras sociedades del bienestar renueva odiosas ideas de que la desigualdad entre las personas es natural e inevitable, por lo que no hay que despilfarrar tiempo y recursos con los menos dotados intelectualmente, la lectura de este libro pionero pone al descubierto cómo las teorías racistas y sexistas se basan en fraudes clamorosos que no resisten el menor análisis científico.

La vieja idea de que la desigualdad entre las personas es natural e inevitable ha sido reformulada por una nueva derecha de la ciencia cuyas teorías sostienen que hemos sido programados genéticamente, por lo que es ocioso despilfarrar tiempo y recursos con los menos dotados intelectualmente e inútil luchar contra los sentimientos de agresividad y de competividad porque están profundamente impresoso en nuestro código genético. Este libro, que situa en su perspectiva histórica y analiza minuciosamente el papel de la ideología en las ciencias (François Jabob), desmonta, punto por punto, las mistificaciones del determinismo biológico y de la sociobiología y demuestra que las teorías racistas y sexista sobre la determinación genética de la inteligencia se basan en clamorosos fraudes que no resisten el menor análisis crítico. Y es que la desigualdad no está en los genes.

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Tomado de laizquierdadiario, entrevista al neurobiólogo Steven Rose:

La falacia de reducir la persona a nada más que biología

IdZ: Desde los ‘70 viene discutiendo contra el determinismo biológico, desnudando su relación con posiciones reaccionarias en ciencias sociales y con políticas de derecha. En No en nuestros genes por ejemplo, con Richard Lewontin y Leon Kamin, critican la sociobiología de Wilson y las tesis de Richard Dawkins en El gen egoísta (1976). Han pasado varias décadas. ¿Cuál cree que es el lugar del determinismo biológico hoy, cuando muchos neurocientíficos hablan de la “década de la mente”?

R: El determinismo biológico está vivo y con buena salud. Florecen los comentarios sobre los genes. En Inglaterra la coalición de gobierno conservadora-liberal ha reabierto el debate sobre el IQ [Coeficiente Intelectual, N. de T.], con el alcalde de Londres afirmando que el 16 % de la población posee coeficientes intelectuales por debajo de 85 y son esencialmente gente “desechable” en oposición al 2 % con 130, y el consejero del Ministro de Educación afirmando que el Coeficiente Intelectual es 70 % heredable. Estas afirmaciones repiten los viejos “malos entendidos” tanto de la teoría del IQ y de la genética, que están claramente conducidas ideológica y políticamente. Mientras, las neurociencias son igual de deterministas, rectificantes y buscan localizar todo –desde el amor romántico hasta la orientación política y el juicio moral– en regiones del cerebro visualizadas por imágenes de resonancia magnética funcional, y a su vez moldeadas por fuerzas genéticas. Considerá frases tales como “vos no sos nada más que un manojo de neuronas” (Francis Crick) o “Yo Sináptico” (Joseph LeDoux) o “Vos sos tu cerebro” (Eric Kandel) –todos ejemplos de la falacia mereológica que reduce la persona socialmente insertada a nada más que la biología–.

Descargar libro en:

https://drive.google.com/file/d/1nnjEZLzcz2S0lUVHdaj8uqF02aISg7p2/view