EL CONCEPTO DE MÁQUINA EN EL
MATERIALISMO HISTORICO
Boris Hessen
Éste es un extracto de uno de los
capítulos del trabajo clásico de Boris Hessen, Las raíces socioeconómicas de
la mecánica de Newton, en donde analiza el significado histórico del
concepto de máquina en relación con el desarrollo de las fuerzas productivas y
de la ciencia, aplicando el análisis del materialismo histórico en lo que
podemos considerar un caso canónico y clásico que mantiene, como se verá, todo su vigor dialéctico en la actualidad. Extraído de la obra de Hessen, las raíces socioeconómicas de la
mecánica de Newton, traducido del inglés en Pablo Huerga Melcón, La
ciencia en la encrucijada, Pentalfa ed., Oviedo 1999) La paginación
del texto corresponde con la edición original inglesa de 1931.
LA
CONCEPCIÓN DE LA ENERGÍA DE ENGELS Y LA AUSENCIA DE LA LEY DE CONSERVACIÓN DE
LA ENERGÍA EN NEWTON
(43/9) Hasta ahora la física ha
permanecido dentro de los límites del estudio de una forma de movimiento, la
forma mecánica y, como hemos visto, esto constituye una peculiaridad de la
física de Newton; el problema de las interrelaciones entre esta forma de
movimiento y otras, realmente no podía ser establecido. Y cuando tal problema
se planteaba había siempre una tendencia a hipostasiar precisamente esta forma
de movimiento más simple y mejor estudiada forma de movimiento y a presentarla
como el tipo único y universal del movimiento(1).
(44/1) Descartes y Huygens tomaron esta
postura y Newton se sumó a ella en lo esencial.
(44/2) En la introducción a los Principia,
Newton dirige su atención a la circunstancia de que «podría
ser deseable deducir de los principios de la mecánica los demás fenómenos de la
naturaleza». (Newton dedujo a partir
de estas leyes el movimiento de los planetas, en el tercer libro). «Ojalá
que fuera posible deducir los demás fenómenos de la naturaleza a parir de
principios mecánicos con el mismo género de argumentación, pues muchas cosas me
mueven a sospechar que puedan depender todos ellos de ciertas fuerzas con las
que las partículas de los cuerpos por acusas aún desconocidas, bien se atraen
unas a otras uniéndose según figuras regulares, bien huyen y se separan unas de
otras»(2).
(44/3) Con el desarrollo de la industria
a gran escala, pasó a un primer plano el estudio de las nuevas formas de
movimiento de la materia y su explotación para las necesidades de la
producción.
(44/4) La máquina de vapor dio un gran
impulso al estudio de la nueva forma térmica del movimiento. El estudio de la
historia del desarrollo de la máquina de vapor es importante para nosotros en
dos sentidos:
(44/5) Ante todo, estudiamos el problema
de por qué fue el desarrollo del capitalismo industrial y no del comercial el
que planteó el problema de la máquina de vapor. Esto explicaría por qué la máquina
de vapor se convirtió en objeto central de
investigación, no en la época de Newton, sino en el período inmediatamente
posterior, aunque la invención de la primera máquina de vapor data de la época
de Newton. (la patente de Ramsay en 1630).
(44/6) Vemos así que
la conexión entre el desarrollo de la termodinámica y la máquina de vapor es la
misma que existe entre los problemas técnicos del período de Newton y su
mecánica (3).
(44/7) Pero el desarrollo de la máquina
de vapor tiene interés para nosotros en otro sentido. A diferencia de las
máquinas mecánicas (la polea, el tornillo, la palanca) en las que un tipo de
movimiento mecánico se transforma en otro tipo de
desplazamiento mecánico, por su verdadera esencia la máquina de vapor está
basada en la transformación de una forma de movimiento (térmico) en otra forma
(mecánico) (4).
(44/8) Así, junto con el desarrollo de la
máquina de vapor nos encontramos inevitablemente también con el problema de la
transición de una forma de movimiento a otra, que nosotros no encontramos en
Newton y que está vinculado estrechamente con el problema de la energía y su
transformación.
(44/9) Primero comenzamos con un estudio
de las fases más importantes del desarrollo de la máquina de vapor en conexión
con el desarrollo de las fuerzas productivas.
(44/10)
Marx observó que el comercio medieval de las primeras ciudades comerciales
tenía carácter intermediario. Este tenía su fundamento en el barbarismo de los
pueblos productores, para los que las ciudades comerciales y los comerciantes
cumplían un papel de intermediarios (5).
(45/1)
Mientras que el capital comercial jugó el papel de intermediario en el
intercambio de productos de países no desarrollados, los beneficios
provenientes del comercio no eran solamente el resultado de la estafa y el
engaño, sino que estaban directamente originados por ellos. Más tarde, el
capital comercial utilizó la diferencia entre los precios de producción de
varios países. Unido a ello, como advierte Adam Smith, durante la primera etapa
de su desarrollo el capital comercial es principalmente un proveedor, y
abastece las necesidades del propietario feudal de la tierra o de los déspotas
orientales, concentrando la mayor cantidad de producto excedente en sus propias
manos mientras que se interesa comparativamente poco por los precios de las
mercancías.
(45/2)
Esto explica los enormes beneficios del comercio medieval. La expedición
portuguesa de 1521 compraba clavo por dos o tres ducados y los vendía en Europa
a 336 ducados. El coste total de la expedición alcanzó la suma de 22.000
ducados, los ingresos brutos fueron de 150.000, las ganancias de 130.000, es
decir, alrededor de un 600 por ciento.
(45/3)
A principios del siglo XVII, los holandeses compraban 625 libras de clavo a 180
florines, y los vendían en Holanda por 1.200 florines.
(45/4)
El mayor porcentaje de beneficios provenía de aquellos países que estaban
completamente sometidos a los europeos. Pero incluso en el comercio con China,
que no había perdido su independencia, los beneficios llegaban al 75 o al 100%.
(45/5)
Cuando el capital mercantil tiene un dominio aplastante, constituye -en todas
partes- un sistema de saqueo.
(45/6)
Los altos porcentajes de beneficios se mantuvieron durante el siglo XVII y
principios del XVIII. Esto puede ser explicado por la circunstancia de que el
gran comercio de la baja edad media y de principios de los nuevos tiempos era
en su mayor parte un comercio monopolista. La compañía británica de las indias
orientales estaba fuertemente conectada con el gobierno del estado. La ley de
navegación de Cromwell fortaleció el monopolio del comercio británico. El
gradual declive de Holanda como poder naval data de esta época, sentándose una
base sólida para la hegemonía naval de Inglaterra.
(45/7)
Así, mientras la forma dominante de capital era el capital comercial, la
atención principal se dirigía no tanto al progreso del proceso mismo de cambio,
sino a la consolidación de la posición monopolista y a la dominación de las
colonias.
(45/8)
El capitalismo industrial en desarrollo orientó inmediatamente su atención
hacia el proceso de producción. La libre competencia dentro del país que la
burguesía había alcanzado en 1688 planteó de inmediato la consideración del
problema de los costes de producción.
(45/9)
Como Marx ha señalado, la industria a gran escala universalizó la competencia e
convirtió los impuestos proteccionistas en un simple paliativo.
(45/10)
No sólo será necesario producir bienes de buena calidad y en suficiente
cantidad, sino producirlos al menor costo posible.
(45/11) El proceso de abaratamiento de la
producción de bienes se dirigía según dos objetivos: El crecimiento constante
de la explotación de la fuerza de trabajo (la producción de plusvalía absoluta)
y la mejora del proceso de producción en sí mismo (la plusvalía relativa). La
invención de máquinas no sólo no redujo el día de trabajo sino que, al
contrario, siendo un arma poderosa para el incremento de la productividad del
trabajo, como instrumento del capital, simultáneamente se convirtió en un medio
para prolongar ilimitadamente la jornada laboral.
(46/1) Mostraremos
este proceso en la máquina de vapor. Pero antes de dedicarnos a analizar la
historia del desarrollo de la máquina de vapor debemos aclarar qué entendemos
por máquina, puesto que en esta cuestión existe una diferencia radical entre el
punto de vista del marxismo y el de otros investigadores (6).
(46/2) Mientras tanto, para esclarecer la
esencia de la revolución industrial que elevó la máquina de vapor a uno de los
puntos más importantes, es necesario tener una clara concepción del papel
jugado por la máquina de vapor en la revolución industrial.
(46/3) Hay una
opinión verdaderamente persistente de que la máquina de vapor produjo la
revolución industrial. Esta opinión es falsa. (63/5) La manufactura
se alejó de la artesanía por dos caminos. Por un lado,
surge de una combinación de artesanías independientes y heterogéneas, que
pierden su independencia, y por otro lado, surge de la cooperación de artesanos
del mismo oficio, que separan cada proceso en sus partes componentes y pasan a
la división del trabajo dentro de la manufactura.
(46/4) El punto de partida en la
manufactura es la fuerza de trabajo.
(46/5) El punto de
partida de la industria a gran escala son los instrumentos de trabajo. Por supuesto, en la manufactura también
es muy importante el problema de la fuerza motriz, pero la revolución de todos
los procesos de producción que fueron preparados por una detallada división del
trabajo dentro de los límites de la manufactura no vino de la fuerza motriz
sino del mecanismo ejecutor (7).
(46/6) Cada máquina
está constituida por tres partes fundamentales: la fuerza motriz, el mecanismo
de transmisión, y el instrumento ejecutor. La esencia de una interpretación
histórica de la definición de máquina consiste en el hecho de que en distintos
períodos la máquina tiene distintos propósitos.
(46/7) La definición de máquina debida a
Vitruvio permaneció hasta la revolución industrial. Para él, una máquina era un
instrumento de madera de gran servicio para subir y transportar pesos.
(46/8)
Consecuentemente, los artilugios básicos que servían para estos fines -el plano
inclinado, el torno, la polea, la palanca- recibieron el nombre de máquinas
simples.
(46/9)
Cuando analizaba en los Principia el contenido de la mecánica aplicada
utilizada por los antiguos, Newton les atribuía la doctrina de las cinco
simples máquinas, la palanca, el torno, la polea, el tornillo, y la cuña.
(46/10)
De ahí proviene la opinión arraigada en la literatura inglesa de que un instrumento
es una máquina simple y una máquina un instrumento complejo.
(47/1)
Pero esto no es solamente una cuestión de simplicidad o complejidad. La esencia
de la cuestión consiste en el hecho de que la introducción del mecanismo
ejecutor, cuya función consiste en aprovechar y cambiar convenientemente el
objeto que ha de ser sometido al trabajo, provoca una revolución en el proceso
mismo de producción.
(47/2) Las otras dos partes de la máquina
existen para poner en movimiento el mecanismo ejecutor.
(47/3) Así, es evidente el abismo que
divide las máquinas concebidas por Vitruvio que acometían sólo el
desplazamiento mecánico de productos acabados, y la máquina de la industria a
gran escala, cuya función consiste en la transformación completa del material original
del que se obtiene el producto.
(47/4) La fecundidad de la definición de
Marx se hace especialmente evidente si la comparamos con las definiciones de
máquina encontradas en la literatura.
(47/5) En su Cinemática teórica,
Releau define una máquina como la combinación de cuerpos resistentes,
construidos de modo tal que, por medio de su fuerza mecánica, las fuerzas de la
naturaleza son constreñidas, mediante ciertos movimientos, para producir una
acción.
(47/6) Esta
definición es igualmente aplicable a la máquina de Vitruvio que a la máquina de
vapor. Aunque
cuando la aplicamos nos encontramos con dificultades.
(47/7) La definición de máquina ofrecida
por Sombart presenta el mismo defecto. Sombart define la
máquina como un medio o conjunto de medios de trabajo, manejados por un hombre,
cuyo propósito es la racionalización mecánica del trabajo. La máquina
como un medio de trabajo se distingue del instrumento de trabajo por la
circunstancia de que ésta es atendida por un hombre, mientras que un instrumento
sirve al hombre.
(47/8) La naturaleza
insatisfactoria de esta definición consiste en que hace recaer la base de la
diferencia entre un instrumento y una máquina en la circunstancia de que uno
está al servicio del hombre, y en la otra el hombre está al servicio de ella. Esta definición, basada a primera vista,
en una característica económica y social, no solo no proporciona la idea de la
diferencia entre el período en el que predominaba el instrumento simple y aquel
en el que predominaba el modo maquinista de producción, sino que crea además
una idea absurda de que la esencia de la máquina consiste en que el hombre está
a su servicio.
(47/9) Así una máquina de vapor
imperfecta que demanda el continuo servicio de un hombre (en la primera máquina
de Newcomen un chico debía abrir y cerrar la tapa continuamente) puede ser una
máquina, al tiempo que una compleja automoción que produce botellas o lámparas
eléctricas puede ser un instrumento, puesto que esencialmente esto requiere
escasa atención.
(47/10)
La definición de máquina que ofrece Marx dirige su atención a la circunstancia
de que ésta causa una revolución en todo el proceso productivo.
(47/11)
La fuerza motriz es una necesidad y un componente muy importante de la
maquinaria del capitalismo industrial pero esto no determina su carácter
fundamental. Cuando John Wyat inventó su primera máquina giratoria no mencionó
cómo se ponía en movimiento. «Una máquina para girar sin la ayuda de los dedos», era su
programa.
(48/1) La revolución industrial del siglo
XVIII no la produjo ni el desarrollo de la máquina ni la invención de la
máquina de vapor, sino, al contrario, la máquina de vapor alcanzó tal
importancia precisamente porque la división del trabajo desarrollada en la
manufactura y la creciente productividad hicieron posible y necesario inventar
un instrumento adecuado, y la máquina de vapor, que había sido engendrada en la
industria minera, encontró un campo preparado para su aplicación como motor.
(48/2) La máquina de hilar de Arkwright,
al principio, era movida por
la fuerza del agua. Sin embargo el uso de ésta como fuerza motriz predominante
venía acompañada de grandes dificultades.
(48/3)
Era imposible elevar el agua a cualquier altura, sus carencia no podía ser
compensada, a veces se agotaba y siempre mantuvo un carácter puramente local.
(48/4)
Sólo con la invención de la máquina de Watt, la industria textil, ya
suficientemente desarrollada, recibió el motor sin el cual no hubiera llegado
al estado de desarrollo que ha alcanzado.
(48/5)
Por lo tanto, la industria textil mecanizada no es en absoluto una consecuencia
de la invención de la máquina de vapor.
(48/6) La máquina de
vapor nació en conexión con la minería. Alrededor de 1630 fue concedida una
patente a Ramsay por «elevar agua con la ayuda del fuego en trabajos en la
profundidad de la mina».
(48/7) En 1711 se creó una «Sociedad para la elevación de agua con la ayuda del fuego» para la explotación de la máquina de Newcomen en
Inglaterra.
(48/8) Escribe Carnot en su obra Reflexiones
sobre la potencia motriz del fuego, que el gran servicio prestado por la
máquina térmica (de vapor) inglesa es indudablemente la revitalización de las
minas de carbón que estaban amenazadas de cierre debido a las crecientes
dificultades en el bombeo de agua y en la extracción del carbón.
(48/9) La máquina de vapor se transforma
gradualmente en un importante factor de la producción. Entonces se dirigió la atención inmediatamente a lo que pudiera
hacerla más económica, reduciendo el gasto de vapor y, consecuentemente, el
gasto de agua y combustible (8).
(48/10) Incluso antes del trabajo de
Watt, Smeaton se había dedicado a investigar el gasto de vapor en varias
máquinas de vapor, fundando un laboratorio especial para ello en 1769. Encontró que el gasto de vapor varía de acuerdo con la máquina
entre 176 a 76 Kg por caballo de vapor hora. Savery logró construir una
máquina del tipo Newcomen con un gasto de vapor de 60 Kg por caballo de vapor
hora.
(49/1) Ya en 1767,
estaban trabajando, solamente en los alrededores de Newcastle, 57 máquinas de
vapor con una potencia total de 12 caballos de potencia.
(49/2) Es obvio que uno de los problemas
más importantes a los que se enfrentó Watt fue el de hacer la máquina más
económica.
(49/3) La patente de Watt, obtenida en
1769, comienza así: «Mi procedimiento de disminución
del consumo de vapor en máquinas de fuego, y con ello el gasto de material
combustible, consiste en las proposiciones básicas siguientes.»
(49/4) El contrato que Watt y Bolton
firmaron con el propietario de minas de hierro consistía en su recepción en
forma de dinero de una tercera parte de la suma recibida por el ahorro en el
gasto de petróleo.
(49/5) Bajo esta condición, y de una sola
mina, recibieron más de dos mil libras en un año.
(49/6) Las principales invenciones de la
industria textil fueron realizadas durante el período de 1735 a 1780, y con
ello existía ya una potencial demanda de motores.
(49/7) En la patente que obtuvo en 1784,
Watt describió la máquina de vapor como un motor universal para la gran industria.
(49/8) El problema
de la racionalización técnica de la máquina de vapor era ahora central. La realización práctica de esta tarea
hacía necesario un estudio detallado de los procesos físicos que tienen lugar
en la máquina.
(49/9) A diferencia de Newcomen, Watt
estudió en detalle las cualidades termodinámicas del vapor en el laboratorio de
la Universidad de Glasgow, y de este modo estableció las bases para hacer de la
termodinámica una parte de la física.
(49/10) Realizó una
serie de experimentos sobre la temperatura de ebullición del agua bajo varias
presiones en conexión con los cambios en la elasticidad del vapor. Después investigó la temperatura latente
de la formación de vapor y desarrolló y comprobó la teoría de Black.
(49/11) De esta forma, los principales
problemas de la termodinámica, teoría de la temperatura latente de la formación
de vapor, la dependencia del punto de ebullición del agua con respecto a la
presión y el aumento de la temperatura latente de la formación de vapor
comenzaron a ser calculados científicamente por Watt.
(49/12) Fue este
estudio detallado de los procesos físicos de la máquina de vapor lo que hizo a
Watt llegar más lejos que Smeaton, quien, a pesar de haberse impuesto la tarea
de investigar en el laboratorio la máquina de vapor, no pudo ir más allá de la
mejora superficial y empírica de la máquina de Newcomen, pues no estaba
familiarizado con las cualidades físicas del vapor de agua.
(49/13) La termodinámica no sólo recibió
un impulso en su desarrollo a partir de la máquina de vapor, sino que, de
hecho, se desarrolló por el estudio de esta máquina.
(49/14) Surgió la
necesidad de estudiar no sólo los procesos físicos separados en la máquina de
vapor, sino también la teoría general de las máquinas de vapor, y la teoría
general del coeficiente de actividad rentable de las máquinas de vapor. Este trabajo fue llevado a cabo por
Carnot (9).
(50/1) [La teoría general de la máquina
de vapor y la teoría del coeficiente de actividad rentable condujo a Carnot a
la necesidad de investigar los procesos térmicos en general y al descubrimiento
del segundo principio de la termodinámica.] (10)
(50/2) El estudio de las máquinas de
vapor decía Carnot en su obra Reflexiones sobre la potencia motriz del fuego
(1824) es extraordinariamente interesante, ya que su importancia es muy
considerable y su uso se incrementa día a día. Claramente causará una gran
revolución en el mundo civilizado.
(50/3) Carnot señala
que, a pesar de ciertas mejoras, la teoría de la máquina de vapor había hecho muy
pocos progresos.
(50/4) Carnot formuló su tarea de
descubrir la teoría de la máquina de vapor de tal manera que las tareas
prácticas, propuestas por él para descubrir la teoría general del coeficiente
de rendimiento, estuvieran perfectamente claras.
(50/5)
Frecuentemente, dice, surgía la siguiente cuestión: si la potencia motriz del
calor es limitada o ilimitada; por potencia motriz nosotros entendemos el
servicio útil que un motor puede proporcionar.
(50/6)
¿No hay ningún límite a las posibles mejoras, un límite que la naturaleza de
las cosas haga insuperable por cualquier medio sea cual sea? o, por el
contrario, ¿las posibles mejoras son ilimitadas?
(50/7)
Las máquinas que derivan su movimiento del calor, pero que tienen la fuerza
motriz del hombre, de los animales, de la caída del agua, de las corrientes de
aire, puede ser estudiadas, observa Carnot, por medio de la mecánica teórica.
(50/8)
Aquí todas las posibilidades están previstas, todos los movimientos se reducen
a principios generales (esto era posible gracias a la obra de mecánica de
Newton), están firmemente establecidos y son aplicables en todas las
circunstancias.
(50/9) Este tipo de
teorías no existe en el caso de las máquinas térmicas. Será
imposible establecerlas, declaraba Carnot, hasta que las leyes de la física
estén suficientemente extendidas y suficientemente generalizadas para que
puedan preverse los resultados de una reacción definida de calor sobre algún
cuerpo particular.
(50/10)
Aquí la conexión entre la tecnología y la ciencia, entre la investigación de
las leyes generales de la física y los problemas técnicos provocados por el
desarrollo económico se estableció con extraordinaria claridad (11).
(50/11) Pero la historia de la máquina de
vapor es importante para nosotros, también en otro sentido.
(50/12) La sucesión histórica en el
estudio de las distintas formas de movimiento físico de la materia es:
mecánico, térmico, eléctrico.
(50/13) Hemos visto
que el desarrollo del capitalismo industrial presentó a la tecnología la necesidad
de construir un motor universal.
(51/1) Esta demanda fue suplida
preliminarmente por la máquina de vapor, que no tuvo competidores hasta la
invención del motor eléctrico.
(51/2) El problema de la teoría del
coeficiente de rendimiento de las máquinas de vapor llevó al desarrollo de la
termodinámica, es decir, al estudio de la forma térmica del movimiento.
(51/3)
Esto explica consecuentemente la sucesión histórica en el estudio de las formas
de movimiento; siguiendo a la mecánica llegamos al desarrollo del estudio de
las formas térmicas de movimiento: la termodinámica.
(51/4) Pasamos ahora a considerar la
importancia de la máquina de vapor desde el aspecto de la transformación de una
forma de movimiento a otra.
(51/5) Mientras que Newton ni siquiera
consideró el problema de la ley de la conservación y transformación de la
energía, Carnot se vio obligado a considerarlo, aunque realmente de forma
indirecta.
(51/6) Esto se debió precisamente a que
Carnot enfocó el estudio de la máquina de vapor desde el aspecto de la
transformación de la energía térmica en mecánica.
(51/7) La categoría de la energía como
una de las categorías básicas de la física aparece cuando se plantea
directamente el problema de las interrelaciones entre distintas formas de movimiento.
Y cuanto mayor riqueza de formas de movimiento llega a ser tema de estudio para
la física, mayor es la importancia adquirida por la categoría de energía (12).
(51/8) De esta forma, el estudio de las
formas físicas de movimiento de la materia y su desarrollo histórico deben
proporcionar la clave para una comprensión del origen, importancia y conexiones
mutuas entre las categorías de la física.
(51/9)
El estudio histórico de las formas de movimiento debe llevarse a cabo según dos
aspectos. Debemos estudiar
la sucesión histórica de las formas de movimiento tal como aparecen en el
desarrollo de la ciencia física en la sociedad humana. Hemos mostrado ya la
conexión entre la forma mecánica y térmica del
movimiento desde el aspecto de su génesis histórica en la sociedad humana. El
estudio de estas formas procede según la sucesión en que éstas han sido
realizadas por la práctica humana(13).
(51/10) El segundo aspecto es el estudio
de la «historia(14) natural del desarrollo de la
materia.» El proceso de estudio del desarrollo de la
materia inorgánica en el microcosmos y el macrocosmos debe proporcionar la
clave para la comprensión de la conexión y transiciones mutuas de una forma de
movimiento de la materia inorgánica en otra, y debe establecer una base firme para
la clasificación natural de las formas de movimiento de la materia. Este
principio debe subyacer en la base de la clasificación marxista de las
ciencias(15).
(51/11) Cada ciencia analiza una forma
separada de movimiento o un conjunto de formas de movimiento conectadas entre
sí y que pasan de una a otra.
(52/1) La clasificación de las ciencias
no es otra cosa que una jerarquía de formas de movimiento de la materia de
acuerdo con su orden esencial, en otras palabras, de acuerdo con su desarrollo
natural y la transición de una forma de movimiento a otra, tal como se realiza
en la naturaleza.
(52/2) De esta forma, este principio de
la clasificación marxista de la ciencia sitúa en la base de la clasificación la
gran idea del desarrollo y transición de una forma de materia en movimiento a
otra. (Engels) (16)
(52/3) En esto consiste la notable
concepción de Engels de la interconexión y de la jerarquía de las formas de
movimiento de la materia.
(52/4) El concepto de energía tiene que
ver indisolublemente con la transformación de una forma de movimiento en otra,
con el problema de la medida de esta transformación. La física moderna enfatiza
el aspecto cuantitativo de esta transformación y postula la constancia de la
energía a través de todas sus transformaciones.
(52/5)
Recordamos, como hemos visto en el capítulo anterior, que la constancia
cuantitativa y la invariabilidad de la cantidad de movimiento fueron anunciadas
por Descartes. El elemento novedoso que fue introducido en la física por la
obra de Mayer y Helmholtz consistía en el descubrimiento de la transformación
de las formas de movimiento con la constancia de la energía también durante
estas transformaciones.
(52/6)
Fue esto, y no la simple constatación de la constancia lo que resultó un
elemento novedoso(17).
(52/7)
A causa de este descubrimiento la variedad de fuerzas aisladas de la física (el
calor, la electricidad, la energía mecánica) que hasta ahora podían ser
comparadas con las formas invariables de la biología, fueron transformadas en
formas de movimiento interconectadas y susceptibles de pasar de unas a otras
según leyes definidas.
(52/8)
Como en astronomía, la física llegó a la inevitable conclusión de que el último
resultado era el eterno ciclo de la materia en movimiento. Esta es la razón por
la que el período de Newton, que trabajaba sólo con una forma de movimiento -la
mecánica- y que ponía en primer plano no la transformación de una forma en
otra, sino sólo la transformación y modificación de una misma forma de
movimiento -el desplazamiento mecánico- (recordemos la definición de una
máquina ofrecida por Vitruvio y las observaciones de Carnot), no planteó ni
pudo plantear los problemas de la energía(18).
(52/9) Tan pronto como la forma térmica
de movimiento apareció en escena (y ésta se presentó indisolublemente unida al
problema de su transformación en movimiento mecánico) el problema de la energía
pasó a primer plano. El propio planteamiento del problema de la máquina de
vapor (elevar el agua mediante fuego) lleva claramente a la conexión con el
problema de la transformación de una forma de
movimiento en otra. Es significativo que la clásica obra de Carnot se titule: Reflexiones
sobre la fuerza motriz del fuego.
(53/1) Este tratamiento de la ley de la
conservación y transformación de la energía propuesto por Engels, pone en primer plano el aspecto
cualitativo de la ley de la conservación de la energía, en oposición al
tratamiento que predomina en la física moderna y que reduce esta ley a una ley
puramente cuantitativa -la cantidad de energía durante sus transformaciones-. La ley de la conservación de la energía, la teoría de la
indestructibilidad del movimiento, tiene que entenderse no sólo en un sentido
cuantitativo, sino también cualitativo. Esta contiene no sólo la suposición de
la indestructibilidad y eternidad de la energía, que es una de las premisas
básicas de la concepción materialista de la naturaleza, sino un tratamiento
dialéctico del problema del movimiento de la materia. Desde este aspecto
del materialismo dialéctico, la indestructibilidad del movimiento consiste no
sólo en el hecho de que la materia se mueve dentro de los límites de una forma
de movimiento, sino también en que la materia misma es capaz de todas las
interminables variedades de formas de movimiento en sus transiciones
espontáneas de una a otra, en su propio movimiento y desarrollo.
(53/2) Vemos que sólo la concepción de
Marx, Engels, y Lenin proporciona una clave para una comprensión de la sucesión
histórica del desarrollo y de la investigación de las formas de movimiento de
la materia.
(53/3) Newton no
percibió ni resolvió el problema de la conservación de la energía, pero no por
falta de genio. Los
grandes hombres, más allá de la grandeza de su genio, formulan y resuelven, en
todos los campos, las tareas que han sido propuestas por el desarrollo
histórico de las fuerzas productivas y por las relaciones de producción(19).
BIBLIOGRAFIA
FedericoEngels, Dialéctica
de la naturaleza, Akal, Madrid 1978. Trad. Instituto de
Marxismo-Leninismo del Comité Central del Partido Comunista de la URSS.
Boris
Mijailovich Hessen, «The social Roots of the Newton's Principia», en VV.AA., Science
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151-212). Reeditado (en facsímil) con prólogo de Joseph Needham e
«Introducción» de Paul Gary Werskey, en Franz Cass, Londres 1971.
Boris
Mijailovich Hessen, Sotsialno-ekonomicheskie korni mekhaniki Niutona. Doklad
na II mezhdunarodnom kongresse po instorii nauki i tekhniki, editorial
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Boris
Mijailovich Hessen, The Social and Economic Roots of Newton's «Principia»,
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v-x)).
Boris
Mijailovich Hessen, Las raíces socioeconómicas de la Mecánica de Newton,
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Bueno,
Gustavo, Teoría del cierre categorial, T.I-V, Pentalfa, Oviedo 1992-
Pablo
Huerga Melcón, La ciencia en la encrucijada. Análisis crítico de la
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la mecánica de Newton, desde las coordenadas del materialismo filosófico,
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Carlos
Marx, El capital. Crítica de la economía política, FCE (tres tomos),
México 1986. Trad. Wenceslao Roces.
Carlos
Marx y Federico Engels, Obras escogidas, 3 tomos, Progreso, Moscú 1980.
Richard
Westfall (en su Force in Newton's Physics. The science of Dynamics in the
Seventeenth Century, Macdonald, London/American Elsevier, New York 1971
NOTAS
(1)
Las tesis establecidas por Hessen en los párrafos anteriores constituyen un
concentrado de su propia visión filosófica de la ciencia contemporánea. Pueden
consultarse los apéndices I-IX. (N. de T.).
(2) Traducción de Eloy Rada, Newton, Principia, Alianza, Madrid 1987; p.
98. (N. de T.).
(3) Esta tesis ha
sido criticada por Bernal en Ciencia e Industria en el siglo XIX, ed. Martínez Roca, Barcelona 1973; p. 26; que
sigue, en este punto a A. R. Hall, en su conocida monografía Ballistics in
the Seventeenth Century. A Study in the Relations of Science and War with
Reference Principally to England, Cambridge University Press, Cambridge/New
York 1952; pp. 1-29; 158 y ss. Según estos autores, la relación entre la
máquina de vapor y la termodinámica no es la misma que se establece entre las
necesidades técnicas y la ciencia newtoniana. Véase nuestro capítulo III. (N.
de T.).
(4) Estas son las tres tesis principales que Hessen quiere defender en este
capítulo: 1. La relación directiva entre las necesidades técnicas y la ciencia;
tanto en el caso de Newton, como en el caso de la Termodinámica; 2. La relación entre el
capitalismo industrial y la máquina de vapor; 3. La configuración de la
categoría de la energía a partir del desarrollo de la máquina de vapor. Con esta última tesis, Hessen abre la
posibilidad para hablar de un tipo de relaciones entre las condiciones
materiales y la ciencia, no estrictamente directivo: se trata de las relaciones
de conformación; un tipo de relación que Hessen no desarrolla, sin embargo. Véase nuestro cap. IV.
(N. de T.).
(5) Las tesis que desarrolla Hessen a partir de aquí hasta (46/1), proceden de
Marx, El capital, t. III, FCE, México 1986; pp. 318 y
ss. (N. de T.).
(6) Comienza aquí la exposición acerca del concepto de «máquina» que Hessen toma del cap. XIII de El
Capital, t. I: «Maquinaria y gran idustria». (N. de T.).
(7) Esta es la tesis básica de Marx en Ibidem. (N. de
T.).
(8) Desde aquí remonta Hessen hacia la tesis de la función directiva que las
necesidades técnicas y económicas cumplen con respecto al desarrollo de la ciencia.
(N.
de T.).
(9) Nuevamente, como hiciera en el caso de Newton (20/10),
las nuevas teorías surgen de la necesidad de sistematizar todos los problemas
técnicos sobre bases teóricas firmes. Esta necesidad
pone a la ciencia en dependencia directa de las necesidades técnicas cuando
estas llegan a un determinado nivel de complejidad. (N. de T.).
(10) Este párrafo no aparece en la traducción cubana de
Pruna. En la edición rusa, p. 58. (N. de
T.).
(11) Esta es, pues, la primera y más importante coclusión a la que quiere
llegar Hessen. Sin
embargo, el estudio de la máquina de vapor le va a permitir introducir
determinadas propuestas filosóficas que comprometen la filosofía de Engels. Se
trata, especialmente, de la conexión entre las distintas formas de movimiento
de la materia, asegurando así la visión «monista» que Engels desarrolla en su Dialéctica de la naturaleza.
Véase nuestro estudio ontológico: segunda parte. (N. de T.).
(12) Con esta tesis responde Hessen a la cuestión planteada al final del
capítulo anterior: por qué Newton no consideró la ley de la conservación de la
energía. Véase, nota 19. (N. de T.).
(13) La visión historicista que el materialismo histórico de Hessen expone aquí
inspirado en la filosofía de Engels de su Dialéctica de la naturaleza,
es uno de los puntos clave para la interpretación de la idea de ciencia
marxista desarrollada por Hessen, como adecuacionismo, según los
criterios de la Teoría del Cierre Categorial de Gustavo Bueno. Véase
nuestro cap. V, así como las conclusiones al capítulo XIX. Asimismo, Hessen
utiliza aquí los criterios filosóficos de la DN de Engels que han sido
considerados por nosotros como «las raíces filosóficas» de Boris Hessen (véase
en nuestro trabajo, «ontología: segunda parte.») (N. de T.).
(14) En la edición inglesa dice «ciencia natural»; en ruso,
«historia natural»; ver p. 60. (N. de T.).
(15) Véase el fragmento «Formas de movimiento de la materia.
Clasificación de las ciencias» de Engels, en La Dialéctica de la naturaleza,
Op. cit., pp. 194-204. Esta tesis ha sido desarrrollada posteriormente por B. M. Kedrov, Clasificación
de las ciencias, Progreso, Moscú 1974; dos tomos; traducción de Jorge
Bayona: «Engels -dice Kedrov- estructura la clasificación de las ciencias como
un reflejo de las concatenaciones y transiciones de las distintas formas del
movimiento de la materia, empezando por la más simple (mecánica) y terminando
por las más complejas y superiores. El concepto forma
de movimiento de la materia es por eso central en toda su doctrina sobre
esta disciplina.»; (p. 5). Detrás de esta cuestión
aparece, evidentemente, el problema de «los saltos
cualitativos» de unas formas a otras, y el problema
del reduccionismo mecánico. Ontológicamente, la cuestión que
está detrás de la clasificación de las ciencias es, evidentemente, el problema
del monismo/pluralismo. Véase nuestro capítulo XVII. (N. de T.).
(16) Véase nota anterior. (N. de T.).
(17) Literalmente, Engels, DN, Op. cit., p. 222
(18) Nuevamente, remitimos a la nota 107. (N. de T.).
(19) Westfall (en su Force in Newton's Physics. The science of Dynamics in
the Seventeenth Century, Macdonald, London/American Elsevier, New York
1971) ha llamado la atención sobre el hecho de que Newton, efectivamente dedujo
el «equivalente de la ecuación de la energía-trabajo», en la Proposición XXXIX
del libro I de los Principia. Sin embargo, «We might note in passing
that the quantities represented by the equations had no significance whatever
in Newton's eyes. Exploiting a dynamics built on the equation F=ma, he
was unable to grasp the importance of the work-energy equation he had
implicitly derived. Above all, the quantity mv2 held no meaning for him.
This was Leibniz's conception of force. It was not Newton's.» (p. 448-449).
Según Westfall, «The same mathematical relations, equivalent to the work-energy
equation, appeared again in Newton's examination of the effect of resistance
(proportional to the square of velocity) on the motion of a pendulum.»; Ibidem.
Helge Kragh ha señalado un curioso detalle en torno al «mito de Newton» sobre
esta cuestión: «A finales de la década de 1850, se aceptó por lo general la ley
de la conservación de la energía y se reconoció que era uno de los pilares de
la ciencia. No
obstante, como en Newton no se halla para nada el
concepto de energía, apenas pudo hacerse brillar su gloria en la ley de la
energía [...] De este modo, Tait y Thompson, dos científicos de los más
prominentes de la Inglaterra victoriana, reinterpretaron los pasajes de los Principia
newtonianos de manera que Newton aparecía como el verdadero origen del
principio de conservación de la energía. Así, se consideró el
descubrimiento de la conservación de la energía la realización de una
anticipación inspirada por Newton.» (Introducción a
la historia de la ciencia, Crítica, Barcelona 1989; p. 150-151). Según
el biógrafo de Tait, éstos encontraron restos de dicha ley «en las últimas
frases del escolio a la III ley»; Knott, The Scietific Work of P. G. Tait,
Cambridge 1911; citado por Elkana, The Discovery of the Conservation of Energy,
Hutchison, Londres 1974; p. 49 (en Kragh, Ibidem). Según la opinión de
Westfall podría encontrarse su formulación matemática explícita, si bien, ésta
no tenía significado especial para Newton. Hessen está situandose en este
punto, y señala que para que Newton pudiera haber atribuído algún significado a
esta formulación habría sido necesario el desarrollo tecnológico que se produce
con la máquina de vapor. Esta es la tesis de Hessen para el
siguiente capítulo. Tesis que, por cierto, no es tampoco un
«arcaísmo marxista». (N. de T.).
Hessen
concluye así con la tesis principal que el materialismo histórico atribuye al
desarrollo de la historia de la ciencia. Marx lo formuló así: «Por eso, la
humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues
bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya
se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su
realización.» Marx, «prólogo» a la Contribución a la crítica de la economía
política, en Marx y Engels, Obras escogidas, I; Op. cit., p.
518. (N. de T.).