Cuito Cuanavale y la liberación de las Américas
Domingo 20 de abril de 2008 por CEPRID
Toni Solo CEPRID 20 - IV - 2008
Cuito Cuanavale es un lugar donde se unen dos ríos en el sur de Angola. En 1987 se convirtió en un punto estratégico donde las fuerzas armadas de Angola y sus aliados se replegaron después de una ofensiva fracasada. Allí estaban asediados por las fuerzas del régimen de apartheid de África del Sur. La batalla duró desde octubre 1987 hasta junio 1988. En los países del bloque occidental, Cuito Cuanavale y su significado casi ha desaparecido de la historia.
En el occidente hay dos versiones dominantes de la historia de la batalla. Por una parte, la ridícula versión de las fuerzas que apoyaron el régimen de apartheid y que argumenta que el ejercito racista sudafricano nunca quiso tomar Cuito Cuanavale. Que no sufrieron muchas bajas o pérdidas materiales. En definitiva, que no perdieron.
Por otra, la de quienes argumentan que las fuerzas armadas del régimen del apartheid sí sufrieron un grave revés, pero que la batalla terminó en un empate militar puesto que ningún lado consiguió lo que pretendía. Para los defensores de esta tesis, los dos lados en liza se desgastaron y, como consecuencia de ello, fue posible el proceso de negociación “noblemente” facilitado por los poderes occidentales.
De todo el material escrito disponible lo que impresiona es el silencio sobre este hecho complejo que inició el fin del apartheid en África del Sur. El aspecto más importante de la batalla fue su contexto estratégico. Las fuerzas de apartheid y sus patrocinadores en Washington y Londres sabían que si se quebraba la línea de las fuerzas angoleñas y sus aliados cubanos ello suponía una catástrofe no únicamente para el gobierno de Angola sino también para la Revolución Cubana y sus aliados soviéticos comparable con la derrota del Ejército Rojo en Afganistán. Sin embargo, fueron las fuerzas del apartheid y sus aliados en los gobiernos de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher quienes fracasaron. No lograron romper las líneas en Cuito Cuanavale. Mientras las fuerzas militares de apartheid se desgastaron allí, fuerzas cubanos y angoleñas, con asesores soviéticos y alemanes, apoyados por tropas del SWAPO (el movimiento de liberación nacional de Namibia), se consolidaron y avanzaron hacia la frontera de Angola con Namibia, territorio ilegalmente ocupado por el régimen de Pretoria. Esta maniobra creó un frente de más de 400 kilómetros, imposible de defender para las fuerzas de apartheid sin enfrentamientos con un costo demasiado alto en vidas y en material. Puso en crisis la política hipócrita del Presidente Reagan y su equipo, entre quienes figuraron Condoleezza Rica y Colin Powell, y forzó al régimen apartheid en Pretoria a negociar el fin de su ocupación ilegal de Namibia. Derrotados estratégicamente, los militares del régimen de apartheid tenían que ceder su poder en el gobierno. Fue un momento clave hacia el fin de apartheid en África del Sur
Cuito Cuanavale - Banco en la fiesta neocolonial
Quizás vale la pena recordar esta etapa importante de nuestra historia. En tiempos de crisis mundial, los medios europeos y norteamericanos siempre presentan el bloque occidental y sus aliados como baluartes del orden y de la justicia, que se defienden en un mundo irracional contra fuerzas malignas. Nunca se permite sugerir que el bloque occidental antes de nada es un ancien regime en decadencia.
Tampoco se explican sus políticas extranjeras como lo que son, en un sentido muy importante: un esfuerzo desesperado para mantener sus privilegios, dominio e influencia en un mundo donde la mayoría ya no lo aguanta. Todo eso es parte de la guerra mediática que Emir Sader mencionó recientemente en una entrevista: "Se trata de una dictadura que homogeneiza la información que divulga. Hechos tan importantes como la Operación Milagro, médicos latinoamericanos nacidos en familias pobres formados en Cuba, que son elementos de desmercantilización, es decir, de democratización - democratizar significa desmercantilizar-, son ocultados, no se habla de ellos, se les oculta. Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central."
En el tiempo de la batalla de Cuito Cuanavale el capitalismo internacional se estaba recuperando del colapso financiero de octubre 1987. Actualmente, los políticos de las élites estadounidenses y europeas enfrentan en sus economías el colapso de la burbuja de crédito que se ha sostenido por casi una década. Este colapso ocurre antes de haber logrado su objetivo de hacer irreversible, y sin alternativas, la globalización profunda del capitalismo corporativo.
La respuesta de los representantes políticos de aquellas élites, tanto a nivel doméstico como en el extranjero, tiene componentes entrelazados. En sus políticas domésticas, han fomentado un ambiente de represión por medio de una cultura de miedo y del abuso de las leyes "anti-terroristas". Sus políticas económicas domésticas impulsaron una aceptación general de la globalización corporativa. Sostenían una política financiera de crédito barato con la esperanza que las secuelas de la quiebra al fin del ciclo no llegarían antes de haber logrado las metas de sus verdaderos beneficiarios, las grandes corporaciones transnacionales. Fallaron. Ahora sus poblaciones tendrán una caída significativa en su nivel de vida mientras enfrentan el uso del aparato represivo "anti-terrorista" para el control de las criticas y las protestas.
En el extranjero, los representantes políticos de las élites corporativas lanzaron guerras y golpes contra pueblos enteros, como en Afganistán, Irak y Haití. Apoyaron fraudes y maniobras electorales sucias en países de la antigua Unión Soviética y en países claves como México, Colombia y Perú. Siguen ayudando países represivos en muchas partes del mundo para garantizar sus intereses estratégicos. Explotan descaradamente su poder en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para quitar las últimas gotas de legitimidad que quedaban a aquella organización. Intentan por medio de chantajes y sobornos de imponer sus políticas injustas por medio de la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y sus diversos organismos adjuntos.
Modalidades de resistencia
La inhumanidad fundamental de los gobiernos del bloque occidental y sus aliados se ve con toda claridad en Palestina donde apoyan el régimen colonialista de Israel en los Territorios Ocupados. Allí, se reproduce el sistema racista de apartheid en contra de los palestinos. Los paralelos son muy fuertes con lo que hicieron los poderes del bloque occidental en el tiempo de Cuito Cuanavale en el sur de África.
Solo el tiempo revelerá si la segunda guerra de Líbano tendrá un significado en la región del Medio Oriente parecido a lo de Cuito Cuanavale en el sur de África. La resistencia de Hamas, de Hezbollah, de Siria e Irán a las agresiones militares, económicas y diplomáticas de Estados Unidos, Israel y los gobiernos de la Unión Europea opera en un contexto aún más peligroso que el que tuvieron que enfrentar los gobiernos revolucionarios de Angola y Cuba al fin de los años ochenta en el sur de África.
Al otro lado del mundo, en las Américas, el imperio ha encontrado otro tipo de resistencia pero una resistencia igual en su alcance popular a la resistencia en Medio Oriente. Es una resistencia que también ha sufrido muchos reveses junto con sus indiscutibles avances. No se puede mirar como positivo la asimetría inherente en la imposición de los tratados neoliberales con América Central y la Republica Dominicana. El tratado bilateral de inversiones entre Estados Unidos y Uruguay también indica la vulnerabilidad de las economías de países pequeños frente a los mercados poderosos.
La colaboración de los gobiernos de Chile, Bolivia, y Brasil en la ocupación militar de Haití en apoyo al golpe imperialista contra el Presidente democráticamente elegido, Jean Baptiste Aristide, es vergonzoso. El fraude electoral en México y la represión en Atenco y Oaxaca demostraron la hipocresía del discurso "democrático" del oficialismo al estilo de la Organización de Estados Americanos. En algunos países, por ejemplo en Chile con el caso de los Mapuche, la represión de étnias indígenas da un seguimiento insólito al colonialismo de los 500 años.
Por otro lado, a la sobrevivencia del gobierno socialista de Cuba y el inquebrantable espíritu de lucha de las resistencias populares en México y de los pueblos indígenas en todo el continente hay que juntar la derrota de Plan Colombia por las FARC, las victorias electorales progresistas del período 2005-2006 y el reconocimiento por sectores muy amplios de los efectos nefastos del "libre comercio" al estilo del Consenso de Washington.
Hacia una integración solidaria
Cuando se revisen las noticias de las últimas semanas es difícil de no pensar que la resistencia al imperio en América Latina se está consolidando de una manera indetenible. Los avances de la Alternativa Bolivariana para América Latina sorprenden por su alcance.(1) Argentina y Ecuador han firmado varios acuerdos sobre muchos temas de cooperación económica y técnica.(2) Venezuela sigue reduciendo su dependencia sobre mercados norteamericanos por medio de proyectos bilaterales con China e Irán entre otros países.
A pesar de los atrasos y argumentos sobre sus objetivos, la fundación de Bancosur pone una piedra fundamental para la posible introducción de una moneda común suramericana.(3) La solicitud de Ecuador de regresar a OPEP es otra iniciativa que promueve la consolidación de lazos Sur-Sur para proteger sus intereses contra el bloque occidental y sus aliados.(4) La reciente histórica visita de Presidente Zelaya a La Habana confirma el fracaso categórico de la política estadounidense hacia Cuba
En todo esto, el tema de la integración es clave. Rafael Correa observa que la integración es fundamental: “Tenemos un destino común y debemos buscar nuestro futuro común. La integración del siglo XXI para elevar la productividad en los países pequeños, como son los latinoamericanos, es una necesidad de supervivencia. No queremos esta globalización neoliberal y cruel, que nos aplastará. Solo unidos podemos enfrentarla y tener presencia en el concierto mundial. Por lo mismo, creo que la integración es ineludible y necesaria, fundamental; pero, repito, no la integración neoliberal que nos quería convertir en un gran mercado, sino la integración en el espíritu de Bolívar y en la visión que tenemos los Presidentes actuales de la región. Una integración que nos convierta en una gran nación, en ciudadanos de América Latina, no en consumidores de América Latina." (5)
El imperio y su caja de herramientas
Para impedir esta integración (que plantea quizás la primera combinación eficaz de los países del Sur para defenderse contra los poderes imperialistas), el bloque occidental y sus aliados del Pacifico desplegarán su caja de herramientas habituales. Por medio de sus transnacionales, explotarán el soborno y la corrupción para debilitar gobiernos. Harán chantajes de todo tipo por medio de condiciones ligadas a sus programas de "ayuda" y a la deuda, y también por medio de sus criaturas multilaterales: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, y la Organización Mundial de Comercio y sus adjuntos como el CIADI.
Como siempre han hecho en el pasado, abusarán de su poder e influencia en foros como las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos. Manipularán las organizaciones no gubernamentales para intervenir en los procesos electorales y crearán focos de oposición disfrazados como una variedad de "sociedad civil". Apoyarán guerras mediáticas corporativas con una tergiversación hipócrita, deliberada y constante del tema de la "libertad de expresión".
Fomentarán movimientos separatistas como en Santa Cruz en Bolivia, Guayaquil en Ecuador o Zulia en Venezuela. Presionarán por la aprobación de tratados desventajosos en comercio e inversiones. Mantendrán su capacidad de acción encubierta. Buscarán cómo consolidar y fortalecer su presencia militar por medio de bases militares permanentes, maniobras conjuntas, cooperación contra el narcotráfico y programas de entrenamiento.
Del Americanismo al oportunismo
La guerra mediática tiene un lugar especial en la campaña del ancien regime occidental para destruir la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. El proceso de la fabricación de conocimientos es quizás la parte más crítica en la guerra contra los procesos de integración participativa en América Latina. Los más opuestos a aquellos procesos son siempre los aliados locales del capitalismo corporativo transnacional. Muchos de ellos están todavía sumergidos intelectual y culturalmente en un Americanismo que mira todo desde la perspectiva de la ideología racista de la élite estadounidense. Son hermanos en espíritu de los lideres de Unita y Renamo que se aliaron con los racistas del régimen de apartheid en los años 70 y 80.
Producen "noticias" que se comercializan en los países del bloque occidental y de sus aliados como datos confiables del acontecer latinoamericano. Esta transacción fortalece la ideología del Americanismo en los centros imperiales. Luego, esa misma ideología recicla las "noticias" para devolver el producto a su fuente como "análisis". Allí sirve para consolidar, justificar y alimentar el proceso que produjo las "noticias" originales en primer lugar. Y así el tejemaneje continúa, muy bien confeccionado pero, aparentemente, sin costura.
Otra parte de los que son opuestos a la integración participativa en América Latina y el Caribe reconocen que el poder económico de Brasil, Rusia, India e China cambia la ecuación tradicional. Siguen a sus amos en las élites globales tradicionales del capitalismo corporativo y buscan como acomodarse mejor en medio de cálculos nuevos de sus intereses a mediano y largo plazo. Lo más probable es que ellos vean que el bloque occidental intenta ahora explotar el colapso de su auge crediticio para promover una crisis económica en países como Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua antes de la próxima ronda de elecciones regionales.
En ese escenario las transnacionales y las élites locales buscarán cómo cubrir sus apuestas. Mantendrán sus relaciones con los poderes imperiales tradicionales, pero a la vez maniobrarán para poder aprovechar los cambios provocados por la nueva configuración de influencias estratégicas. Se trata de una ofensiva amplia del ancien regime de Estados Unidos y la Unión Europea y sus aliados. Esperan poder garantizar otros pocos puñados de dólares más para sus elites corporativas antes del fin de la fiesta neocolonial.
Las fuerzas populares latinoamericanas y sus líderes tendrán que mostrar mucha coherencia y consistencia para poder enfrentar las próximas elecciones entre 2009 y 2011 desde una posición de fuerza. Si Cuito Cuanavale tiene relevancia hoy es porque significaba la derrota categórica del racismo. Mostró que la organización revolucionaria y la solidaridad es capaz de superar el poder monstruoso de los grandes poderes imperialistas. Son cosas que vale la pena recordar frente a los desafíos contemporáneos.
NOTAS
1. "Naciones del ALBA acuerdan seis nuevos proyectos de integración" Ora/VTV/PL , Aporrea 21/09/07
2. "Presidentes de Argentina y Ecuador firman acuerdos bilaterales", Prensa Latina 20/9/2007
3. "Correa: Banco del Sur sera la antesala para una moneda común suramericana" Carolina Bonell/VTV, Aporrea, 12/10/07
4. "Ecuador pide oficialmente su regreso a la OPEP", Agencias, Aporrea 18/10/07
5. "Un dialogo con Rafael Correa, Presidente del Ecuador" Rebelión, 19-09-2007
6. "América Latina, rumbo al postneoliberalismo", Entrevista a Emir Sader, secretario ejecutivo del consejo latinoamericano de ciencias sociales, Luis Hernández Navarro, La Jornada, en Rebelión 13-10-2007
Toni Solo esta radicado en América Central - http://toni.tortillaconsal.com
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