Sin demasiadas esperanzas en la conferencia de noviembre
Lunes 15 de octubre de 2007 por CEPRID
Hassan Tahsin Arab News/CEPRID 15 - X - 07
Traducido por Sam Moore, elcorresponsal.com
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, busca apoyos para la conferencia de paz de noviembre, a la espera de que la Casa Blanca tenga algún logro mientras se ahoga en el cenagal iraquí. Es difícil que la conferencia produzca algo positivo.
Con inequívocas señales del fracaso de la aventura norteamericana en Irak, el presidente Bush y su administración han propuesto una conferencia internacional para impulsar el proceso de paz entre árabes e israelíes. Washington dice que garantizará el éxito de la conferencia.
Pero las convicciones norteamericanas no convencieron lo suficiente a los dos países que han identificado los factores que garantizan el éxito de cualquier iniciativa de paz en el Medio Oriente.
El ministro de Relaciones Exteriores saudita, príncipe Saud Al-Faisal, dijo en una conferencia de prensa en Jeddah, el 12 de septiembre, que dudaba sobre la participación del reino en la conferencia si el encuentro no abordaba “los problemas importantes” como las fronteras de Israel, Jerusalén y otros asuntos básicos, tratados claramente en la iniciativa de paz árabe.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, no ve ninguna razón para participar si los Estados Unidos no presentan una agenda para la conferencia.
Ahmed Abul Gheit, el ministro de Relaciones Exteriores egipcio, dijo en una conferencia de prensa conjunta con su colega francés: "Nosotros no hemos visto ningún esfuerzo de la administración norteamericana por construir las bases para la paz".
"Egipto -dijo- no tiene información suficiente sobre la realización de conversaciones serias entre palestinos e israelíes. Ha habido reuniones y consultas entre las partes, pero sin ningún progreso significativo."
Los francos comentarios de los funcionarios egipcios y sauditas empujaron a la administración norteamericana a declarar que la conferencia tiene un objetivo tangible y específico, y que ellos se esforzarán por alcanzarlo.
El hecho es que Estados Unidos solo anunció la realización de la conferencia sin especificar quién participará y la naturaleza y propósito del encuentro.
Tenemos una situación extraña aquí. El organizador no dice nada sobre la iniciativa, mientras las otras partes no encuentran las respuestas a sus preguntas, creando un estado de ambigüedad deliberada. Israel, por su parte, se aprovecha de esa ambigüedad para pedir la cancelación o el aplazamiento de la cumbre, en un esfuerzo por resguardarse de cualquier presión a efectuar concesiones, inclusive menores.
Entretanto, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha iniciado una gira por la región para reunir apoyos para la conferencia de noviembre, a la espera de que la administración tenga algún logro mientras se ahoga en el cenagal iraquí.
Yo no tengo expectativas de que la conferencia produzca algo positivo. Las razones son varias, pero éstas las más importantes:
• El primer ministro israelí, Ehud Olmert, es políticamente débil y lo mismo puede decirse del mandatario palestino, Mahmoud Abbas. Cercados por opositores, serán incapaces de adoptar cualquier iniciativa intrépida.
• Israel necesita seguridad y el reconocimiento regional y esto sólo lo logrará si abraza la iniciativa de paz árabe. Este Israel no puede hacerlo porque va en contra de sus políticas expansionistas y sus ambiciones en la región.
• La fractura entre palestinos.
• Hay temor a que Irán aumente su apoyo a las facciones palestinas armadas. Así que los norteamericanos e israelíes pueden insistir en la necesidad de confrontar a Irán de una forma u otra.
Las siguientes serían las condiciones mínimas para el éxito de la conferencia y el logro de la paz:
• La paralización de todas las actividades de los asentamientos.
• El regreso de Israel a las fronteras del 67.
• La inclusión de algunos asentamientos de Cisjordania en Israel a cambio de territorios israelíes equivalentes para los palestinos.
• La división de la Ciudad Santa de Jerusalén, con israelíes y palestinos controlando sus respectivos lugares sagrados.
• Los refugiados palestinos de 1948 deben retornar a Palestina con una generosa compensación por parte de Israel.
En cualquier acuerdo de paz las concesiones tendrán que venir del fuerte al débil y esto significa de Israel a los palestinos. Israel, hoy, es más fuerte que todos los países árabes juntos.
¿Quién asistirá a la conferencia y por qué? ¿Para defender el derecho y la justicia o solo para estar al lado de Israel y aplacar a la administración norteamericana que se esfuerza por salir del pantano de Irak?
Espere y vea. Noviembre no está lejano.
CEPRID
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