CEPRID

ESTADOS UNIDOS CONTRA LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

Lunes 1ro de junio de 2009 por CEPRID

COMITÉ BICENTENARIO SEGUNDA INDEPENDENCIA

CEPRID

La V Cumbre de las Américas celebrada en los días 17, 18 y 19 de abril de 2009, en Trinidad y Tobago pasará a la historia por la posición unitaria de América Latina para impulsar nuevas relaciones con Estados Unidos y porque Cuba, marginada de esas cumbres, a pesar de su ausencia estuvo presente en cada debate y porque a pesar de conflictos, amenazas, debilidades, la integración latinoamericana toma fuerza y tiende a consolidarse.

Sin embargo de los significativos avances, nadie debe penetrar en los espejismos dibujados por Barack Obama, cuando reconocía que Estados Unidos había cometido errores en sus relaciones con América Latina, y en la necesidad de adoptar, desde el norte, un nuevo enfoque con respeto al sur. Obama quizá sea sincero al decir que Estados Unidos respecto a Latinoamérica tendría la obligación de escuchar y repensar a la región como países soberanos.

En contra parte a la V Cumbre de las Américas, previamente se realizó la Cumbre de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América -ALBA- a la que asistieron los presidentes de Honduras, Manuel Zelaya; de Nicaragua, Daniel Ortega; de Bolivia, Evo Morales; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Fernando Lugo; de Cuba, Raúl Castro; de Venezuela, Hugo Chávez y el Delegado del Gobierno de Dominica. En esta Cumbre, los Jefes de Gobierno, insistieron en que la ALBA se consolidará sobre la base de varios principios vitales y, entre ellos, la complementariedad, la solidaridad y la soberanía de nuestros pueblos como nuevas formas de integración.

Sin duda, Barack Obama que estrenó su gobierno en la Cumbre de las Américas, impresionó a sus pares porque tuvo gestos cordiales para con los presidentes y en especial con los de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, que durante el gobierno de Bush, mantuvieron relaciones bilaterales tensas, críticas, duras. Chávez inclusive le regaló el libro Las Venas Abiertas de América Latina del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, en el que se refiere a la historia de dominación y saqueo de los recursos naturales y humanos de la región, por parte de las grandes potencias y desde el siglo XX por Estados Unidos, en su fase imperial. Los cipayos que nunca faltan insultaron a Galeano y a Chávez.

La obamanía parece que es una fiebre contagiosa, tanto que todos los presidentes que asistieron a la Cumbre se olvidaron del imperio depredador, de los objetivos geopolíticos de dominación global y de las miserias esparcidas por toda la geografía de nuestra Patria Grande, por los administradores de turno del guerrerista imperio e hicieron cola para tener el honor de estrechar la mano y declarar amistad al nuevo emperador Barack Obama, seguramente porque se mostró afable y cordial con sus admiradores gobernantes. Obama declaraba que hay progresos en la Cumbre tras la reunión que mantuvo con los Jefes de Estado y Gobierno de la UNASUR y hasta oyó, cordialmente, el masivo pedido de que levante el genocida embargo que el imperio mantiene contra Cuba.

Luis Inácio Lula da Silva, el líder de Brasil, y según muchos analistas internacionales, líder natural de la UNASUR, jugó un rol protagónico en la V Cumbre de las Américas al solicitar a Obama que envíe a la Secretaria de Estado Hillary Clinton a Venezuela y Bolivia, a fin de que colabore en restablecer las dañadas relaciones de estos países con Estados Unidos, pero fue más allá al afirmar enfáticamente que no es posible que vuelva a haber una cita de naciones del hemisferio en la que no esté Cuba y al declarar que el Continente fracasará en sus intentos de integración, mientras la Isla siga bloqueada. Además, dijo que era indispensable que se abra un diálogo directo entre La Habana y Washington para viabilizar la apertura de relaciones diplomáticas. “Será la señal importante” que marcará en el futuro los vínculos entre Estados Unidos y América Latina, dijo.

Las expectativas creadas en la V Cumbre de las Américas forjaron nuevas esperanzas para iniciar un ciclo histórico de relaciones entre iguales; es decir con pleno respeto a la soberanía de los pueblos y al ejercicio del derecho de autodeterminación. Si Estados Unidos pondría en práctica esos principios, sólo desde ese utópico momento, se iniciarían nuevas relaciones diplomáticas, económicas, comerciales y políticas con el imperio porque abandonaría su política injerencista, las invasiones armadas, las acciones clandestinas de la CIA, de la DEA y demás agencias de inteligencia que cuando han intervenido en nuestras patrias han dejado una enorme estela de muerte, destrucción, dictaduras militares y neofascistas, destierros y diásporas, cárcel, desaparición forzada de personas y un sinnúmero de operaciones cóndor en sus distintas versiones.

Con Obama o sin Obama, mientras Estados Unidos siga en su papel de gendarme universal y de poder imperial unipolar, América Latina será el patio trasero y el Caribe el lago particular del imperio, así el Secretario de la OEA José Miguel Insulza diga que es “razonable” la posibilidad de que Cuba esté en la aproxima Cumbre de las Américas y así el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, haya expresado que seguía con interés el cambio de política de Estados Unidos frente a Cuba y que saludaba ese comportamiento como “señal de nuevos aires” y de “nueva flexibilidad” referida a las tensas y conflictivas relaciones con Venezuela y Bolivia de Chávez y Morales, respectivamente.

En vísperas de la V Cumbre de las Américas, Raúl Castro, Presidente de Cuba, en la Cumbre del ALBA puso en claro la injerencia de Estados Unidos en América Latina y el Caribe en los últimos 60 años.

Se refirió a tétricas historias de terrorismo de Estado practicado por el imperio yanqui, la contumaz injerencia de Estados Unidos sobre las políticas internas de varios países de nuestra América Latina, la vil explotación a la que han sido sometidos nuestros pueblos por las multinacionales y por el poder transnacional de los monopolios estadounidenses, y no se olvidó de mencionar los asesinatos masivos de campesinos que aún siguen siendo víctimas inocentes en Guatemala, Venezuela, Colombia, Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador.

Cuando se habla de relaciones con Estados Unidos, inexorablemente hay que referirse a la política de terror desatada desde las más altas esferas de la Casa Blanca, del Pentágono, la CIA, Departamento de Estado y de la poderosa industria bélica con el objeto de dominar a nuestros pueblos y de dividirlos para reinar.

Raúl Castro habló con pasión pero con serenidad sobre la invasión de Estados Unidos a Bahía de Cochinos, Playa Girón, de los sabotajes y actos terroristas perpetrados por la CIA y sus agentes y del denigrante papel de la OEA que expulsó a Cuba por decisión imperial. El mensaje de Raúl Castro a Obama fue muy claro cuando le dijo: “estamos dispuestos a discutir todos los aspectos de nuestra política pero en igualdad de condiciones”

Pasada la V Cumbre, la política de Estados Unidos respecto de nuestras patrias no ha variado en absoluto, a más de discursos de cortesía y declaraciones de buena voluntad. Con Cuba sigue siendo el imperio prepotente que impone condiciones a la Isla pero que es incapaz de mirar adentro de su casa lo que le hace “desconocer” la existencia de miles de presos políticos encerrados en las cárceles imperiales, millares de violaciones a los derechos humanos concretados en arrestos arbitrarios y secuestros de personas en cualquier parte del mundo, ilegales escuchas telefónicas a sus propios ciudadanos, violación a la intimidad personal y familiar de sus conciudadanos, vil práctica de torturas a presos políticos encerrados en cárceles clandestinas ubicadas en países de Europa, Asia, África, sin olvidar la infame cárcel de Guantánamo, territorio arrebatado a Cuba y que lo posee ilegalmente. ¡Cuántos crímenes imperiales que permanecen sin castigo! Sin embargo, Estados Unidos, en su doble juego y doble moral se atreve a juzgar “violaciones” de derechos humanos en otros países y en especial en Cuba.

Muy a pesar de las sonrisas presidenciales, de los apretones de manos y palmaditas en el hombro, la V Cumbre no produjo los resultados planificados y ni siquiera hubo consenso en la firma de la Declaración Final. Fidel Castro reflexionaba: “Lo insólito es que no hubo tal consenso sobre el documento final. El grupo del ALBA no lo suscribió; así lo hizo constar en el último intercambio con Obama en presencia de Manning y los demás líderes en la mañana del 19 de abril. En esa reunión hablaron Chávez, Evo y Daniel sobre el tema con absoluta claridad. Me había parecido que Daniel expresó una queja amarga cuando, el día de la inauguración de la Cumbre, dijo en su discurso: “…pienso que el tiempo que me estoy tomando es mucho menor que el que me tuve que tomar, tres horas, esperando en el aeropuerto dentro del avión.”

Se lo pregunté y me contó que seis dirigentes de alto nivel tuvieron que esperar en la pista: Lula, de Brasil; Harper, de Canadá; Bachelet, de Chile; Evo, de Bolivia; Calderón, de México y él, que era el sexto. ¿Motivo? Los organizadores, en un acto de adulonería, lo decidieron así para recibir al Presidente de Estados Unidos. Daniel (Ortega) permaneció las 3 horas dentro del caluroso avión de LACSA, al ser retenido en el aeropuerto bajo sol radiante del Trópico.

Me explicó, dice Fidel, el comportamiento de los principales líderes presentes en la Cumbre, los problemas fundamentales y específicos de cada uno de los países de América Latina y el Caribe. No se le vio rencoroso. Estaba seguro, tranquilo y comprensivo. Recordé los tiempos de la guerra sucia de Reagan, las miles de armas lanzadas por éste contra Nicaragua, las decenas de miles de muertos, el minado de los puertos, la utilización de las drogas por parte del gobierno de Estados Unidos para burlar las disposiciones del Congreso, prohibiendo fondos para financiar aquella cínica guerra.

No pasamos por alto la criminal invasión a Panamá ordenada por Bush padre, la horrible matanza de El Chorrillo, los miles de panameños muertos, la invasión de la pequeña Granada con la complicidad de otros gobiernos de la región, hechos bastante recientes en la trágica historia en nuestro hemisferio.

En cada uno de los crímenes estaba la mano peluda de la OEA, principal cómplice de las brutales acciones de la gran potencia militar y económica contra nuestros empobrecidos pueblos.

Me narró el daño que el narcotráfico y el crimen organizado ocasionan a los países de Centroamérica, el tráfico de armas norteamericanas, el inmenso mercado que impulsa esa actividad tan nociva para las naciones de América Latina y el Caribe...

Del bloqueo a Cuba ni siquiera se mencionó en la Declaración Final y el Presidente de Estados Unidos la utilizó para justificar sus acciones y encubrir supuestas concesiones de su Administración a Cuba. Nosotros comprenderíamos mejor las limitaciones reales que el nuevo Presidente de Estados Unidos tiene para introducir cambios en la política de su país hacia nuestra patria, que el uso de la mentira para justificar sus acciones.

Obama confiesa que los líderes de los países latinoamericanos y caribeños le hablan en todas partes de los servicios de los médicos cubanos, y expresa sin embargo que: “…Esto es un recordatorio para nosotros en los Estados Unidos de que si nuestra única interacción con muchos países es la lucha contra la droga, si nuestra única interacción es militar, entonces es posible que no estemos desarrollando conexiones que con el tiempo puedan aumentar nuestra influencia y tener un efecto beneficioso cuando tengamos, decía el Comandante Fidel Castro .

De entre todas las intervenciones y discursos, Daniel Ortega, durante 50 minutos fue contundente cuando dijo: “Nicaragua recurrió a la Corte Internacional de Justicia de La Haya: presentó su demanda en contra de la política de guerra, de la política terrorista que venía desarrollando el presidente Ronald Reagan en nombre de Estados Unidos. Nuestro delito: habernos liberado de la tiranía de Anastasio Somoza, impuesta por la intervención de las tropas yankis en Nicaragua. Centroamérica se ha visto sacudida desde el siglo antepasado por lo que han sido las políticas expansionistas, políticas de guerra que nos llevaron a unirnos los centroamericanos para derrotarla.

Luego fueron las intervenciones que se prolongaron desde el año 1912 hasta el año 1932 y dejaron como resultado la imposición de la tiranía de los Somoza, armada, financiada y defendida por los gobernantes norteamericanos.

Tuve la oportunidad de encontrarme con el presidente Reagan en plena guerra, nos dimos la mano y le pedí que cesara la guerra contra Nicaragua.

Tuve la oportunidad de encontrarme con el presidente Carter y cuando me decía que “ahora que había salido la tiranía de los Somoza, el pueblo nicaragüense era hora de que Nicaragua cambie”. Le dije: No, Nicaragua no tiene que cambiar, los que tienen que cambiar son ustedes, Nicaragua nunca ha invadido a Estados Unidos; Nicaragua nunca ha minado los puertos de Estados Unidos; Nicaragua no ha lanzado una sola piedra en contra de la nación norteamericana; Nicaragua no ha impuesto gobiernos en Estados Unidos; son ustedes los que tienen que cambiar, no los nicaragüenses.

En plena guerra todavía, tuve la oportunidad de encontrarme con quien recién había asumido la presidencia de Estados Unidos, George Bush, padre. En un encuentro en Costa Rica, el año 1989, cuando nos sentamos quedamos frente a frente el presidente Bush y yo, él lo comentó: “Aquí ha venido la prensa porque quieren vernos pelear al Presidente de Estados Unidos y al Presidente de Nicaragua e hicimos el esfuerzo de no darle gusto a la prensa”, dijo Bush.

Nicaragua seguía sometida todavía a la guerra impuesta por Estados Unidos; ante la demanda que Nicaragua presentó ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la Corte falló y dictó sentencia, dijo con toda claridad que “Estados Unidos debía detener todas sus acciones militares, minado de los puertos, financiamiento de la guerra; que debía indicar en qué lugar estaban las minas que habían colocado y se negaban a dar esa información”, mandaba además al gobierno de Estados Unidos a indemnizar a Nicaragua, también por el bloqueo económico-comercial que le había impuesto.

Las luchas que estamos librando en Nicaragua, en Centroamérica y en América Latina para liberar a nuestros pueblos del analfabetismo, son luchas que las estamos librando con la solidaridad incondicional, generosa, del hermano pueblo de Cuba, de Fidel, que fue el que promovió esos procesos solidarios de alfabetización, y su presidente Raúl Castro, que les ha dado continuidad a estos programas, abiertos para todos los pueblos latinoamericanos y caribeños.

Luego se ha incorporado con un espíritu generoso el pueblo bolivariano, el pueblo de Venezuela, con su presidente Hugo Chávez Frías. Aquí estamos presentes una gran mayoría de los Presidentes y Jefes de Gobierno de América Latina y el Caribe; están participando el Presidente de Estados Unidos, el Primer Ministro de Canadá; pero aquí hay dos grandes ausentes: uno, Cuba, cuyo delito ha sido luchar por la independencia, por la soberanía de los pueblos; prestar solidaridad, sin condiciones, a nuestros pueblos, y por eso se le sanciona, por eso se le castiga, por eso se le excluye. Por eso yo no me siento cómodo en esta Cumbre, no puedo sentirme cómodo en esta Cumbre, siento vergüenza de estar participando en esta Cumbre con la ausencia de Cuba.

Otro pueblo no está aquí presente, porque, a diferencia de Cuba, una nación independiente, solidaria, ese otro pueblo está sometido todavía a las políticas colonialistas: me refiero al hermano pueblo de Puerto Rico. Estamos trabajando para construir una gran alianza, una gran unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Llegará el día en que ahí también, en esa gran alianza, estará el pueblo de Puerto Rico. En la década de los cincuenta la discriminación racial estaba institucionalizada, era parte del modo de vida norteamericano, parte de la democracia norteamericana: los negros no podían entrar en los restaurantes de los blancos, ni en los bares de los blancos; los niños, hijos de familias negras, no podían ir a las escuelas donde estudiaban niños blancos. Para romper el muro de la discriminación racial fue necesario - y eso lo sabe mejor que nosotros mismos el presidente Obama-, Martin Luther King, decía: “Yo tengo un sueño”. El sueño se hizo realidad y el muro de la discriminación racial se desplomó en Estados Unidos de América, gracias a la lucha de ese pueblo... En el año 2002, en el mes de abril, el 11 de abril, se produce un golpe de Estado con la intención de asesinar a un presidente electo en la República Bolivariana de Venezuela; el presidente Hugo Chávez fue capturado, y estaba la orden de asesinarlo. Cuando surge el gobierno fantoche, el gobierno norteamericano, a través de su vocero, reconoce a los golpistas y les da la razón a los golpistas. Razón tenemos para decir que eso no es historia; hace apenas siete años se produjeron esos hechos violentos en contra de la institucionalidad de un pueblo, de una nación progresista, solidaria, revolucionaria.

Pienso que el tiempo que me estoy tomando es mucho menor que el que me tuve que tomar, tres horas, esperando en el aeropuerto dentro del avión.

Planteamos que se les entreguen los TPS (Estatus de Protección Temporal) a todos los inmigrantes que están en Estados Unidos, pero las causas de la emigración están en el subdesarrollo, en la pobreza que viven los pueblos centroamericanos.

La única manera de detener ese flujo de emigrantes hacia Estados Unidos no es levantando muros, no es reforzando la vigilancia militar en las fronteras. Estados Unidos necesita la mano de obra centroamericana, como necesita mano de obra mexicana; cuando ya esa mano de obra va más allá de las demandas de la economía norteamericana, entonces vienen las políticas represivas, es aportando fondos sin condiciones políticas, sin las condicionalidades del Fondo Monetario Internacional. Tenemos la ingrata tarea de estarle cuidando las fronteras a Estados Unidos por el consumo de la droga.

Solo en Nicaragua, el año pasado, la policía nacional incautó más de 360 toneladas de coca. Eso, a precio de mercado en Estados Unidos, seguramente suma más de 1 000 millones de dólares. ¿Cuánto le aporta Estados Unidos a Nicaragua por cuidar sus fronteras? Le aporta un millón 200 mil dólares.

No es justo, no es equitativo, no es ético, no es moral que sea el G 20 el que siga tomando las grandes decisiones; llegó la hora de que sea el G 192, es decir, todos, en Naciones Unidas.

Los que han tenido negociaciones con el Fondo (FMI) saben perfectamente lo que ha significado el Fondo, cómo han sacrificado programas sociales, programas agrícolas, programas productivos, para sacar los recursos y pagar la deuda, la deuda impuesta por las normas establecidas por el capitalismo global.

No ha sido más que un instrumento para establecer y desarrollar, desde las metrópolis, políticas colonialistas, neocolonialistas e imperialistas. Mahatma Gandhi en aquella lucha heroica que libró por la independencia de la India frente a Inglaterra decía: “Inglaterra ha utilizado un cuarto de los recursos del planeta para llegar a su actual estado de desarrollo. ¿Cuántos recursos necesitará la India para llegar al mismo desarrollo?” Ya en este siglo XXI y desde finales del siglo XX, no era solo Inglaterra, sino todos los países capitalistas desarrollados estableciendo su hegemonía a costa de la destrucción del planeta y de la especie humana, imponiendo los valores consumistas de su modelo.

La única manera de salvar al planeta, y con ello el desarrollo sostenible de la humanidad, será que se establezcan las bases de un nuevo orden económico internacional, de un nuevo modelo económico social, político, que sea verdaderamente justo, solidario y democrático.

En el proyecto que se conoce como Petrocaribe y el ALBA -en Petrocaribe están casi todos los países del Caribe-; pero también estamos algunos países centroamericanos. Hay países del SICA que estamos en Petrocaribe: Belice, Guatemala, Honduras, República Dominicana, Nicaragua, Panamá.

Los Jefes de Estado y de Gobierno de Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela, países miembros del ALBA, consideramos que el proyecto de Declaración de la V Cumbre de las Américas es insuficiente e inaceptable por las siguientes razones:

No da respuesta al tema de la Crisis Económica Global, a pesar de que esta constituye el más grande desafío al cual la humanidad haya hecho frente en décadas.

Excluye injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso general que existe en la región para condenar el bloqueo y los intentos de aislamiento de los cuales su pueblo y su gobierno han sido incesantemente objeto, de manera criminal.

“Lo que estamos viviendo es una crisis económica global de carácter sistémico y estructural y no una crisis cíclica más.

“El capitalismo ha provocado la crisis ecológica por someter las condiciones necesarias para la vida en el planeta al predominio del mercado y la ganancia.”

Para evitar este desenlace es necesario desarrollar un modelo alternativo al sistema capitalista. Un sistema de armonía con nuestra madre tierra y no de saqueo de los recursos naturales; un sistema de diversidad cultural y no de aplastamiento de culturas e imposición de valores culturales y estilos de vida ajenos a las realidades de nuestros países; un sistema de paz basado en la justicia social y no en políticas y guerras imperialistas; un sistema que no los reduzca a ser simples consumidores o mercancías.

Respecto al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y la exclusión de este país de la Cumbre de las Américas, los países de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América reiteramos la Declaración que todos los países de América Latina y el Caribe adoptaron el pasado 16 de diciembre de 2008 sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos de América a Cuba, incluida la aplicación de la llamada Ley Helms-Burton, de todos ampliamente conocidos.

En mi país, Nicaragua, los gobiernos que me antecedieron cumplieron al pie de la letra con la política neoliberal. Desde el año 1990, cuando el Frente Sandinista deja el gobierno, hasta el 10 de enero del año 2007, cuando el Frente Sandinista retorna al gobierno; la aplicaron durante 16 años.

Cuando triunfó la revolución en Nicaragua en 1979, las tiranías y gobiernos que habían sido impuestos y sostenidos por los gobernantes norteamericanos en Nicaragua, los demócratas que se autodenominaban demócratas dejaron a Nicaragua con un 60% de analfabetismo.

Nuestra primera gran batalla fue acabar con el analfabetismo, y nos fuimos a esa gran batalla y logramos reducir el analfabetismo al 11,5%, 12%. No pudimos ir más allá porque se nos impuso una política de guerra por parte de la administración Reagan.

Entregamos el gobierno en 1990 con 12,5% de analfabetismo en el país y recibimos el país, en el mes de enero del año 2007, con el 35% de analfabetismo.

Estos no son datos que inventa el gobierno, son datos trabajados por los organismos especializados en temas de educación y cultura.

Ese es el resultado del neoliberalismo que se le aplicó a Nicaragua, de las privatizaciones que se le aplicaron a Nicaragua, porque se privatizó la salud, se privatizó la educación, se excluyó a los pobres; para otros el cambio fue bueno porque se enriquecieron, el modelo ha demostrado que es muy exitoso para acumular riquezas, exitoso para expandir la pobreza. Es gran concentrador de la riqueza y gran multiplicador de la miseria y de la pobreza.

Es un problema de orden ético, un problema de orden moral en el que descansa el futuro, no solamente de los países más empobrecidos, como los cinco países que he mencionado aquí en América Latina y el Caribe, que no tenemos mucho que perder más que las cadenas, si no hay un cambio de ética, si no hay un cambio de moral, si no hay un cambio de valores, que nos permita ser realmente sostenibles.

Ya no es un asunto de ideología, no es un asunto político; es un asunto de sobrevivencia. Y ahí nos vamos todos, desde los G 20 hasta los G 5, que somos los más empobrecidos de América Latina y el Caribe.

Pienso que esta crisis que hoy está afectando al mundo y que está llevando a discusiones, a debates, a búsqueda de soluciones, debemos asumirla tomando en cuenta que ya no es posible, ya no es sostenible el actual modelo de desarrollo.

La única forma de salvarnos todos es cambiar el modelo, decía Daniel Ortega.

Estados Unidos se opone a la integración de Latinoamérica y del Caribe y no descartará ninguna acción para mantener divididos a nuestros pueblos. El imperio es experto acumular poder y riqueza y es experto en “sembrar de miseria a América Latina en nombre de la libertad” como diría el Libertador Simón Bolívar. ¿Quién le ha dado el poder a Estados Unidos para someter a nuestros pueblos y dividirlos?

Es totalmente irracional el “derecho” de Estados Unidos a intervenir en los asuntos internos de nuestros pueblos y entre esas intromisiones son despreciables las agresiones militares, económicas y políticas cuantas veces considere necesarias, para proteger sus intereses y los intereses de las clases dominantes que son obsecuentes servidoras del imperio.

Durante la larga “guerra fría” América Latina y el Caribe fueron escenarios de monstruosas agresiones criminales de Estados Unidos con el manido pretexto de acabar con el “comunismo internacional” y preservar los sagrados valores de la democracia, la libertad y los derechos humanos, en cuyo nombre impusieron y protegieron dictaduras crueles que acabaron con la vida millares de hombres y mujeres acusados de ser luchadores por la liberación de sus pueblos.

Tras los principios que Estados Unidos dice defender, se esconden los verdaderos objetivos imperiales: dominar a nuestros pueblos porque su ideología se fundamenta en el disparatado “destino manifiesto” diseñado por la “clase superior anglosajona” que se considera con autorización cuasi divina para someter a nuestros pueblos indomestizos.

Para cumplir con ese “destino”, los Estados Unidos, desde su fundación, crearon una serie de doctrinas y pusieron en práctica la agresión militar a través de la doctrina de las cañoneras, la agresión económica por medio del dólar, las invasiones armadas con los “marines”, las agresiones clandestinas a través de la CIA, DEA, y la “comunidad de inteligencia”.

Se acabó el fantasma del comunismo y debían terminarse los pretextos para mantener bases militares en nuestras patrias, contingentes armados, asesores militares por decenas, agentes de la CIA e inmensas embajadas en las que cabildean políticos criollos de las derechas económicas y oligárquicas para alzarse con el poder, defender sus privilegios y servir los sacrosantos intereses del imperio.

No hay país en América Latina y el Caribe que no haya sufrido la agresión imperial estadounidense que se mantiene hasta estos días en las continuas agresiones a Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú.

Colombia es la República hermana víctima del poder imperial que la agrede con el Plan Colombia y con el Plan Patriota y lo hace porque el imperio necesita de enemigos visibles o invisibles y cuando no los tiene, los crea. El comunismo internacional era su enemigo y al terminarse creó un nuevo enemigo: el narcotráfico y para combatirlo decidió agredir a nuestras patrias, pero Estados Unidos no combate al narcotráfico dentro de su territorio que alberga a la mayor población mundial, consumidora de droga.

Estos tiempos son tiempos de reflexión que impulsen la lucha antiimperialista en cualquier lugar de nuestras patrias. No son tiempos para cruzarse de brazos sino para crecer juntos y forjar la integración de nuestras patrias que permita la unidad económica, política y cultural. Es hora de que nuestras generaciones concreten el sueño de nuestros Libertadores: Una sola patria grande, unida, poderosa, libre, soberna.

Nada hay que perder, todo está por ganar.

COMITÉ BICENTENARIO SEGUNDA INDEPENDENCIA

Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com


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