CEPRID

ESPIONAJE CON ALTA TECONOLOGÍA EN GUATEMALA

Martes 10 de febrero de 2009 por CEPRID

COMITÉ BICENTENARIO SEGUNDA INDEPENDENCIA

CEPRID

Harry S. Truman, Presidente del imperio, por muerte del titular, ordenó que se lancen las primeras bombas atómicas  sobre  Hiroshima y Nagasaki,  cuando ya el Japón había sido derrotado en la II Guerra Mundial. Ese mismo personaje, de fatídicos antecedentes y nulos principios éticos, fundó la macabra Agencia Central de Inteligencia  -CIA-  en el año de 1947 sobre los restos de la famosa Oficina de Servicios Estratégicos, una agencia de espionaje de Estados Unidos.

En América Latina, la primera víctima de la CIA fue Guatemala cuando en 1954 derrocó al gobierno democrático de Juan Jacobo Arbenz,  e instauró la dictadura del coronel  Carlos Castillo Armas, para defender los intereses bananeros de la United Fruit. Los ex presidentes Vinicio Cerezo (1986-1990), Jorge Serrano (1990-1993) Ramiro de León (1993-1995), en su oportunidad, reconocieron  que fueron espiados y hoy, otra vez la CIA, parece estar detrás del sofisticado espionaje perpetrado contra  Álvaro Colom, Presidente de Guatemala, del Vicepresidente de la República, Rafael Espada, de la Sala de Sesiones del Gabinete presidencial, espionaje que se extendió a la residencia del Presidente, y oficinas de la primera dama, Sandra Torres. El ex presidente Jorge Serrano, declaraba que fue espiado al afirmar que una persona amiga le dio documentos desclasificados  por Estados Unidos, en los que podía reconocer conversaciones privadas que sostuvo en su despacho. ¿Por qué Estados Unidos  desclasificaría documentos, si la CIA no estuviese involucrada en esos trabajos clandestinos de sucio espionaje?

En el pasado mes de octubre, el presidente Álvaro Colom destapó la olla de grillos y conmocionó a Guatemala al denunciar que se habían descubierto micrófonos, cámaras de video y transmisores en el Palacio de Gobierno, en  su residencia, en las oficinas de la Vicepresidencia de la República, en el  Gabinete y en las oficinas de su esposa  Sandra Torres.

Descubierto el dispositivo de espionaje fueron despedidos de sus cargos los jefes de seguridad Carlos Quintanilla y Gustavo Solano, actualmente presos, pero en sus domicilios, porque las cárceles pueden resultar una afrenta para tan conspicuos ciudadanos y hasta un peligro, porque hasta a los delincuentes comunes les repugna ese tipo delitos contra la patria, supuestamente cometidos por los implicados en ese espionaje. Tal vez sean culpables porque la CIA, casi siempre recluta a sus agentes criollos y serviles entre los grupos de poder político, militar, policial o paras, para asegurar sus operaciones clandestinas.

En una primera instancia, el presidente Colom sostuvo que las mafias y los grupos paralelos eran los culpables de la penetración del crimen organizado en su gobierno, y que temía alguna reacción  por parte de los que financiaron y provocaron  el espionaje.

La directora de la ONG  “Seguridad en Democracia” (SDEM) Iduvina Hernández decía: “Con esto se confirma una verdad que da vergüenza, porque se comprueba el poder de los grupos paralelos que funcionan desde hace años en Guatemala”. Qué interesante sería llegar a conocer cuáles y cuántos de esos grupos paralelos son de paternidad de la CIA, o acaso la CIA ha estado ajena a esos grupos, a los paramilitares y escuadrones de la muerte que participaron en más de doscientos mil asesinatos de guatemaltecos durante la vivencia y  operación de las guerrillas y la vigencia de las crueles dictaduras impuestas y patrocinadas por Estados Unidos?

La CIA o los grupos narcomafiosos, al final no existe mucha diferencia en el cometimiento de estos delitos, debían contar con cómplices de alto vuelo que actuaban,  trabajaban o vivían dentro del Palacio de Gobierno de Guatemala. Sólo así se explicaría que los perpetradores del espionaje hayan dispuesto del tiempo necesario y de la paciencia que se requiere para instalar micrófonos, microcámaras de video y transmisores de elevada tecnología.

Con el saber  muy propio de sus funciones,  el ex ministro de Defensa de Guatemala en el año 2000, Julio Balconi,  aseguró que es poco probable que se hayan instalado todos esos aparatos en áreas estratégicas de la Casa Presidencial, sin el conocimiento del encargado de seguridad. Agregaba que esos sofisticados “aparatos no se pueden instalar ni en un día, ni en dos días, son aparatos que necesitan ser instalados de tal manera que cumplan la función y además que no sean descubiertos”. Según esta opinión, de un técnico en materia de seguridad y espionaje, Quintanilla y Solano serían los responsables de esos actos delictivos y si es así, ¿a quiénes servían?: ¿A la CIA, grupos paralelos o narcomafias?

El escándalo suscitado con el descubrimiento de esos aparatos de espionaje o “inteligencia”, demostró que, en Guatemala, actúan diversos grupos organizados que provendrían desde la firma de los acuerdos de paz ocurrida en 1996 y que terminó con 36 años de guerra sostenida, patrocinada, financiada y equipada por Estados Unidos a favor de los regímenes de terror y muerte. En concurrencia a esta premisa, la diputada Nineth Montenegro, vinculada a la izquierda guatemalteca, sostenía que existe toda una estructura que se mantiene desde hace muchos años atrás, pero que en estos tiempos se ha reciclado y fortalecido. Decía que a pesar de que los aparatos de seguridad se traspasaron del poder militar al poder civil, algunas de esas estructuras represivas aún se mantienen. En otras palabras, la CIA que actuó abiertamente durante los 36 años de guerra, seguiría en sus tétricas actividades, a pesar de la paz.        El periodista Juan Dufflar Amel, al analizar el desmontado espionaje, expresaba: “La abortada operación comprueba el poder de penetración y la capacidad técnica de fuerzas y grupos al margen de la ley que, desde hace años, funcionan en Guatemala, muchos de los cuales han contado con la asistencia de  la CIA  para esos menesteres”. Naturalmente que el presidente  Colom, debe ser nada grato para la óptica de la Casa Blanca, porque ya fue clasificado como uno de los gobiernos izquierdistas de América Latina.

El problema del espionaje no es nuevo en Guatemala. En la página web de la revista y qué, se advierte que “desde los tiempos de Miguel Idígoras Fuentes (aliado de las derechas y del imperio) las conversaciones eran grabadas en su totalidad, pasando por Vinicio Cerezo, Jorge Serrano Elías y Ramiro de León Carpio, quien aseguraba que era necesario hablar en voz baja en su despacho y reproducir música en alto volumen para poder hablar en privado. Así, en medio de rumores del montaje de unidades de espionaje  que nunca pudieron ser probadas como “La oficinita” y, varios señalamientos a distintos personajes de la cúpula militar, las administraciones de Álvaro Arzú,  Alfonso Portillo y Oscar Berger, sufrieron fugas de información similares a las que ahora  advierte el actual presidente Álvaro Colom.

Para espiar al Presidente se requiere de algunos factores esenciales, primero la tecnología, luego los medios económicos para lograr instalar un  equipo de vigilancia en los despachos del Presidente y Vicepresidente de la República. En Guatemala operan tres grupos -continúa el análisis- que poseen los medios suficientes para poder realizar semejante gestión, por lo que se puede inferir  que uno de éstos puede ser el responsable de espionaje, estos son: la supercúpula empresarial guatemalteca, que bien sabemos que cuenta con los medios suficientes para lograr semejante hazaña; el crimen organizado, y tercero el gobierno de Estados Unidos, cuyo historial de intervenciones de este tipo es innegable, y que al ver el creciente declive de prácticas capitalistas en los gobiernos latinoamericanos podría haber decidido espiar  las decisiones de Álvaro Colom, siendo un  Presidente que ha nombrado  en altos puestos de seguridad nacional a varios personajes que militaban y combatían en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, ex guerrilleros.”

Es claro que Estados Unidos tiene variados intereses y motivos para espiar a Álvaro Colom y es la CIA la que tiene recursos de última tecnología para realizar labores de espionaje y, además, posee los recursos económicos suficientes para comprar, captar, conseguir agentes criollos no sólo en Guatemala, sino en toda nuestra América Latina y en casi todos los países de la tierra. La CIA, a lo largo de los años, ha acumulado suficiente experiencia para la ejecución  de este tipo de operaciones encubiertas.

No es nada nuevo que Estados Unidos en su papel de gendarme universal  y potencia imperial, intervenga directa o indirectamente en nuestros países y en contra de los legítimos intereses de nuestros pueblos, pero inclusive el Presidente de Colombia Álvaro Uribe, llegó a denunciar que era objeto de espionaje, mas nunca dijo por parte de sus aliados de Washington y su estimadísima CIA.

Dufflar Amel en su documento intitulado “Los espías del quetzal” afirma: “Colom, nada grato a la oligarquía nativa ni a los grandes empresarios nacionales y foráneos, y mucho menos a Washington, ascendió al poder en enero del 2008, tras triunfar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, como candidato del Partido Unidad Nacional para la Esperanza”

Entre otras afirmaciones señala  que “desde su ascensión  al poder, Colom ha reafirmado su determinación de reorganizar el Ejército y la Policía, garantizar la seguridad ciudadana y poner fin a la extrema violencia reinante en el país, que durante el anterior conflicto armado interno dejó un saldo de más de 200 mil muertos y dividida a la nación. Se propone, además, promover leyes contra el latrocinio y la corrupción.

En cuanto a política exterior, su gobierno proclama  una posición independiente y soberana, de muchas relaciones  de amistad, solidaridad y cooperación entre naciones y de respeto a la autodeterminación de los  pueblos. Agrega que en poco tiempo de gobierno, Colom enfrenta problemas  de acciones subversivas  y que  como es lógico, no están ausentes  las tenebrosa manos de la CIA, con  tantas añoranzas por los tiempos de sumisión de los gobiernos de turno al dictado de Washington y la preeminencia de los grupos paramilitares de terroristas y torturadores creados, adiestrados, pertrechados y financiados por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, CIA, para combatir la insurgencia revolucionaria en los años precedentes. Dufflar Amel concluye “Y sobre todo su nostalgia por el predominio de la United Fruit Company,  y de los soleados “week end” de “whisky  and soda” de sus agentes en la tierra del quetzal”.             La CIA no está únicamente en la tierra del quetzal. El territorio de sus nefastas acciones  no conoce de límites geográficos y menos conoce de límites impuestos por la moral, las buenas costumbres, el derecho internacional, la justicia, la honestidad y el decoro. En nuestra América Latina, los  tentáculos de la CIA se extienden por los cuatro costados de la extraordinaria geografía en la que nacemos, vivimos o morimos. Hasta el socio de Bush y aliado incondicional del imperio, el presidente Uribe de Colombia, confesó que se sentía espiado, pero jamás dio pistas sobre los delincuentes que cometían ese tipo de actos.

Si hasta Uribe es víctima de las redes de espionaje, ¿por qué no iban a ser espiados los presidentes de nuestros países que han sido motejados de indeseables para el imperio? Si son peligrosos, molestos, inamistosos, si pueden constituir “ejes del mal” según  la óptica de Washington, la CIA no iba a cruzarse de brazos, sino a mostrarse más activa y utilizar todas las tácticas y estrategias posibles para penetrar, profundamente, en el interior de los gobiernos de Cristina Fernández, de Argentina; del obispo presidente Fernando Lugo, de Paraguay; del presidente Evo Morales, de Bolivia; del presidente Rafael Correa, del Ecuador; del Presidente Hugo Chávez, de Venezuela; del Presidente Daniel Ortega, de Nicaragua; del Presidente Álvaro Colom, de Guatemala.

Nadie está libre de las garras del imperio y menos de las mañoserías de la famosa CIA que es dueña de recursos técnicos, económicos y de una infinita gama de agentes. En el caso de Guatemala se demostró el elevado profesionalismo de quienes penetraron en el Palacio de Gobierno para instalar sofisticados equipos de escucha que, simplemente, es un trabajo tradicional de la Agencia yanqui.

Alguien puede preguntarse: ¿por qué la CIA no coloca aparatos de espionaje en las oficinas y despachos de los generales de las fuerzas armadas y de las policías?  La respuesta es sencilla. Casi todos los miembros de las fuerzas represivas, los guardianes armados del sistema, son aliados naturales de Washington, adoctrinados por el Pentágono, la CIA y otras agencias de seguridad del imperio o son agentes captados, comprados y bien o mal pagados, aunque también son  agentes que sirven gustosamente a la CIA  por afinidad ideológica o simple amor al imperio. No hay que negar esta realidad, porque de todo hay en los extensos caminos de nuestra América Latina.

Por eso, no es de admirar que el Presidente del Perú, Alan García, en recientes declaraciones, haya admitido que agentes de la CIA son  profesores y adiestradores de agentes de la  “inteligencia” peruana. El analista político Carlos Tapia  sostuvo que “es una vergüenza que un Jefe de Estado admita que una central de inteligencia de un país extranjero capacite a un grupo de inteligencia nacional. Esto no ocurriría en países como Argentina, Brasil o Ecuador”

La CIA, la DEA y otras agencias de la “comunidad de inteligencia” del imperio suelen “regalar”, -para después cobrar con  creces-, a las  fuerzas armadas y policiales de nuestros países, equipos de alta tecnología para que los subdesarrollados se diviertan escuchando o espiando a gobiernos y ciudadanos de nuestra América Latina.

Ahora tienen equipos para interferir teléfonos fijos y móviles o celulares que ya han sido probados dentro de los mismos Estados Unidos, según denunciaba Eric Lichtblau en el libro: “Bush´s Law. The Remaking of American Justice”.  Así que cuando use algún teléfono piense que tal vez  a la CIA le interesa su conversación y si tiene tiempo, no  estaría demás que revise su sitio de trabajo o su dormitorio, y quizá encuentre micrófonos, transmisores o video cámaras escondidas para espiar su intimidad.

Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com


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