CEPRID

EL SUMAK KAWSAY1: UNA PROPUESTA PARA LA DEMOCRACIA DESDE LOS ANDES

Lunes 1ro de diciembre de 2008 por CEPRID

Mailer Mattié

CEPRID

“Reconociendo nuestras raíces milenarias, forjadas por mujeres y hombres de distintos pueblos. Celebrando la naturaleza, la Pacha Mama, de la que somos parte y es vital para nuestra existencia (...). Apelando a la sabiduría de todas las culturas que nos enriquecen como sociedad (...). Decidimos construir una nueva forma de convivencia ciudadana (...), para alcanzar el Buen Vivir, el Sumak Kawsay”

(Preámbulo de la nueva Constitución de la República del Ecuador, 2008)

El día 28 de septiembre de 2008 el pueblo de Ecuador aprobó en referendo una nueva Constitución, alcanzando una mayoría cercana al 70%. Como ideal para orientar la convivencia social en democracia, el documento incorpora de manera transversal la noción indígena del Sumak Kawsay –el Buen Vivir-. Herencia cultural de las comunidades del antiguo Tahuantinsuyo –el imperio inca-, establece un marco para la creación de formas alternativas en las relaciones sociales y en las relaciones con la naturaleza. A través de la redefinición y ampliación de instrumentos políticos, jurídicos y económicos, comprende asimismo la posibilidad de sustituir definitivamente las metas del desarrollo y del crecimiento económico, proponiendo una nueva manera de ver el mundo y de residir en él. Representa este ideal, por otra parte, una alternativa al modelo de bienestar asociado al libre mercado, objetando el modo de vida que depende de la destrucción del planeta, de la pobreza y de la explotación de otras comunidades y regiones. Se reconoce como un legado ancestral que reaparece fortalecido siendo, sin duda, una contribución de los pueblos indígenas de Abya Yala (el Continente americano) al enriquecimiento de las alternativas que precisan actualmente todas las sociedades humanas; un aporte que viene del pasado y permite pensar el futuro, según la lógica tradicional del tiempo circular que rige la vida en Los Andes.

El Sumak Kawsay es en conjunto una visión del individuo, de la comunidad y de la naturaleza; una perspectiva centrada en el objetivo de garantizar en las mejores condiciones posibles no sólo la existencia humana, sino todas las formas de vida en el planeta. Comprende las relaciones sociales y de las personas con su entorno fundamentadas en los principios de reciprocidad, cooperación y complementariedad para desarrollar vínculos que impidan o limiten la competencia entre los individuos, la exclusión, la desigualdad y la destrucción del medio natural. Al concebir la naturaleza como la fuente misma de la existencia -y no exclusivamente como un recurso económico-, el Sumak Kawsay reclama al ser humano la primordial responsabilidad de aprender a convivir con ella. Su carácter integral, además, determina también los mecanismos y los instrumentos requeridos para el cambio, promoviendo en realidad una profunda transformación que abarca a la sociedad en su conjunto. Demanda así, desde el punto de vista político, la redefinición del Estado como instrumento regulador del orden social. En el caso específico de los países andinos, respalda el desarrollo del Estado Plurinacional, un concepto elaborado por los pueblos indígenas de Ecuador en el contexto de las decisivas luchas sociales que llevaron a cabo a finales del siglo XX; una noción que implica, pues, la plena incorporación a la vida política y social de todos los pueblos excluidos y de sus culturas. El Estado Plurinacional simboliza, en suma, el reconocimiento político de la diversidad cultural que caracteriza a las naciones andinas, sin el cual no sería posible avanzar en el desarrollo de la democracia. Requiere el Buen Vivir, en consecuencia, la ampliación de derechos que trasciendan al ciudadano y se extiendan al ámbito de lo colectivo; derechos que dispongan las formas de administración, funcionamiento y autogobierno de las distintas nacionalidades y pueblos en sus respectivos territorios, incluyendo la gestión social, cultural, ecológica y económica de los recursos naturales. Emergen asimismo como derechos colectivos fundamentales, por tanto, el derecho al agua, a la tierra, a la soberanía alimentaria, a la biodiversidad, a los bosques y al saber ancestral en relación a la lengua, la religión y la medicina, entre muchos otros aspectos.

El Sumak Kawsay refiere, en fin, a un escenario social de convivencia plural y cultural donde la igualdad entre los seres humanos se manifiesta, precisamente, a través de la libre expresión de las diferencias. Un espacio, además, donde la economía se valora primordialmente como la actividad que provee los satisfactores de la subsistencia humana; asociada, de hecho, al cuidado de la vida y vinculada a intereses culturales y sociales. El Buen Vivir otorga así prioridad a las actividades económicas locales y a las necesidades de la comunidad, reconociendo también la variedad de formas que puede adquirir el intercambio, sin excluir el mercado como institución subordinada a los intereses sociales. Supone, en tal sentido, un camino para superar la perniciosa separación estructural que caracteriza a la sociedad moderna y que diferencia en esferas distintas la economía, la cultura y la naturaleza.

Como paradigma guía de la nueva Constitución en Ecuador -y probablemente en otros países andinos en el futuro-, representa el Sumak Kawsay, sin duda, una avanzada y creativa respuesta a los retos del siglo XXI en el contexto particular de la diversidad cultural de una nación. Es a la vez, en efecto, la meta, el instrumento, el medio y el escenario, mostrando que es posible liberar la sociedad de la opresión que ejercen mitos y conceptos supuestamente insustituibles como el desarrollo, el progreso y el bienestar, decididamente incapaces de dar solución a los grandes desafíos contemporáneos. La sociedad recupera la sabiduría de culturas ancestrales y la traslada al presente, elaborando un nuevo lenguaje para enunciar las alternativas; opción que representa, desde luego, una innovadora y valiosa oportunidad para enfrentar los múltiples fracasos en los que estamos inmersos y para aprender en definitiva “a caminar sin los pies del capitalismo”2.

2 Alberto Acosta (Ex Presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador): “El ‘Buen Vivir’ para la construcción de alternativas” en:

http://www.forumdesalternatives.org /ES/readarticle.php?article_id=5079

Mailer Mattié es Economista venezolana. Autora de Los bienes de la aldea. Subsistencia y diversidad y La economía no deja ver el bosque. Artículos 2002-2006.


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