CEPRID

El 25% de los palestinos han pasado por las carceles israelíes (y II)

Lunes 10 de noviembre de 2008 por CEPRID

Abla Rimawi

Boltxe

Ahmad Saadat es uno del los 40 parlamentarios palestinos detenidos por Israel

Es el momento de hablar de Saadat, de su situación, y de la de los 40 parlamentarios palestinos que están encarcelados por Israel. Sin duda un hecho insólito por varias razones, entre ellas el consentimiento de la comunidad internacional, pues a pesar de que el Parlamento europeo emitió una declaración firme de condena cuando los Israelíes secuestraron a Saadat, luego no ha dado continuidad a esta declaración; además está el silenciamiento, la aceptación de los hechos consumados y la falta de capacidad para desarrollar una política propia al margen de los intereses estadounidenses e Israelíes. Todo ello se une a las buenas relaciones de Europa con Israel, obviando el incumplimiento sistemático de las resoluciones de NNUU, los tratados internacionales, etc.

“Saadat tiene 55 años, ha sido detenido en 12 ocasiones –comienza Abla-, y padece varias enfermedades, algunas de ellas relacionadas con las torturas físicas que ha sufrido, pero su situación física no afecta a su estado de ánimo, tiene la moral alta. Lee bastante bien el futuro, conoce el trabajo de los amigos de la causa palestina y es él quien muchas veces me da ánimos. Está convencido de que defiende el derecho de su pueblo. No reconoce al tribunal que lo juzga y se niega a responder a los jueces, sin embargo, hace apelaciones a través de sus abogados, él dice: “me siento orgulloso de ser luchador para acabar con la ocupación israelí, alcanzar la independencia de nuestro pueblo, garantizar su derecho al retorno y crear las condiciones propicias para que haya una solución democrática e integral. Para alcanzar una paz justa y duradera que garantice la convivencia a todos los habitantes de esta tierra ya sean árabes ya sean judíos. Una solución que garantice la igualdad y la convivencia pacífica entre todos y hacer la reconciliación histórica sobre esta tierra.

Crear una sociedad exenta de todo tipo de discriminación ya sea por raza, región o sexo”.

Le pregunto a Abla sobre su llamamiento a juristas y observadores internacionales en el Juicio a su marido y me dice que quedan dos sesiones, una para las conclusiones y otra para la sentencia. La presencia de observadores sería la forma en que éstos pudieran dar cuenta de la doble cara de Israel. El Tribunal Supremo palestino ya declaró inocente a Saadat hace tiempo, pero fue el propio Arafat quien se negó a liberarle, supuestamente para garantizar su protección e impedir que le asesinaran. Estaba en la cárcel de Jericó protegido por fuerzas internacionales, británicas y norteamericanas, y “sorprendentemente” no pudieron evitar que los Israelíes le secuestraran.

“Cuando interrogan a Ahmad, él siempre se niega a contestar, dice que se trata de un tribunal emanado de la fuerza, un tribunal de ocupación que no tiene autoridad ni legal ni moral para juzgarle, que los que tendrían que ser juzgados son ellos y no él.

Te voy a poner un ejemplo del deterioro actual de la situación de los presos. Cuando estuve detenida durante la primera intifada todavía existían ciertas garantías procesales, había menos detenciones, como ya te dije, las condenas eran menores, había menos confesiones, y los abogados podías conseguir con mayor facilidad garantías. El carácter político de las detenciones era más marcado. A Israel desde el punto de vista económico y político le constaba mucho más encarcelar a los palestinos. No había tiendas en las cárceles, no había necesidad de que los presos compraran ya que era la obligación de Israel el mantenimiento de los presos. Las visitas familiares a penas se prohibían, a través de huelgas y reivindicaciones los propios presos consiguieron muchos objetivos como mejorar su situación carcelaria, de trato, de visitas, de higiene. Actualmente Israel ha convertido las cárceles en un negocio, en una industria para desangrar a los palestinos. Hay mayores confesiones, más condenas y más largas, el desgaste económico de la familia es mayor, no hay garantías de ningún tipo. Lo peor es que esto ocurre existiendo la Autoridad Nacional Palestina. Israel quiere liquidar todos aquellos logros de los presos en el sentido político y moral logrados en la etapa anterior”.

La izquierda palestina se está reagrupando en un Frente de lucha amplio

Para Abla, el ascenso del islamismo ha contribuido al deterioro de la situación y mientras nos cuenta su visión se queda pensando en los “beneficiarios” del aumento de la religiosidad.

“Es cierto que hay causas objetivas que explican el avance de la islamización de la sociedad al margen de Hamás.- El pueblo palestino, culturalmente, es creyente, mayoritariamente musulmán, se dan otras creencias como el cristianismo pero lo importante es que, en general, estamos hablando de un pueblo creyente. Como tal, las circunstancias históricas que lo han rodeado, desde lo de Irán, el tema de Afganistán, el de Arabia Saudí frente a Irán, todo esto, aumentó el refugio en la religión. El pueblo es receptivo inicialmente porque es musulmán. Además, está el fracaso de las fuerzas laicas, su debilidad, por desgaste, por no alcanzar los objetivos; también la izquierda empieza a sufrir toda una serie de retrocesos, algunos debido a la caída de la URRS, pero también por el aumento de los encarcelamientos, los asesinatos de cuadros, la debilidad económica… y sin duda, los propios errores: la división de la izquierda. Después de los acuerdos de Oslo desaparece la izquierda, quitando el Frente los demás grupos se disolvieron en la Autoridad Nacional Palestina (ANP). El frente permaneció como único referente de la izquierda de entonces. Durante la primera intifada, se trabajó en la dirección de ser la primera fuerza de la resistencia palestina, (esto es reconocido por casi todos los grupos). Israel, consciente de ello, ejerció una presión extraordinaria sobre el Frente, deteniendo a todo sospechoso de tener relación con él. Al mismo tiempo que practicaba detenciones administrativas de larga duración hacía la vista gorda con Hamas, que ya en aquel periodo empieza a prosperar. Las acciones suicidas en la segunda intifada, generaron un gran apoyo y admiración hacia Hamás, lo que coincidía con un fuerte deterioro de la ANP y un sin fin de razones más como el fatalismo, la desesperación.

Mientras hablo estoy pensando ¿cómo es posible que haya a la par debilitamiento de la izquierda y un incremento de Hamas que hacia el 88 era inexistente, y con la Autoridad Palestina operando, Hamás con acciones … como si, en el fondo, hubiera una mano detrás que estuviera favoreciendo la ascensión de Hamas. Es verdad que es la rama palestina de los Hermanos Musulmanes, pero hay algo que no encaja, que no corresponde a la lógica de la resistencia sin más. A juzgar por el tipo de personal que se utiliza en las acciones suicidas, la mayoría jóvenes, más bien adolescentes, no se trata de una militancia ideológica sólida. Hamas incita al suicidio a la juventud a veces con pago de dinero a la familia, es como si se comercializara el suicidio, se aprovecha el entusiasmo de los jóvenes para llevarlos a la muerte. Muchas veces son acciones filmadas con nombres y apellidos del suicida, con todo lo que esto acarrea para la familia, es desastroso para la economía, para la vivienda, para todos. El resultado es nefasto desde el punto de vista político, anímico y desde el punto de vista mediático porque la imagen que se vende de nosotros al exterior se deteriora”.

A pesar de la realidad de la resistencia que describe Abla, parece que en los últimos tiempos se está produciendo una reacción por parte de las fuerzas laicas, un intento de reconstruir la unidad perdida, conscientes de que es una de las causas del retroceso de la resistencia y de que la población palestina intuye que por la vía de Hamas no hay una salida posible.

“Efectivamente después de la experiencia de Hamás, amplios sectores de la población se están percatando de que es un proyecto, igual que FATAH de derechas, que lo que buscan es el poder, crear un estado mesiánico, a su manera. La gente está decepcionada tanto con la Autoridad Nacional Palestina que está fragmentada y muy desprestigiada, aferrándose a sus fueros, a sus propios intereses a expensas de la causa palestina, como con Hamás que quiere arrebatarle estas prebendas. La gente de a pie, primero reacciona distanciándose de todo el mundo, pero hay un sector que se percata de la necesidad de reagruparse, de crear una nueva unidad; hay mucha gente de izquierdas desencantada con sus partidos y con la autoridad palestina; se están agrupando en un frente de lucha amplio. Se trata de intelectuales y cuadros que se agrupan a título individual, pero también las propias organizaciones están planteando esta reagrupación. El precursor de la idea fue nuestro secretario general Abu ali Mustafá que fue asesinado. Precisamente fue asesinado por esto, porque empezó a aglutinar gente en torno a una alternativa seria a Arafat, y además era el líder más carismático del momento y con posibilidades serias de aglutinar a gente a su alrededor. El proceso se interrumpió con su asesinato pero ahora hay una vuelta de nuevo a esa iniciativa. Está promovida por gente del frente y se cree de veras en esta idea de unidad, es como una bola de nieve que cada día va recogiendo a más gente”.

Le pregunto a Abla en dónde se da esta iniciativa, si es sólo en los territorios ocupados o se extiende a los campos de refugiados en el exterior.

“Tiene presencia en los territorios ocupados, en Gaza y Cisjordania, con un núcleo duro de tres organizaciones, y también en los territorios del 48. Aún no se ha trasladado fuera de Palestina, aunque se está extendiendo desde hace un mes o mes y medio. Como se procede de distintos partidos y sensibilidades el proceso es lento y desde el punto de vista económico y logístico las dificultades son muchas para reunirnos pero avanzamos.

Abla Rimawi recaba apoyo para la liberación de los presos palestinos Para terminar, me gustaría que Abla me diera algunos detalles de su militancia. Ella se resiste de nuevo a hablar de sí misma y le explico que, no sólo para los árabes, sino para muchas mujeres comprometidas con la lucha palestina es importante oír a otras mujeres.

“Te confieso que me molesta que se refieran a mi como la mujer de Saadat, pero en esta situación excepcional de mi marido es normal. Antes de casarme yo no estaba en la política, nos conocimos en el 69 porque había una relación social entre las dos familias, crecimos juntos. Comencé a seguir su andadura política y a interesarme por él precisamente en el 69 que fue la primera vez que lo metieron en la cárcel. Los dos éramos muy buenos estudiantes, Ahmad sobre todo en matemáticas, me fijé en él y llamó mi atención como estudiante. En el 76 fue encarcelado y condenado a 4 años y fue en ese momento cuando iniciamos un contacto serio, sentíamos una atracción recíproca y empezamos a hablar de matrimonio. Cuando Ahmad salió de la cárcel en el 80 yo estaba en la universidad de Belén, él había hecho la maestría y luego se matriculó en matemáticas en la universidad. Nos casamos en el año 81. Antes de casarme yo sabía todo de su vida, él me advirtió que era un hombre político y ésta era su prioridad, no intervino directamente en mi reclutamiento pero sí otros compañeros del Frente, al que me uní en 1980”.

“En la universidad creé con otras 6 mujeres la Unión de los comités de la mujer palestina; se trataba de una cobertura social para llevar a cabo el trabajo político del Frente. A través de este marco genérico se reclutábamos a más mujeres, éramos como las 6 magníficas. El Frente de Acción Estudiantil nos mandaba también simpatizantes para que se incorporaran a la vida política. Yo soy muy comunicativa y en seguida entraba en contacto y sintonía con la gente. En este momento yo recibía directrices de los hombres, viajaba de un sitio a otro, a Gaza, a Nablus…para la fundación de comités de mujeres hasta que se consolidaban. Mi suegra vivía con nosotros y esto me dio un importante margen para hacer lo que yo necesitaba; ella cuidaba de la casa, de los hijos; y los dos estábamos como vagabundos, de un lado a otro, tratando de organizar la lucha. A mi no me preocupaba si detenían o no a Ahmad, no es que no me importara, quiero decir en el sentido de mi militancia, ya que mi actividad era independiente de la lucha de Ahmad. Pero al mismo tiempo sabía que podía ser detenida en cualquier momento y por eso quise tener hijos enseguida, de golpe.

Efectivamente en el 85 cuando estaba embarazada de mi tercera hija, como te he contado, me detuvieron. En un momento dado todas las mujeres de los camaradas estaban fuera y todos los maridos dentro. Pero las visitas a la cárcel nunca fueron algo terrible, todo lo contrario eran un aliento para nosotras. La madre de uno de los camaradas hacía las comidas típicas, hojas de parra, o baklube, íbamos todas a la cárcel como si fuéramos de excursión, después nos íbamos a comer juntas. En ese momento el Frente era la primera fuerza política. Nosotras nos organizábamos a nivel de barrio no solo de células, veíamos que podía haber bloqueo por parte del ejército y queríamos que cada mujer tuviera la independencia de trabajar por su cuenta, esto fue sobre el 87 hasta que Arafat firmó los acuerdos de Oslo ¡y nos jodió!

Trabajábamos en la educación popular, había muchos profesores participando, durante el bloqueo, cuando las escuelas se cerraron, organizamos a los profesores para asignarles barrios y que siguieran atendiendo a todos los alumnos, en todas las ciudades, Nablus, Ramala…. Incluso en las casas teníamos atención, habilitamos una clínica y los médicos atendían a los heridos, almacenábamos víveres, teníamos censadas todas las casas y familias que necesitaban alimentación…. Si había que escribir eslóganes por las paredes salíamos por las noches a pintar eslóganes… los comunicados de las intifadas. Salíamos hombres y mujeres juntos, cuando nos veían juntos salir por la noche, los vecinos sabían a qué íbamos. Esto fue entre el 87 y el 93.

Una vez a las 12 de la noche, me tocó la puerta un vecino para decirme que había un chico que acababa de salir de la cárcel y que vivía en una zona a la que no podía llegar. Me puse un albornoz encima del pijama, cogí el coche y me fui con el vecino a recogerle, le llevamos a su casa sin que nadie en ese momento pudiera pensar mal de nada; así era nuestra vida entonces”.

Abla trabaja en la administración pública palestina, está encargada de recursos humanos del ministerio, responsable de los Consejos de los municipios; y desde su cargo le da continuidad a su militancia en los comités de mujeres. Su presencia en Madrid tiene que ver con las tareas del FPLP, con la búsqueda de apoyos para la campaña por la liberación de los presos palestinos.

“Estuve hace dos años por los mismos motivos y ahora continuo con la campaña. Hace un año recogimos casi un millón de firmas y ahora se trata de afianzar esta campaña”.

No te parece Abla ¿que habría que iniciar una campaña en paralelo por la democratización de Israel?- Abla se ríe: “sí, claro, habría que hacerlo”


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