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Los BRICS consideran acuerdos mutuos similares a los de la primera UE

Jueves 12 de septiembre de 2024 por CEPRID

Nicholas Shubitz

BusinessLive

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María valdés

El viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Ryabkov, ha declarado que, bajo la presidencia rusa de los BRICS en 2024, el bloque debería considerar la creación de una forma de acuerdos mutuos similar a la unidad monetaria europea (ECU) que sirvió como precursora del euro.

Aclaró que no estaba proponiendo una moneda común sino más bien una unidad de cuenta para compensar el comercio que reduciría los costos asociados con la conversión de divisas.

El ECU era una cesta de monedas utilizada como unidad de cuenta de la Comunidad Europea antes de ser finalmente reemplazado por el euro en 1999. Aparte de su papel oficial en la Unión Monetaria Europea, se desarrolló un mercado privado para el ECU, lo que permitió su uso en transacciones monetarias y para denominar instrumentos financieros, incluidos los bonos.

A diferencia del euro, el ECU era simplemente una unidad de cuenta electrónica sin monedas ni billetes oficiales que pudieran utilizarse para transacciones en efectivo (aunque en Gibraltar se produjeron algunas fichas conmemorativas que podían utilizarse como moneda de curso legal). El valor del ECU se basaba en una cesta ponderada de monedas europeas, cuya ponderación se determinaba en función del tamaño relativo de la economía de cada estado miembro.

El ECU atrajo a los inversores en bonos porque los bonos denominados en esa moneda estaban mejor diversificados que otros títulos de deuda soberana europea, que entrañaban un riesgo cambiario individual. La adopción de un sistema similar en el seno de los BRICS podría aumentar de forma similar la demanda de títulos de los BRICS.

Otro beneficio del ECU fue que ayudó a reducir el riesgo cambiario para las empresas europeas. Al utilizar una moneda única para las transacciones financieras, las empresas podían evitar algunos de los costos y riesgos asociados con el cambio de divisas. Esto podría beneficiar a los BRICS, ya que los costos de las transacciones de divisas pueden representar hasta un 3%-5% del comercio global.

Las reducciones de costos asociadas con la volatilidad de las divisas (incluida la necesidad de comprar contratos derivados para protegerse de las fluctuaciones cambiarias) podrían ayudar a impulsar el comercio entre los BRICS. Combinadas con la capacidad de denominar bonos en una unidad de cuenta conjunta diversificada, estos beneficios hacen que una moneda de los BRICS basada en el ECU sea una propuesta interesante.

Balanza comercial

En la Conferencia de Bretton Woods de 1944, el economista británico John Maynard Keynes propuso la adopción de una nueva moneda que, según esperaba, solucionaría los desequilibrios en las relaciones comerciales mundiales. Aunque su propuesta fue finalmente rechazada, la idea es particularmente relevante hoy en día, cuando los desequilibrios comerciales están surgiendo como una fuente de tensión geopolítica.

Keynes sugirió que se utilizara una unidad de cuenta supranacional (el bancor) dentro de un sistema de compensación multilateral para liquidar el comercio internacional. Si bien los individuos no tendrían ni negociarían la moneda, todo el comercio internacional se valoraría y compensaría en bancor, y los superávits y déficits generarían penalizaciones para fomentar el comercio equilibrado.

El esquema del economista puede haber sido un tanto extremo, al favorecer el comercio equilibrado por sobre todas las demás consideraciones. Sin embargo, si una parte del comercio entre los estados BRICS se llevara a cabo según ese sistema, podría alentar a estados como China a comprar más bienes de naciones con las que tiene un superávit comercial, con obvios beneficios para los demás miembros del BRICS.

Esto resolvería sin duda un problema con la pertenencia de Sudáfrica a los BRICS, ya que el país tiene déficits comerciales con la mayoría de los estados BRICS, mientras que mantiene un superávit con Occidente. Con un sistema de tipo bancor, si Sudáfrica tiene un déficit comercial con Arabia Saudita porque importamos petróleo saudí, Arabia Saudita tendría un incentivo para gastar esos ingresos en la compra de bienes de Sudáfrica para evitar las sanciones que le cobra la cámara de compensación.

Otra forma de abordar los desequilibrios comerciales dentro del grupo es ajustar la ponderación de la cesta de monedas de los BRICS. Basar la ponderación de la cesta en los volúmenes de exportación dentro del comercio entre los BRICS podría fortalecer las monedas de los estados BRICS que tienen superávits comerciales, mejorando así la balanza comercial entre los respectivos estados miembros.

Por otra parte, una ponderación igualitaria, que no tenga en cuenta la producción económica ni los volúmenes de comercio, permitiría utilizar una unidad de cuenta de los BRICS sin influir en la dinámica comercial. Esto puede resultar atractivo para países como China y Rusia, ya que sus superávits comerciales entre los BRICS no se verían afectados por el uso de la nueva moneda, al tiempo que ofrecería beneficios obvios para los países más pequeños de los BRICS al aumentar la demanda de sus monedas.

Las sugerencias de que los BRICS podrían adoptar un sistema similar al ECU se vuelven particularmente interesantes si tenemos en cuenta que antes de la introducción del euro, el ECU ya tenía estatus internacional como moneda de reserva global y los bancos centrales mantenían ECUs dentro de sus reservas de divisas.

La adopción de un mecanismo similar en el seno de los BRICS daría a los bancos centrales la oportunidad de diversificar sus reservas con la moneda de reserva de los BRICS (MRB). Basada en una canasta de monedas de los BRICS, la MRB sería más estable que cualquier moneda individual de los BRICS, lo que la haría atractiva para los bancos centrales, mientras que el Nuevo Banco de Desarrollo podría emitir bonos denominados en MRB para recaudar capital para proyectos de desarrollo de infraestructura en los estados miembros.

Dado que en el seno de los BRICS existe un equilibrio entre los importadores y exportadores de alimentos y energía y que las relaciones comerciales entre muchos de sus miembros son modestas, existe un grado relativamente bajo de correlación entre las monedas de los BRICS. Esto podría hacer que una unidad de cuenta de los BRICS (basada en una canasta ponderada de monedas de los BRICS) fuera incluso más estable que el ECU, que aún presentaba concentraciones de riesgo geográfico debido a su exposición a Europa y al comercio intereuropeo. La estabilidad de la unidad de los BRICS se vería reforzada además por los controles cambiarios de China y la vinculación del dólar con Arabia Saudita.

El aumento de la eficiencia comercial, la reducción del riesgo cambiario y el mayor acceso a la financiación para el desarrollo ofrecen a los BRICS ventajas que hacen que la adopción de una unidad de cuenta conjunta similar al ECUsea una perspectiva apasionante. Otra ventaja es que esa moneda pueda utilizarse como moneda de reserva global alternativa.

Si bien los desequilibrios comerciales entre los miembros hacen que una unidad conjunta sea más atractiva que pasar a comerciar en monedas nacionales, es poco probable que se resuelva esta importante cuestión, y aún queda por ver si el bloque podrá implementar sus ambiciosas propuestas.


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