ESTADOS UNIDOS IMPONE LA “INICIATIVA MÉRIDA” A PANAMÁ
Sábado 20 de septiembre de 2008 por CEPRID
CEPRID
El Presidente de Panamá es Martín Torrijos, hijo del célebre general revolucionario y nacionalista Omar Torrijos; pero nada más. Al parecer no le da la talla para ser heredero de la ideología antiimperialista que le caracterizó a Omar que falleció el 1 de agosto de 1981 en un “accidente de aviación”, para muchos, provocado por la CIA. A pesar de ello, Martín viajó en el pasado mes de mayo a Washington, a entrevistarse alegremente con George W. Bush, con el que se comprometió a cooperar con la “Iniciativa Mérida” que es similar al Plan Colombia y al guerrerista Plan Patriota en el pretexto del combate global al narcotráfico que esconde el verdadero objetivo del imperio: ejecutar el Plan estratégico para la dominación continental.
La “Iniciativa Mérida” pretende diferenciarse del Plan México que es totalmente militarista y que, en esencia, responde a la peregrina fantasía de Bush que ya le dura siete años: liquidar todas las formas de lucha por la democracia, la justicia social y la liberación nacional de nuestras patrias.
Al mentiroso belicista y ex alcohólico George W. Bush siempre le sale el tiro por la culata y para demostrarlo están Afganistán, Irak, el Plan Colombia y el Plan Patriota que no derrotaron a las guerrillas y que tampoco disminuyeron el consumo de las drogas en Estados Unidos, ni redujeron las áreas de cultivo de la amapola y la producción del opio en Afganistán, ni los sembríos de coca en Colombia y peor detuvieron el narcotráfico, sencillamente porque es un gran negocio para el imperio y sus mafias. ¿Alguna vez, alguien supo que la DEA, la FBI, la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional, las agencias de espionaje y policía estadounidenses han detenido a un capo de todos los capos de los carteles del narcotráfico, que sea anglosajón y estadounidense ciento por ciento?
La lucha contra el narcotráfico sólo es un recurso propagandístico para captar incautos como Martín Torrijos, tanto que la periodista Betty Branan, en el diario La Prensa afirmaba que Bush había enfatizado que Martín Torrijos se ha comprometido a compartir “inteligencia” y que habría demostrado su predisposición a aceptar los planes de la Casa Blanca sobre “vigilancia fronteriza” con el uso de nuevos y sofisticados equipos de moderna tecnología de vigilancia. En última instancia, Torrijos estaría predispuesto a avenirse a los proyectos Bush e inclusive a involucrarse más directamente en el conflicto interno de Colombia.
Con el acercamiento Washington-Torrijos, los diplomáticos de América Central tendrían razón cuando piensan que la Casa Blanca afina sus planes políticos, económicos, militares y diplomáticos para mantener, desarrollar y profundizar las relaciones entre Panamá y Estados Unidos, para que el imperio consolide su presencia en América Latina y garantice su seguridad nacional y regional de conformidad con los objetivos geoestratégicos yanquis, y que esos proyectos vayan más allá de los períodos presidenciales de Bush y de Martín Torrijos.
Llámense Plan México, Iniciativa Mérida, Plan Colombia o Plan Patriota, en el fondo todos son iguales o como sostiene el analista Félix Edmundo, “Un mismo espíritu anima ambos proyectos: la necesidad de Estados Unidos y, en especial del agonizante gobierno de Bush, de relanzar una iniciativa estratégica de seguridad nacional. A eso responde, entre otras cosas, el revivir la IV Flota Naval como si los portaaviones les metieran miedo a Cuba o Venezuela”, al Ecuador, Bolivia o Paraguay, habría que añadir.
Martín Torrijos busca acuerdos de amistad y cooperación con el imperio. John Perkins, autor del libro Confesiones de un terrorista económico, sostuvo que Martín es muy diferente de su padre y que fue a Washington para pedir a Bush que acelerara la aprobación de un Tratado de Libre Comercio entre Panamá y Estados Unidos. En ese encuentro Bush elogió a Torrijos y le aseguró que el TLC es “una prioridad de este gobierno y debe ser una prioridad del Congreso de Estados Unidos” Enfatizó en que “Panamá es un importante amigo y aliado de los Estados Unidos “, al tiempo que le felicitaba por obtener 5.2 millones de dólares para el Plan de Expansión del Canal de Panamá que Omar Torijos recuperó para su patria en ejercicio de plena soberanía. Perkins recordaba que Omar Torrijos fue asesinado y que Panamá fue invadida por Estados Unidos, para capturar a Noriega y mantenerlo recluido en las cárceles imperiales. La agresión militar a Panamá con fuertes bombardeos ocasionó la muerte de unos 6.000 panameños inocentes y pobres. Ahora, el hijo del asesinado Omar busca acuerdos con Estados Unidos y piensa obedecer para obtener algún tipo de ayuda económica y la aprobación del TLC a cambio del ingreso de Panamá a la “Iniciativa Mérida”. Los yanquis del gobierno republicano de Bush han prometido a Panamá la ayuda financiera que saldrá de los recursos de la “Iniciativa Mérida”.
¿En que nos quiere meter Martín? Se preguntaba Félix Edmundo y reseñaba que “El Plan Colombia lleva invertidos más de 5.000 millones de dólares desde el año 2000. El Plan México lleva invertidos 1.400 millones de dólares. ¿En qué? Supuestamente -es la excusa para la presencia y control militar yanqui- en armamento, entrenamiento de fuerzas locales, fumigaciones aéreas, aporte de pilotos, etc. Es decir, se trata de planes con fuerte componente militar en el cual, además de haber ido destinando más y más “asesores militares” a Colombia –empezaron por 25 y ya van por más de 800 “asesores” en terreno, sin contar los centenares de mercenarios –“contratistas privados” los llaman en Colombia, México, Irak…- como los tres pilotos capturados por las FARC- todos los lineamientos, el entrenamiento y la asesoría a lasa Fuerzas Armadas y las agencias antinarcóticos responden a los requerimientos y a las órdenes específicas del Southern Command de los Estados Unidos. ¿Y los resultados? El especialista Ricardo Vargas, de la Organización Iniciativa Andina, decía: “Después de siete años (De ejecución del Plan Colombia) se observa que no ha habido una disminución de la oferta de drogas en Estados Unidos, que los precios -a los consumidores- se han mantenido con una tendencia a la baja, que la calidad de las drogas tiende a subir y que, en general, la disponibilidad de las drogas no ha resultado afectada”.
Así es porque ni las actividades del narcotráfico, ni la oferta de droga y peor el consumo en Estados Unidos han disminuido a pesar de los cientos de “asesores militares” de los mercenarios, de los miles de millones de dólares que “invierten” en fuerzas armadas nacionales y a pesar de la provisión generosa de armas sofisticadas que consolidan el poder militar y lo convierte en fuerzas represivas y de ocupación en sus propias patrias. Colombia es el más vivo ejemplo de esta realidad innegable.
Es que a Estados Unidos no le interesa ni le preocupa el combate al narcotráfico porque el interés supremo de Estados Unidos es extender la hegemonía imperial en nuestra América Latina. Para ello pretende involucrar, directamente, a Estados y gobiernos obsecuentes para los fines estratégicos de Washington, en palabras de Félix Edmundo.
El fin último de Washington es desplegar fuerzas militares en todo el Continente. “No importa que no se llame “CMA”, ya hay tropas norteamericanas en Panamá (a pesar de que la Constitución panameña prohíbe la presencia de fuerzas militares o instalación de bases militares extranjeras), tropas que despliegan sus banderas en nuestros colegios de Darién, nos tiran migajas de dizque “ayuda” y permanecen en nuestro territorio centenares de ellos” sostiene Félix Edmundo.
La militarización de Panamá
El periodista panameño Marco A. Gandásegui sostiene que Panamá está profundamente militarizada. “Cuando hablamos de militarización, afirma, estamos refiriéndonos a la fuerte dependencia de las estructuras políticas panameñas de instancias de seguridad armadas extranjeras” Más adelante dice: “Durante la década de 1990 la ausencia de un aparato militar panameño no significó que Estados Unidos dejara de controlar las instancias de seguridad del país. Las mal llamadas Fuerzas del Orden (Policía, Marítimo y Aéreo) fueron concebidas y creadas en 1990 por el Comando Sur de Estados Unidos.
Agrega que poco antes de evacuar sus bases militares en 1999 a Estados Unidos se le ocurrió inventar un eufemismo llamado Centro Multilateral Antidroga (CMA) con la intención de mantener su presencia militar en el país. Fue rechazado por el pueblo panameño. En los primeros años del presente siglo Estados Unidos formó cuatro tratados militares ilegales con funcionarios del gobierno panameño. Aún más, durante los gobiernos de Mireya Moscoso y Martín Torrijos, Estados Unidos había formado a casi 2 mil efectivos panameños en artes represivas convencionales y no convencionales en sus escuelas especializadas.
Al precio que sea necesario con mañas, artimañas, engaños, amenazas, sobornos y corruptelas de todo tipo, Estados Unidos aspira a mantener su presencia militar en nuestras patrias. En Ecuador, donde mantiene la Base Aérea de Manta en su Poder, Estados Unidos, por decisión del gobierno que preside Correa, deberá abandonarla en el año 2009, pero con seguridad el imperio ya tendrá planes para mantener fuerzas militares en el Ecuador y tal vez se invente otra CMA. Hay que recordar que si el imperio no tiene enemigos, los crea porque de alguna manera debe justificar ante su pueblo y ante el mundo, su carrera armamentista, su poderío militar y sus ansias de desatar guerras en cualquier parte del globo.
Gandásegui informa que “los ministros de Gobierno y de Justicia panameños han sido humillados por los funcionarios de Estados Unidos en forma sistemática sometiéndolos a los dictados de su llamada “seguridad nacional”, brazo extendido de sus intereses comerciales y financieros. En Washington, el Secretario de Defensa Robert Gates, le dijo al Congreso de su país el 6 de mayo, que la Policía de Panamá es para todos los efectos prácticos, un aparto militar al servicio de Estados Unidos. Al día siguiente el presidente Martín Torrijos se reunió con el mandatario norteamericano, George Bush, para alabar el Plan Mérida que militarizaría aún más a la Policía Nacional.
A su regreso a Panamá, Torrijos dictó un decreto que reforma la estructura interna del Ministerio de Gobierno y Justicia (creado en 1903). A partir de la fecha contará con dos vice-ministros. Uno de Gobierno y Justicia y el otro de Seguridad. El primero se encargará de los gobiernos locales. El segundo estará en manos de las instancias de seguridad de Estados Unidos que definirá la política de Panamá, expresa Gandásegui. ¿Habrá mayor entreguismo indigno que el que practica el indigno hijo del General Omar Torrijos? El Comando Sur decidirá lo que se hace y lo que se deba hacer en Panamá que, otra vez, verá pisoteada su soberanía y humillado y ofendido su pueblo, porque, además, los militares yanquis serán intocables porque tendrán status de funcionarios diplomáticos.
Tanto fervor yancófilo de MartínTorrijos merece ser recompensado: Una docena de miembros del Comité de Apoyo a Panamá de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, formado por legisladores demócratas y republicanos, ratificó su respaldo al Presidente Martín Torrijos en sus esfuerzos desplegados en Washington por lograr la aprobación del TLC suscrito entre los dos gobiernos. No podía quedar atrás la señora Arroz o Condoleezza Rice que, en la Conferencia Anual organizada por el Consejo de las Américas decía que Martín Torrijos “representa el futuro del liderazgo de las Américas”. ¿Qué más?
El mismo Bush, con palmaditas en el hombro de Martín Torrijos, le aseguró que el TLC es una prioridad de su agónico gobierno y que; sin embargo, “hará todo lo que esté a nuestro alcance para impulsarlo”. Sólo que el pueblo panameño y los pueblos de América Latina ya están hartos del imperio y sus atrocidades, de sus huestes guerreristas y de sus lacayos y cipayos.
tribunalpazecuadoer@yahoo.com
CEPRID
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