LAS DERECHAS POLÍTICAS SON LA NEGACIÓN ABSOLUTA DE LA JUSTICIA SOCIAL Y DEL DERECHO A LA VIDA DIGNA DE LOS PUEBLOS
Martes 13 de diciembre de 2016 por CEPRID
COMITÉ INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA PARA AMÉRICA LATINA (CISPAL)
CEPRID
Las derechas políticas buscan la preservación de los privilegios económicos y sociales de los sectores dominantes, generalmente, en desmedro de la satisfacción de las necesidades básicas de los pueblos. Bastaría mirar lo que ocurre en Argentina en donde se han perdido miles de puestos de trabajo y se ha elevado el costo de la vida en porcentajes superiores al 400%, particularmente en alimentos, facturas de agua potable, gas y energía eléctrica. La pobreza ha subido hasta un 30% y dos mil periodistas han sido despedidos de sus trabajos, quizá en defensa de la libertad de expresión y prensa, pues también fue cerrada la señal de Telesur, a más de la amenaza de privatizar los recursos estratégicos. Nadie se asombre que un gobierno de derecha, imponga derechos humanos retaceados, libertades vigiladas, proclame por el perdón para los asesinos represores de las dictaduras. Estas son las políticas del gobierno del derechista neoliberal Macri.
En Brasil la tragedia es mayor porque impera el discrimen, el desempleo, el hambre y la propuesta de congelar la inversión social por 20 años. Desempleo, insalubridad, deterioro total de la calidad de vida de los trabajadores y el pueblo, restricción de derechos económicos y sociales, nuevos impuestos, y recortes salariales son los “logros” del golpista corrupto Michael Temer, que resultó un experto en pisotear conquistas sociales. La agitación crece al grito de ¡Fuera, Temer, Fuera!
En Venezuela, las derechas siguen con fidelidad el libreto escrito por la Casa Blanca y las derechas de todo el mundo. Se mueven entre la agitación social, las amenazas de revocatoria del mandato de Maduro, los planes de un golpe de Estado desde la Asamblea dominada por las derechas y la desesperanza de todo el pueblo.
Las derechas son violentas y con el uso de su poder económico y un gasto superior a los cien millones de dólares entregados por Estados Unidos a los sectores de oposición, organizan marchas, contramarchas y recorren por el mundo denunciando decenas de violaciones a los derechos humanos, en tanto piden y exigen libertad para los “presos políticos”. Aprovechan en extremo las debilidades y desaciertos del Gobierno de presidente Maduro.
En México, gobernado por el derechista Enrique Peña Nieto del famoso PRI, se desató la violencia criminal que asesina a periodistas, estudiantes y dirigentes populares. La represión neoliberal es un asunto cotidiano. En Honduras y Guatemala gobernadas por las derechas feudales y financieras se asesinan cada día a periodistas, defensores de los derechos humanos, activistas y líderes sociales. Las derechas en el poder sólo defienden a las clases dominantes en cada país.
Las derechas son neoliberales. Hablan de respeto a derechos humanos y libertades., pero condenan a los pueblos a la pobreza-miseria-; privatizan todo lo existente y liquidan la inversión social, incrementan impuestos y deuda pública hasta más allá de los límites legales.
Privilegian y exacerban el individualismo, la acumulación de riquezas para las clases dominantes, la mínima intervención del Estado en la ejecución de planes de la economía social de mercado. En síntesis: libertad absoluta para los negocios de los poderosos, flexibilización laboral para los trabajadores, privatización de la seguridad social, de la educación superior, sistemas de salud.
Las derechas son conservadoras; consideran que las clases sociales, la existencia de ricos, pobres, menesterosos, las desigualdades sociales, económicas y culturales son algo natural, normal e inevitable.
Las derechas, en sus diferentes connotaciones, imponen la conservación del orden social establecido, por tanto, se convierten en gobiernos represores, mucho más si es una derecha radical-fascista o populista la que gobierna un país.
En los procesos electorales, las derechas políticas, económicas, financieras, bancarias con el uso exagerado del poder mediático del que son dueñas, manipulan a los pueblos y con el “voto democrático”, suelen ser elegidos sin que verdaderamente los pueblos ejerzan el derecho a decidir sobre cuál es el país que quieren. La experiencia demuestra que el voto emocional o imbuido por la propaganda conduce a decepciones y engaños irreparables.
La carencia de cultura política es campo fértil para la cosecha de votos por parte de los embaucadores de las derechas políticas que desprecian el voto razonado.
En el Ecuador se ha entrado en un nuevo proceso electoral. Sonaron las voces de las derechas que han gobernado este país por 186 años, -salvo el período liberal de Eloy Alfaro, que protagonizó la única Revolución ocurrida en Ecuador-, en busca de alianzas y desprecio a las ideologías porque impiden la formación de pactos electoreros con la tendencia del centro izquierda a la izquierda. Justificaban sus propuestas al considerar que es indispensable acabar con el correismo. Para las derechas, “el fin justifica los medios”.
Varios analistas concuerdan en afirmar que “se conoce como derecha al segmento político que acepta las diferencias sociales como algo inevitable, natural o normal frente a la izquierda, que persigue la igualdad de la sociedad. No existe una definición estricta de derecha aunque dadas un conjunto de dicotomías como el individualismo frente a colectivismo, confesionalidad frente a laicismo, propiedad privada frente a propiedad pública de ciertas actividades económicas, igualdad de oportunidades frente a igualdad de resultados, tradicionalismo frente a reformismo social, conservadurismo frente a progresismo, la derecha se decanta estadísticamente por las primeras componentes de cada una de ellas en mayor proporción que la izquierda. Actualmente, el discurso político de la mayor parte de fuerzas de derecha habla favorablemente de la riqueza a través de la libre competitividad.
“El término derecha política tiene muchas connotaciones e ideas conflictivas en la actualidad, estando asociado a posiciones liberales (en contexto económico y democrático), capitalistas, conservadoras o religiosas. Engloba por tanto a corrientes ideológicas muy diversas cuya separación puede ser tajante, aunque también pueden ser compatibles, que ante todo busquen el mantenimiento del orden social establecido (tradicionalismo, conservadurismo). En oposición a la izquierda política, el sector más liberal enfatiza el libre mercado por encima del intervencionismo de las administraciones públicas y busca potenciar valores y derechos individuales, frente a posiciones colectivistas, solidarias o estatistas, mientras que el sector más conservador es partidario del encuadramiento colectivo en estructuras rígidamente jerarquizadas y disciplinadas.
La derecha es una orientación política difícil de definir, si se la pretende definir como un solo concepto uniforme. La derecha política se ha asociado a la conservación de los valores éticos y el orden social tradicional, incluso respaldando privilegios corporativos o clasistas. De forma contraria, también se ha asociado a la defensa de la propiedad privada y de las libertades individuales, frente a ideologías colectivistas, se lee en Wikipedia que también informa:
Democracia cristiana
Es una ideología política que busca aplicar los principios del cristianismo (a menudo el catolicismo en particular) a las políticas públicas. Esta ideología surgió en el siglo XIX en Europa, y continúa teniendo influencia en Europa y Latinoamérica.
En la práctica política, la Democracia cristiana es considerada de derecha en asuntos morales, económicos y culturales y de izquierda en temas laborales, aunque en muchas ocasiones la democracia cristiana ha aceptado posicionamientos del liberalismo, compartiendo la idea de la reducción de impuestos con la intervención social, con la intención de acabar con la injusticia social. Por esa razón es frecuente encontrar partidos democristianos en la centro-derecha.
Conservadurismo
Una primera faceta de la derecha política será la que defienda la preservación del orden social establecido, abogando por la protección de la moral, los valores tradicionales y la libertad del individuo. Ésta es más conocida como la ideología conservadora: conservar los procesos que le sirven a la patria y prescindir de los que la degradan. También queda englobada dentro de esta categoría la democracia cristiana, cuyos partidos defienden la preservación de los valores y la moral cristianas frente al laicismo y al anticlericalismo.
Es importante señalar que el conservadurismo no se opone, por lo general, a los avances tecnológicos, sino más bien a nuevas formas de pensar en cuanto a política y sociedad se refiere.
Estos ideales comúnmente tienden al proteccionismo, como medida de defensa del país pobre ante el rico. Asimismo se aboga por la propiedad privada (que el individuo tenga posesiones propias) considerándose como única medida del progreso de un país.
Los partidos de derecha también defienden el orden institucional antes que la organización voluntaria, ya que se entiende como único medio para que la gente pueda emplear sus derechos, pueda tener una vida próspera, digna y pacífica.
Conservadurismo democrático
Corresponde a aquella derecha que cree en la tradición, aceptando a la democracia como medio adecuado para conseguir el fin último de la actividad política, el bien común. Considera que el orden social está por encima de la libertad individual. La igualdad es rechazada, salvo en el plano ontológico donde es defendida.
Tradicionalismo
Es la tendencia que defiende la tradición, el conjunto de normas y las costumbres heredadas del pasado. Se trata de una postura conservadora frente a los cambios, ya sean de pequeña o gran magnitud. Cuando un cambio es de gran magnitud se le denomina revolución. Por lo que los tradicionalistas son considerados contrarrevolucionarios o reaccionarios.
Liberalismo
Por otro lado, también se considera derecha a las diferentes formas de liberalismo que defienden el libre mercado y los derechos individuales ya que los liberales ven en el librecambismo una integración mundial. Este apoyo por el mercado se suele traducir en una crítica al intervencionismo económico y social del Estado, considerándolo negativo. En otras palabras: según la derecha liberal "el Estado no tiene que recortar libertades a las personas para hacer justicia".
Difiere en su consideración sobre lo que es correcto hacer para que prevalezca este tipo de libertad.
El liberalismo surge a finales del siglo XVIII, de la mano de Adam Smith y su obra La riqueza de las naciones. En ella, se defiende que el motor de la economía y del progreso social se halla en el individualismo. Considera que una persona está mucho más motivada a trabajar si saca beneficio propio ("si el panadero nos ofrece pan, no es por su bondad", nos recuerda irónicamente). Partiendo de esta premisa, llega a la conclusión de que la mejor manera de hacer crecer el país es ofreciendo libertad al individuo, para que desarrolle todo su potencial, y que el Estado no tiene que poner obstáculos a la libertad, al desarrollo de la persona en todo el espectro de posibilidades desde bienes a otros aspectos variados.
En otras palabras, no tiene que intervenir en la economía. Es el Laissez faire (del francés ’dejad hacer’) del capitalismo.
Como podemos comprobar, esta doctrina se halla en las antípodas del socialismo (que persigue la igualdad antes de nada; y cree que para lograrla, se necesita la intervención del Estado).
Capitalismo
Es un sistema económico (y por tanto también interactúa con sistemas sociales) en el que los seres humanos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante transacciones en las que intervienen los precios y los mercados.
Surgido en Europa en el siglo XVI y concebido al menos, de tres formas diferentes dependiendo del énfasis en la consideración de ciertas características como determinantes o intrínsecas desde enfoques respectivamente políticos, culturales y sociales, sin que esto implique una exclusión mutua de las diferentes definiciones.
En cada caso existe una referencia en el origen etimológico de la palabra capitalismo a la idea de capital, y estas referencias son codependientes: quienes crean o adquieren capital permanecen como propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central de la vida económica.
Posicionamiento habitual
Las diferencias entre las distintas corrientes de derecha no permiten un tratamiento homogéneo, ya que abarcan un espectro muy amplio, tanto en lo social como en lo político, con gran cantidad de ideologías políticas: desde posturas liberales y laicas a actitudes religiosas integristas, desde el apoyo firme a Israel a la crítica de raíz antisemita, desde posturas nacionalistas a otras globalizadoras. La derecha moderada es conocida por coincidir en su crítica al multiculturalismo y al relativismo moral, su defensa de la democracia liberal y de la civilización occidental. En los países de tradición judeocristiana (Occidente), la derecha moderada también se caracteriza por su defensa de los preceptos judíos o cristianos, si bien suelen asumir con naturalidad la separación entre Iglesia y Estado. La derecha es muy extensa, con gran cantidad de ideologías políticas variadas y diferentes.
Si alguien desea profundizar en las derechas políticas podía consultar: • J. E. Goldthorpe. An Introduction to Sociology. "There are... those who accept inequality as natural, normal, and even desirable. Two main lines of thought converge on the Right or conservative side...the truly Conservative view is that there is a natural hierarchy of skills and talents in which some people are born leaders, whether by heredity or family tradition.... now... the more usual right-wing view, which may be called ’liberal-conservative’, is that unequal rewards are right and desirable so long as the competition for wealth and power is a fair one." p. 156. Cambridge, England, UK; Oakleigh, Melbourne, Australia; New York, New York, USA Pp. 156. ISBN 0-521-24545-1
• • Scruton, Roger “A Dictionary of Political Thought” "Defined by contrast to (or perhaps more accurately conflict with) the left the term right does not even have the respectability of a history. As now used it denotes several connected and also conflicting ideas (including) 1)conservative, and perhaps authoritarian, doctrines concerning the nature of civil society, with emphasis on custom, tradition, and allegiance as social bonds... 8) belief in free enterprise free markets and a capitalist economy as the only mode of production compatible with human freedom and suited to the temporary nature of human aspirations..." pp. 281-2, Macmillian, 1996
• Péronnet, Michel (1985). Vocabulario básico de la Revolución Francesa. Barcelona: Crítica. p. 226. ISBN 84-7423-250-3. Paul Hainsworth,[Editor], The Politics of the Extreme Right, Londres, Pinter, 2000. ISBN 1-85567-459-9 Octavio Rodríguez Araujo, Derechas y ultraderechas en el mundo, México, Siglo XXI Editores, 2004. ISBN 968-23-2519-6
También se conceptualiza a la derechas de la siguiente manera: “Derecha (Política)Uno de los usos más empleados de la palabra derecha se da justamente a instancias del ámbito político en donde se la emplea para designar a un tipo de pensamiento político que prioriza la conservación del orden como política fundamental de cualquier gestión de gobierno. Pero la derecha tiene más definiciones que la caracterizan como tal y entonces a lo expuesto debemos sumar: la defensa de la libertad individual, de la propiedad privada, del libre mercado, entre las más destacadas…
Concepto de derecha
¿Qué se entiende por derecha?, ¿es una única ideología o abarca, en la historia contemporánea, varias manifestaciones?, ¿es un término peyorativo?, ¿todos los que, en teoría, pudieran estar en su órbita se reconocen en este término? Vamos a hacer algunas consideraciones.
Por derecha se puede entender el conjunto de posturas, ideas, y actitudes políticas que tienen que ver con la preferencia en el sentido del deber, la defensa de la tradición y el mantenimiento de las jerarquías. Esta última idea puede traducirse, tanto por una defensa de los privilegios heredados, especialmente en un contexto histórico pasado y no tanto de hoy en día, como de reconocimiento de méritos personales, en una concepción más moderna.
La derecha abarca varias manifestaciones en la historia contemporánea en un abanico muy grande: desde posturas populistas hasta el propio fascismo, hasta partidos o movimientos autoritarios y el propio liberalismo que aceptaría la democracia siempre y cuando la propiedad y el mercado estén garantizados, sostiene Eduardo Montagut Contreras.
La derecha es neoliberal, si se entiende que el neoliberalismo –también llamado nuevo liberalismo o liberalismo tecnocrático– es la corriente económica y política capitalista, inspirada y responsable del resurgimiento de las ideas asociadas al liberalismo clásico o primer liberalismo desde las décadas de 1970 y 1980.1 2 Los defensores del neoliberalismo apoyan una amplia liberalización de la economía, el libre comercio en general y una drástica reducción del gasto público y de la intervención del Estado en la economía en favor del sector privado, que pasaría a desempeñar las competencias tradicionalmente asumidas por el Estado.3 4 5 Sin embargo, el uso y definición del término ha ido evolucionando en las últimas décadas6 y no hay un criterio unificado para determinar qué es «neoliberalismo».
Originalmente el neoliberalismo era una filosofía económica surgida entre los eruditos liberales europeos en la década de 1930 que trataban de encontrar un «tercer camino» o un «camino entre medias» de la disputa que en ese momento se libraba entre el liberalismo clásico y la planificación económica.7 El impulso de desarrollar esta nueva doctrina surgió del deseo de evitar nuevos fracasos económicos tras la Gran Depresión y el hundimiento económico vivido en los primeros años de la década de 1930, fracasos atribuidos en su mayoría al liberalismo clásico. En las décadas siguientes la teoría neoliberal tendió a estar en contra de la doctrina laissez-faire del liberalismo, promoviendo una economía de mercado tutelada por un Estado fuerte, modelo que llegó a ser conocido como la economía social de mercado.
En la década de 1960, el uso del término disminuyó en gran medida. El término se introdujo de nuevo en la década de 1980, debido a las reformas económicas realizadas en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet y que fueron impulsadas y supervisadas por economistas de la llamada Escuela de Chicago, los Chicago Boys. A partir de aquí, el término empezó a adoptar connotaciones peyorativas y a ser empleado por los críticos de estas reformas, al tiempo que el neoliberalismo pasó de defender una postura liberal moderada a una más radical que incluía la defensa a ultranza del laissez-faire y el capitalismo en general. El término es a menudo asociado a los trabajos de los economistas liberales Friedrich Hayek y Milton Friedman.6 También representa y se asocia al conjunto de políticas económicas introducidas por Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en los Estados Unidos.1 Una vez que se estableció el nuevo significado del término entre los estudiosos de habla hispana, pronto empezó a ser habitual en los estudios económicos de autores anglosajones.6
El término «neoliberalismo» fue acuñado por el académico alemán Alexander Rüstow en 1938, en un coloquio. Entonces se definió el concepto de neoliberalismo como «la prioridad del sistema de precios, el libre emprendimiento, la libre empresa y un Estado fuerte e imparcial». Para ser neoliberal es necesario requerir una política económica moderna con la intervención del Estado. El intervencionismo estatal neoliberal trajo consigo un enfrentamiento con los liberales clásicos laissez faire, como Ludwig von Mises o Friedrich Hayek. En los años 60 el término dejó de usarse regularmente, para referirse a políticas defendidas por economistas como Milton Friedman o Robert Lucas.
Consolidación del término
Durante el Régimen Militar de Augusto Pinochet en Chile, los estudiosos opositores usaron el término para describir un conjunto de reformas políticas y económicas efectuadas bajo este gobierno, usando el término de forma peyorativa. El gobierno de Pinochet contó con la asesoría directa de Milton Friedman y personas que habían estudiado con él en la Universidad de Chicago, razón por la que se les denominó los Chicago boys. El término «neoliberalismo» y la expresión Chicago boys acabaron difundiéndose entre los hispanohablantes. En las últimas dos décadas el término no se define sino que se utiliza para describir una ideología o una teoría económica y, además, es usado por los críticos de izquierda para condenar la liberalización económica.
Según Boas y Gans-Morse, el término neoliberalismo es utilizado por la izquierda peyorativamente para criticar las políticas de liberalización del sector privado tendentes a aumentar su rol en la economía. Hoy en día el uso del término se orienta a describir las políticas económicas que «eliminan los controles de precios, desregulan los mercados de capital y reducen las barreras al comercio», además de reducir la influencia del Estado en la economía, especialmente mediante la privatización y la austeridad fiscal.
Políticas neoliberales
El neoliberalismo propone que se deje en manos de los particulares o empresas privadas el mayor número de actividades económicas posible. Igualmente propone una limitación del papel del Estado en la economía; la privatización de empresas públicas y la reducción del tamaño del Estado, es decir, una reducción del porcentaje del PIB controlado o administrado directamente por el Estado. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones económicas generales el neoliberalismo propone la "flexibilización" laboral, la eliminación de restricciones y regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros.
Las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos o ideólogos neoliberales (en principio recomendaciones a países tanto industrializados, como en desarrollo) incluyen:
Políticas monetarias restrictivas: Aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero hasta lograr una inflación cercana a cero y evitar el riesgo de devaluaciones de la moneda. Los partidarios del neoliberalismo creen que estas medidas, evitan los llamados ciclos del mercado.
Políticas fiscales restrictivas: Aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos sobre la producción, la renta personal y los beneficios empresariales. También proponen eliminar regímenes especiales y disminuir el gasto público.
Liberalización/desregulación: Los partidarios de políticas neoliberales defienden la liberalización o desregulación para el comercio como para las inversiones por considerarlas positivas para el crecimiento económico. Igualmente se considera positiva la eliminación de muchas reglas y restricciones, reduciéndolas a un mínimo necesario (sobre todo la garantía del régimen de propiedad y de la seguridad). En particular abogan por aumentar la movilidad de capitales y la flexibilidad laboral.
Privatización: Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe achicarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.
En todos los casos, los teóricos denominados neoliberales afirman que la mejor manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un crecimiento total del producto, que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy política del derrame económico); como liberales promueven «mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio de toda la sociedad».
El capitalismo salvaje crea monopolios y controla el mercado, que operando a través de las multinacionales genera una enorme desigualdad social. Los pocos ricos son cada vez más ricos y la mayoría de pobres se vuelven cada vez más pobres, señaló el economista Bernardo Kliksberg.
El Papa, anticomunista por antonomasia, Juan Pablo II definió al neoliberalismo como capitalismo salvaje que, en esencia, pretende eliminar totalmente al Estado de su tarea de contralor, regulador, para que el capitalista se adueñe de todo cuanto haya en la naturaleza y en el sistema de producción desarrollado con la sobreexplotación de la fuerza del trabajo del proletariado del campo y la ciudad. La intención es enriquecer sin medida ni control a los ricos y empobrecer hasta el máximo sacrificio a los pobres. Es una doctrina o ideología de los ricos para los ricos, de los poderosos contra los débiles y por eso santifica y glorifica la propiedad privada de los medios de producción.
El neoliberalismo odia a muerte la justicia social, las luchas de los pueblos por el ejercicio pleno de sus derechos y libertades, la igualdad y solidaridad de los pueblos. El neoliberalismo es el altar de los opresores y la negación total de la dignidad del género humano que, también debe ser propiedad de los ricos y poderos.
Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com
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