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Debate sobre marxismo e indianismo.- A propósito de «Alegato por un marxismo indio»: El materialismo histórico deforma la interpretación tawantinsuyana

Lunes 31 de diciembre de 2012 por CEPRID

Aureliano Turpo Choquehuanca

PuKara

Este artículo es la contestación a otro publicado en el mismo medio y que se puede ver en http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1531&lang=es

Se lee en el mensuario “Pukara” Nº 74 del mes de octubre del año que acaba de terminar, lo siguiente: “El materialismo histórico es la ciencia que comprende las leyes más generales que gobiernan el desarrollo social (…) Los principios dialécticos o parámetros marxista, son para explicar la sociedad.” Entendemos que el marxismo es la fuente principal para entender el materialismo dialéctico e histórico del modo de producción capitalista, que los llamados clásicos del marxismo le han dado prolífera difusión, que recorrió el mundo como un fantasma, convirtiéndose finalmente en uno de los instrumentos del colonialismo mental del período republicano, de la hoy llamada América del Sur, en particular.

Para nadie es novedad que la sociedad industrial europea, fue el caldo de cultivo para que Carlos Marx y Federico Engels, hayan recreado su teoría económica y filosófica y demostrar que el sistema capitalista es el resultado de la sucesión de los modos de producción que llega a universalizarse y constituirse en un dogma para la explicación de los distintos procesos civilizatorios del mundo, de manera particular de la sociedad comunitaria de ayllus del Tawantinsuyu, que responden a los florecimientos culturales regionales (FCR), no así a los modos de producción de las sociedades clasistas de Europa, Asía y África.

Ahora bien, la realidad concreta como dicen los pupilos de Marx, se ha desvanecido, por cuanto el “socialismo científico” que se pretendió escenificar en la Rusia Zarista y la Europa del Este, han negado el carácter científico del materialismo histórico, ya que la superestructura y la base económica socialista se quedaron en el nivel del desarrollo pre-capitalista, consolidando una burocracia gobernante del PC y consecuentemente una dictadura pequeño burguesa secante, que no expresó la voluntad soberana del proletariado ruso en particular. En una palabra, se constata el fracaso del “socialismo científico” y por supuesto, la llamada “sociedad comunista”. ¿Qué pensar de la república popular de China, será la réplica del fracasado social imperialista de Rusia? ¿Qué pasó con el materialismo histórico y dialéctico en los países socialistas de la Europa del Este?

El marxismo a lo largo de su recorrido fantasmal por nuestra realidad concreta, es decir, por Sudamérica y por el Perú oligárquico en particular, el marxismo se ha convertido en el evangelio dogmático del genocidio y el etnocidio. Mariátegui fue el primer impulsor del dogma marxista en el Perú, cuyo resultado ha sido la proliferación de pequeñas sectas marxistas mariateguistas, que terminaron en “el parlamento burgués” y, los genocidas y etnocidas mariateguistas polpotcianos de “Sendero Luminoso”, que terminaron bañándose en la sangre de inocentes kechuas, aymaras y amazonenses del Perú-Tawantinsuyano, que la Comisión de la Verdad ha testimoniado las atrocidades de la guerra sucia no declarada de los “marxistas mariateguistas”.

Es importante señalar, que Mariátegui no tenía conocimiento del “indio” y su problema, sino cuando, el azangarino (Puno) Ezequiel Urviola y Rivero, llega a Lima en 1920 como Apoderado General y Defensor del Consejo de Defensa e Instrucción Indígena del Departamento de Puno; toma un primer contacto con Pedro S. Zulen Urviola que fue un incansable defensor del indio y garrote de los gamonales de Puno y del Perú hacendario. Estando en Lima hizo denuncias y peticiones, que la prensa limeña las acogió. Fue miembro del Comité Pro Derecho Indígena Tawantinsuyu (1919- 1927), destacando como Secretario General del Comité Central del Tercer Congreso Nacional Indígena Tawantinsuyu en 1923, como consta en las actas del congreso y en otros documentos que testimonian su lucha anticolonial terrateniente.

Dentro de las muchas demandas que hizo para frenar el abuso de los gamonales y los curas, fue la necesidad de formar un “Tribunal de Arbitral de Títulos… y solicita que se pase una relación de todos los memoriales enviados a la Cámara de Diputados para pedir la anulación de los títulos falsos”; también demando la Separación de la Iglesia y el Estado, señalando que: “en un país como el Perú de civilizados, cómo podemos aceptar que por la fuerza nos impongan el clero católico, su religión mercantilista que ha sembrado la desconfianza… Que los bienes de las iglesias pasen a la socialización del Estado, para locales de obreros e indios”. Aquí Urviola ya anunciaba la necesidad de un Estado laico que todavía no llega. Mariátegui y Zulen únicos asistentes no indios al Congreso, no solamente se informaron del problema del indio y de los atropellos de los terratenientes y autoridades mestizas que cometían en los departamentos de Cusco, Puno, Arequipa, Ayacucho, Huancavelica y Apurímac.

Fue Ezequiel Urviola que instruyó al “marxista convicto y confeso José Carlos Mariátegui”, sobre la situación del INDIO, lo que le hará decir que “Urviola representa la primera chispa de un incendio por venir… Hoy no importa ya que Urviola no exista. Basta que haya existido” (1927), confirmando además su aprendizaje sobre el indio y sus derechos a la tierra y el territorio, cuando afirma que “La solución del problema del indio tiene que ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios”.

Sin embargo, los marxistas mariateguistas cupulares, es decir, los llamados “líderes”, fueron los obstáculos para que el “indio” sea gestor de su propio destino histórico y político anticolonial, debido a que el mestizo pequeño burgués dogmatizado con el marxismo leninismo, estalinismo, maoísmo, cerraron violentamente la solución del problema del indio a la tierra y el territorio. Lo más cercano a este hecho es lo ocurrido con los movimientos indios de la década del 80 del siglo pasado, debido a la infiltración de los marxistas al seno de las organizaciones que retomaban la lucha política como pueblos indios y no como simples clases sociales, postulando para ello, EL INDIANISMO, como instrumento de lucha ideológica y política. El materialismo histórico está lejos de interpretar científicamente el Tawantinsuyu, en la medida de que no es un modo de producción ni una etapa de transición del feudalismo al capitalismo, formulado por el partido comunista del Perú en la década del 70 del siglo XX, que terminaron en el parlamento burgués.

A estas alturas de la historia del colonialismo interno republicano neoliberal peruano, es tiempo de descolonizarse de los dogmas demo-liberales y del dogma socialista marxista, que se reviste hoy de socialismo andino-amazónico del siglo XXI, impostando el neo indigenismo de izquierda, en su versión de la indianidad y su materialismo histórico andino del “Qhapaq ñan”, de clara postura de discriminación positiva. El capitalismo y el socialismo son hermanos gemelos del occidente europeo, en consecuencia, son la continuación del colonialismo euroespañol que se afirmó con el cristianismo, la castellanización y el ateísmo socialista, durante el período republicano.

Ante esta realidad del colonialismo interno republicano neoliberal peruano, el camino histórico y político es primero la descolonización mental de los dogmas extra continentales y afirmarnos en nuestra identidad pluricultural, en nuestra pertenencia territorial y nuestra personalidad etnohistórica tawantinsuyana, como un baluarte de nuestra lucha por la autodeterminación política como pueblos y naciones ancestrales del Perú- Tawantinsuyano. Es lamentable que muchos antropólogos, sociólogos e historiadores no se hayan descolonizado de los conceptos y categorías de análisis oscurantistas de los ilustrados despóticos de Europa y hagan un esfuerzo por entender el proceso civilizatorio tawantinsuyano a partir de sus toponimias kechuas y aymaras principalmente.

Para el cumplimiento de esta propuesta histórica y política del siglo XXI, es necesario consolidar nuestra lógica de pensamiento cósmico tawantinsuyano (ideología y política) y consecuentemente, nuestra organización de lucha, para impulsar la realización de la Asamblea Constituyente Comunitaria y sancionar la Ley de Leyes de todas las sangres del Perú- Tawantinsuyano, la reconstitución del Hallin Kausay y del Estado Plurinacional Confederado de Pueblos y Naciones, como reto del tercer milenio.

turaschay@yahoo.com


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