CEPRID

¿Habrá sido tan mala esta derrota para la revolución venezolana? ¿O terminaremos agradeciendola algún día?

Viernes 1ro de octubre de 2010 por CEPRID

Joel Sangronis Padrón

CEPRID

¿Habrá sido tan mala y dañina esta derrota para la revolución venezolana? Derrota, sí, porque aunque se la quiera pintar de colores, aunque se hagan malabarismos con las cifras, aunque se hagan piruetas lingüísticas, es una derrota!!

No analizaré ni propondré nada para ministerios y estructuras de alto gobierno porque desconozco sus realidades y entiendo que allí el Presidente Chávez sabe perfectamente lo que ha de hacerse, aunque me atrevería a recomendarle que hoy mismo nombre al revolucionario Eduardo Samán como ministro.

Supongamos que en las próximas elecciones de gobernadores la oposición gane 10 u 11 gobernaciones. Aun nosotros tendríamos la mayoría…..pero, ¿podríamos decir que obtuvimos una victoria arrolladora? ¿Qué los aplastamos? ¿Qué triunfó la revolución?

Que la oposición casi nos haya empatado en número de votos es una derrota, aunque nos empeñemos en no aceptarlo.

Entiendo perfectamente que el Presidente Chávez como buen caudillo intente mantener elevada la moral de su gente en un momento difícil, pero eso no quita ni excusa en un ápice a que el resto de quienes militamos en este proceso nos planteemos el realizar análisis y rectificaciones de este doloroso desastre.

Lo primero es preguntarnos ¿estamos de acuerdo en la forma en que se ha manejado hasta ahora el PSUV? ¿Queremos seguir manteniendo al partido como una simple y vulgar maquinaria electoral? ¿De haber salido a votar los 2 millones y tanto de camaradas que se abstuvieron, habría espacio y ambiente para realizar los cambios y rectificaciones a que esta derrota nos obliga?

Se dice que de las derrotas se debe aprender más que de las victorias. Este es un buen momento para cumplir con esa máxima. Limitaré mi análisis a las realidades que conozco y en las que me desenvuelvo día a día

Comencemos por analizar varios puntos.

Construcción del socialismo:

Es lógico y justo que se quiera mejorar las condiciones socioeconómicas del pueblo venezolano. ¡El socialismo es justicia! Pero no se construye una revolución socialista sin revolucionarios con conciencia, y el asistencialismo puro y simple no contribuye para nada a elevar el nivel de conciencia de la población.

Mercal y Pdval:

Desde hace años clamamos porque en todas y cada una de las misiones se instituya por ley la obligación de un supervisor político nombrado y a la vez supervisado por los beneficiarios de esa misión. ¿Por qué los bodegueros de mercal no reciben cursos y asesoramiento político para que en cada jornada de venta se le explique al pueblo el significado de la soberanía alimentaria, de la lucha en contra de la especulación, del socialismo hecho alimento diario y cotidiano? La gente va a los mercales y pdvales a veces con hastío por las colas, con fastidio acá en el Zulia porque casi nunca llegan todos los productos y a nadie pareciera interesar el explicarles a estos compatriotas lo que las redes de alimentación significan para el pueblo. La agresión que significan las campañas de desabastecimiento y especulación. Convertir a cada uno de estos usuarios en vigilantes y fiscales del proceso. ¿Por qué el indepabis no da cursos de formación en contraloría social a los usuarios de esta misón?

Barrio Adentro:

Esta es, con mucho, la más hermosa contribución de la revolución a la felicidad del pueblo de Venezuela. Hay que ver lo que significa para alguien que vive en un barrio periférico o en un lejano caserío el poder contar con un médico en su propia comunidad, generalmente a pocos pasos de su hogar, o el tener a su disposición médicos especialistas y aparatos con tecnología de punta para atender sus dolencias; sin embargo, esta misión también peca del mismo grave fallo, la gente ya va a barrio adentro como si fuera una conquista de toda la vida, y los médicos cubanos comienzan a contagiarse de la apatía que carcome al proceso venezolano. Nadie hace trabajo político en los CDI o CRI, no se le explica cada día, con amorosa insistencia, que esto es una conquista extraordinaria que hay que fortalecer y cuidar cada día; nadie le exige a la gente que allí recibe salud que no ensucie o escupa en el suelo, que no deteriore las sillas o incluso que no fume en esos espacios. La gente no defenderá lo que ahora posee sino se le enseña a amarlo, pero no puede amar lo que no se le enseña y exige defender.

Misiones Sucre, Robinson y Ribas

Estas misiones son quizás los ejemplos más dolorosos de lo que no se ha debido, o de lo que se ha dejado de hacer en el campo de la formación política del pueblo. Misiones que por su propia naturaleza educativa son las más indicadas para formar cuadros aguerridos y militantes de nuestro proceso revolucionario se han convertido en cascarones burocráticos manejados con el peor de los criterios clientelares. Quienes conozcan desde adentro estas misiones podrán dar fe de que la enorme mayoría de sus facilitadores son gente que adversan histéricamente este proceso y han sido encamburados única y exclusivamente por ser amigos o contactos de alguien pesado y con influencias a nivel municipal o regional. Repito, sin revolucionarios no puede haber revolución alguna, y no habrá revolucionarios sin formación política y conciencia de clase. La mayoría de la gente que asume estudiar en estas misiones para llegar a “ser alguien en la vida” y no como una forma de superación personal y colectiva, denota una forma de reproducción de la ideología pequeño burguesa-conservadora, y no hay que culparlos porque con este modelo nos hemos levantado y formado todos en esta sociedad, pero precisamente estas misiones educativas tendrían que comenzar a darles las herramientas ideológicas a estos compatriotas para romper esas cadenas. Este es un fallo profundo que no sólo afecta la propia naturaleza de estas misiones sino que termina formando enemigos del proceso bolivariano. ¿Acaso, con los mismos estudiantes y otros facilitadores, no se puede supervisar la militancia ideológica (que no partidista, que cualquiera se inscribe en el PSUV sólo por inscribirse) de los facilitadores de estas misiones?

Alcaldías Bolivarianas:

Este es un caso grave y delicado; la enorme mayoría de las Alcaldías que nominalmente aparecen como afectas al proceso repiten con ventaja las taras, manejos delincuenciales, costumbres hamponiles, tradiciones burocráticas y patologías del poder de los representantes de la cuarta república. Casi todos los Alcaldes bolivarianos han creado estructuras clientelares en su único y directo beneficio (esto quedó demostrado con ocasión del proyecto de reforma constitucional, cuando la mayoría de los alcaldes no movió un dedo, o lo hicieron en contra, del proyecto que limitaba sus competencias en beneficio del poder comunal). El poder municipal es el que más cerca está del pueblo, es en donde la gente más directamente percibe la acción de gobierno (o desgobierno). Entiendo que la revolución bolivariana está secuestrada por estos personajes. No se les puede tocar o investigar porque saltarían la talanquera inmediatamente, llevándose consigo a todo su aparato clientelar. La revolución se ha convertido en rehén de estos individuos. Sólo veo como posibilidad de romper esta situación comenzar inmediatamente un proceso de transferencia de poder y recursos a las comunidades organizadas y promover la insurgencia popular (consejos comunales, sindicatos, comités de tierras, mesas técnicas de agua, movimientos estudiantiles, movimientos campesinos), en contra de estas prácticas burocráticas y clientelares. Creo que es en las alcaldías y gobernaciones bolivarianas es donde subyace, en estado latente, la verdadera quinta columna que amenaza nuestro proceso.

PSUV:

Es difícil educar y reconvenir a un hijo, el amor filial a veces ciega. Creo que el Presidente Chávez ve al PSUV como su hijo, como el producto de su lucha política; pero esto no lo debe cegar a la hora y punto de entender que este hijo ha desviado su conducta. El PSUV nació no como un instrumento revolucionario, como un partido clasista en el que la gente participara y lo asumiera como el gran instrumento de la revolución venezolana, sino como una simple maquinaria electoral, y en cada elección que pasa esta tendencia se profundiza. El partido es dominado en cada municipio por el alcalde (si es bolivariano, o por el caudillo de turno si esa alcaldía es de la oposición). El partido no promueve nada diferente que no sea estrategias electorales. Cuando no hay elecciones el partido pareciera no existir. Cualquier intento interno de promover discusiones, debates o análisis es inmediatamente cortado de raíz con amenazas de expulsión incluidas. El PSUV debe ser repensado y reestructurado de inmediato, creo que los últimos resultados electorales así lo demandan. La democracia interna debe dejar de ser sólo una consigna. El partido no puede seguir secuestrado por quienes detentan el poder político y/o económico en desmedro de las grandes mayorías. Si lo mantenemos tal y como está, entonces mejor es que contratemos a JJ Rendón o a ARS publicidad para que nos planifiquen mejor como hacer las caravanas esas con candidatos montados en camiones, tirando besitos a la gente y diciendo adiós como si de mises de osmel souza se tratara.

Más democracia interna significa más participación de la gente, más consultas, menos decisiones unilaterales y jerárquicas. La consigna de la democracia participativa y protagónica debe dejar de ser sólo palabras y convertirse en carne, en lucha diaria. No quiero ni debo personalizar, pero no puedo dejar de mencionar el como la decisión del Presidente Chávez de imponer al tránsfuga de Arias Cárdenas como primero de la lista de un circuito de la Costa Oriental del Lago alejó definitivamente a una enorme mayoría de nuestros electores. La gente se sintió burlada, vejada cada vez que recordaban a Arias llamando asesino al Presidente Chávez, o llamando a las fuerzas armadas a derrocar al tirano o a sus manejos y conchupancia con la oligarquía zuliana. De habérsele consultado a las bases es muy probable que Arias jamás hubiera sido seleccionado como candidato de nuestras listas y quizás otra historia estaríamos hoy contando en ese circuito y en todo el Zulia en general. Universidades.

No idealizo a las universidades como centros del saber ni idioteces parecidas, pero sí son el lugar donde miles de personas se concentran a diario para hacer vida común, por lo que detentan un valor especial como espacios de lucha política.

La Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt, donde laboro, es una universidad adscrita al ministerio de educación universitaria, es decir, sus autoridades son nombradas a dedo por dicho ministerio, por ende, uno creería que sus políticas y tendencias internas (no caigamos acá en fariseísmos, todas las universidades tienen políticas y tendencias internas) están acordes con los lineamientos y directrices del gobierno nacional. Craso error. Pareciera que el requisito indispensable exigido para ingresar como personal docente en esta universidad es militar en la oposición y adversar con toda la furia e histeria posible al proceso bolivariano. Historias en verdad aterradoras como la de una profesora de ….historia! que declara sin inmutarse que deberíamos dar gracias a Dios que los españoles llegaron acá a “civilizarnos” y a “culturizar” (sic) a los salvajes que aquí vivían. Esta señora está “formando” a quienes a su vez, como docentes, van a formar niños. Y este es sólo un ejemplo entre muchos, entre demasiados. ¿Puede avanzar una revolución así? Las universidades deben ser intervenidas y convertidas en centros de organización popular. Me importa un carajo lo que piensen los burócratas de fapuv de mí. Si vamos a hacer una revolución habrá entonces que asumir la lucha de inmediato y sin medias tintas, de lo contrario, la reacción continuará ganando espacios día tras día.

De lo que hagamos en los próximos meses dependerá en mucho el futuro de nuestro proceso. Ojalá que las palabras esta vez no se queden en eso, en simples declaraciones producidas por el calor y el dolor del momento. Yo por mi parte desde mañana comienzo a reunirme con todos los colectivos de mi región, a debatir, a planificar, a actuar. Vamos todos a gritar con el panita Alí, “Yo no me quedo en la casa porque al combate me voy”!!

Joel Sangronis Padrón es profesor de la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt (UNERMB), Venezuela

joelsanp02@yahoo.com


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