REFLEXIONANDO EN EL CAMINO

Introducción

Desde sus inicios, Casapueblos ha pretendido ser un espacio de reconocimiento y apoyo a luchas, sin ánimo alguno de superioridad; un espacio al que llamamos casa y que nunca le pusimos techo, una casa construida con sueños transgresores, sueños de rebeldía, sueños resistentes y subversivos; una casa de tierras recuperadas y de zonas liberadas, una casa-plaza de los sin tierra, de los piqueteros, de los cartoneros, de los excluidos, de los negados, un espacio para ser poblado por las esperanzas puestas en marchas, y fundamentalmente, desde América Latina nos conminaban a contenerlas y a reforzar la denuncia del permanente avasallamiento imperialista.

Se han librado batallas y producido cambios inesperados en aquel continente y en el conjunto del planeta. El vértigo de todo cuanto acontece nos obliga a producir con urgencia ideas mestizando con el surgimiento y consolidación de las nuevas respuestas sociales que a lo largo del mundo se enfrentan a la violencia y a la tiranía de los mercados y a la presencia encubierta o desembozada del fascismo Esta necesaria reactualización de definición de Casapueblos, es consecuencia de los hechos que han transformado todo el panorama geopolítico. Diversos instrumentos de aparente índole comercial -ejemplo ALCA- son evidencia de verdaderos procesos de cesión de soberanía de los Estados hacia una de carácter imperial., y se conviven situaciones en que salidas de contención de la protesta ciudadana incontrolada por los aparatos estatales, esbozan atenuados panoramas para las dramáticas condiciones de las poblaciones, tal los casos de Argentina, Brasil, Bolivia...

Pero la trágica continuación del milenio, la ofensiva política-militar que extendida planetariamente sostiene el nuevo orden de naturaleza imperial que comenzó a emerger a partir de la crisis mundial con la caída del Muro de Berlín, desata masacres para consolidarse. Un orden imperial que ha sustituido el derecho internacional por el derecho de policía con el que garantiza el control y establecimiento de su paz. La guerra global hacia el enemigo "terrorista" -difuso o no- con efectos devastadores en los pueblos arrasados, conlleva acontecimientos dramáticos para todas las sociedades que se ven involucradas en la lógica de guerra llevada a cabo por los gobiernos sostenedores y promotores de dicha lógica.

Por todo lo anterior y en los caminos andados de pensamiento e intervención política, sin desdeñar en modo alguno el ejercicio de la solidaridad, nos ubicamos en el punto de constatación de cambio de las magnitudes políticas.

No hace mucho tiempo editamos un cuadernillo "Trabajo, sindicatos y lucha de clases", y nombramos la publicación del mismo "Éxodo", y como éxodo continuamos, porque seguimos siendo un "camino de afuera" o "afuera del camino", porque en las dos acepciones del vocablo griego nos encontramos, sin grandes pretensiones pero con algunos puntos claros: el objetivo de reflexión en la práctica, de una búsqueda militante reconociéndonos como un espacio de andares, haceres y sentires, una pretensión, una experimentación de prácticas individuales y colectivas de antagonismo, un espacio asentado sobre la negación y resistencia a la alienación capitalista.

Como entonces seguimos teniendo más perplejidades que seguridades, y sin el apremio de iluminar cual vanguardia nada de nada, pero agradeciendo en este tiempo de inflexión la oportunidad de indagar nuevas posibilidades, de formar nuevos nexos y lazos, negándonos a límites conocidos o a nuevos, y mestizándonos con todo aquello que resiste radicalmente al capitalismo, a este sistema de muerte y de barbarie.

Seguimos andando en hipótesis teóricas y prácticas lejos de las formas y aparatos partidarios de la izquierda tradicional y decorativa del sistema, izquierda impotente que persiste en agónicos discursos y que ahoga en estructuras gemelas a la opresión toda llamarada independiente, cuestionadora, crítica, antagónica. Ya nunca más ninguna estructura o dirección puede centralizar las luchas contra el capitalismo y mucho menos continuar en la trampa del mañana liberador.

Desde el poder capitalista se establecen las estrategias para unificar, normalizar, etiquetar y aplastar la multiplicidad que nos atraviesa a tod@s y cada un@. Mezclar y aumentar la multiplicidad es romper diariamente el rol y el destino de impotencia, amargura y frustración. Andamos en caminos en los que pueda crearse libremente alternativas de modos de vida, en iniciativas políticas en las que la libertad sea el permanente ensanche de capacidades y potencias. Y es por esto que no podremos entender la libertad jamás como un puerto: fue, es y será devenir permanente, la libertad son las prácticas de liberación que nos atrevemos a transitar, tanto en el camino de afuera o por fuera de los caminos.

TESIS

A.- La barbarie
B.- Las respuestas
C.- El socialismo

A.- La barbarie

1) La barbarie ya está aquí, se ha normalizado en la vida cotidiana, forma parte del sentido común de nuestra época.

2) La barbarie conduce a nuestra especie y a la biosfera a su destrucción o como mínimo a su degradación.

3) La barbarie es haber perdido los rasgos específicos que nos caracterizan. Y entre ellos, una sociabilidad autónoma. La que padecemos, está dominada por la mercancía. La barbarie ha avasallado el espacio y el tiempo social.

4) La guerra es inherente al sistema global de dominación, forma parte de su lógica interna. La guerra ha sido y sigue siendo, elemento sustancial del sistema: la supervivencia y continuidad del mismo se garantiza por medio de la destrucción de las fuerzas productivas y la subsiguiente puesta en marcha de un nuevo ciclo de acumulación con la reconstrucción posterior al desastre bélico.

5) La barbarie descansa, en buena medida, en la exasperación de las tendencias autodestructivas de la especie, en la naturalización de la monstruosidad. Reconocerlo es indispensable para abordar cualquier acción transformadora.

6) Este control que ha ido perfilándose con las características reseñadas, contienen -y no siempre soterradamente- que todo aquello -ideología y sistema- que dieron origen a Auschwitz permanecen intactos. El holocausto se gestó y se puso en práctica en el seno de la sociedad moderna. Auschwitz -como símbolo del horror- constituye un salto cualitativo en las formas de dominio propias del capitalismo. Auschwitz es la representación exacerbada de la racionalidad instrumental que con el predominio del sistema capitalista potencia la cosificación del ser humano y su subsunción total bajo la lógica de la mercancía. Auschwitz como expresión radical del biopoder. Un hito constitutivo que se repetirá en todos los campos de concentración en distintos puntos geográficos pero en el mismo sitio de control, dominación, aniquilación: el Estado-nación tiene la capacidad de desencadenar acciones de canibalismo social en una escala tan aberrante como inimaginable. El genocidio moderno es el dispositivo de ingeniería social pensado para producir un orden que se ajuste al modelo de sociedad, aplicable al mito ario, al paraíso soviético, a la cruzada patriótica, etc. "Auschwitz se construyó con el terror pero, la carretera hacia Auschwitz con la indiferencia." y sin dudas, con complicidad.

7) Y, por la magnitud del biopoder, se convive cotidianamente con la crueldad y la violencia: la tortura, el terror tienen carta de normalidad, son elementos de la racionalidad política.

8) La victoria del capitalismo, tras la caída del muro de Berlín, no ha traído más libertad, bienestar o justicia.

9) Las subjetividades sumisas. El fiasco de la subjetividad proletaria como valor antagonista.

10) La consolidación del post-fordismo ha generado una diversificación de los regímenes laborales, profundizándose en la última década la segmentación y precarización de amplios segmentos de trabajadores, que se ven abocados a situaciones de creciente competencia -entre sí- y de servilismo (respecto del empresario) para obtener y/o conservar sus puestos de trabajo.

11) Un escenario al que no han sabido dar respuesta satisfactoria las organizaciones sindicales tradicionales, incapaces de asumir la defensa efectiva de los intereses del trabajador precarizado. En el caso de España, las escalofriantes tasas de siniestralidad laboral, que siguen creciendo imparables, constituyen la demostración más dramática de esta impotencia.

12) En el extremo más negativo, la desestructuración de la identidad obrera clásica en un contexto de agudización de crisis económica, puede desembocar no tanto en la conformación de una nueva subjetividad antagonista, como en la emergencia de nuevas modalidades de fascismo. Un fenómeno que en el siglo XX tuvo su máxima expresión en el genocidio y que se ha transmutado en el marco del capitalismo posfordista, extendiéndose en todo el entramado del tejido microsocial

13) El estado del bienestar, fundamento y encarnación del pacto social entre el capital y el trabajo, tras la derrota de las formas más terroristas del estado capitalista, experimenta un proceso de autorreducción en sus contenidos de derechos y prestaciones sociales; y, cada vez más, trabaja al servicio de un proyecto de dominación global en el que su papel consiste en optimizar las condiciones para la inversión de capital, limitando para ello cuanto sea preciso, la esfera de los derechos, la ciudadanía y la democracia.

14) En ese proceso no sólo no ha disminuido sino, que ha aumentado el grado de intervención del estado en la vida social e individual. El postulado neoliberal del "estado mínimo", se está convirtiendo en una metástasis de estado, un estado que crece integrando en su lógica y su actuar algunas instituciones antes pertenecientes a la sociedad civil. Los partidos políticos y sindicatos, desde luego, pero también desde los 90 del pasado siglo, las Ong's.

15) Todo ese inmenso aparato de estado, participa de una nueva forma de ejercer el poder. Una forma en la que los individuos y las poblaciones son el objeto mismo del poder, su creación primera. En efecto, la política del poder tiene como primera y fundamental función producir los sujetos individuales y colectivos adecuados a las necesidades del sistema global de dominación.

16) Las políticas keynesianas asociadas al estado del bienestar socialdemócrata han declinado junto con la época en la que el capitalismo ha necesitado de su contribución para legitimarse, para garantizar un nivel adecuado de la demanda, y para neutralizar los componentes antagonistas en el interior de la clase obrera. Las funciones de integración, centrales en la época fordista, resultan inútiles cuando la exclusión y la pobreza, constituyen objetivos buscados por el Estado Capital. El dominio absoluto del capital financiero se ha traducido en una feroz competencia por la captación de recursos, con el consiguiente desplazamiento de ingentes volúmenes de capital en busca de la más alta rentabilidad en el más corto plazo posible. Los movimientos de los fondos de inversión y fondos de pensiones, han dado lugar a crisis económicas muy agudas en la segunda mitad de los 90 que han paralizado el crecimiento económico y generado situaciones de regresión en los derechos sociales en diversas regiones del planeta que se han visto obligados a aceptar procesos de recolonización imperial de la mano de los programas de ajustes del FMI y del Departamento del Tesoro USA.

17) Nuestra época ha sido caracterizada como la época del riesgo las sociedades son cada vez más sociedades de riesgo. Riesgos múltiples relacionados con los efectos destructivos del modo de producción capitalista sobre el conjunto de los ecosistemas de los que forma parte nuestra especie. Riesgos asociados a la aparición de nuevas epidemias y pandemias, así como, a la reaparición de otras que parecían erradicadas. Riesgos, en fin, relacionados con la violencia y la guerra permanentemente presentes en la vida de las sociedades, elementos ambos, pertenecientes al núcleo genético del sistema.

18) La gestión del riesgo se ha convertido en una de las principales funciones de la política y del estado y, al tiempo, fuente primordial de su legitimación. Porque el riesgo ha generado un difuso clima social de miedo, de pánico en sus expresiones más paroxísticas, que reclama de forma obsesiva un valor igualmente difuso, la seguridad, legitimándose un dispositivo de acoso permanente y criminalización contra las diversas modalidades de disenso. El terrorismo hoy suplanta el papel del comunismo en el pasado.

19) El estado y el capital venden seguridad. En un sentido literal, desde luego, y mediante una muy próspera industria que emplea una porción creciente de la población ocupada. El estado, por su parte, desarrolla un arsenal jurídico y administrativo dirigido a intensificar el grado de control sobre la población y el territorio. El control así, se hace omnipresente y omnipotente, abarcando la totalidad del tiempo y el espacio social. Un nuevo totalitarismo se está implantando, se ha implantado ya entre nosotros. La sociedad del control ha dejado pálidas las utopías negativas de Orwell.

20) El ejercicio del poder hoy se compone más que por la actuación de los agentes del Estado coercitivos, por la difusión de un conjunto de tecnologías de disciplina, normalización y control destinados a producir sujetos adecuados a la dominación sistémica; sujetos determinados por la barbarie y la violencia en una cultura infame y generadora de insatisfacción y vaciedad; sujetos amontonados para una sociedad domesticada.

21) El capitalismo se presenta como lo natural e irremediable produciendo la "naturalización de la realidad social", actuando los medios de comunicación como los espacios de producción de los discursos que configuran dicha realidad social. Asimismo, el exceso de información ha acabado por convertirse en las sociedades actuales desarrolladas, paradójicamente, en un cauce para la banalización y la ausencia del pensamiento crítico. La comunicación opera contrapuestamente a la sociabilización. Las guerras, los desastres, las epidemias... son representaciones virtuales. "Toda la vida de las sociedades donde rigen las condiciones modernas de producción se manifiesta como una acumulación de espectáculo; todo lo que antes se vivía directamente, se aleja ahora como representación" (Guy Debord).

22) En nuestra época el capital parece reproducirse autónomamente, el trabajo parece tornarse invisible en el sistema, haber dejado de ser necesario para el capital. Con el nombre de subsunción real de la sociedad en el capital, denominaremos el proceso por el cual la lógica de la producción capitalista pergeñada en la fábrica, invade todas las formas de producción y la reproducción social, todas las formas de la sociabilidad. Esta colonización absoluta de lo social por el capital, amenaza gravemente la existencia de la sociedad civil. Lo que conocemos como tal es, cada vez más, un simulacro producido por el capital y por el Estado. No parece ser el Estado el que se extingue sino la sociedad civil.

23) La sociedad se ha vuelto autónoma respecto a las personas, esta autonomía se ha fosilizado en el Estado. Los hombres y mujeres piensan como si la sociedad estuviera hecha por el Estado y no por ell@s mism@s La organización política viene así definida por un contrato: los individuos deben renunciar a su propia potencia social en beneficio del Estado.

24) Las relaciones o actos más sensibles se transforman en relaciones mercantiles o en actos administrativos. La opresión del Estado viene dada precisamente por esta sustitución de la sociabilidad humana reduciendo toda una serie de actos naturales a un servicio público. El crecimiento de los servicios públicos refleja la incapacidad de las personas para satisfacer sus propias necesidades vitales.

25) El capital desarraiga las personas y hace de estas unas inválidas sin el apoyo del Estado.

26) La exclusión no sólo afecta a tod@s aquell@s que quedan fuera del mercado capitalista tanto de la producción como del consumo, sino también a l@s que siguen dentro, sumando componentes de alienación; en diferentes grados, ya no son los clientes ni los consumidores que el capital exige. Provenientes de la zona de exclusión que constituye la periferia, una parte considerable de inmigrantes, la inmensa mayoría sin poder ubicarse en el engranaje del sistema productivo, sino en sus límites, inician un proceso de creciente marginalización que aumenta el campo de la expulsión del circuito del consumo. L@s excluid@s ya no creen poder acceder realmente a la inclusión social y laboral.

27) Habiendo invadido el Estado toda la sociedad, las luchas sociales se desarrollan ahora en su interior. El Estado se convierte así en un espacio social donde intervenir un ámbito donde maximizar derechos. Pero la reivindicación de derechos es una llamada de continua intervención del Estado. Así que en el límite la generalización de los derechos coincide con la intervención total del Estado en nuestras vidas. El movimiento democrático por la extensión de los derechos y el estatismo totalitario aparecen así como procesos complementarios.

28) Tener derechos se ha vuelto sinónimo de sujeción. Cuantos más derechos más sujeción, menos libertad.

29) La autodeterminación individual y colectiva que es la entraña del socialismo no puede ser equivalente a la maximización de los derechos, porque es incompatible con la división rígida entre gobernantes y gobernados con la existencia de un aparato especializado en la administración de los asuntos comunes.

CONTINÚA : LAS RESPUESTAS, EL SOCIALISMO Y POSFACIO