Contribución de NPH

Colectivo Nuevo Proyecto Histórico (NPH) htpp://nuevproyhist.tripod.com.ar nuevproyhist@hotmail.com

Un colectivo de prácticas e ideas, un esfuerzo por generar el cerebro colectivo, de plasmar el intelecto general que nace de la misma acción de las masas. Abierto, sin compromisos, con las manos libres y la mente clara, con la vista bien fijada en los movimientos sociales reales de nuestra sociedad, no dejamos de lado ninguna tradición revolucionaria, no nos atamos a ninguna tradición revolucionaria. Tratamos de llevar a cabo la vieja idea de que la liberación del Pueblo es obra del mismo Pueblo.
Pero...¿Quién nos creemos que somos?

El Colectivo Nuevo Proyecto Histórico, de aquí en más NPH, nace definido por el levantamiento popular del 19 y 20 de diciembre del 2001. Tiene como objetivo la reflexión en la práctica, la investigación militante y el debate alrededor de la constitución de una nueva subjetividad crítica, autónoma y antagonista. Esta nueva subjetividad está fundada sobre la negación de la alienación capitalista, por un modelo de sociedad comunitaria, solidaria, con democracia de base y directa, sin explotación y por formas de sociedad nuevas y modernas. En este sentido NPH recupera críticamente la experiencia histórica y política de toda la tradición revolucionaria popular y del movimiento social en general, tanto nacional como internacional, e intenta ser parte activa, sobre el terreno específico y en total autonomía, del actual intento de refundación práctica y teórica del pensamiento antagonista. Esto en el marco de una elevada capacidad de enfrentamiento y discusión con todas las corrientes progresistas y democráticas.

NPH es independiente de toda otra organización, institución o partido. No se coloca ni como corriente externa o paralela, ni como vanguardia espiritual de nada. NPH apoya la lucha social en general, de los pueblos oprimidos por el IMPERIO y de cualquier sujeto oprimido, tratando de organizar momentos de debate e intervención entre tendencias diversas en busca de desarrollar posiciones político-culturales y prácticas materiales evolucionadas y avanzadas. Con tal fin NPH promueve la discusión abierta, la distribución de materiales, la contrainformación, las intervenciones y todo tipo de iniciativas de producción autónomas. NPH se reconoce como un lugar de agregación, colector de experiencias e inteligencia colectiva, fusión y generación de nuevas formas de hacer política. Porque la historia del hombre es la historia de su liberación. NPH Uno, dos, tres 19 de diciembre del 2001...

Compañeras y compañeros de Casapueblos:

Agradecemos enormemente el documento que nos mandaron.

Hay diagnósticos y propuestas en donde nos reconocemos.

La vinculación que ustedes hacen entre cambio social y personal, entre singularidad y multitud, entre egoísmo y generosidad resulta insoslayable. Coincidimos en que por muchas décadas una cosmovisión alternativa de izquierdas le regaló a la derecha la individuación, quedándose a cambio, con un igualitarismo uniformado tributario del estalinismo.

Pero las coincidencias entre Casapueblos y NPH no es lo mas relevante. Sino que, un camino afín -en la práctica y la reflexión de millones- recorre el mundo entero. Sin haber sido acordadas previamente, la subjetividad antagonista en desarrollo, surge con sus especificidades, de manera bastante parecida en distintas latitudes.

Negri, con mucha propiedad, habla de la Comuna de Madrid. Como después del 19 y 20 argentino habló de la Comuna de Buenos Aires.

Hoy le podríamos sumar, entre otras, las comunas zapatistas, o el comunitarismo en la Cabila Argelina o el Alto Boliviano.

Lo que verdaderamente nos alegra es que perciban a las quintacolumnas que tiene el movimiento alter-globalizador. El forismo, el ejército de ONG's refomistas y los intelectuales del progresismo hard o el autonomismo soft, con mucha prensa y dinero, desfiguran las prácticas anticapitalistas, como ustedes dicen, de manera ambigua.

Esto no es ingenuidad ni confusión. Sino una clara voluntad de desviar el instinto antagonista. El progresismo es el neoliberalismo por otros medios.

Mientras la multitud no pida fascismo, la cara "amable" de la progresía juega con cartas marcadas. La delgada línea entre reformismo y absolutismo queda definida por el hilo rojo de la sangre autoorganizada de la fuerza de trabajo. La resistencia, creatividad e iniciativa de los productores de valor, dependerá al mismo tiempo, de su capacidad para cerrarle el paso a la tiranía y de la constitución de lo inédito.

Este pasaje entre tiempos parlamentarios, fascismo y anticapitalismo no resulta una dinámica por etapas. Todo desmoronamiento del viejo mundo capital-parlamentario pone a la orden del día ambos caminos a la vez. El refuerzo de lo decrépito por medios mas violentos o la consolidación arborescente de lo nuevo. Y cuanto mas cerca estemos de esta disyuntiva, mas pronunciadas serán las diferencias irreductibles entre capital-posfascista y autonomía-anticapitalista. Entre el estado y la multitud, entre fascismo-posfordista y la antagonía del cambio social.

Las formas políticas son parte de los procesos sociales. No van a quedar de un lado los patrones y sus gobiernos, y del otro lado, todos los productores y los desheredados. Sino que de producirse la tentación abiertamente autoritaria será impulsada y sostenida por millones de asalariados e indigentes, contra otros millones que los combatan mientras intentan alumbrar un nuevo proyecto civilizatorio.

En el medio está el progresismo. Intentando cerrar con todas sus fuerzas y medios la radicalización de las luchas. Desgarrando y desorganizando por dentro a los movimientos.

Actúan como mediación entre la insubordinación y el poder. Ganan la confianza de los activistas para cooptarlos.

Funcionan como una plataforma móvil. Cuando se sienten seguros se encierran en sus palacios. Cuando perciben la debilidad de la forma representativa de dominio bajan la planchada a la conquista del autogobierno que los acosa. Un puente levadizo del que descienden un ejército civil de funcionarios, sindicalistas, periodistas, académicos y aún militantes de nuevos movimientos sociales, dispuestos a corroer y sofrenar las prácticas insumisas y la imaginación antiestatal.

Conforman un reticulado capitalista universal que llora por la matanza iraquí, las hambrunas en Burundi y las represiones en Ecuador. Pero con tal de no ver puesto en juego el sistema dominante, no dudará en congraciarse, silenciosa o abiertamente, con los gobiernos mientras se socavan las libertades. Y en caso de insurrecciones de la multitud, operarán para cerrar las fisuras de la matrix y prestarse como una nueva clase dirigente canalizadora de la autodeterminación del nuevo sujeto político. En la Argentina, pos 19 y 20, esto lo vivimos de manera palmaria.

El capital y todo su arsenal, de Bush a Berlusconi, pasando por Zapatero y Kirchner, hasta Klein y ATTAC; actúan permanente criminalizando y reprimiendo, alambicando y debilitando, reconduciendo y metabolizando, aislando y conteniendo, la potencia anticapitalista de la marea multitudinaria que tiende a desbordarlos.

La potencia es creación de soluciones siempre nuevas. Como dicen ustedes, para que el debate vuelva a ocupar el lugar de la construcción del pensamiento colectivo, necesitamos, aportar mas proteínas al cerebro universal de la multitud -que es el sustrato inteligente de la fuerza de trabajo posfordista- del que formamos parte.

La multitud resulta irrepresentable. Los tiempos de las viejas vanguardias murieron con el fordismo, el obrero masa, el estado de bienestar y el keynesianismo. La multitud no requiere, ni necesita, una nueva dirigencia. Nadie puede emancipar a la multitud. O lo hace ella misma, o no habrá liberación. Nadie va a realizar esta tarea que nos compete a cada uno y una de nosotros.

Pero autonomía no es aislamiento o autismo. Precisamos intercambiar pareceres y dudas, certezas y dilemas, previsiones y tensiones, estancamientos y potencialidades. Imbricar las prácticas, mestizar la acción y complejizar el imaginario.

Del mismo modo, que su caracterización de los movimientos de movimientos mundial está desafectado de angelización, por nuestra parte, les decimos, que las prácticas autónomas argentinas son un lecho de rosas repleto de espinas. Por ejemplo, el anticapitalismo de las empresas recuperadas resulta casa vez mas disimulado. Hasta el propio discurso de los trabajadores ha perdido la potencia de hace un año. Sacando raras excepciones la vieja/nueva utopía es el cooperativismo.

Por su puesto, que este es un proceso social abierto. Pero que no se encamina inexorablemente al anticapitalismo. Siempre que entendemos por anticapitalismo el fin del estado, la moneda y el capital; o dicho de otra manera, como el fin de la representación, la mercancía y el trabajo asalariado.

Los movimientos piqueteros que resisten han quedado clientelizados por el estado y la mayoría se refugia en la subsistencia.

Sacando las menguadas asambleas que perviven, la mayoría, han sido cooptadas por el poder en todas sus variantes. Aquellos compañer@s que sabiamente no quisieron ser parte de los remozados aparatos de captura han fugado. Abandonan los terrenos colonizados y se repliegan. Se recluyen o se despliegan en nuevas máquinas de guerra antropoéticas.

El conformismo que ustedes describen de las sociedades posfordistas europeas no dista mucho del que existía en la Argentina hasta el mismísimo 2001. Recuerden, compañeras y compañeros, que en abril de aquel año, el 70 por ciento de la población pedía el retorno de Cavallo al gobierno. Ocho meses después aconteció la erupción del magma insurreccional.

Los tiempos se aceleran al ritmo de la desvalorización del trabajo muerto hiper-tecnológico, la sobreexplotación del trabajo vivo precarizado y la exclusión del salario para millones. El estancamiento del imperio en Iraq y las masivas movilizaciones contra la guerra, los levantamientos destituyentes y la incertidumbre por el futuro cercano, es un reto, no sólo para los movimientos, sino para el propio capital.

Las multitudes en el mundo ya han demostrado poder de veto y capacidad destituyente. Pero aún tiene vacante la constitución de una nueva organización social instituyente.

En el laboratorio social argentino y peruano, y mas aún en el ecuatoriano y boliviano, estamos ante la imperiosa necesidad de concretar la institucionalidad del poder constituyente.

A modo de reciprocidad con su documento, y buscando abordar estos desafíos, les acercamos uno de nuestros últimos materiales "La organización autónoma del trabajo".

Una vez mas les agradecemos sus aportes.

Un abrazo entrañable para tod@s.

Salud y libertad.

NPH. 30 de abril, 2004

Material de NPH: La organización autónoma del trabajo