Carmen despedida de CC.OO.  

 

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Compañeras y compañeros:

En primer lugar, agradeceros vuestra presencia en esta concentración y el apoyo recibido a raíz de mi despido de CC.OO. y de mi decisión de denunciar públicamente la situación de precariedad laboral y de falta de derechos que sufren muchos trabajadores y trabajadoras de CC.OO. y de Forem.

También quiero agradecer a todas las personas que por distintos motivos (laborales, personales o por miedo a consecuencias) no pueden estar hoy aquí pero que me han hecho llegar su solidaridad en todo este proceso.

Quiero explicaros que para mi era muy importante llegar a juicio, aunque la batalla estaba ganada desde que CC.OO. tuvo que reconocer en el Acto de Conciliación que el despido era improcedente. La legislación laboral es muy restrictiva en lo que se refiere a considerar un despido nulo: exige que haya un despido por embarazo, acoso, representación sindical, vulneración de derechos fundamentales…. Y parece que el derecho al trabajo es sólo un derecho de segunda. Pero aquí estamos, porque queríamos explotar todas las posibilidades legales. Y más allá de los derechos individuales que me corresponden como trabajadora, porque nos daba tiempo. Porque hubiera dado tiempo para que la dirección de CCOO abriera un debate interno, para que no tuviera excusas, para que recapacitara y modificara su política de contratación. Y a nosotros, para seguir denunciando de manera colectiva estas prácticas, para propiciar ese cambio. Nosotros, nosotras, cumplimos. Quienes conocísteis por los medios, o en directo, las opiniones de la dirección, sabéis que CCOO optó, por ahora y para su vergüenza, por todo lo contrario.

Me parece importante resaltar que CC.OO. no me despidió porque le resultara molesto mi trabajo y sospecho que, por aquel entonces, tampoco mi persona. Lo que le molestaba era que a lo largo de ocho años y medio había adquirido una serie de derechos. Y eso, ¡qué paradójico! al sindicato le parece preocupante. No podemos perder de vista que una trabajadora sin derechos es más fácilmente silenciable, que queda expuesta a prácticas arbitrarias de la empresa, a depender del talante o los intereses del contratador de turno. Y pretendía arrebatar esos derechos con el engaño, con la promesa de una nueva contratación…. Jugando en definitiva, sin escrúpulos, con el miedo, con la incertidumbre y los daños que provoca perder un empleo. Por eso me ofrecían un contrato nuevo. Para callarme. No quiero "regalos" por buena conducta. Ni como afiliada quiero callar ante tanta desfachatez.

Por eso, y puesto que no creo que existan canales internos de defensa, decidí acudir a los tribunales. Para pelear por lo que me corresponde. Para desenmascarar el abismo entre lo que CC.OO. dice defender y lo que aplica en lo interno. Para no perder toda coherencia y dignidad como trabajadora y militante.

CC.OO. ha tenido que reconocer que incumple la legislación laboral y que realiza contratos en fraude de ley. En mi caso, se utilizaron contratos que no correspondían a las tareas que yo realizaba; contratos por Obra y Servicio para un trabajo, la Salud Laboral, que no puede considerarse como tal. Y despidos fraudulentos porque las tareas que yo realizaba continuaban.

Creo que, más allá de mi caso personal, es necesario continuar la lucha contra la precariedad laboral en CC.OO. y Forem porque el sindicato no puede seguir instalado en la esquizofrenia de practicar justo lo contrario que predica en sus acuerdos y en sus discursos públicos. No podemos seguir callados mientras que la contradicción entre los dichos y los hechos se hace cada día más grande en nuestro sindicato.

Porque lo más grave de esta situación es que, lejos de ser una excepción, la utilización de contratos temporales, financiados con dinero público procedente de subvenciones, es una práctica frecuente en CC.OO. Quienes durante años trabajamos y militamos en el sindicato, apoyando con nuestro quehacer profesional la acción sindical de los afiliados, afiliadas, delegadas y delegados sindicales, nos vemos obligados a denunciar que las mismas injusticias a las que los compañeros se enfrentan día a día en sus empresas se cometen también en el interior de CC.OO.

En este último año, CC.OO. ha sido condenada en firme por violar los derechos fundamentales de una trabajadora inmigrante, por causarle daños morales, por contratos en fraude de ley y por despidos en fraude de ley. Lo más preocupante de todo es que, lejos de rectificar las actuaciones que llevan al sindicato a este tipo de condenas, se pretende justificarlas presentándolas como inevitables y necesarias.

Cuando quienes trabajamos en CC.OO. nos decidimos a pelear por nuestros derechos, se nos acusa, entre otras cosas, de traicionar al sindicato.Según mi opinión:

Quienes traicionan al sindicato son los dirigentes que utilizan métodos empresariales que están en contra de lo que predican publicamente.

Quienes traicionan al sindicato son quienes, lejos de propiciar el debate y buscar la solución para la precariedad laboral en CC.OO. y Forem, optan por el insulto y la difamación de quienes reivindicamos nuestros derechos.

Quienes traicionan al sindicato son los que hoy, sin recoger las opiniones de sus afiliados y afiliadas, están buscando mecanismos para contratar peor y así, despedir más fácilmente.

Quienes traicionan al sindicato son aquellos a quienes no les preocupa hacer las cosas mal, pero sí que les preocupa, y mucho, que se sepa.

Quienes traicionan al sindicato son quienes no se cuestionan el peaje a pagar por avanzar hacia un modelo sindical basado, cada vez más, en el dinero que reciben de los poderes públicos.

Quienes traicionan al sindicato, en definitiva, son quienes cometen las injusticias y no quienes las denunciamos.

La afiliación de CC.OO., y las trabajadoras y los trabajadores asturianos en general necesitamos un sindicalismo consecuente, del que no tengamos que avergonzarnos. Hoy mismo, en Catalunya, está convocada una manifestación de trabajadores/as contra CCOO por firmar acuerdos saltándose las decisiones de las asambleas, por revientahuelgas, por vendeobreros, por apoyarse en la policía para acabar con las reivindicaciones de sus propios afiliados, como sucedió con los trabajadores de Sintel.

Por eso consideré que era mi deber como trabajadora y afiliada denunciar, tanto ante los tribunales como ante la opinión pública, la situación de precariedad y falta de derechos. Estoy segura de que la única forma de que las cosas cambien no es callando ante las injusticias sino denunciándolas. También creo que más temprano que tarde, quienes dirigen este sindicato no tendrán más remedio que rectificar y asumir la responsabilidad de haber llevado a CC.OO. a una contradicción imposible de superar: actuar como la peor de las patronales siendo un sindicato de clase.

Una vez más, os doy las gracias a todos y todas en la seguridad de que seguiremos juntos defendiendo el empleo estable y con derechos en todas partes. También en CC.OO. y Forem.

En toda esta pelea, he visto diferentes respuestas y escuchado muchas opiniones. Todas me han reafirmado que estamos haciendo lo que debemos.

Carmen Pérez González En Uviéu, a 13 de marzu de 2003

¡¡NON MÁS DESPIDOS!!

¡¡EMPLÉU ESTABLE Y CON DERECHOS "TAMIÉN" EN CC.OO!!

 

 

 

 

 


Contacta con Carmen en carmela@nodo50.org

 

 

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