Por un albergue municipal en Barakaldo y contra los recortes

En la mañana del lunes 11 de abril se ha convocado una concentración ante la entrada al gimnasio donde se da cobijo a las personas sintecho de Barakaldo. Según datos del propio consistorio, en menos de tres meses más de 50 personas han utilizado este espacio asistencial.

Frente a esta situación diferentes entidades sociales de Barakaldo han demandado, a lo largo de las últimas semanas, un recurso permanente y digno para las personas sin hogar residentes en las calles de la localidad.

Iniciativas que surgen tras tener conocimiento del luctuoso fallecimiento, el pasado 26 de noviembre y en la vía pública, de Lucio; persona sin hogar. Hecho que ya empieza a ser habitual en el municipio. Así, hace dos años y medio (el 27 de septiembre de 2013) también fue encontrado sin vida en una calle de Barakaldo un joven ‘sin domicilio’ de 30 años; su nombre era Jesús.

Hay que tener en cuenta que, y en base al estudio realizado por el Gobierno Vasco sobre personas en situación de exclusión residencial grave, 25 personas residen en las calles de Barakaldo.

Estos datos reflejan una dramática realidad a la cual se debe responder con carácter de urgencia desde el equipo de gobierno. Es más que evidente la necesidad de recursos permanentes y habitacionales dignos que respondan a estas situaciones. Estamos hablando de unas circunstancias lo suficientemente graves como para andar adoptando medidas en base a “previsiones meteorológicas”.

Por este motivo, las entidades del municipio han realizado diferentes gestiones en la búsqueda de alternativas ante esta realidad de sinhogarismo. Sin embargo, el equipo de gobierno se ha empeñado en dilatar la solución para las personas sin-techo y transeúntes, que pasaría, como primera medida, por la puesta en marcha de un albergue que dé respuesta a esta situación de vulnerabilidad social.

Cabe destacar que, frente a esta realidad, desde el consistorio solo se habilita un gimnasio. Gimnasio totalmente insuficiente para dar una solución digna e integral. Unas colchonetas y varios sacos de dormir no puede ser la respuesta institucional a esta dramática situación. Esto ya no sirve.

Es más, la recién aprobada “Cartera de Prestaciones y Servicios del Sistema Vasco de Servicios Sociales” obliga a los ayuntamientos a “ofrecer a las personas en situación de exclusión un dispositivo al que acudir, cubrir necesidades básicas, resguardarse, asearse y comer; entendiéndose estas situaciones como de acceso urgente”.

Por lo que es necesario la creación y apertura inmediata de un albergue de gestión pública, como paso inicial que garantice el acceso a recursos habitacionales; y, en definitiva, a una vivienda, a las personas sintecho que subsisten en las calles de la localidad.

Así y todo, y mientras no existan dichos recursos, es de obligado cumplimiento el disponer de un servicio social digno. Además, de destinar los recursos materiales, económicos y profesionales necesarios para desarrollar programas que articulen una intervención multidisciplinar e integral que garanticen la consecución de una vida digna a las personas que viven en la calle.

Estas demandas toman mayor importancia -sobre todo en estos momentos- ante el cierre previsto el 30 de abril del gimnasio del Polideportivo Lasesarre; único espacio habilitado hasta ahora.

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