2. La política económica y social de la Unión europea muestra unas opciones claras, en favor de los intereses de las clases dirigentes y de los grupos capitalistas, y en contra de los de la mayoría de la población, comenzando por los asalariados y los sin empleo. Esta orientación neoliberal se expresa sobre todo por una política de workfare , de desmantelamiento de las conquistas sociales, de privatización de los servicios públicos, de represión de los movimientos, de atentados contra los derechos de expresión y de libre circulación, de potenciación del empleo precario y de la apertura de un Mercado de trabajo europeo.

3. La "Carta de los derechos fundamentales de la Unión europea", aunque no ha sido adoptada formalmente en Niza en diciembre del 2000, se anuncia como el posible preámbulo de la Constitución europea. Pero esta Carta no es más que el catálogo de lo que la Convención ha querido mantener de los derechos actualmente existentes. No ofrece ningún avance sensible, y es un retroceso en relación con los derechos existentes en numerosos países. Así, la Carta excluye los derechos a prestaciones (jubilación; paro; ingreso mínimo). Si esta Carta es aprobada en su estado actual, si adquiere fuerza de ley, por un medio u otro, constituirá un punto de apoyo para nuevos retrocesos sociales, será la señal de alarma de una nivelación por abajo de nuestros derechos.

4. El Consejo europeo de Göteborg en junio del 2001 y posteriormente, en el segundo semestre, el de Laeken / Bruselas, verán cómo se confirma esta marcha hacia delante del liberalismo, si no hay ninguna voz que se eleve contra ella con suficiente fuerza. El paso a la adopción del Euro por parte de 12 países al comienzo del 2002 marcará una nueva etapa.

5. Para hacer frente a esta marcha forzada, para pararla, es urgente que los movimientos sociales de toda Europa se unan alrededor de prácticas y de objetivos elaborados en común.

6. Nosotros proponemos que se abra un proceso que conduzca a una CONVERGENCIA de los movimientos sociales europeos, de las fuerzas sindicales de los asalariados y de los campesinos, de los movimientos de parados, de precarios, sin vivienda digna, de los movimientos que se oponen a la globalización liberal, de los movimientos de mujeres, de jóvenes, de estudiantes, de los movimientos salidos de la inmigración, de apoyo a los sin papeles, de lucha contra el racismo, contra el fascismo, de los movimientos ecologistas, antimilitaristas, de los movimientos por la paz y contra la militarización de la Unión europea, de los movimientos que luchan por los Derechos de todo tipo, así como las redes de reflexión en las que trabajan conjuntamente investigadores y actores de los movimientos sociales.

7. La Cumbre de Bruselas / Laeken en diciembre de este año abre una oportunidad para avanzar en esta vía. Nosotros proponemos algunos objetivos:

· La elaboración común y la adopción de una Carta reivindicativa de los movimientos sociales europeos. Esta Carta sería a la vez una alternativa a la Carta elaborada por las instituciones europeas, y una plataforma reivindicativa que prepare futuras luchas sociales internacionales. Por una Europa social, por otra sociedad en la que se viva y se trabaje de otra forma.

· La realización en Bruselas de un primer encuentro de los movimientos sociales europeos con ocasión de la Cumbre de los Jefes de Estado de Laeken / Bruselas en diciembre del 2001.

· La organización en esta ciudad de iniciativas masivas contra las políticas neoliberales de la Unión europea, "cercando" la reunión de los Jefes de Estado, y proclamando - entre otras - las reivindicaciones del movimiento social.

8. Es, en efecto, urgente que los movimientos sociales europeos se doten de un proyecto común, que se hagan los portadores de exigencias comunes de transformación de la sociedad, y los iniciadores de luchas concretas y coordinadas que permitan a los ciudadanos, más allá de las fronteras, trazar su propio destino. Las Marchas y las grandes manifestaciones organizadas con ocasión de las Cumbres de Amsterdam, Colonia o de Niza, así como tantos otros movimientos de lucha europeos, de trabajadores, parados, mujeres, de campesinos o de sin papeles, han demostrado ya que las luchas sociales internacionales, son posibles.

9. La necesidad de hacer converger los movimientos sociales a escala europea es una preocupación cada vez más sentida por las redes existentes. Respetando las especificidades y diferencias, desde nuestra participación actual en lo que ya existe, nosotros queremos emprender iniciativas de debate y de acción que vayan en el sentido de una Coordinación europea de redes, flexible, no jerárquica, democrática y descentralizada.

10. En fin, organizarse y actuar en el marco europeo no quiere decir replegarse detrás de las murallas de la Europa fortaleza, y subestimar los retos mundiales. Al contrario la política de la Unión europea se manifiesta como una de las palancas de la globalización liberal. Es importante establecer desde el principio la articulación entre los movimientos sociales y los movimientos de lucha que se han puesto en pie en el marco de las luchas contra el neoliberalismo, como en Seatle, Portoalegre, etc. Estos movimientos han visto emerger nuevos sectores militantes, particularmente jóvenes.

Tras los éxitos de las movilizaciones de Seatle, Washington y Praga, Niza en diciembre del 2000 ha mostrado que es posible hacer converger en la movilización las preocupaciones sociales en Europa y los movimientos contra la globalización liberal. Las próximas citas, Göteborg del 13 al 16 de Junio, Barcelona los 25/27 de Junio, Génova del 19 al 21 de Julio y en fin Laeken / Bruselas del 12 al 15 de Diciembre, también del 2001, serán la ocasión de reforzar estas convergencias.

Bruselas, 22 de Abril del 2001
Coordinación de las Marchas europeas contra el paro, la precariedad y la exclusión.