Por un lado, en la U.E. se están desregulando las condiciones sociales y laborales para favorecer la consecución del mayor beneficio empresarial en su territorio. Por otro, la UE está dando todas las facilidades a sus multinacionales para que se extiendan, a nivel mundial, con una política claramente imperialista, globalizadora,...

Y, en el momento presente, estamos en las puertas del nacimiento del gran símbolo de todo ello: el Euro. Esta U.E., pensada, basada, estructurada y organizada, sobre criterios del neoliberalismo, tiene en la moneda única su gran expresión y, en la política monetaria, su más logrado desarrollo.

La U.E., el Euro, Schengen, Maastricht, Europol, la Carta de Derechos Sociales que tienen "en construcción" permanentemente pospuesta... sirven ¿a quién? Decimos que a quienes, seguro, no sirven es a los/as emigrantes, a los/as pobres, a los/as marginales, a l@s excluid@s , a los ríos, los pájaros y las nieves de las montañas, a los tomates con sabor a tomate, a los/as sin techo, a los/as parados, a las mujeres agredidas por la discriminación, a los/as sin techo, ...

Y es por todo ello que movimiento antiglobalización tiene que oponerse a la construcción de esta Europa al servicio del Capital, para la que las problemáticas y las desigualdades sociales son sólo vistos como estorbos callejeros. Y nos oponemos desde el convencimiento de que este proceso no admite reforma; esta casa, o mejor dicho, esa casa, hay que construirla de nueva planta, con otros valores y con otros fines. Decimos que al igual que otro mundo, Otra Europa es posible, si sumamos todas las voluntades dispuestas a construirla.

Estructura del proceso.

Y para esa construcción sería un error dejarse a nadie en el camino. Es fundamental no equivocarse al empezar el proceso; la discrepancia, las diferencias en tácticas y/o objetivos no señala a nadie como enemigo, sino simplemente como alguien al que, en el proceso de construcción, debemos escuchar, acompañar y dejarnos acompañar para obtener el mejor resultado posible. Si llegamos acertar con el proceso de confluencia mayoritario podremos siempre ir dando pasos de acercamiento.

La gran fuerza y seña de identidad, debe ser la capacidad de trabajar juntos creando sensibilidad y planteando alternativas comunes, lo más avanzadas y radicales posibles, sin renunciar nunca al derecho de cada uno/a de nosotros/as plantear distintos modelos.

Y, en esa línea, es absolutamente necesario que nos expresemos con claridad sobre cual es nuestro modelo de sociedad y cuales son nuestros caminos para llegar a él. Encontraremos el camino del diálogo y la contraposición de ideas y concretaremos lo que nos une, sin que la diferencia de postulados y métodos de trabajo o de lucha sean justificación para no dar pasos de forma conjunta.

Todas las opciones presentes en el MA contienen planteamientos positivos para el conjunto del movimiento. Cada cual aporta lo que hace y piensa. Profundizar en las críticas con un prisma anticapitalista y un talante antiautoritario, creemos, permite acercarse a las raíces profundas de los problemas contra los que luchamos, no planteando sólo - que también - reformas necesarias, sino modificaciones sustanciales en las formas y los fondos.

Y esa autodefinición ideológica, que comportará defender la pluralidad vigente en el movimiento antiglobalización, debe tener por finalidad el conseguir una enorme paleta de colores y matices en un puzzle inmenso que arrojar contra el sistema capitalista, no una multitud de pequeñas piezas que pierdan más tiempo y esfuerzo en chocar entre ellas que en construir un cuadro.

Propuesta de campaña.

Es precisamente esta diversidad, tanto de planteamientos como de formas organizativas, la que tiene que definir la forma bajo la que se articule esta campaña. Si queremos que esta campaña contra la Europa del capital sea la suma de todas las luchas y resistencias sociales contra las consecuencias de la globalización debemos buscar un modelo que nos una y que no se sienta como una carga o una imposición por alguna de las partes. Un modelo organizativo basado en esa "máxima coincidencia común" que tenemos y sobre el que se asienta el movimiento. Un modelo que prime la coordinación, el intercambio de experiencias y luchas, y el apoyo mutuo entre quienes las practicamos, sobre la estructura permanente y el "aparato".

Que dé el protagonismo a las dinámicas locales, descentralizando al máximo la actuación y vinculando todas las prácticas específicas y/o sectoriales para de esta forma construir no una serie de movilizaciones puntuales ante los eventos de la UE, sino todo un entramado de luchas con el objetivo de denunciar todas y cada una de las consecuencias -dolor, desigualdades, miseria, degradación medioambiental- que está trayendo el proceso de construcción europea. Solo de esta manera expondremos nuestras alternativas y combatiremos el discurso dominante, no quedando solamente en una serie de movilizaciones, más o menos numerosas, pero que no son capaces de conectar con las preocupaciones de las gentes.

Para este cometido se deberán impulsar la creación de redes locales, territoriales y sectoriales, dejando que la coordinación estatal la determine las necesidades del proceso. Así mismo nos dotaremos de los medios tecnológicos -lista de distribución, página web común... - para disponer de mecanismos ágiles de comunicación y de intercambio de experiencias.

En definitiva, apostamos por una coordinación flexible, basada en redes locales, sobre la confluencia puntual en cuanto a convocatorias, objetivos y métodos de lucha (movilización social, acción directa no violenta, concienciación...) por encima de la creación de estructuras centrales o permanentes.

Acciones puntuales dentro del marco de la sensibilización continua

No obstante lo anteriormente expuesto sobre la necesidad de potenciar las dinámicas locales, consideramos que eso debe combinarse con una serie de actuaciones comunes que sirvan de manifestación de la fuerza del movimiento y de capacidad de movilización. No debemos olvidar la capacidad que tiene el sistema para silenciar las luchas diarias y la necesidad que tenemos de romper el bloqueo informativo al que nos someten sus medios de información, lo que hace necesario una serie de "grandes eventos" comunes.

Así, la manifestación del 2 de diciembre, puede ser la primera prueba de un proceso de acercamiento entre Movimientos Sociales y Movimiento Obrero. Los lemas que se plantean abarcan toda la reconquista de derechos sociales usurpados y puntos de acción contra la globalización.

Coincidiendo con las distintas conferencias y cumbres convocadas a lo largo del primer semestre en numerosas localidades, llamamos a realizar acciones descentralizadas y simultaneas de todas los grupos y redes. Las convocatorias serán coordinadas y desarrolladas por los núcleos locales.

El camino de construcción de una huelga general, que no sólo salga y se realice por los/as trabajadores/as, sino también por y para los/as ciudadanos/as es un segundo paso de este entramado. Aún no fijando una fecha para su convocatoria, y entendiendo que debe ser fruto de un amplio debate en los movimientos sociales y en el sindicalismo combativo sobre su oportunidad y desarrollo, si planteamos que en este próximo periodo se van a dar varias fechas a tener en cuenta para trabajar de manera coordinada y decidida en pos de este objetivo.

La marcha europea Bruselas-Sevilla, en territorio del estado español, debería ser expresión, durante el semestre de presidencia española, de todos los descontentos y alternativas y una demostración de trabajos locales con participación de todos los grupos. Entendiendo que su desarrollo debe ser más una sucesión de acciones locales escalonadas pero descentralizadas con una programación coordinada, que culminen en Sevilla.

La contracumbre correspondiente a Sevilla tocará ser el broche masivo de despedida de toda Europa... y el paso a una corta siesta estival ...para volver a retomar la lucha.

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