El Argentinazo del
19 y 20 de diciembre ha sido una grandiosa sublevación popular contra el
expolio que ha desangrado al país desde hace 25 años.
Ayer mismo el FMI
calificaba a Argentina como “alumno modelo”. Hoy, en un alarde de
cinismo, declara que “las raíces del mal se encuentran en Argentina” y
que”no habrá salida sin sufrimiento”. El gobierno Aznar, la banca y las
multinacionales españolas, apoyados en el FMI y la UE, repiten la cantinela
mientras entonan frases patrióticas de defensa de los “intereses españoles”.
El expolio de
Argentina tomó carta de naturaleza a partir del golpe militar de 1976. Desde
entonces la Deuda externa Argentina se ha multiplicado por 20 y alcanza más de
160.000 millones de dólares. Durante este período Argentina ha pagado, sólo en
intereses, más de 212.000 millones de dólares.
Los
militares iniciaron el saqueo multiplicando la Deuda al servicio de la
corrupción y las compras de armas. El grueso de los créditos eran recolocados
en el exterior en los mismos bancos prestamistas a un tipo de interés
sensiblemente inferior. Más tarde, cuando cayó la dictadura, el gobierno
Alfonsín estatizó la Deuda externa de las grandes empresas, incluyendo las
multinacionales extranjeras y las filiales de la banca internacional con la que
el Estado estaba endeudado. El pago de esta deuda ilegítima, cada vez más
gigantesca, ha sido el deber sagrado de todos los gobiernos, a costa de la
ruina del país y del hambre.
Las multinacionales
españolas, con el patrocinio directo del gobierno español, han sido en esta
última década la cabeza visible del saqueo de Argentina. Los Bancos Santander y
BBV se hicieron con la mayor parte del mercado financiero, mientras el gobierno
argentino ponía a su disposición las pensiones que había privatizado y que
ahora se volatilizan. Estos bancos tomaban dólares al 6% para prestar
entre el 30 y el 60%. Desde que empezó la crisis han organizado una fuga masiva
de dólares que está siendo investigada. Las filiales argentinas recibieron el
dinero de decenas de miles de ahorradores argentinos de la clase media pero
ahora no los quieren devolver alegando que ya no lo tienen. El Santander
y el BBV, mientras tanto, se niegan a poner un solo dólar para devolver los
depósitos y exigen amenazantes garantías para el negocio.
Menem
llevó a cabo en los años 90 la privatización masiva y fraudulenta de las
empresas estatales argentinas. Cuando YPF fue vendida a Repsol, después de
hacerse cargo el Estado de sus deudas, sus reservas petrolíferas fueron
estimadas en un 30% menos para reaparecer justo después de la
privatización, con fabulosas ganancias en bolsa para los nuevos dueños.
Repsol-YPF declaró en 2000 unos beneficios de más de 400.000 millones de
pesetas, de los cuales el 45% -convenientemente repatriados- provenían de
Argentina.
Aerolíneas
Argentinas (AA) era una empresa rentable, segura y prestigiosa que fue
entregada a Iberia sin deudas y a precio de saldo. Iberia no cumplió ninguno de
sus compromisos. Compró AA con bonos devaluados y con créditos internacionales
que después convirtió en deuda propia de AA!!!
Las
tarifas telefónicas o del gas, controladas en gran medida por Telefónica y Gas
Natural (Repsol), están establecidas en dólares, son mucho más caras que en
España o Estados Unidos y se ajustan a la inflación norteamericana, justo
cuando la recesión provocaba la caída de
precios en Argentina.
Un
cuarto de siglo después del golpe militar y la implantación del neoliberalismo,
el país está desangrado. El 90% de la banca y el 40% de la industria están en
manos del capital internacional. Argentina vive su más grave recesión desde
julio de 1998. La salud y la educación están prácticamente desmanteladas. El
salario medio real es la mitad del de 1974. El desempleo alcanza a la cuarta
parte de la población activa. La pobreza alcanza a medio país. Los servicios
públicos se encuentran en un estado de coma. Los grandes beneficiarios de este
desastre son los bancos extranjeros, las multinacionales, en particular las
americanas y las españolas, el FMI y sus aliados del gran capital argentino.
El “España va bien”
no habría funcionado sin el “América Latina va mal”. Los triunfos económicos de
Aznar han tenido su base en la desregulación y pérdida de derechos de los
trabajadores aquí y en el saqueo latinoamericano. Mientras Telefónica hacía el
agosto en Argentina o Brasil dejaba aquí a miles de trabajadores en la calle.
Expolio en Argentina y Sintel en España: éste es su modelo. Rechazamos
la campaña patriótica orquestada por el gobierno y la prensa ante la
crisis argentina. No aceptamos un patriotismo cuya sustancia es la
repatriación de las ganancias sobre los escombros de Argentina.
El pueblo argentino
necesita vitalmente nuestra solidaridad ante las duras pruebas a las que se
enfrenta. Como expresión de esta solidaridad, llamamos al gobierno español a la
ANULACION UNILATERAL E INMEDIATA DE LA DEUDA EXTERNA ARGENTINA CON ESPAÑA. Es
lo menos que puede hacer el Estado español ante el expolio de toda una década.
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