FASCISMO Y RACISMO, INSTRUMENTOS DEL CAPITALISMO

A lo largo de la Historia diversos países han sometido al mundo a la sumisión y la miseria bajo formas totalitarias de gobierno. Estas naciones se erigieron en imperios a base de robar y hacer la guerra a los pueblos vecinos hasta lograr su conquista, adueñándose así de sus riquezas naturales y convirtiendo a sus habitantes en esclavos. Ejemplos de estos imperios son el romano, español, napoleónico, británico y hitleriano. Todas esas potencias tuvieron su apogeo histórico a la vez que su declive y las formas con que dominaron a la Humanidad nunca volverán a producirse, sin embargo, no ocurre lo mismo con su razón de ser que no es otra que la acumulación de poder y riqueza.

No es difícil adivinar que el actual imperio que domina al mundo entero seguirá la trayectoria de sus predecesores siendo más cruel si cabe que los anteriores puesto que aprende de los errores históricos y utiliza formas "democráticas", pudiendo así alcanzar mayores cotas de explotación al contar con una fachada y unos métodos menos agresivos. La expansión capitalista abanderada por el imperio yanqui ha convertido a los países subdesarrollados en su despensa particular de materias primas y mano de obra barata, condenando a sus habitantes a la pobreza y la esclavitud. Esto provoca que las muertes por hambre superen con creces el genocidio de indios o judíos y que la sobreexplotación laboral no tenga nada que envidiar a los trabajos forzados en campos de concentración. Ante esta situación no debe resultar extraño que algunos de esos trabajadores esclavizados intenten escapar de una muerte segura a corto plazo emigrando a países capitalistas.

Al igual que en la época de Hitler, el Estado español tampoco es ajeno a este nuevo exterminio silencioso ya que en 1948, con el inicio de la Guerra Fría, el imperio yanqui le introdujo en su órbita para frenar el avance de la Revolución Socialista en Europa. Desde entonces, España no ha dejado de ser un país a las órdenes del amo imperialista y con la muerte del dictador títere de Franco, la oligarquía financiera española asesorada por la norteamericana tuvo que cambiar algo para que todo siguiera igual. Vemos pues que el fascismo no fue más que un recurso temporal de la burguesía para salvaguardar sus riquezas ante las conquistas obreras.

Aún hoy siguen actuando elementos fascistas residuales utilizados como perros de presa por la burguesía allí donde no puede llegar su ejército o policía para intentar amedrentar al proletariado revolucionario o al inmigrante indefenso. Por si fuera poco, la burguesía también intenta dividir a la clase obrera haciéndola competir entre sí y con la de otros lugares mientras se frota las manos viendo cómo los trabajadores se pisan unos a otros por conseguir unas migas de pan.

Al hilo de lo anterior, hay que hacer referencia a la nueva Constitución europea que los grandes capitalistas del Viejo Continente han diseñado para hacer de Europa una potencia económica que dispute con los americanos una parte del botín mundial, lo que supondrá una vuelta de tuerca más a las condiciones de vida actuales puesto que la competencia de mercados repercute en el salario y la jornada laboral de los trabajadores. A más competencia, más explotación.

Desde la Coordinadora Antifascista de Madrid hacemos un llamamiento a los trabajadores de todos los países y razas a unirse en la lucha contra su verdadero enemigo: el capitalismo en su fase imperialista. Acude a la manifestación del Sábado 20 de noviembre de 2004 a las 19:00 en Cibeles para mostrar tu rechazo ante el Fascismo del siglo XXI.

LA CLASE OBRERA NO TIENE RAZA, EL CAPITALISMO NOS EXPLOTA POR IGUAL
¡NI GUERRA ENTRE PUEBLOS NI PAZ ENTRE CLASES!