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LOS NIÑOS DE LA GUERRA

 

Hemos dedicado un esfuerzo considerable a los niños de la guerra. Nadie quiso nunca saber nada de ellos. No son ni nuestros ni de su país de acogida. Siempre olvidados, siempre los no nombrados en ninguna historia. Pues bien: fueron ciento cincuenta mil, su suerte fue tremenda de un confín a otro del mundo. Ya es hora de volver a ellos y que reencuentren su lugar en su país. Quedan miles entre los que viven en México, Rusia, Cuba, Reino Unido, Francia, Bélgica, dispersos por el mundo y sobre todo, retornados a España.

Nosotros queremos que su historia se sepa y forme parte de nuestra historia común, no ya sólo por la evidente razón de justicia, que es imperiosa, si no también por lo que hubo en aquella difícil tarea de la evacuación de gigantesca labor humanitaria de la República y de tantos miles de ciudadanos del mundo solidarios con ella y con las víctimas del levantamiento franquista, por las miles de personas que aquí o en cada país de acogida organizaron la enorme tarea de crear centros de acogida, escuelas españolas, apoyos humanitarios, etc y que dieron su trabajo, su entusiasmo y sus energías por esta tan noble causa. Sin olvidar que en aquel momento el movimiento pedagógico español era uno de los más ricos del mundo.

Es preciso pues volver ahora a rescatar a estos compañeros hoy entre los sesenta y los ochenta años que han padecido el más crudo de los exilios. Recordemos que en 1938 las Brigadas Internacionales decidieron tomar publica y explicitamente en sus manos la defensa moral y física de estos niños de la guerra. Hoy pedimos desde nuestra Asociación a los brigadistas que nuevamente levanten la voz en recuerdo y defensa de estos compañeros de avatares y dolor. La voz de los interbrigadistas es la voz más sonora, respetada y sentida, la mas profunda de nuestro pasado común, ellos son verdaderamente la historia y la leyenda, y la sociedad española ha mostrado hacia ellos un respeto y una admiración excepcional. Coger en vuestras manos una vez más el problema, recordar ante la sociedad esta herida aún sangrante de miles de niños evacuados y luego perdidos por el mundo durante casi toda su vida, luego, muchos de ellos, con condiciones duras de supervivencia a pesar de su alta cultura o su gran profesionalidad. Al fin y al cabo fueron, esa es la verdad, exiliados forzosos.

AGE ha dedicado el año en gran parte a conectar con estos colectivos y sus múltiples asociaciones, y hemos desarrollado dos lineas de trabajo hacia el exterior. La lucha por la mejora de sus condiciones de vida por medio de la presión cerca de la Secretaria de Estado de Asuntos sociales y por medio del Ministerio de Cultura, que se ha empezado a concretar tras la visita a Rusia de la Ministra de Cultura y la Directora General de Asuntos Sociales el pasado setiembre y de las que resultaron públicas promesas de mejoras en las pensiones y de la entrega de una cantidad global de diez millones de pesetas para los niños de Rusia residentes aún allí y la oferta de viajes a España.

La segunda linea de trabajo ha consistido en la propuesta a los diferentes Parlamentos locales de proposiciones no de ley por las que se insta al Gobierno central a ocuparse del colectivo de retornados y facilitarles condiciones de vivienda, trasnsportes, sanidad, etc adecuados, y a cada gobierno local a tomar medidas adecuadas en éstos ámbitos. Estas proposiciones han sido ya cursadas por los parlamentos de Valencia, Madrid y Euskadi y están en curso en Andalucía y Cataluña. Estas proposiciones no de ley son llevadas a los diferentes parlamentos siempre conjuntamente por socialistas e izquierda unida, y donde han sido aprobadas lo han sido por unanimidad.

Al margen de estas dos lineas de trabajo,estamos organizando la exposición La Guerra de los inocentes, que deberá inaugurarse el próximo año recorriendo diversas ciudades y países, y que cuenta ya con el apoyo formal de varias comunidades y ayuntamientos.