CAMPAMENTO NIÑOS VASCOS.
GRAN BRETAÑA

 

LA GUERRA DE LOS
INOCENTES

 

Exposición sobre los niños españoles en la Guerra Civil: "La guerra de los Inocentes"

En 1999 se cumplirá el sexagésimo aniversario de la cruenta guerra civil que enfrentó a los españoles durante casi tres años. Y, aunque "a priori" es presumible que a esta efemérides se le preste menos atención que a la que en su día recordó el inicio de dicha contienda, creemos que es un buen momento para echar la vista hacia atrás y recuperar la memoria de quienes, como siempre sucede, fueron las principales víctimas de lo acontecido durante aquellos días: los niños.
En todo conflicto bélico ha sido siempre la población infantil la que ha resultado más especialmente malparada, no sólo por el hecho de verse sometida a las mismas desgracias que aquejaban a los adultos (bombardeos, hambre, o enfermedades, por ejemplo) sin poseer la capacidad física y mental de éstos para hacerlas frente, sino por lo que toda guerra conlleva de destrucción de hogares ( padres que deben incorporarse al frente, o que se ven forzados a huir, o que son encarcelados, o fusilados...) con sus consiguientes traumas psicológicos.
Cuando los historiadores no han acabado por ponerse de acuerdo todavía sobre la cifra aproximada de españoles que murieron en aquella guerra, resulta aún más difícil cuantificar, de entre los datos que conocemos sobre el número de niños muertos, cuántos no hubieran fallecido de haberse evitado aquella conflagración. Todo hace suponer, sin embargo, que fueron unos ciento cuarenta mil niños las víctimas directas de aquella circunstancia. De la misma manera, que se ha estimado en algo más de medio millón el número de nacimientos que dejaron de producirse por la misma razón.
Más difícil aún resulta el hecho de calcular cuántos pequeños quedaron con secuelas físicas y, lo que no es menos importante, psíquicas a causa de lo acaecido durante todo aquel período.
Pero, más allá de los datos, y de las peripecias que acontecieron a la población infantil, sobre una de las cuales -los desplazamientos por el interior de España y por otros países- recae casi todo el énfasis de esta muestra, cuatro son los objetivos que sus organizadores nos hemos propuesto a modo de ejes vertebradores de la misma:

  1. mostrar que el interés por apartar a los niños de aquella tragedia cobró una dimensión internacional que hasta entonces nunca se había producido, y que sentó un precedente en todas la conciencias a la hora de asistir al estallido de posteriores contiendas,
  2. constatar que el énfasis puesto en las actividades bélicas como el factor prioritario no se tradujo en una dejación del compromiso pedagógico para con esos pequeños, sino que, antes bien, en el campo republicano se redoblaron los esfuerzos para continuar con una política educativa que había comenzado a rendir sus frutos antes de la guerra y que sólo tras la recuperación de la normalidad democrática hemos estado en condiciones de evaluar y recuperar,
  3. homenajear a los niños supervivientes, hoy ancianos, que padecieron una expatriación sin retorno, con los terribles problemas que conlleva, máxime a esa temprana edad, tan brutal desarraigo, y
  4. conferir al drama de aquellos niños una dimensión universal para sensibilizar a los espectadores de la exposición sobre la similar suerte que corren muchos otros pequeños en los conflictos armados que hoy mismo azotan diversos ámbitos de nuestro planeta.

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