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INFORMACIÓN DE LA ASOCIACIÓN

 

 

 

EXTRACTO DEL INFORME DE LA SECRETARIA GENERAL DE LA A.G.E. PARA LA ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA DE 27 DE NOVIEMBRE DE 1998

 

 

 

En la actualidad hemos sentado ya bases sólidas en México, Rusia, Francia y Yugoslavia y, aunque con algunos problemas de diverso tipo, en el Reino Unido, Bélgica, EEUU y Cuba, y tenemos una buena base inicial en Luxemburgo, Canadá e Italia. Buenas relaciones y buenas perspectivas en algunos otros países de Europa y América.

Esto plantea algunos problemas estructurales pero en todo caso son problemas derivados del crecimiento y por tanto solubles sin que ello represente trauma alguno para la Asociación.

 

En cuanto a los archivos rusos, el cierre de acuerdos en los que intervienen el gobierno ruso, el español, el consejo Internacional de Archivos y nosotros, nos empieza a dar garantías de obtener un buen resultado en un plazo ya de pocos años.

 

En particular creemos que a partir de la firma de estos acuerdos conseguiremos muchísimos más materiales del Archivo Komintern que los que podrían obtenerse por la sola participación en el Proyecto Komintern. Tendremos prácticamente todo sobre Brigadistas, sobre Niños de la guerra y sobre Exilio español en Rusia,salvo claro está, lo conservado en los Archivos de la Lubianka. Además obtendremos abundante documentación sobre campos de refugiados en Francia, asesores soviéticos, y Partido Comunista de España, y también material cinematográfico y materiales impresos españoles de época.

 

Estos resultados se deben tanto a la excepcional valía como investigadores expertísimos de nuestro equipo ruso, especialmente Adelina Kondratieva, Josefina Iturriarán, Antonina Svershenska, etc., como de la feliz conclusión, con grandes esfuerzos nuestros, de los acuerdos necesarios entre el CIA y el Ministerio de Cultura español, acuerdos que han tenido una durísima y compleja gestación y han estado hasta su firma rodeados de continuados inconvenientes y escollos. La dificultad para alcanzar estos acuerdos puede indicarla el hecho de que por dos veces estuvieron a punto de romperse las negociaciones entre el CIA y el Ministerio, que hubiera producido como consecuencia  que el Estado español quedara fuera del acuerdo internacional sobre el Archivo Komintern y por tanto hubiera perdido derecho a obtener copia de lo que este proyecto ha de digitalizar e indizar. No se achaquen ahora ya culpas ni al gobierno español, ni al CIA, ni a la Dirección General de los Archivos de Rusia, pero quede constancia de lo complejo que ha sido labrar este conjunto de tratados, hoy felizmente firmados entre las partes, con nuestra continua intervención y presencia.

 

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Desde un principio nos habíamos planteado que la primera tarea a realizar era la de sensibilizar a los colectivos suceptibles de protagonismo en nuestro proyecto. Así, durante año y medio la labor fundamental ha sido la de visitar a los distintos colectivos: exiliados, brigadistas, niños de la guerra, resistentes, etc. allá donde se encontraban, para hacerles partícipes de nuestro trabajo. Sin quitar la gran importancia, urgencia y necesidad del trabajo académico, de lo que da fe por ejemplo la recopilación de historia oral llevada a cabo en México en los años 80, y sin que podamos dejar de lado la gran categoría moral de algunos de los que lo han realizado durante la larga noche del franquismo y en tiempos de democracia, no podemos dejar de reconocer que estos conjuntos de españoles del exilio y la represión nunca habían sentido que la sociedad española como tal se interesaba por ellos, no como fuente pura de documentación sino como españoles de fuera, del otro lado, como colectivo que sabe y tiene perfecta conciencia de lo muchísima que representan y sin los cuales nunca estará hecha la historia de España. Poco a poco han empezado a confiar en nosotros muchos de los miembros de estos colectivos, sobre todo cuando los niños han empezado a ver los primeros resultados reales de tipo administrativo, con iniciativas parlamentarias y reformas ministeriales que recogen su sentir y sus necesidades mas perentorias, y cuando los exiliados y brigadistas han empezado a ver que España les reclama sinceramente como algo inextricrablemente propio, como su verdadero corazón.

 

Como decía, desde el principio pensamos algunos que ésta era la labor prioritaria si no se quería caer una vez mas en el valioso y necesario pero siempre exclusivista trabajo de corte académico. Nuestra visión incluye eso, claro está, pero no podría quedarse en sólo eso. Era preciso que hubiera una profunda labor social y aún política e ideológica para que la sociedad española llegue a comprender su profundo trauma, sea consciente de su profunda invalidez, sólo superable cuando la historia de España llegue a ser verdaderamente la historia de su exilio y viceversa. Mientras, esta sociedad está truncada de sus mejores manos, de sus mejores piernas, y, de lo más importante, de cabeza y corazón. Nuestra tarea es lanzar ese diagnóstico a la cara de una sociedad cada día mas conformista y olvidadiza. Antes que sea tarde. Sin esa labor nunca habrá un verdadero Archivo General de la Guerra Civil, esa labor era necesaria y previa y así lo expusimos desde el principio y así ha sido afortunadamente entendido por ahora por los nucleos de exiliados, niños de la guerra, brigadistas y, desde ya, creemos por cada vez mas numerosos sectores de la propia sociedad española.

 

La segunda parte de nuestra tarea es crear estructura en España. El esfuerzo y sacrificio hecho para cubrir esta primera etapa sin medios, permite precisamente ahora comenzar a andar bien pertrechados con apoyo social y político claro, definido y sólido y con subvenciones y apoyos económicos y financieros. Naturalmente que en este primer periodo no hemos tenido ni local propio, ni personas empleadas, ni despachos, ni teléfonos, faxes ni ordenadores, más que prestados. De hecho no hemos podido trabajar al estilo de las ONG'S, ni somos una asociación de beneficencia ni un grupo de trabajo filantrópico, somos una asociación heredera de la tragedia de una durísima dictadura, que no quiere renunciar a su función política, y que para ello se apoya en la necesaria labor de recopìlación documental, archivística, académica, etc. Es para ello para lo que luchamos por la creación de un Archivo General de la Guerra Civil, para que no se puede ocultar ni olvidar por mas tiempo lo más noble, lo de más categoría moral, lo mejor de nuestra historia reciente. Nuestra voz ha de oirse, no han de quedar sólo cartas, fotos, memorias, queremos ser algo más que eso, ser nosotros mismos, los vencidos, sí, pero con una dignidad que nada ni nadie nos puede quitar y que hoy, antes que sea tarde, reivindicamos con legítimo orgullo. Queremos nuestras prisiones, nuestro exilio, nuestra hambre, nuestros paredones, porque ya que nos obligaron con terrible violencia a asumirlos, los queremos ahora mostrar a todos y llevar bien alto en nuestra memoria común. Nos vencieron entonces y nos mantuvieron bajo la bota militar cuarenta años pero nunca nos doblegaron y eso queremos decirlo bien alto, nunca dejamos de luchar por nuestros ideales, ni de reivindicar la libertad y la democracia. Aún la historia es nuestra, pero, ahora ya, por última vez. Esa es la verdadera razón de ser de ésta asociación.

 

Es en esta situación en la que hemos de enfrentar ahora nuevas tareas. La primera, organización, crear la estructura, la red social. Una estructura, una red que entrelace el exilio, la resistencia, los niños de la guerra, las brigadas, etc con la sociedad actual. Una red que abarque todo el Estado y todos aquellos países de referencia nuestra, una red con infinidad de nucleos en cada comunidad, ayuntamientos, asociaciones cívicas, sindicatos, parlamentos locales, etc. y que se sostiene sobre toda la ciudadanía y especialmente contando con profesores, periodistas, políticos, sindicalistas, intelectuales, jóvenes, etc. Una red, en suma, que estructure poco a poco la sociedad civil alrededor de su memoria histórica, esa deberá ser nuestra función.

 

Hemos organizado pues, una primera estructura con nucleos en Valencia, Barcelona, Bilbao y Sevilla, amén de Madrid, y con socios activos en muy diferentes lugares. De todo ello surge la financiación, los apoyos políticos, académicos, sociales, etc.

 

La propuesta con la que trabajamos en cada lugar y en nuestra relación con el gobierno central busca, el apoyo de entidades públicas o privadas suceptibles de mantener el proyecto: partidos políticos, sindicatos, cajas de ahorros, universidades, empresas públicas o privadas, fundaciones, etc, sin por ello renunciar a subvenciones sujetas a proyectos concretos. Y sobre todo buscamos abrir el abanico social, interesar a todos aquellos sectores que pueden sentir el proyecto como propio, sean estas instituciones públicas o privadas.

 

Además es preciso que el abanico político y social sea el más amplio posible. Necesitamos a los ayuntamientos y comunidades socialistas, nacionalistas, comunistas y republicanos en primer lugar, nada se hará verdadero sin ellos, y ellos y nosotros lo sabemos bien, y nos alegramos mucho de que así sea. Somos nosotros mismos sesenta años después.

 

Bajo la idea de que la creación de un Archivo General de la Guerra Civil no podía ser una labor confiada en exclusiva al Gobierno central, fuera este el que fuera, sino que debía ser enfocada siempre como una cuestión de Estado y contar desde el principio con el más amplio consenso, hemos trabajado para conseguir la participación de todas las Comunidades Autónomas en el mismo. Así hemos propuesto que con copia de todos los materiales recuperados gracias a su labor o con los recuperados por otras vías, se constituyan, en Sevilla un centro dedicado al exilio andaluz, en Valencia otro dedicado a Valencia, capital de la República, en Madrid uno dedicado a la defensa y cerco de Madrid, en Cataluña y Euskadi centros nacionales y en Albacete uno dedicado a las Brigadas Internacionales. Hay además una propuesta de la universidad de Salamanca para la constitución de un Instituto Universitario que naturalmente apoyamos con todo entusiasmo. Creemos imprescindible abrir también centros proximamente en Extremadura, Murcia, Galicia y Asturias.

 

Todos estos proyectos necesarios para que realmente la memoria historica vuelva y se fije solidamente en cada lugar y por tanto en todos los ciudadanos, han sido acogidos con entusiasmo por las diferentes fuerzas políticas y sociales que hemos contactado y con las que hemos negociado, y están preparándose para la firma convenios en este sentido en Valencia, Andalucía, Cataluña, Euskadi y Madrid. El proyecto de creación de un Centro de Documentación de las Brigadas Internacionales en Albacete nació hace cinco años de la mano de Adelina Kondratieva y varios estudiosos locales con el apoyo de la Diputación y el ayuntamiento entonces gobernado por socialistas, y se ha formalizado ahora.

Por lo demás el momento sin duda es muy bueno para nuestro proyecto, por confluencia de circunstancias políticas y sociales idoneas. No perdamos la oportunidad, no habrá otra. Sumemos, no restemos, abramos, no cerremos, es nuestra memoria, somos nosotros quienes la reclamamos, nadie lo hará por nosotros si no sabemos acertar.