logotipo.jpg (33581 bytes)

LEÓN FELIPE

ME VOY PORQUE LA TIERRA Y EL PAN Y LA LUZ YA NO SON MÍOS

  

Volveré mañana en el corcel del Viento.

Volveré. Y cuando vuelva, vosotros os estaréis yendo:

Vosotros los alcabaleros de la muerte, los centuriones

en acecho

bajo la gran ojiva de la puerta, los constructores de

ataúdes que al medir el cuerpo

amarillo de los que se van, con la cinta de metro y

medio

de los alfayates, decís siempre: ¡Cómo crecen los muertos!

¡Oh, sí! Los muertos crecen. El último traje que se

hicieron,

al amortajarlos ya les viene pequeño.

Crecen. Y apenas los entierran, rompen los tablones de

pino y los catafalcos de acero;

crecen después en la tumba, fuera de la caja, abren la

tierra como las semillas del centeno

y ya, bajo el sol y la lluvia, en el aire, sueltos,

y sin raíces, siguen y siguen creciendo.

Yo me voy a crecer con los muertos.

Volveré mañana en el corcel del Viento.

Volveré, ¡Y volveré crecido! Entonces vosotros que os

estaréis yendo

no me conoceréis. Mas cuando nos crucemos

en el puente, yo os diré con la mano:

¡Adiós, alcabaleros,

centuriones,

sepultureros!...

A crecer, a crecer,

a la tierra otra vez...

al agua,

al sol,

al Viento... al Viento...

¡Otra vez al Viento!