LEÓN FELIPE
España...la España inmortal de la sangre...
limita
al norte...con la pasión,
al oeste...con el orgullo,
al este...con el lago de los estoicos...
y al sur...con una puerta inmensa que mira al
Mar y a un cielo de nuevas constelaciones.
Por esta puerta salí yo...
Todos los poetas del Destierro...
y todos los españoles del Éxodo y del Llanto.
Por esta puerta nos empujó el Viento...la Historia...
la Gran Historia...Dios... hacia los
brazos abiertos de América...
La Historia...el Viento...Dios...se vale de
mil subterfugios y artimañas para que se cumplan
las profecías y lo que está escrito en los
libros sagrados desde hace muchos siglos...
A veces el hombre se confina voluntariamente
en su terruño...se apoltrona... y sólo le
gusta tomar el sol en el atrio de la iglesia
de su pueblo...
El español se había hecho hogareño y doméstico...
Aquel hijo de los conquistadores y de los misioneros
vivía ya solo como un maniático en su
casona solariega, comiéndose un puñado de
bellotas...
Creía que ya no tenía nada que hacer en el mundo...
y apenas se asomaba a la ventana...
Un día el Viento se levantó malhumorado...
y sacudió el polvo de la tierra...
El español no entendió aquel signo...
Entonces el Viento se hizo más fuerte...y lo
revolvió todo...
A esto ...lo llamamos Revolución...
Pero no era más que una triquiñuela del Viento.
Al final...después de mil episodios y disputas...
el Viento se hizo vendaval y
borrasca...y empujó a unos españoles...
a ciertos españoles elegidos...hacia la gran puerta que
mira al mar y a las estrellas...
Por allí salimos...
Por allí salí yo...
Por allí salieron los españoles del Éxodo y del Llanto.
Entonces Franco dijo:
"He limpiado la nación...
He arrojado de la Patria la carroña y la cizaña"...
Pero el Viento...La Historia...La Gran Historia...
Dios habló de esta manera:
¡He salvado la semilla mejor!...¡Y aquí nos trajo!