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LUIS CERNUDA

UN ESPAÑOL HABLA DE SU TIERRA

 

Las playas, parameras

al rubio sol durmiendo,

los oteros, las vegas

en paz, a solas, lejos;

 

los castillos, ermitas,

cortijos y conventos,

la vida con la historia,

tan dulces al recuerdo,

 

ellos, los vencedores

Caínes sempiternos,

de todo me arrancaron.

Me dejan el destierro.

 

Una mano divina

tú tierra alzó en mi cuerpo

y allí la voz dispuso

que hablase tu silencio.

 

Contigo solo estaba,

en ti sola creyendo;

pensar tu nombre ahora

envenena mis sueños.

 

Amargos son los días

de la vida, viviendo

sólo una larga espera

a fuerza de recuerdos.

 

Un día, tú ya libre

de la mentira de ellos,

me buscarás. Entonces

¿qué ha de decir un muerto?