Amigos del exilio

Gonzalo Romero Yáñez-Barnuevo y José Luis Corujo Jamart

Conozco a Gonzalo a través de nuestros amigos de la librería Arte de Madrid. Abogado, emigrante forzado por la dictadura franquista durante muchos años, ha  viajado por las rutas del exilio de Latino América y conocido a muchos españoles trasterrados. Hablando de libros, ya que estábamos en una librería, sale a relucir el libro de Carlota O'Neill, "Una mexicana en la guerra de España", y me comenta que él conoció hace muchos años a las dos hermanas, Mariela y Lotti, que ahora residen en Caracas. Le comento que alguna de ellas vá a venir a Madrid y cuando este hecho se produjo, nos acompañó a la tertulia que tuvimos en la sede de AGE. Gonzalo es una persona que a pesar del exilio, no ha perdido el sentido del humor, goza de un gran humanismo y de un profundo conocimiento político, unido a una disección en el análisis muy correcta, nada extremista, fruto de su mucho conocimiento y de su viajar por esos mundos.

Gonzalo nos introduce en la vida de José Luis Corujo Jamart (1912-1988), otro exilado, cuyo primer tomo de Memorias editó su hijo, José Luis Corujo Obaya (1939-1989) con el nombre "El Arrebol de la manzana" (veáse en Libros recomendados en esta Web). Este libro donado a nuestra biblioteca por Gonzalo Romero, nos refiere todos los pasos que dió en la contienda y en exilio posterior. Gijón, salida en barco hacia Valencia, integra el éxodo de refugiados de Argelès sur Mer, y hasta 1940 no consigue salir hacia Bolivia, ejerce como Jefe de Redacción de "La Razón", fue también Catedrático de Literatura Castellana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Mayor de San Andrés, así como Director de la imprenta universitaria.

En 1958, Corujo, forma parte de la Delegación de Asistencia técnica de las Naciones Unidas en Bolivia como miembro de la Unesco. Más tarde pasa a Caracas, tras el derrocamiento del dictador Pérez Jiménez, allí trabaja integrado en el periodismo en la revista "Época" y el periódico "La República", en la primera como Director Adjunto y en el segundo de Jefe de Redacción.

Tras muchas vicisitudes, fallece en Caracas el 26 de abril de 1988, en "acto de servicio" sentado ante la máquina de escribir y trabajando en su libro, que queda inconcluso de su dos siguientes partes, la segunda dedicada a   su estancia en Bolivia y la tercera que trataba su vida en Venezuela.