la rebelión de las mochilas

La ACES surgió para reemplazar a la difunta Feses... No tienen jerarquías, pero sí la fuerza de 60 liceos... y el "motor" son los más antiguos del centro. El arco de sus líderes va desde la UDI hasta los anarquistas, pasando por los apolíticos. Están diseñando su página web y ya sacaron un boletín con 8 mil ejemplares. Después del pase escolar seguirán con los reglamentos de los colegios, medidas disciplinarias, las embarazadas y la PAA.

Por Jéssica Henríquez de la Fuente

Los miles de colegiales marchando por el centro capitalino contra el pago del carné escolar fue "la" revelación de los últimos 10 días. Sin una estructura orgánica tradicional, los "pingüinos" -apodo por su vestimenta- lograron lo que muchas organizaciones gremiales quisieran: la masividad y fuerza que no se veía en las calles desde mediados de los 80.portada segunda

La primera manifestación la convocó el miércoles el Parlamento Juvenil. Llegaron más de 7 mil liceanos y, entre ellos, la Asociación Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES).

¿Resultado?

Además de 500 detenidos y daños millonarios provocados por una parte de los colegiales, el Parlamento Juvenil -hoy "interdicto" por algunos diputados que rechazaron el vandalismo- consiguió rebajar el valor del pase de $3.500 a 2.500 pesos.

Pero no fue suficiente para la mayoría de los escolares cuyos liceos están en el centro.

Entonces la ACES llamó a un paro indefinido y a su propia marcha. Nadie -incluyendo al Gobierno- daba un peso por esta agrupación que salió de las sombras... Error, porque lograron aglutinar a 4 mil muchachos que tras tres horas de caminata rompieron un nutrido cerrojo policial que pretendía impedirles el paso al centro.

Su rebeldía evocó las movilizaciones de la difunta Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (Feses), antes y durante la UP, de la que fueron líderes el ahora candidato a diputado Camilo Escalona (PS), Guillermo Yunge (DC, hoy embajador en Costa Rica) y Andrés Allamand, entonces líder juvenil del Partido Nacional.

Los nuevos líderes de la "rebelión de las mochilas" no se detendrán en la pelea por el pase escolar. Ya tienen una agenda de lucha para seguir saliendo a la calle, pero será "por temas prácticos, que vivimos día a día y no por asuntos políticos".

Quieren sacarse la mochila de "comunistas"

vocero aces¿De dónde surge la ACES?

El año pasado varios centros de alumnos -especialmente de la comuna de Santiago- comenzaron a juntarse creando pequeños "colectivos zonales" que en agosto confluyeron en un congreso estudiantil.

En esa reunión decidieron organizarse "en red" para coordinar problemas comunes "tomándose" el espacio que antes tenía la Feses, pero cambiando su estructura vertical por una completamente plana.

"La gente que llegaba a la Feses cargaba sobre sus espaldas una mochila muy pesada, porque siempre los tachaban de comunistas (según ellos la JJ.CC. manejaba la organización). En el congreso decidimos romper con ese cartel político, porque lo que nos interesa es trabajar por lo que pasa dentro de nuestros liceos", dice una de las voceras, Ursula Schuller.

De allí el nombre -asociación coordinadora- que como principal característica exhibe una mesa, donde no hay jefes. "Esto es más pluralista y más democrático, porque es una asamblea sin jerarquías, en donde todos están representados, todos tienen derecho a voz y voto", explica uno de los representantes, Gonzalo Ossandón, quien se define como "marxista, pero no comunista".

Y reflexiona: "es cierto que es más complicado sin alguien que dirija, pero es más participativo".

Ordenar la "bolsa de gatos"

Para que las reuniones de la asamblea (única instancia de decisión) no se transformen en una bolsa de gatos , eligen un moderador que se va rotando en junta, quien es el encargado de llevar el ritmo de las discusiones con el fin de que todos se escuchen. Y para asegurar la asistencia existe un comité coordinador estable -formado por 5 personas- que convoca y produce todo lo necesario para la asamblea.

En ellas se juntan representantes de todos los colegios asociados, que van desde presidentes de centros de alumnos hasta colegiales sin ningún cargo, pero que han sido elegidos en las asambleas internas de cada colegio.

Por ejemplo, los Liceos de Aplicación y el Liceo 7 de Providencia tienen estudiantes de cuarto y tercero medio como voceros ante la coordinadora, mientras que en el Darío Salas y el José Victorino Lastarria son los presidentes de sus centros de alumnos los que asumen esta función. En total, aseguran que agrupan a más de 60 colegios.

Insólitos lugares de reunión

Se juntan en cualquier parte.

Comenzaron en los colegios municipalizados de Santiago, porque a ellos pertenecen los dirigentes que más mueven la organización. De hecho, la mayor adhesión al paro que hoy cumple 4 días proviene de los liceos emblemáticos del centro: Instituto Nacional, Darío Salas, Aplicación, Barros Borgoño, Lastarria y el No. 1 de Niñas , que son los "motores" de la revuelta.

Sin embargo, estos colegios dejaron de prestar sus salas para las reuniones y los jóvenes se fueron a sesionar a los particulares subvencionados. Ahora, con la convocatoria que lograron las asambleas por el pase escolar (a las que asisten en promedio 100 voceros) se han conseguido locales más grandes con la CUT, estacionamientos subterráneos y hasta con ¡sindicatos de bancos!

Aunque podrían reunirse en plazas públicas, optaron por no hacerlo, porque temen que si Carabineros ve a un número tan grande de escolares, simplemente los detengan.

Políticos y no políticos

Les molesta que los traten de vincular con partidos políticos. Sobre todo porque en sus marchas nunca se vio una bandera partidista y ni un grito político más allá del cántico de "esa policía verde...".

En sus marchas ni siquiera hubo discursos (ni tampoco megáfonos), aunque sí algunos panfletos hechos en mimeógrafo en los cuales -tras un extenso argumento- llaman a mantener el paro y a la no violencia.

Sin embargo, reconocen que entre los voceros hay militantes políticos, como el presidente de la juventud de la UDI de Recoleta, Eduardo Folle (del Liceo Valentín Letelier). "Dijeron que esto era un colectivo de izquierda. Si es así, ¿cómo se explica que yo esté ahí? No hay distingo político y nunca ha habido problemas por eso. Allí hay un espacio para coordinar el descontento que tenemos..., ahora la chispa fue el pase escolar, después será otra cosa", dice Folle.

Ursula Schuller (del Liceo 7 y no le gusta aparecer fotografiada) agrega que "también hay militantes de la Juventud Comunista, otros de la Concertación (socialistas y democratacristianos) y los que no cachan nada de política. Y esto no es sólo discurso, porque por ejemplo yo soy anarquista y en esta instancia coordinadora me codeo con gente desde la UDI hasta la Jota, con los que coincidimos en este tema, que es práctico".

Pero fija los límites de esta unión: "Ahora, si nos ponemos hablar del rol que debe jugar el Estado, lo más probable es que no lleguemos a ninguna parte juntos. Lo tenemos claro. Por eso lucharemos por cosas concretas".

Su explicación de los desmanes

Y lo más concreto que tienen -en estos días- es el pase escolar, la excusa perfecta para aglutinar a los jóvenes ansiosos de ser considerados. Alegan que nadie les preguntó qué piensan acerca de la reforma educacional, qué sienten cuando sus compañeras embarazadas no pueden entrar a clases o lo que les pasa cuando se tienen que cortar el pelo, porque si no lo hacen serán suspendidos.

"Hemos crecido viendo que la única forma en que te pescan es cuando mueves masas y eso se hace en la calle. Nos pasaban a llevar como querían, así que nos aburrimos, nos organizamos y estamos aprovechando la coyuntura que nos une para luchar por lo que creemos justo", advierte otro de los voceros Lucas Castro, del Liceo Darío Salas.

Su compañera, del Colegio Juana de Ibarbourou, Loreto Solís agrega que al tema de los infiltrados en las protestas "no es nada fácil, porque siempre hay pequeños grupos que tiran piedras y hacen daño. Tratamos de hacer lo máximo para que no haya desmanes, pero hay gente que no tiene cultura cívica y que también son estudiantes".

Otros voceros -como Folle- creen que "para estos pequeños grupos agarrarse con los pacos debe ser como una terapia. Así como los chinos gritan para liberar tensiones, estos otros tiran piedras como una forma de atacar a la misma sociedad".

Lo cierto es que la coordinadora, al menos oficialmente, llama a no cometer desmanes... Y advierten irónicos que "lo que se propone la ACES... lo hace".

Las próximas batallas

Saben que ahora están en el clímax de su movimiento y que una vez que finalice el conflicto por el pase, decaerán en su presencia pública. Por eso están preocupados de diseñar una página web para difundir sus ideas y mantener el boletín que sacaron esta semana.

Advierten que hay otros temas que también les preocupan y que van a trabajar en ellos:

*Quieren modificar los reglamentos internos de los colegios, porque consideran que les prohíben muchas cosas, como no poder andar con el pelo un poco más abajo del cuello de la camisa o que en algunos colegios no los dejan entrar a clases si van con un chaleco en vez de vestón.

*También buscan revisar medidas disciplinarias de los profesores o inspectores.

*Que a sus compañeras embarazadas no las expulsen.

*Que la Prueba de Aptitud Académica es muy cara y lo que va a pasar este año con los alumnos de cuarto medio que no puedan entrar a la universidad, porque si rinden el examen el 2002 se enfrentarán a un nuevo instrumento, para el cual no han sido preparados.

*La discriminación que existe en algunos colegios, a los que no pueden ingresar por notas, plata o porque son hijos de padres separados.

"De pie"

En un boletín llamado "Estudiantes en Pie" -que editaron a propósito de esta movilización- llaman a no arrancar ante la policía "y si nos intentan reprimir sentémonos en el suelo y hagamos una cadena con nuestros brazos. El gobierno no quiere que sus guardianes del orden salgan por la tele deteniendo manifestantes pacíficos".

Imprimieron ocho mil ejemplares y pretenden mantenerlo como un medio de difusión dentro de los colegios.

Abril 2001