Xarxa Feminista PV

Un fallo judicial equivocado.

Lunes 11 de septiembre de 2006

Un fallo judicial equivocado

Mal llevamos los calores de este especial verano, pero si además el Tribunal Supremo nos regala sentencias en las que se afirma que la separación de sexos en las aulas no supone una discriminación, la indignación que nos produce su lectura aumenta la temperatura ambiental que es de por sí insoportable.

Nos dice en la argumentación la sección séptima de la Sala de lo Contencioso-administrativo del alto tribunal que la separación de sexos en las aulas es una opción más del modelo educativo y que, en consecuencia, puede recibir subvenciones por parte del Estado. ¿Cómo habrán interpretado los jueces el principio de que en ningún caso habrá discriminación en razón de sexo que la LOE establece al hablar de la admisión del alumnado? ¿Qué sucede si el padre o la madre de un niño decide que el colegio que mejor le viene por proximidad con su domicilio, es uno de niñas exclusivamente? Me surgen otra serie de interrogantes para los que no encuentro respuesta lógica en un momento en el que la mayor parte de la ciudadanía apostamos por caminar hacia la igualdad y por la superación de las trabas discriminatorias contra las mujeres, especialmente en el ámbito educativo.

Cuando hablamos de la discriminación histórica que venimos sufriendo las mujeres y analizamos concienzudamente todos los factores que contribuyen a ella, al final concluimos siempre que es un problema cultural y que aunque nos empeñemos en introducir medidas que palien esa histórica discriminación en algunos sectores de la sociedad si no partimos de ese cambio de mentalidad, forjado en gran medida en el ámbito educativo, iremos avanzando con dificultad por el camino de la igualdad.

El modelo educativo puede acentuar los roles que tradicionalmente la sociedad nos ha adjudicado a hombres y mujeres. Puede reforzar los estereotipos que nos marcan conductas propias también de hombres y de mujeres que cuando se transgreden tienen su penalización social correspondiente. Por ello, y a pesar de la sentencia del Tribunal Supremo, la conclusión lógica nos empuja a pensar que nunca estos centros que segregan al alumnado pueden estar sostenidos con fondos públicos, dado que éstos tienen que estar al servicio de la igualdad que recoge el preámbulo de la LOE.

No nos engañemos, si existen colegios de chicos y colegios de chicas es por que en ellos se imparten enseñanzas distintas. Enseñanzas propias de niños y de niñas, y además bien diferenciadas. No soy jurista, pero creo que los Magistrados del Tribunal Supremo han dictado sentencia de una manera un tanto superficial, sin tener en cuenta que la Constitución garantiza el derecho de los padres a elegir la enseñanza para sus hijos pero siempre y cuando este tipo de enseñanza no atente contra los Derechos Humanos. Con pleno convencimiento, afirmo que volver a una situación en que las discriminaciones se refuerzan a través de esos colegios, normalmente religiosos, a los que les interesa perpetuar roles superados, atenta contra una serie de principios constitucionales, sobre todo contra el artículo 9.2 y contra el artículo 14.

Y hablando de penalización social: llevamos en lo que va de año 45 mujeres asesinadas por sus compañeros sentimentales o excompañeros. La mayor parte de estas mujeres has sido asesinadas por “osar” transgredir una norma social que algunos hombres tienen muy interiorizada, a pesar de que la legislación amparaba su derecho a salir del infierno cotidiano en el que estas mujeres vivían.

Si de lo que se trata es de compartir todos los aspectos de la vida, mal lo tenemos si estos Colegios establecen diferencias tan profundas entre hombres y mujeres, hasta el punto de no convivir juntos en los primeros momentos de la vida que es cuando se forjan las mentalidades y sobre todo los valores.

Una vez más, las mujeres vemos con rabia e impotencia como los Tribunales de Justicia, no contribuyen a la superación de los factores de discriminación que tan terribles y nefastas consecuencias tienen para las mujeres en todos los ámbitos sociales.

Ofelia Vila Hernández Secretaria de la Mujer de la Confederación Sindical de CCOO PV

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