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Violencia machista bajo una mirada feminista

Martes 24 de noviembre de 2015

Resumen de la jornada sobre el tratamiento informativo de la violencia de género

19 noviembre 2015 Celia Pérez La Marea

“Algunos hombres no asumen que ha habido un cambio irreversible en la relación entre hombres y mujeres. Ahora las mujeres no están dispuestas a someterse”, Juana Gallego

MADRID // Ha bastado con que La Marea convocase a una reunión de trabajo sobre el tratamiento informativo de la violencia machista para que se pusiera de manifiesto la sensibilidad y la inquietud latente de varias decenas de personas que están deseando trabajar y volcarse para que la violencia de género pase a cobrar el tratamiento y la atención que merece en la sociedad, reconociendo que los medios de comunicación son la herramienta más importante de transmisión y de conexión con las personas.

La primera reunión se celebró en el Ayuntamiento de Madrid, que amablemente cedió una sala de reuniones bien equipada. Acudieron personas prestigiosas, profesionales de los medios, estudiosas y expertas en temas de feminismo, entre las que había algunos hombres y también invitadas oyentes de diferentes edades. Y desde el primer momento se respiró un ambiente que podría denominarse coloquialmente de “todas a una”. No hacían falta palabras, al entrar en la sala se podía percibir esa sensibilidad femenina que trataba de encontrar soluciones a los conflictos y no de provocarlos.

Hubo interesantes y espléndidas intervenciones de las asistentes, entre las que figuraban las universitarias Pilar López Díez, Juana Gallego y Ayala, Sonia Núñez Puente. Y también profesionales de medios de comunicación, como Anna Flotats de Público.es, Rafael Álvarez de El Mundo, Mariola Lourido de la SER, Montse Boix de TVE, Izaskun Sánchez de Diagonal, Pilar González de EFE Salud, Marta Pastor de RNE, Manu Mediavilla, Charo Nogueira, Celeste López de La Vanguardia, y Magda Bandera de La Marea, entre otras. También participaron representantes de asociaciones de mujeres como Marisa Soleto, de Fundación Mujeres.

Las exposiciones y el debate fueron muy fluidos, ya que las coincidencias como punto de partida eran evidentes: que la violencia machista es un problema subestimado y mal entendido de raíz en la sociedad patriarcal en que vivimos y que los medios juegan un papel fundamental como vehículo y herramienta de comunicación. Los medios ¿por qué no decirlo? ejercen un poder muy considerable sobre la conciencia de las personas. Por ende, los medios tienen una gran responsabilidad que hay que asumir.

Consensuado el problema, las asistentes pasaron a explicar los obstáculos existentes actualmente y expusieron ideas y propuestas de cambios y sugerencias que servirán para el trabajo que, sin duda, ya ha empezado a partir de esta primera jornada.

Pilar López Díez, doctora en Comunicación y responsable de la redacción de cuatro decálogos para tratar el tema de violencia de género en los medios, recordó el lema de la BBC sobre la misión de los medios de comunicación: “to inform, to educate, to entertain” (informar, educar y entretener, por este orden). Y a partir de esta premisa, se empezaron a desarrollar las ideas principales.

Normalmente se informa mal. Cuando hay una noticia de violencia de género, se recurre a eufemismos, se eluden las palabras delito, asesinato, terrorismo machista, patriarcado, etc. El asesino suele aparecer como presunto y velado. Se presenta la noticia como un suceso, un evento inexplicable, imprevisible e inevitable cuando no lo es, porque se puede buscar la explicación, argumentó Juana Gallego. Y se minimizan las violaciones de los derechos humanos como la prostitución o el acoso a mujeres, en lugar de tratarlos como violencia machista.

Este vocabulario y las siniestras e inadecuadas imágenes que se divulgan en los medios van penetrando de forma subliminal en el inconsciente colectivo y terminan banalizando y frivolizando la violencia machista, crean estereotipos e invitan a los/las receptores/as de la información a pensar que “eso no va con ellos/ellas”, “que es un hecho puntual que no tiene por qué sucederles a ellos/ellas”. Y esta falta de sensibilidad se extiende al interior de los medios y a las personas que trabajan en ellos, aunque se trate de mujeres.

¿Y qué decir de la precariedad económica, en personal y en formación de este personal dentro de los propios medios, precariedad también en asesoramiento y colaboración por parte de especialistas y expertos? Los directores y jefes que, salvo alguna rara excepción, son hombres, no tienen interés alguno en que los problemas de violencia machista, que para más inri “no venden”, vayan adquiriendo el lugar de lacra social que les corresponde.

¿Cómo conseguir que esas noticias sean atractivas y se lean con interés? Seguramente contando las historias, como sugirió Pilar López Díez, y emocionando y explicando que “algunos hombres no asumen que ha habido un cambio irreversible en la relación entre hombres y mujeres. Ahora las mujeres no están dispuestas a someterse”, como nos dice Juana Gallego y Ayala.

La jornada concluyó con un gran ánimo para seguir trabajando con una premisa importante: es fundamental el empoderamiento de la mujer, acabando con la victimización e involucrando a los hombres.

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