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Uno de cada cuatro casos de violencia machista en la universidad lo perpetran docentes

Martes 17 de enero de 2017

Un 62% de alumnos españoles es testigo o víctima de situaciones de violencia machista pero pocos las identifican en un primer momento

"El profesor ocupa una posición de poder en la institución, lo que facilita el ejercicio de la violencia"

Agresiones invisibles

BORJA RODRIGO Madrid 13/01/2017 El Mundo

"Te insulta", "Coloca sus manos en partes íntimas de tu cuerpo", "Te sigue persistentemente", "Te intimida o amenaza" ... Los abusos sexuales destapados en la Universidad de Sevilla ponen de relieve que los campus universitarios no están aislados de la violencia machista. Universitarias y profesoras son agredidas y en uno de cada cuatro casos los docentes son quienes perpetran estos abusos, según la investigación "Rompiendo el silencio en las universidades españolas".

Las agresiones mencionadas reflejan los abusos que el 62% del alumnado admite haber sido víctima o testigo. Cuatro investigadoras de la Universidad de Barcelona, Girona y Rovira Virgili son las autoras de este estudio, el primero realizado sobre violencia machista en los campus universitarios españoles. El trabajo de investigación, para el que encuestaron a 1.083 estudiantes, arroja que el 91 % de las víctimas optó por no denunciar al agresor.

"El profesor ocupa una posición de poder en la institución, lo que facilita el ejercicio de la violencia. Los autores siempre son personas que creen que pueden hacerlo con impunidad en un contexto en el que no se va a atacar su comportamiento", explica a EL MUNDO Patricia Melgar, coautora de la investigación que ha sido publicada en la revista Violence Against Women.

Pero muchas entran en una espiral del silencio de agresiones mediante el miedo que ejercen sobre ellas. Cuando el docente es el agresor "existe un componente de autoridad, esos profesores deciden las calificaciones o comparten departamento con otros docentes y quienes apoyan a las víctimas son perseguidos en su intimidad".

El segundo componente cómplice de lo que Melgar llama "ley del silencio" consiste en "mirar hacia otro lado. Es un problema que todo el mundo conoce pero del que nadie habla". Y la situación de un profesor agresor es cíclica: "Salvo si un testigo, ya sea otro docente o un alumno, denuncia la situación, esta se vuelve a repetir. Cada curso un docente tiene por cada materia que imparte unos cien alumnos nuevos", por los que los casos se multiplican cada año, advierte Melgar.

La investigación señala además que en el 84% de los casos el agresor conocía a su víctima y el perfil de mujer fue el más común entre las víctimas con un 92%.

Sin embargo, existe otro factor que favorece la violencia machista en los campus, admite esta investigadora, y es que la mayoría de encuestados no identifican las situaciones de control o humillación como un tipo de violencia. Cuando a los estudiantes se les preguntó si eran víctimas o conocedores de algún caso de violencia a las mujeres, sólo uno de cada diez respondió de manera afirmativa.

Después, se les proporcionó una lista con una serie de situaciones como las anteriormente citadas. Les fue realizada la misma pregunta y la cifra aumentó hasta el 63%. El estudio arroja también que ellas (56%) reconocieron más situaciones de las descritas como violencia que ellos (42%) como casos de violencia de género.

Los abusos del ya ex docente de la Universidad de Sevilla a tres profesoras y una becaria es el último que ha saltado a ña actualidad. El juez considera que la Hispalense fue responsable no sólo de la condición de funcionario del condenado, sino también de que las agredidas pusieran los hechos en conocimiento de otro docente y no los denunciara.

"Cuando conoces el contexto universitario sabes que estas cifras pueden ser elevadas", admite sobre los datos que arroja esta investigación y que no sorprendieron a estas cuatro investigadoras. Sí lo hizo un número en particular: el 69% de los encuestados tenía dudas respecto a si la universidad apoyaría a las víctimas de violencia machista.

La investigación contrapone también dos cifras. Mientras que el 66% de las víctimas le contaron a alguien que se habían encontrado en esta situación, sólo el 8% de los casos fueron denunciados. La violencia machista "debe atacarse desde una doble vía: la intervención del testigo y la intransigencia hacia el agresor. Es necesario que desde la comunidad universitaria nos solidaricemos y apoyemos a las víctimas".

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