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Surrofair: el negocio de la gestación subrogada

Lunes 8 de mayo de 2017

Este fin de semana se celebra en Madrid el mayor evento de promoción de gestación subrogada en España.

La recién constituida Red Estatal contra el Alquiler de Vientres denunció la feria ante la Fiscalía.

Alba Mareca 06-05-2017 La Marea

Este fin de semana se celebra en Madrid el mayor evento de promoción de gestación subrogada en España: Surrofair. Ni las denuncias a la Fiscalía por parte de la recién constituida Red Estatal contra el Alquiler de Vientres, ni la cancelación del acuerdo por parte del Hotel Meliá Avenida América —espacio que en un principio iba a acoger la feria— lo han impedido.

En los últimos días, desde la organización anunciaban en su página web el nuevo emplazamiento: el Hotel Weare Chamartín, cobijado en la estación madrileña del mismo nombre, mientras aseguraban que tomarán “las medidas legales oportunas” contra el Meliá Avenida America, que no ha aclarado los motivos de ruptura del acuerdo.

Así, este sábado, una veintena de agencias estadounidenses, ucranianas y canadienses —países donde la gestación subrogada sí es legal—, junto a otras españolas, se daban cita para promocionar sus técnicas y tratamientos: desde la donación de óvulos o esperma, hasta la fecundación in vitro o la transferencia del embrión a una mujer que gestará y parirá el bebé —la práctica que legalmente se conoce como gestación subrogada y que es ilegal en España—.

No obstante, sus servicios no terminan ahí: la coordinación del proceso en su totalidad, con una disponibilidad permanente, el acompañamiento psicológico para todos los implicados, la asesoría y el control de los aspectos legales, los procedimientos médicos y los seguros médicos y de vida, así como la recuperación post-parto de la mujer gestante, hacen que un “programa completo” supere los 100.000 euros. Al menos, en Estados Unidos, donde hay Estados, como California o Illinois, que permiten esta práctica de manera clara en su legislación. “Quienes no pueden afrontar los costes del proceso en Estados Unidos pueden irse a Ucrania, siempre que sean parejas heterosexuales casadas, allí es más asequible” explica una promotora de la feria. En este país, el coste total de un programa similar ronda los 50.000 euros y cubre viajes, servicio de intérprete, niñera, selección del sexo del bebé e incluso el cambio de la gestante.

Empresas como SurroBaby tienen Ucrania, Canadá y Estados Unidos entre sus posibles destinos y otras, como Building Families u Open Arms, solo operan en este último. Pero todas tienen algo en común: hacer de la felicidad y los sueños su estrategia de márketing. “We have the happiest Eggs Donors” —tenemos las donantes de óvulos más felices— alerta un cartel colocado en el expositor de la clínica EggHelpers, que en su panfleto informativo aclara que “descartamos a aquellas mujeres cuyos antecedentes médicos o sociales las hacen no aptas para donar óvulos”.

Rodeados de fotos de bebés blancos sonrientes junto a mujeres y hombres también blancos, se leen otros slogans que siguen esta línea: el “Todo parece imposible hasta que se hace” de Surrofamily, el “Desafiando al destino” de SurroConexión o el “Construye la familia de tus sueños”, de Building Families.

Las mujeres gestantes son la parte olvidada de Surrofair. Varias promotoras insisten en el carácter invisible de su papel: “Nos aseguramos de que las gestantes tengan muy claro que no son las madres del bebé”, explica una de ellas. Otra señala que, aunque lo ideal es establecer una relación entre los padres de intención —así es como se llama a quienes solicitan que una mujer geste a su bebé— y las gestantes, “hay quien prefiere no hacerlo y es respetable”. Eso sí, “un matching perfecto es fundamental para que el resto del proceso se desarrolle de forma satisfactoria”, reiteran desde el folleto informativo de Building Families. Algunos agencias incluyen en su programa la posibilidad de cambiar de mujer gestante, que a menudo es elegida por la propia empresa.

Protesta contra los vientres de alquiler

Durante la celebración de la feria este sábado, un centenar de personas aproximadamente se han concentrado en la puerta del Hotel Weare Chamartín para protestar por lo que consideran “una feria de úteros”. “Esto es un mercado de mujeres y de niños y las personas ni se compran ni se venden”, ha denunciado Alicia Mirayes, de la Red Estatal contra el Alquiler de Vientres, que ha calificado el evento de “clandestino”. “En el hotel ni siquiera hay un cartel que indique que la feria es aquí, se están escondiendo y por algo será”, explica la portavoz en relación con la quinta edición de Surrofair.

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