Xarxa Feminista PV
Portada del sitio > VIOLENCIA > Retos de la lucha contra la violencia de género

Retos de la lucha contra la violencia de género

Viernes 29 de enero de 2016

"Es impensable que nadie diga nada de un problema por el que han muerto 56 personas" en un año

MARÍA HERNÁNDEZ Madrid El Mundo 28/01/2016

No ha pasado un mes y la violencia de género ya se ha cobrado ocho víctimas en lo que va de 2016. Este tipo de asesinatos tienen un detonante particular que los diferencia del resto de muertes violentas: el machismo. A cada mujer se la mata por el hecho de ser mujer, por una concepción de superioridad del sexo masculino que sigue aplicando la máxima de "la maté porque era mía".

España aprobó en 2004 la Ley de Medidas Integrales contra la Violencia de Género que colocó al país a la cabeza en la lucha contra esta lacra que de manera más o menos silenciosa y silenciada se extiende por países de todo el mundo.

Once años después de la entrada en vigor de la norma, expertos, asociaciones, y agentes implicados en la batalla coinciden en que queda mucho por hacer. Una víctima ya son muchas víctimas. Por eso en EL MUNDO hemos recopilado algunos de los retos que políticos, jueces y la sociedad en general deberían tener en cuenta para que la mujer hallada sin vida en Avilés sea la última de esta negra lista.

La primera asesinada de este año tenía 43 años, era de nacionalidad rumana y vivía en el madrileño distrito de Hortaleza. El supuesto agresor no tenía orden de alejamiento, pero sí constaba una denuncia contra él interpuesta hace años.

"Hay que apoyar a las víctimas y dotarlas de todos los recursos materiales, económicos y de refuerzo que necesiten. Que se las proteja y, sobre todo, que no se les culpe de la situación que viven". Habla Gabriela Moriana, portavoz de la Marcha Mundial de Mujeres de Valencia.

Protección de las víctimas. A eso apuntan también Marisa Soleto, Directora de la Fundación Mujeres y Amalia Fernández, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.

"Hace tres años las valoraciones del riesgo disminuyeron de forma inexplicable. En más ocasiones de las que nos gustaría las medidas de protección no son efectivas. Mujeres que son asesinadas incluso cuando tienen o han tenido una orden de protección son ’errores’ fatales que no nos podemos permitir", enumera Soleto.

Amalia Fernández añade que se necesitan más exámenes forenses urgentes para valorar el riesgo y cuestionarios de calidad que valoren la asistencia jurídica, social y psicológica que están recibiendo. "Tenemos que asegurarnos de que están siendo bien atendidas, porque a veces esas personas que deben asesorarlas piensan que las víctimas están mintiendo".

Algunas de las decisiones más cuestionadas proceden, precisamente, del ámbito judicial y, más en concreto, de los jueces. "No todos están los suficientemente formados para identificar síntomas de la violencia de género, por eso el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tendría que articular una formación real y evaluable de los magistrados", apunta Ángeles Álvarez, secretaria de Igualdad y Diversidad en el PSOE de Madrid.

"Hay resoluciones diversas y muy contradictorias de unos casos a otros", comenta Amalia Fernández, quien apuesta por explorar las diferencias entre juzgados en cuanto a la concesión de medidas de protección y las condenas.

Las condenas, otro de los caballos de batalla de esta lacra. "La inmensa mayoría de ellas se cumplen a través de penas sustitutivas, trabajos a beneficio de la comunidad o suspensiones que en algunos casos no han permitido ni la rehabilitación del maltratador, ni lo que es más importante, la protección de las víctimas". Las palabras de Marisa Soleto son tan contundentes como desesperanzadoras. Menores

No menos desesperanzadora es la situación de los menores: los que padecen la violencia, los que se quedan huérfanos o los que también son asesinados.

Nadie avisó a Candela y Amaya de que su padre, David Oubel (40), las utilizaría para vengarse de su madre. Nadie había valorado hasta ese momento el riesgo al que se exponían las pequeñas, de 4 y 9 años, en las visitas a su progenitor. Nadie pensó que el presunto agresor podría matar a las niñas con una radial. Pero lo hizo.

"Hay que llevar a cabo valoraciones forenses específicas para determinar el riesgo que pueda existir para los menores y establecer medidas que garanticen nuevos derechos a los hijos de las víctimas".

En casos de orfandad, Ángeles Álvarez también reivindica que los derechos que tenía la madre asesinada "reviertan en las personas que asumen la patria potestad de los menores". La socialista rememora un caso en la Comunidad de Madrid en el que las hermanas de la fallecida se hicieron cargo de su hijo, pero la falta de medios hizo que finalmente el menor acabara en un centro asistencial. "Es como un doble castigo".

Y luego está el castigo del olvido. Ni Candela, ni Amaya, ni Laura, ni Magdalena, ni Natividad, ni Manuel se consideran asesinatos por violencia de género. "El impacto es mayor de lo que dicen las estadísticas. Las otras personas que también han sido asesinadas en crímenes machistas tienen que ser contabilizadas y tratadas como tal". A pesar de la histórica insistencia en esta reivindicación, sigue siendo eso, una reivindicación que aquí apunta Ángeles Álvarez. Ella y el resto de las mujeres consultadas por este artículo claman para que pase a ser una realidad.

¿Y dónde quedan las administraciones públicas? ¿Dónde los políticos? Parece que todo se olvida después de la fotografía tras la pancarta y del mensaje protocolario de condena, pero hace falta mirar a la bestia de frente.

"Los poderes públicos deben ponerse las pilas y dejar de recortar en servicios de igualdad", apunta Moraina. "Retomar el plan nacional de prevención que ya contempla la Ley contra la Violencia de Género y derogar la nueva Ley de Régimen Local", añade Álvarez. De acuerdo con esta norma, los ayuntamientos pierden competencias en Igualdad, lo cual significa que merman los recursos de los servicios de proximidad, de los servicios sociales y de los centros locales de apoyo a la mujer, herramientas todas ellas fundamentales para detectar y tratar casos de malos tratos, especialmente en el ámbito rural.

También quieren que se avance en la tarea de educar en igualdad y sensibilizar a la población, "cuidar los mensajes en los colegios y en los medios de comunicación", insiste Amalia Fernández.

"Se educa de forma desigual a niñas y niños, con el pensamiento de que las chicas son suyas y pueden hacer lo que quieran. Por creencia machista que cosifica a las mujeres y se las convierte en objetos", se queja Gabriela Moriana.

Quizá por este motivo a muchas personas les cuesta reconocer y penalizar el machismo diario: el rosa y el azul, la falta de paridad, la diferencia de sueldos, las responsabilidades domésticas, el aspecto físico de tal o cual mujer...

Como un organismo inmunizado contra un virus, la sociedad asimila la desigualdad y la incorpora como natural. Aunque no lo sea. "Es impensable que en cualquier conflicto en el que mueren 56 personas nadie diga nada [balance oficial de víctimas de 2015]. Es impensable que no pase nada. No queremos seguir permitiendo que la sociedad no considere que es un problema importantísimo, una cuestión de dignidad. Es muy doloroso estar siempre empezando, pero hay muchas cosas que hacer y sabemos cuáles son". Es el mensaje de Gabriela Moriana dirigido a quien quiera dejar de ser cómplice de una violencia que no debería seguir sumando víctimas.

Comentar esta breve

SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0