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Mujeres y niñas, las más vulnerables en los campos de refugiados en Haití

Miércoles 22 de enero de 2014

Al no confiar en que la policía las vaya a proteger, prefieren callar por miedo a las venganzas

Madrid, 16 ene. 14. AmecoPress/Lainformación.com.

Este domingo se cumplen cuatro años del devastador terremoto que sacudió Haití y que dejó miles de muertos, heridos y desplazados. Aunque la situación del país ha ido mejorando año tras año, son muchas las familias que todavía dependen de los campos de refugiados para poder sobrevivir. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 146.573 personas siguen bajo el techo de campamentos que se encuentras en condiciones pésimas.

Pero las más afectadas de esta situación son las mujeres y las niñas. No solo tienen que soportar el día a día en un lugar que no es su hogar, sino que además deben estar alerta continuamente por el peligro de agresión sexual que las acecha y que las hace vivir con miedo desde que se levantan hasta que se acuestan, e incluso durmiendo. Las autoridades no hacen nada y los agresores quedan indemnes Las violaciones en los refugios no son una novedad cuatro años después, y el pánico a la venganza y la falta de medios, hace que las mujeres no denuncien los hechos, tal y como denuncia Amnistía Internacional (AI).

Pascaline, una joven de 21 años, lleva viviendo en uno de estos campos en Puerto Príncipe desde la catástrofe en 2010. Una noche se encontraba sola en su tienda cuando un hombre entró, la violó y le pegó. Ninguno de los vecinos hizo nada a pesar de los gritos, ya que creían que estaba con su compañero sentimental.

Esta joven tuvo que recibir asistencia médica y se atrevió a poner una denuncia a la policía. ¿Qué pasó? Nada. Las autoridades no llevaron a cabo ningún tipo de investigación y su agresor continuó libre en el campamento. Desde ese día, Pascaline vive con miedo ya que le ve a veces en el campo de refugiados y tiene miedo de que él pueda matarla si se entera que ha denunciado el delito.

Otro ejemplo es el de Celine, una pequeña de ocho años que tuvo que quedarse sola en su tienda mientras su madre se iba a trabajar. La niña fue violada en su ausencia porque nadie pudo hacerse cargo ese día de ella.

La falta de letrinas para orinar también es un peligro para las niñas y mujeres al tener que alejarse del campamento para hacer sus necesidades. Esto fue lo que le pasó a Fabienne, de 15 años, violada tras alejarse de su tienda para orinar. Su madre denunció, pero no le facilitaron ningún tipo de información ni consejo.

Amnistía Internacional denuncia que son muchos los casos de violencia sexual contra las haitianas que se encuentran en los campos de refugiados y que no denuncian. Al no confiar en que la policía las vaya a proteger, prefieren callar por miedo a las venganzas. Además, las mujeres y las niñas que viven en los campos carecen de una mínima información sobre la existencia de servicios de respuesta a la violencia sexual. Así, los responsables no sufren castigo alguno mientras las víctimas siguen desprotegidas.

Apenas hay agentes de policía en los campamentos

A Amnistía Internacional le preocupa la ausencia casi total de agentes de policía en los campos. Esta falta de medidas preventivas y de protección, junto con la promiscuidad y la falta de iluminación y de instalaciones sanitarias adecuadas en la mayoría de los campos aumentan la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas.

Las autoridades haitianas han reconocido que, hasta el momento, la respuesta ha sido insuficiente y que, a pesar de la capacidad limitada de las fuerzas de la policía en la situación actual, es necesario hacer más de manera urgente. No obstante, no han tomado las medidas adecuadas para proteger los derechos de las mujeres y las niñas.

Amnistía Internacional insta a las autoridades a que escuchen la llamada de una de las víctimas de la violencia sexual: “Tenéis que proteger a las niñas porque no quiero que nadie pase lo que yo he vivido”.

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