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Los jueces que deciden sobre la vida de mujeres no tienen una preparación especializada

Jueves 26 de noviembre de 2015

Yolanda Martos BEZ 25-11-2015

Cada vez que una mujer es asesinada por violencia de género se deja bien claro si había o no denunciado, si tenía orden de alejamiento, o si había quebrado la orden. Lo que se ha quedado siempre en el aire es qué ocurre con aquellos jueces que absuelven al denunciado, niegan la orden de alejamiento, y éste, después, asesina a la mujer, o a los hijos. Hasta ahora, no ocurre nada.

Los jueces explican sus decisiones por la falta de indicios probatorios, pero los jueces que deciden sobre la vida de mujeres y niños o niñas no tienen una preparación específica. Solo una formación online de un mes.

Los delitos por violencia de género son los únicos en que se pone en duda la credibilidad de las denunciantes. Se puede denunciar un robo y el juez no piensa que mienta la persona denunciante ni se absuelve al ladrón, en todo caso, se archiva. En los casos de violencia de género el procedimiento es distinto. El juez valora a tenor de la prueba y la fundamentación que se utiliza es que no haya contradicción entre víctima y acusado. Como la valoración de la prueba es libre, las sentencias de distintos jueces por casos semejantes pueden ser muy diferentes, tanto como ir de la condena a la absolución. O tan peligrosas como las que obligan a la maltratada a vivir con el agresor.

En la Audiencia Provincial de Murcia es donde más sentencias benévolas se han pronunciado, llegando algún magistrado a desafiar al sentido común. La Audiencia de Sevilla se hizo famosa por los criterios del juez Serrano, ya inhabilitado por prevaricación. Pero en Madrid tampoco es muy distinto. "La Audiencia Provincial de Madrid ha tardado cinco meses- dice Fabiola Pons del Villar, abogada- en confirmar una sentencia de la juez negando la orden de alejamiento y, entremedias, la orden tuvo que concederse porque el denunciado quería matarla”.

Sin herramientas ni recursos

En España hay 107 Juzgados de Violencia contra la Mujer. En la Comunidad de Madrid hay 23, 11 situados en la calle Manuel Tovar de la capital. Estos se vieron burlados con carteles insultantes horas después de la Marcha #7N. “He tenido que trabajar en casi todos ellos- sigue Fabiola- y no hay muchas diferencias. Para que a una mujer le hagan caso tiene que ir con serias lesiones. En esto se comportan por igual las magistradas que los magistrados, y en mi experiencia diría que las jueces mujeres son tan severas con las maltratadas como puedan serlo los jueces o aún más”

Los jueces no pueden estar huérfanos de herramientas. Necesitan unidades de valoración formadas por trabajadores sociales, psicólogos y médicos

Amalia Fernández

Asociación de Mujeres Juristas

Actualmente, no es necesaria ninguna preparación para ser juez de Violencia contra la Mujer. Basta con que lo soliciten. Sin embargo, sí se exige a los jueces de lo mercantil una formación especializada y unas prácticas para poder enfrentarse a delitos económicos. Desde la Asociación de Mujeres Juristas Themis, se pide que los jueces que van a decidir sobre la vida de mujeres y niños, se preparen adecuadamente para este cometido: “jueces, fiscales y forenses – dice Amalia Fernández Doyague, presidenta de Themis- tienen que recibir una formación. Pero no basta, porque, al margen de ideologías y estigmas, que ya ha reprochado Europa a España, los jueces no pueden estar huérfanos de herramientas. Necesitan unidades de valoración formadas por trabajadores sociales, psicólogos y médicos que les acerquen las circunstancias del caso que se les presenta porque, a menudo, no saben que una mujer maltratada acude con estrés postraumático quita importancia a hechos clave para juzgar, o entra en contradicciones por su confusión. Los jueces, sin conocer la idiosincrasia de la víctima, suelen valorar por el hecho concreto denunciado y este, a veces difícil de probar, ha sido sólo el último de una cadena de maltrato de años. Los maltratadores no siempre van dando puñetazos, hay que valorar la actitud de dominio, que está detrás, aunque aparezcan socialmente como seres maravillosos”

En julio, la ONU pedía a España que la formación de jueces en este ámbito fuese obligatoria, y más allá de la actual preparación online que dura un mes. El Consejo General del Poder Judicial podría hacer una propuesta en ese sentido, pero es al Ministerio de Justicia a quien le corresponde, y en cuestión de combatir la violencia de género, ya se ha visto diezmado el presupuesto en casi 17 millones de euros en los últimos cuatro años.

A la falta de preparación especializada de jueces, y de equipo de valoración que les apoye, se han unido los recortes en asistencia puntual

A la falta de preparación especializada de jueces, y de equipo de valoración que les apoye, se han unido los recortes en asistencia puntual, y desde hace días, están sin psicólogas ni trabajadores sociales las mujeres que llegan a los juzgados madrileños, con las consecuencias que conlleva. “Es muy raro que una mujer maltratada denuncie sin un detonante- sigue Fabiola Pons- Normalmente, viene de atrás y un episodio violento les hace denunciar. Llegan con lesiones graves y apenas pueden hablar. En esos momentos necesitan asistencia psicológica que le permita poder expresarse, porque su testimonio puede ser confuso o perjudicarle ante un juez”.

Centros de asistencia primaria

La colaboración de los centros de asistencia primaria sería otra pieza fundamental entre las herramientas de que podrían valerse los y las jueces de Violencia contra la Mujer. Cuando una mujer acude con frecuencia a su médico de familia, con distintos síntomas, puede haber detrás un maltrato psicológico continuado que ella no sabe o no quiere reconocer. “Para averiguarlo, sigue Amalia Fernández, habría que aprender a preguntar a la paciente hasta descubrir si tiene un problema ajeno a la enfermedad. El informe de médicos de atención primaria sería muy importante para que los jueces conociesen la realidad”.

Con una reciente crecida de asesinatos, el trabajo del día a día se sigue realizando a título personal, y cuando la Ley lo permite, las actuaciones arbitrarias de los jueces se reclaman.

“Yo he pedido, asegura Fabiola Pons, la nulidad de actuaciones de la juez de Alcobendas, porque tras insistir en que el maltrato era continuo, y el hombre la obligada a comer los restos que él dejaba, la juez ha desestimado todos nuestros recursos y ha condenado a la mujer a pagar la mitad de la hipoteca de un bien privativo del marido “.

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