Miércoles 30 de junio de 2010
Texto de Isabel Ramos Rioja
Fotos de Roser Vilallonga
Aunque uno de los capítulos más largos del Corán esté dedicado a las mujeres, en lo concerniente a su indumentaria sólo hay tres directrices en el libro sagrado de los musulmanes: que vistan correctamente, que se cubran el pecho y que alarguen su ropa. Sin especificar qué es vestir con modestia o cuán largas deben ser las prendas que lleven. Esto ha dado lugar a múltiples interpretaciones por los ulemas (los sabios), expertos en islam no musulmanes y los creyentes. El debate está en Europa. En España, varios ayuntamientos ya han prohibido el uso del velo integral (que sólo deja a la vista los ojos, o incluso los cubre con una gasa) en dependencias municipales.
En La Meca, el lugar más sagrado para los musulmanes, las mujeres que acuden en peregrinación deben ir con la cara y las manos al descubierto. Quienes viven, y sufren a veces, estas discusiones son muchachas y mujeres. Y ¿qué dicen ellas? El Magazine ha hablado con cuatro procedentes de Marruecos –donde el uso del niqab y guantes negros aumenta día a día– y que viven en España. Así se manifiestan las mujeres que hay detrás del velo.