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La patología inventada que puede llevar a la cárcel a Susana Guerrero

Martes 14 de febrero de 2017

Saltamos.net 08-02-2017

Texto: Teresa García Espejo / Foto: David Fernández

Un tribunal de Talavera de la Reina (Toledo) ha aceptado el controvertido Síndrome de Alienación Parental (SAP) en la causa contra Susana Guerrero, acusada de incumplir el régimen de visitas de su hija y de denunciar en falso abusos sexuales.

“El objetivo lo tienen claro: meterme presa”, exclama con rotundidad Susana Guerrero, madre que lleva denunciando desde hace años los abusos que su hija sufre a manos de su padre.

Susana está a la espera de ir a juicio en Talavera de la Reina, acusada de incumplir el régimen de visitas de su hija con su padre y de interponer una denuncia falsa de abusos sexuales a la niña, delitos por los que se podría enfrentar hasta a tres años de cárcel. “Has hablado demasiado y presa estás mejor. Entonces, pueden mandar a mi hija con un violador, que ellos saben a la perfección que lo es, y que ha sido denunciado por abusos sexuales a otros menores”, continúa.

" Has hablado demasiado y presa estás mejor. Entonces, pueden mandar a mi hija con un violador"

Con 29 años de edad, este juicio es el nuevo envite que tiene que enfrentar en su larga lucha por obtener una vida libre de malos tratos contra ella y contra su hija Nayara. Guerrero sostiene que este juzgado quiere llevarla a prisión para evitar reconocer la responsabilidad del Estado por no haberla protegido desde niña de los abusos que ha sufrido a lo largo de su vida.

Susana Guerrero nació en una familia con problemas y pasó su infancia en distintos centros de menores donde, según su relato, fue víctima de agresiones físicas y psíquicas hasta que fue adoptada por un matrimonio.

Con 13 años, su padre adoptivo empezó a abusar sexualmente de ella y a los 17 la dejó embarazada de Nayara. Cuando su hija tenía dos años, a los abusos sexuales que padecía Susana se sumaron las agresiones físicas. Después de sufrir una paliza, Susana le denunció y huyó. Él fue condenado por violencia de género en el juzgado de Talavera.

Unos años más tarde, Susana intentó empezar una nueva vida en Canarias con su hija que ya había cumplido 6 años.

Comienza aquí el periplo más tortuoso: el padre reclama la custodia de Nayara y el juzgado de Talavera obliga a Susana a cumplir el régimen de visitas reglamentario. Pronto detectó que la niña sufría “presuntos abusos sexuales” durante las visitas paternas, explica Guerrero, por lo que solicitó que se suspendieran, al menos hasta que hubiera sentencia. Su demanda fue desestimada.

El padre se defendió de la acusación amparándose en el falso síndrome de alienación parental, según el cual Nayara se inventa la historia de los abusos inducida por la manipulación de su madre. “Llega un punto en que la situación te desborda. Es muy complicado ver que la justicia te dice: o entregas a tu hija o te la quitamos. Si la entregas, sabes que está sufriendo abusos pero, si no lo haces, te la quitan y está con el abusador”, relata Susana.

La existencia del SAP no está reconocida por la comunidad científica, ha sido rechazada por la Asociación Americana de Psiquiatría –país donde surge– y por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En España, el Consejo General del Poder Judicial desaconseja su uso por atentar contra la protección de la infancia. Sin embargo, el Tribunal de Talavera de la Reina se pronunció a favor del progenitor y el régimen de visitas se mantuvo.

Dos años más tarde, cuando la pediatra de Nayara en Gran Canaria ve indicios de abusos sexuales y lo denuncia, el juzgado canario asume la resolución del órgano de Talavera. Susana Guerrero decide que, hasta que su hija no reciba protección, no la va a llevar con su padre. “No se trata de que yo incumpla un régimen, sino de que mi hija no quiere ir y yo estoy también respetando su voluntad”, enfatiza.

Pasa un tiempo escondida con la niña que, durante el tiempo en que no va al colegio, recibe clases particulares en casa con el consentimiento del centro educativo. Viven ocultas hasta julio de 2016, cuando se celebra el juicio por la custodia de la menor y la Audiencia Provincial de Toledo se la concede a la madre. La resolución “venía a decir que no había incumplido nada y se declaraba la mala fe del demandante porque la denuncia se había amparado en el falso síndrome para quitarme la custodia”, aclara Guerrero.

A pesar de esta sentencia, las acusaciones por denuncia falsa y por incumplimiento del régimen de visitas a las que todavía se enfrenta también se basan en el SAP. Por eso, y porque las causas corresponden al Tribunal de Talavera de la Reina, Susana está convencida de que la van a encarcelar.

El informe que apunta al SAP en el caso de Nayara es de 2013 y fue elaborado por un psicólogo forense del Instituto de Medicina Legal de Toledo, quien, según Guerrero, “vio a mi hija diez minutos y decretó que estaba manipulada y que todos los capítulos que relataba sobre abusos sexuales eran inducidos, o mentira o que la niña confabulaba. Llevamos cinco años pidiendo la grabación de ese forense y no se nos aporta. Ese informe es el que ha dado pie a todo en lo que yo me estoy viendo inmersa”.

El invento de un pederasta

El SAP fue ideado en 1985 por el médico estadounidense Richard Gardner, defensor de la pedofilia y condenado por abuso sexual en su país. Gardner tuvo que autoeditar sus propios escritos porque ninguna publicación científica quiso hacerlo.

Esta patología ficticia suele utilizarse en los juicios de custodia en los que la madre es víctima de violencia de género y en los que los hijos no quieren ver al padre.

Según la teoría del SAP, que Gardner denominó “síndrome de la madre maliciosa”, las madres manipulan a sus hijos para apartarlos del padre.

La presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Amalia Fernández Doyague, declara que esta teoría se acepta en los procesos judiciales porque facilita argumentos pseudocientíficos a la defensa de los padres litigantes y “está floreciendo nuevamente” pues su uso está aumentando.

" Los niños que cuentan que les maltratan o que han visto maltratar a sus madres, no lo olvidan; por eso no quieren ver a su padre"

Sin embargo, “los niños que cuentan que les maltratan o que han visto maltratar a sus madres, no lo olvidan; por eso no quieren ver a su padre”, añade. Para la presidenta de Themis, “el problema es que hay una serie de psicólogos que hacen estos informes y, para hacerlos, a veces son capaces de presentarse en una comida y hacerse pasar por amigos del padre, hablar con el menor y grabarlo sin el consentimiento de la madre”. Themis aboga por la formación de los juristas para que no acepten el SAP porque este “falso síndrome, inventado por un pederasta, está haciendo un daño tremendo a hijos e hijas”.

Por su parte, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas (FMP), Yolanda Besteiro, subraya las “terribles” consecuencias para muchos niños que sufren daños “irreparables” por ser separados de sus madres y obligados a vivir con un maltratador.

Besteiro describe el SAP como “una manera muy fácil de darle respuesta al juez para resolver sin tener que preguntar más allá. Hay un psicólogo que le dice que esa madre es mala malísima, que el rechazo que el niño tiene hacia el padre se debe a que [su madre] es una manipuladora, y como los jueces suelen ser muy conservadores y entienden que la relación con el padre es sagrada y que el derecho del padre a relacionarse con el hijo debe de estar incluso por encima del interés del menor, con eso [el SAP] resuelven todo el problema”.

La presidenta de la FMP reconoce también un “repunte del SAP” y, para evitarlo, junto a la formación, apuesta por la creación en los juzgados de unidades de valoración forense integral, un instrumento multidisciplinar contemplado en la Ley contra la Violencia de Género que apenas se ha implantado cuyo fin es evaluar y asesorar al órgano judicial, evitando que haya “informes de parte que invocan falsos síndromes para satisfacer sus propios intereses y no la protección del menor”, concluye Besteiro.

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