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La obsesión tailandesa por la piel blanca

Martes 27 de junio de 2017

Detrás de la inclinación por una tez pálida se encuentran cánones estéticos, además de una industria que no deja de hacer caja. Global Industry Analysts predice que el mercado mundial de blanqueamiento de la piel crecerá a más de 23.000 millones de euros en 2020, especialmente en Asia-Pacífico .

Ana Salvá – Bangkok 13-06-2017 Pikara

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Reatrato de Girah. / Foto: Ana Salvá.

Girah siempre se ha sentido diferente: su color de piel es oscuro y está orgullosa de ello. Mientras mucha gente cuenta los días para poder disfrutar de los rayos del sol durante las vacaciones, y lucir una tez bronceada, en Tailandia la piel morena es motivo de burla e incluso objeto de expresiones desagradables como ‘dam muean ega’, que significa ‘negro como un cuervo’.

La tez blanca se asocia, por otro lado, con el éxito, oportunidades y estatus social. Cuando Girah era pequeña, su madre trataba de evitar a toda costa que jugara al aire libre y se enfurecía si vestía pantalones cortos o manga corta los días de mucho sol. Ella explica que el comportamiento de su madre es “algo normal” en Tailandia. Si tu piel es clara, dice, “recibes más elogios e interesas más a la gente”.

A medida que se hizo mayor, Girah, que hoy tiene 34 años, trató de hacer absolutamente todo para aclarar su piel, hasta que un día decidió que ya era suficiente. “¿Por qué debo hacer esto? ¿Qué tiene de malo ser oscura?”, se preguntó la tailandesa que, a diferencia de muchas otras chicas, viste habitualmente camisetas de tirantes desafiando a su madre y a los cánones estéticos y culturales.

Un paseo por su ciudad, Bangkok, basta para darse cuenta de la obsesión por la piel pálida: la población tailandesa evita el sol, algunas mujeres usan sombrillas y los anuncios que prometen aclarar la piel reinan en los carteles publicitarios. Los actores, actrices y presentadores de tez clara dominan las televisiones no sólo en este país, sino también en el resto de la región del Sudeste Asiático.

La obsesión por la piel blanca es “una herramienta de opresión de las mujeres” porque se ha convertido en “una expresión normativa de belleza”, explica Jaray Singhakowinta, doctor en Filosofía y profesor adjunto de estudios de la sexualidad en la Escuela de Graduados de Lenguaje y Comunicación de Tailandia. Y esto no es exclusivo de la clase alta o de la ciudad. En el campo, los trabajadores llevan ropa larga, guantes y gorros que apenas deja al descubierto la rendija de sus ojos.

Los hombres también siguen esta tendencia, ya que tener un cuerpo blanco es considerado también como un activo para ellos. Girah considera que la presión no es la misma que para las mujeres, aunque “muchas tailandesas prefieren a los hombres blancos”. Si sus rasgos son “japoneses, coreanos o caucásicos, se vuelven locas porque son como una gota de agua en el desierto”, añade.

El color de la piel se asocia culturalmente a la clase social en Tailandia, explica Singhakowinta. Según el experto, la preferencia popular por la piel clara se relaciona a menudo a un ideal del siglo XIX importado de Occidente, pero “tiene, de hecho, origen indio”. Tailandia, como otros países del Sudeste Asiático, vivieron bajo la influencia de India desde principios del año 200 antes de Cristo hasta el siglo XV.

Singhakowinta dice que si en Tailandia se cree que la piel blanca o pálida indica una clase social más alta, es porque estas personas pueden permitirse estilos de vida de interior haciendo que la clase obrera trabaje para ellas. La colonización europea de los países vecinos de Tailandia en el siglo XIX y la influencia más moderna de los ideales coreanos de belleza, han ayudado además a “intensificar esta obsesión histórica y cultural por la blancura”.

La moda coreana en Tailandia se debe a la reciente popularidad global de sus industrias de entretenimiento, especialmente la música pop y los dramas televisivos. Tras el éxito de las campañas intensivas de marketing de las empresas coreanas a principios de los años 2000, “se puede decir que los criterios estéticos coreanos han sustituido a los europeos”, según Singhakowinta.

El mercado de productos blanqueadores para la piel es extenso en Tailandia: hay a la venta desde cremas que prometen una vagina más blanca, desodorantes para “reparar las zonas oscuras de las axilas”, hasta glutatión, un antioxidante que, entre otros efectos, aclara la piel y se puede administrar tanto oralmente como por vía intravenosa. Los llamados productos blanqueadores que se encuentran generalmente en los grandes almacenes están regulados, pero muchos de ellos se pueden conseguir en el mercado ilegal y contienen ingredientes nocivos para la piel, como la hidroquinona o el mercurio.

La hidroquinona “puede causar una irritación intensa de la piel” y dejar a las personas que la utilizan “con blanqueamiento desigual y una condición llamada ochronosis cutánea”, una decoloración de la piel de una tonalidad negra azulada, tal como explica Lisa Bickerstaffe, portavoz de la British Skin Foundation, una organización benéfica del Reino Unido que tiene como objetivo recaudar fondos para la investigación y sensibilización del cuidado de la piel. Los productos que contienen mercurio también son perjudiciales. Bickerstaffe expone que incluso puede llevar “a una mayor pigmentación y anomalías fetales si se usa durante el embarazo, así como erupciones cutáneas graves o erupciones con picazón”.

El último escándalo publicitario en Tailandia fue protagonizado por la marca de cosméticos Seoul Secret en 2016. La campaña daba a entender que la piel oscura podría hacer que una mujer fracasara en su carrera. La firma retiró el anuncio de Youtube tras recibir una oleada de críticas en las redes sociales.

La estrella del anuncio era Cris Horwang, una conocida cantante, modelo y actriz tailandesa que apuntaba que su tez clara es lo que le ha llevado a la fama. La celebridad decía a los espectadores: “Si dejo de cuidarme, todo lo que he trabajado, la blancura en la que he invertido, se desvanecerá”. El lema del anuncio era “ser blanco te hace ganar”. La compañía afirma que su producto contiene un compuesto de semillas de kiwi que te ayudará a “no volverte negro”.

Esta no ha sido la primera vez que un anuncio en Tailandia ha recibido críticas por clasismo o racismo. En 2013 un anuncio de una crema blanqueadora de piel de Citra, una filial de la transnacional Unilever, sugirió que la compañía ofrecería becas a estudiantes con piel más pálida.

El anuncio, grabado en un campus universitario, mostraba a dos estudiantes, una con la piel clara y otra con la piel oscura, a quienes se les preguntaba qué les hacía “destacar en uniforme”. La chica con la piel oscura, confundida por la pregunta, respondía que no lo sabía. La tailandesa de piel clara, presentada como más hermosa que la otra, decía que utilizar productos de Citra “puede ayudar”.

La industria del blanqueamiento parece no tener fin, y detrás de ella, se encuentra una industria que no deja de hacer caja. La firma de investigación Global Industry Analysts predice que el mercado mundial de blanqueamiento de la piel crecerá a 23.000 millones de dólares (más de 20.000 millones de euros) en 2020. Los ingresos de Asia-Pacífico seguirán siendo significativos: aumentarán un 11,2 por ciento cada año.

A pesar de la obsesión, el color de la piel está predeterminado genéticamente. La doctora Emma Wedgeworth, consultora dermatóloga y portavoz de la citada British Skin Foundation, explica que el pigmento llamado melanina “determina el color de la piel, el pelo y los ojos”. La cantidad de melanina producida por la piel “varía significativamente en tipo y cantidad de una persona a otra”. Cuanto más melanina produce una persona, más oscura es la piel.

La sociedad tailandesa ha ido aceptando el color natural de la piel en los últimos años, pero todavía queda un largo camino por recorrer. La revista Tan Magazine, por ejemplo, apareció en el mercado en 2015 celebrando la cultura de la playa y el bronceado. Su creador explicó que el objetivo de la publicación es “inspirar a los lectores a participar en actividades sin preocuparse por los rayos del sol”. En 2014 Nonthawan ‘Maeya’ Thongleng, de piel morena, ganó el concurso Miss Mundo de Tailandia. Los medios de comunicación locales no tardaron en llamarla la ‘Pocahontas’ tailandesa, pero se convirtió en una inspiración para las jóvenes que no tienen la piel clara y se niegan a seguir la tendencia.

El académico Singhakowinta recuerda que la idea de abrazar la belleza natural “se yuxtapone con la retratada por los anuncios de productos blanqueadores que tratan de igualar la belleza con la raza o la clase social”. Esto podría ser peligroso, dice: la creación de esta mentalidad encaja con la cultura capitalista que hace dinero jugando con deseos que son “innaturales o inalcanzables”.

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