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I Congreso Internacional de Ecofeminismo: Cuerpos y territorios por un mundo justo y sostenible’

Sábado 22 de octubre de 2011

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Alicia Puleo

“Sin dar a las mujeres capacidad de elegir no hay camino ecológico posible”

Este 17 de octubre se inauguró el ‘I Congreso Internacional de Ecofeminismo: Cuerpos y territorios por un mundo justo y sostenible’

por Silmar Jiménez

Madrid, 18 oct (11). AmecoPress.

La directora del Instituto de la Mujer, Teresa Blat Gimeno fue la encargada de inaugurar el ‘I Congreso Internacional de Ecofeminismo: Cuerpos y territorios por un mundo justo y sostenible’. Durante el acto de apertura la filosofa Alicia H. Puleo presentó su más reciente obra ‘Ecofeminismo para otro mundo posible’ e hizo una introducción en el tema con la ponencia marco: ‘Ecología y feminismo’.

La corriente del saber que surgió en los años 70 y que según la definición de la filosofa francesa Francoise d’ Eaubonne -primera en acuñar el término-, trata de la crítica a la modernidad desde el feminismo y el ecologismo, estableciendo la conexión ideológica que existe entre la explotación de la Naturaleza y la de las mujeres al interior del sistema jerárquico-patriarcal, se dejará escuchar durante dos días en los espacios del Instituto.

El encuentro reúne a activistas de distintos ámbitos y áreas del conocimiento, “desde el mundo académico hasta el activismo más comprometido con la defensa de los derechos de las comunidades indígenas, de distintos sectores como la salud y el medio ambiente”, afirmó en las palabras de apertura la directora del Instituto de la Mujer, Teresa Blat Gimeno.

La directora resalto además la importancia de la trasnversalidad como elemento coincidente entre el feminismo y la ecología en cuanto a medio ambiente e igualdad, “que deben ser tomadas en cuenta por todas las políticas públicas, ambos son movimientos socio-políticos que luchan por un mundo mejor, más sostenible, más equitativo y justo”, destacó Blat Gimeno.

Para la representante del Instituto de la mujer, ecología y feminismo tienen que ir de la mano “porque ambas ideologías implican profundos cambios en la sociedad, una sociedad que desde el androcentrismo y un sistema de producción insostenible nos depara un futuro incierto. El ecofeminismo da apoyo a las mujeres y al ecologismo para respaldarnos mutuamente y conciliarnos en un discurso común que impulse nuestros objetivos coincidentes”, acotó.

No olvidar el legado histórico de la Ilustración

Por su parte Alicia H. Puleo ofreció una visión amplia de las distintas corrientes del ecofeminismo, no sin antes hablar de su último libro, cuyo sentido según ella misma explicó es “no renunciar al legado histórico de la ilustración, ese legado que por un lado a las mujeres nos ha permitido reivindicar nuestros derechos, la idea de autonomía de igualdad, de libertad en un ambiente cibernético y plagado de los peligros, la cara perversa de la modernidad”, dijo.

La filosofa pasó a hacer un recuento histórico del surgimiento del ecofeminismo como la reflexión de Francoise d’ Eaubonne en cuanto a que el feminismo tenía una clave fundamental en la cuestión ecológica “porque a las mujeres siempre se les negó el control de la reproducción, el control sobre su propio cuerpo a partir de leyes que les impiden controlar su capacidad reproductiva”.

Para Puleo es interesante recordar a Francoise d’ Eaubonne porque plantea el hecho de que “sin dar a las mujeres capacidad de elegir no hay camino ecológico posible”, afirmó.

No obstante las críticas que tuvo en la Francia de su época, los escritos de Francoise d’ Eaubonne tuvieron resonancia en Estados Unidos donde llamaron la atención entre los movimientos feministas radicales que se preocupaban por la salud de las mujeres por la influencia de los productos contaminantes en los cuerpos femeninos y las prácticas ginecológicas excesivamente agresiva con el cuerpo de las mujeres y sobre los que abogaban por la paz en tiempos de la guerra fría, explicó Puleo.

Habló además de la participación secundaria de las mujeres en la cultura siempre relegada a los valores y a lo que se consideraba correcto. “Pensemos en la figura de Pandora, en el mundo griego, entra en el caos entra en los males, es decir, hay una definición de las mujeres como aquello que es desordenado, que hay que controlar y que está más cerca de la naturaleza, el feminismo entonces va a surgir como la necesaria reivindicación de la igualdad y como la necesaria pertenencia de las mujeres al mundo de la igualdad y de la cultura. Pero luego que pasa que vienen las ecofeministas que siguen a Francoise d’ Eaubonne y van a retomar esa polarización para decir que la naturaleza es lo superior, las mujeres son superiores y los hombres y la civilización son los que traen el mal, es decir que los valores se invierten pero el dualismo continúa”, resaltó Puleo.

Ecofeminismo constructivista

Lo anterior fue definido por la filosofa como el ecofeminismo clásico porque, explicó, existen varias corrientes “A partir de los 90 surgió un ecofeminismo constructivista. Un ecofeminismo que no parte de ideas de esencias de los sexos (no hay una esencia que haga a las mujeres más cercanas a la naturaleza), son ecofeminismos más complejos etimológicamente hablando y que se desarrollan en el ámbito de la filosofía”, explicó.

La filosofa hace pues, una separación entre el ecofeminismo esencialista y el constructivista “refiriéndome a las identidades de género. Si la identidad de género se considera biológicamente constituida, o determinada por la biología, se hablará de esencialismo. Si el peso explicativo esta puesto en la cultura o la sociedad será constructivista”, sostuvo Puleo.

También hizo una clasificación “espiritualista o que se poyan más en el materialismo histórico que ven las diferencias entre hombres y mujeres como generadas por el proceso productivo, por las tareas del trabajo realizado por hombres y mujeres”, indicó Puleo. El ecofeminismo llama la atención sobre los trabajos “no remunerados” o esos trabajos que generalmente son realizados por las mujeres.

“Todas las formas espiritualistas del ecofeminismo consisten el devolver la divinidad a la tierra”, dijo. Alicia Puleo enfatizo que para practicar el ecofeminismo espiritualista hay que tener fe y acotó que no obstante hay otros rumbos, para ella los ecofeminismos espiritualistas hacen una labor importante y son dignos de consideración en los momentos actuales.

Para finalizar dijo que algunos de los ecofeminismos constructivistas han desarrollado una crítica acérrima a la ilustración “Yo difiero de ello porque pienso que la Ilustración tiene que ser revisitada, criticada a la luz de sus propios instrumentos, porque desde luego la Ilustración tiene muchas caras y el ecofeminismo aquí tiene una labor intensa por su mirada empática con la naturaleza” agregó.

Fotos AmecoPress

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